El llamamiento a ser discípulo

Punto Número 1: Jesús le llama: “Sígueme”.

Mateo 9:9-13; Lucas 5:28. El llamamiento de Mateo (Leví, uno de los publicanos) es una característica impresionante de su Evangelio. El relato está rodeado de milagros (capítulos 8 y 9). ¡Da la impresión de que Mateo considera que su llamamiento también fue un milagro! Los publicanos no sólo eran famosos por su ser usureros, sino que también se les condenaba al ostracismo religioso y político como colaboradores con el gobierno pagano romano.

(Publicano. El término significa recaudador de impuestos o de aduana por cuenta de los romanos, empleado por un arrendatario o contratista. Sus tareas incluían el cobro de diezmos y de diversas tasas indirectas. El sistema se prestaba mucho al abuso, y en apariencia los publicanos se prestaron a la extorsión y las prácticas deshonestas desde el principio, de modo que, si bien el gobierno controlaba los excesos más groseros, y en algunos casos llevó a la justicia a los culpables, en general el cargo adquirió la mala reputación que conocemos. Los convertían en una clase especialmente odiada y despreciada, de modo que nuestro Señor pudo referirse a ellos como ejemplos típicos de una actitud egoísta (Mateo 5.46). Para el judío estricto, sin embargo, esta actitud tan natural de odio se veía agravada y alterada en su carácter por la consideración religiosa de que el publicano era ceremonialmente impuro, por su continuo contacto con los gentiles, y porque debía trabajar en el día de reposo. Esta impureza, junto a la enseñanza de los rabinos de que sus discípulos no debían comer con esa clase de personas, explica la actitud evidenciada por las expresiones publicanos y pecadores (Mateo 9.10) y publicanos y rameras (Mateo 21.31))

(Colaboradores. El que un judío pío comiera con ellos era, por lo tanto, inconcebible. La respuesta de Jesús en los vv. 12 y 13 expresa la perspectiva contraria: un sanador debe “ensuciarse las manos”, y una misión de salvación no se consigue frecuentando solamente compañía respetable. Su cita de Oseas 6:6 (usada otra vez en 12:7) indica que la prioridad de Dios es un amor costoso en vez de un ritual cuidadoso.)

Mateo 9:9 dice: Mateo se levantó y lo siguió. Es un acto que demuestra gran fe. ¡Quemó las naves! Nunca se le permitiría regresar a su trabajo. Lucas añade más: Y Leví se levantó, lo dejó todo y lo siguió. (Lucas 5:28). 

Aprendemos que algunos de los que obedecieron al llamamiento de Jesús aceptaron hasta sus últimas consecuencias el costo de ser discípulo.

Punto Número 2: Unas implicaciones de ser llamado

Mateo 8:19–22; Lucas 9:57–62. Mateo hace una distinción entre la multitud de los que tenían interés, pero sin compromiso, y los discípulos cuya dedicación a Jesús tenía la prioridad. Con estas dos referencias, encontramos tres discípulos esperados:

El primero era un escriba entusiasta (Mateo 8:19). 

El segundo tenía un temperamento diferente.

El tercero le pidió permiso despedirse de su familia primero (Lucas 9:61). 

De los tres ejemplos nos preguntamos:

Aunque demostremos entusiasmo para ser discípulo, 

¿Somos capaces de afrontar oposición y pruebas?;

¿Preferimos posponer las decisiones?

¿Tenemos la tentación de vivir en dos ´mundos´ diferentes?

1(¿Quiénes son los escribas? Los escribas eran expertos en el estudio de la ley de Moisés (Torá). Al principio esta ocupación pertenecía a los sacerdotes. Esdras era sacerdote y escriba (Nehemías 8.9). Los escribas fueron los que iniciaron el servicio de la sinagoga. Algunos fueron miembros del Sanedrín (Mateo 16.21; 26.3). Después del año 70 d.C. la importancia de los escribas aumentó. Preservaron en forma escrita la ley oral, y transmitieron fielmente las Escrituras hebreas. La función de los escribas era triple: 1. Preservaban la ley. 2. Se rodeaban de muchos alumnos y los instruían en la ley. 3. Se los mencionaba como “abogados” y “maestros (o intérpretes) de la ley”, debido a que tenían a su cargo la administración de la ley como jueces en el sanedrín (Mateo 22.35; Marcos 14.43, 53). No hay mención de los escribas en el cuarto evangelio. Pertenecían principalmente al partido de los fariseos, pero como cuerpo eran distintos de ellos.) 

Punto Número 3: Jesús nos recuerda que él nos había escogido y no a la inversa.

Referencia: Juan 15:1-17 La alegoría de la viña. Se ve en los vs. 13-14 que Jesús estaba a punto de dar su vida por sus amigos, un acto de sacrificio que sus discípulos no eran capaces de apreciar aún. Jesús era la vid verdadera. 

Para que los discípulos no pensaran que habían ganado un favor especial, Jesús les recordó que él los había escogido y no a la inversa. Pero el propósito de esta elección era de llevar fruto, lo que en este contexto posiblemente será llevar a otros a Cristo. 

De este pasaje podemos sacar una lista de las cosas para las que Jesús nos ha escogido y llamado. Jesús nos ha escogido:

  • para que vivamos con alegría, por muy difícil que sea el camino cristiano,
  • para que amemos y para que seamos sus amigos;
  • para que seamos sus embajadores y le representemos en el mundo;
  • para que seamos de ejemplo para los demás. La manera de traer a otros a la fe cristiana es mostrarles el fruto de la vida cristiana;
  • para que seamos miembros privilegiados de la familia de Dios. 

Punto Número 4: Tomar la cruz cada día

Referencias: Mateo 10:38; 16:24. La lealtad a Jesús algunas veces puede causar conflicto aun dentro de la familia. Aunque así fuera, el derecho del Señor sobre nosotros debe prevalecer. Uno no puede seguir a Jesús sin tener que tomar decisiones cruciales que demuestran dónde está su lealtad final.

Referencia: El hombre que lo poseía todo – Marcos 10:17–34. El poseía absolutamente todo menos la vida eterna. La quería, pero no estaba dispuesto a dejar todo lo demás para obtenerla. 

El tomar la cruz significa:

  • Un proceso en marcha que comienza en el bautismo;
  • Poner a Cristo en el primer lugar en nuestra vida;
  • Crucificar las tendencias carnales;
  • Estar listo para compartir con la humillación y el rechazo de Jesús. 

Apuntes de la conferencia:Deberes de los llamados

Punto Número 1: Ser ´santo´

La santidad pertenece a Dios porque es divina no hay santo como Jehová (1 Samuel 2:2). Solamente Dios es santo y sirve de modelo de pureza para sus criaturas. En general, en las Escrituras, santidad significa separación, y se emplea el término con referencia a personas y cosas que han sido separadas o apartadas para Dios y su servicio. Así, encontramos en Éxodo la mención de tierra santa (3:5), santa convocación (12:16), santo día de reposo (16:23), gente santa (19:6), y lugar santo (29:31). 

Con su vida y su carácter Cristo es el ejemplo supremo de la santidad divina. En él la santidad consistió en algo más que mera impecabilidad: consistió en una total consagración a la voluntad y el propósito de Dios. Con este fin, Jesús se santificó a sí mismo (Juan 17:19). La santidad de Cristo es tanto la norma para el carácter cristiano como su garantía: porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos (Hebreos 2:11).

La Biblia afirma en 2 Corintios 5:20 que somos embajadores de Cristo. Para poder de cumplir esta misión, tenemos que estar en contacto e identificarnos con Cristo.

Punto Número 2: El Gran Mandamiento

Este maestro de la ley llegó con lo que era una pregunta legítima, a juzgar por la respuesta que dio Jesús. En cierto sentido, la contestación que le dio no contenía nada nuevo; provenía de las Escrituras, bien conocidas por aquel maestro. Jesús colocó el amor a Dios en el corazón de la ley. El amor a nuestro prójimo surgirá como una consecuencia natural. Si tratamos de colocar el amor al prójimo en primer lugar, o peor aún, olvidar el amor a Dios del todo, haremos naufragar nuestra vida. Pero ¿cómo amamos a Dios?

Aprender a amar desinteresadamente no es una tarea sencilla. Es contraria a nuestra naturaleza egocéntrica. Es posible evaluar la importancia que le asignamos a algo considerando el tiempo que estemos dispuestos a dedicarle. Si queremos conocer las prioridades de una persona, fijémonos en cómo usa el tiempo. El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado. Por eso, el tiempo es la mejor expresión de nuestro amor. ¿Cuánto tiempo dedicamos a alguien?

Este Mandamiento quería señalar que la adoración requiere esfuerzo y energía. Según Jesús, nuestro mayor testimonio al mundo será: de este modo todos sabrán que sus mis discípulos, si se aman los unos a los otros (Juan 13:35). 

Punto Número 3: El corazón de la adoración

La adoración de Dios es un acto de buena voluntad. Ofrecemos un sacrificio de adoración a Dios cuando lo alabamos, aunque no tengamos ganas; cuando nos levantamos de la cama para adorarle aunque estemos cansados; cuando ayudamos a los demás aunque estemos agotados.

La adoración debe basarse en la verdad de las Escrituras y no en nuestra opinión acerca de Dios. No le agrada a Dios que cantemos himnos con indiferencia u oremos con apatía.  Mejor dicho, la adoración no sirve cuando nuestra mente no está en lo que hacemos.  Hay que tomar en serio las palabras de Jesús cuando habló de las vanas repeticiones. El mal uso puede convertir hasta los términos bíblicos en frases gastadas cuando olvidamos su significado.

El Señor se complace en los que lo adoran y confían en su amor.

Punto Número 4: El partimiento de pan

Compartir el pan y el vino con los copartícipes del reino venidero significa participación en el cuerpo de Cristo, en el sentido de que el cuerpo somos nosotros.  Jesús es la cabeza y nosotros el cuerpo. Por eso participar del pan y del vino es una señal de nuestra participación en el cuerpo de Cristo con nuestros compañeros en la fe. Añadimos más, esta comunión forma parte de la comunión más amplia que tenemos con Dios, Su Hijo y nuestros compañeros en la fe.

En el partimiento de pan sacrificamos nuestro egocentrismo porque hemos puesto a Jesús al centro de nuestros pensamientos. Cada vez que cumplimos con el mandamiento de hacer esto en memoria de mí, no podemos adorar para impresionar a los demás y agradarnos a nosotros mismos. El enfoque de la reunión es la muerte y la resurrección de nuestro Señor, Jesucristo.

El partimiento de pan es el mejor momento para recordar que tenemos que amar ahora.

Apuntes de la conferencia: El desarrollo de cada llamado

Punto Número 1: Ecos del Antiguo Testamento

La palabra ´ley´ se usa en las Escrituras con muchos sentidos diferentes. Algunas veces se usa como regla de vida. Cuando se usa en este sentido, la palabra tiene varios significados. Por ejemplo:

Los Diez Mandamientos escritos por el dedo de Dios sobre las Tablas de piedra (Ėxodo 31:18)

Todo el sistema de gobierno de Israel que incluía los mandamientos, las leyes y las ordenanzas (Ėxodo 21:1-26; 21:1-24:11; 24:12-31:18)

Los principios de gobierno del aún futuro reino del Mesías sobre la tierra (Mateo 5:1-7:29).

Había dos personajes principales con respecto de la Ley de Dios: Moisés y Jesucristo. También observamos que en dos ocasiones separadas entre sí por muchos años, la Ley fue pronunciada en una montaña.  Pero observamos una diferencia:

Moisés estuvo de pie para recibir la Ley (LXX. Deuteronomio 5:31)

Jesús se sentó (Mateo 5:1)

El monte como lugar en que la ley se transmite trae a la memoria la promulgación de la Ley de Moisés en el Monte Sinaí.

Punto Número 2: Las ocho bienaventuranzas son un retrato de una persona.

Nuestro Creador sabe cómo funcionamos mejor. Es mediante la obediencia a sus propias leyes morales que nos encontramos y realizamos la ´felicidad´. Él sabe que existe una conexión íntima entre la santidad y la felicidad. En el Sermón del monte, Jesús nos presenta un retrato de una persona verdaderamente bienaventurada. El patrón perfecto es Jesucristo que es la imagen y semejanza de Dios.

Dios quiere que seamos piadosos, que tomemos los valores, las actitudes y el carácter propios de él.  La Biblia dice que adoptemos una nueva manera de vivir (Efesios 4:22). La meta de Dios para nuestra vida sobre la tierra no es la comodidad sino el desarrollo de nuestro carácter. El quiere que crezcamos espiritualmente.

Ser semejante a Cristo significa una transformación de nuestro carácter.

Punto Número 3: Algunos ingredientes de crecimiento espiritual 

¿Cuáles son las cosas que necesitamos para crecer espiritualmente? Sugerimos son tres:

La Palabra proporciona la verdad

Los miembros de la iglesia proporcionan el apoyo;

Las circunstancias proporcionan el ambiente.

La madurez espiritual no es instantánea ni automática. Es un desarrollo gradual y progresivo que durará el resto de nuestra vida. La madurez espiritual consiste en aprender a amar como Jesús amó. No podemos practicar esa disciplina si no estamos en relación y contacto con otras personas.

Dios usa su Palabra, las personas y las circunstancias para moldearnos. 

Apuntes de la conferencia: Relaciones con el mundo cotidiano

 

Punto Número 1: Él mundo en que vive el discípulo

Dios ha creado el mundo; Dios lo ama; Dios ha enviado a Su Hijo; y, sin embargo, aún hay ceguera y hostilidad en el mundo hacia Dios. El pecado es lo que separa a Dios de la humanidad, y lo que no deja ver a Dios. 

A veces en la Biblia, por mundo se entiende la parte de la humanidad que vive como si no hubiera Dios. Este mundo tiene ciertas características: sospecha de los que son diferentes de la mayoría; al mundo le resultan especialmente repelentes los que, con su manera de vivir, condenan su estilo de vida; siempre mira con suspicacia a los que no siguen la corriente.

Jesús vino al mundo para ofrecer el remedio. Trae perdón, limpieza, fuerza y gracia para hacer el mundo sea como debería ser. Sabemos que la curación que nos ofrece es eficaz. Nosotros seremos los únicos responsables si nos negamos a aceptarla.

Punto Número 2: Relaciones con los demás

Después de haber advertido a sus discípulos que la persecución era inevitable, el Señor continuó mostrándoles su relación con el mundo.  Son la sal en ellos mismos y la luz hacia el mundo.

En el lugar de las ofrendas en el Templo, siempre había un constante ir y venir de personas. Fue aquí donde Jesús declaró: Yo soy la luz del mundo. Jesús utilizaba esta oportunidad para proclamar que él era la luz y los que le sigan tendrán luz a lo largo de todo el camino de la vida. Y este efecto tiene que verse en las vidas de sus discípulos.

Este llamamiento de Jesús nos invita a entregarnos en cuerpo, alma y espíritu a la obediencia del Maestro.

Punto Número 3: Viendo el bien, alaben al Padre

Recordemos que el propósito de ser ´sal´ y ´luz´ es el de dar gloria a al Padre. No sabemos cuáles serán las dificultades que vendrán por causa de nuestra obediencia a  este mandamiento. Cumplirla es una oportunidad para que se muestre la gloria de Dios en nuestras vidas, cualquiera que sea la clase de sufrimiento que hayamos de soportar. El ayudar a un semejante necesitado es manifestar la gloria de Dios, que quiere decir mostrar cómo es Dios.

Dios ha dado a la humanidad el día para trabajar y la noche para descansar. Hay un trabajo que hacer, decisiones que tomar, mientras el día dura, antes de que se nos eche encima la noche.

Los seguidores de Jesús deben hacer la obra de Dios mientras haya tiempo para hacerla.

Apuntes de la conferencia: La ley de Cristo en vigor

 

Punto Número 1: Jesús dice: No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas. 

En el Antiguo Testamento podemos encontrar dos clases de leyes: leyes amplias que establecían principios generales para la vida dentro de la comunidad y los Diez Mandamientos que definen el aspecto central del pacto de Dios. El judaísmo en los días del Nuevo Testamento estaba dividido en diversos grupos, todos con diferentes interpretaciones y prácticas de esas leyes.

Jesús inauguró una nueva era. Jesús cambió la forma de entender la ley. Transformó la interpretación que sólo se fijaba en los aspectos externos y legalistas en un enfoque que extraía su significado espiritual. El cumplimiento de la ley no significa su abolición; requiere el respeto total del discípulo (Mateo 5:18-19). Sin embargo, sigue en pie la pregunta de cómo el cumplimiento de la Ley operado por Jesús afecta al comportamiento del discípulo. El verbo que se traduce ´cumplir´ significa literalmente ´llenar´. 

Los dichos y los hechos de Jesús eran la ampliación y culminación de las leyes de Dios (Mateo 22:37-40).

Punto Número 2: Nos acercamos al espíritu de la ley

Jesús nos presenta seis ejemplos de lo que significa cumplir la ley o los profetas (Mateo 5:21-47). Así, en todos estos ejemplos, una observancia superficial de la letra de la ley ha cedido el paso a la búsqueda radical de la verdadera voluntad de Dios. Esto supera la interpretación literal de la ley y, en realidad en algunos casos, la deja a un lado. 

Notamos la frase significativa de Jesús: Pero yo os digo. La autoridad soberana de Jesús revela una escala de valores alternativa y radical en la que el discipulado debe involucrarse. Se debe buscar una justicia interior del corazón. Es la nueva vida en Cristo que brota de una nueva naturaleza de modo que no tenemos libertad para incumplir los elevados mandamientos de la ley. 

Los verdaderos cristianos anhelan la justicia con hambre y sed de ella continuamente.

Punto Número 3: Llegamos al fondo del problema.

El significado de la vida es compartir, tenemos que experimentar la vida, juntos a todas las personas que Dios nos trae. Cada persona que encontramos es una oportunidad de manifestarla la vida de Cristo en nosotros.

Antes de conocer a Cristo, es posible que pensáramos que nuestra autoestima era lo más importante en la vida.  Para conservarla, la competitividad era parte de nuestra naturaleza. En todo momento teníamos que conservar nuestra dignidad. No había lugar para la mínima expresión de confusión o incomodidad. Estábamos obligados a ganar la batalla para conservar nuestra dignidad. ¿Acaso no es verdad que nuestra vida estaba llena de conflictos? 

Cristo nos presenta en nuestro estudio de Mateo otra manera de pensar, otro modo de comportarnos en nuestra vida.

Cristo, como el centro de nuestra vida, puede librarnos del conflicto de tratar de proteger nuestro ego de golpes y heridas.

Punto Número 4: Sed, pues, vosotros perfectos.

De manera asombrosa pero apropiada, toda la enseñanza queda resumida en el versículo final: Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Con esto el legalismo ha quedado muy atrás, y la ley ha sido “cumplida”.

Lo que caracteriza a los verdaderos cristianos, no consiste en imitar al mundo, sino al Padre. 

Apuntes de la conferencia: Una religión que tiene sentido

 

Punto Número 1: Manifestaciones de la auténtica justicia cristiana

Es importante considerar el ambiente en el cual la iglesia cristiana se desarrolló.  Debemos tener en cuenta el Imperio Romano, el trasfondo judío de la iglesia, la influencia del pensamiento griego, las distintas religiones con las que el cristianismo tuvo que convivir. Los discípulos de Jesús estaban rodeados por diferentes grupos de personas que se consideraban los verdaderos modelos de la vida religiosa. Por ejemplo, en Mateo 5:20, Jesús les enseña que su justicia tiene que ser mayor que la de los fariseos. 

Ahora en Mateo 6, Jesús enseña que la justicia cristiana autentica incluye las dos dimensiones: moral y religiosa. Llamó a sus seguidores a ser una comunidad verdaderamente distinta en su vida y práctica del estado religioso.

Guardaos de hacer vuestra justicia (sus obras de justicia NVI; practicar su justicia LBLA) delante de los hombres para ser vistos por ellos.

Punto Número 2: Tres ejemplos de justicia religiosa

Jesús pinta un cuadro del modo de ser religioso del hipócrita que recibe el aplauso de los hombres.  Con esto pone de relieve la diferencia respecto al hipócrita y señala cuál es la única recompensa que desea, la bendición de su Padre celestial.

Los tres ejemplos de la justicia que Jesús escoge son: 

  • ofrenda – con respecto a los hombres.
  • oración – con respecto a Dios.
  • ayuno – con respecto a nosotros mismos.

Dios aborrece la hipocresía, pero ama a la realidad. Por eso es que sólo cuando seamos conscientes de su presencia, nuestra ofrenda, oración y ayudo serán reales.

Punto Número 3: ¿Cuáles son nuestras ambiciones?  

La ambición mundana ejerce una fuerte fascinación sobre nosotros. El encanto del materialismo es difícil de romper. Jesús nos ayuda a elegir el bien. Señala la locura del camino erróneo y la sabiduría del correcto. Coloca lo falso y lo verdadero uno frente a otro de tal forma que ellos nos conducen a compararlos y a juzgar por nosotros mismos.

En contraste con los intereses materiales que ocupan nuestra atención la mayor parte del tiempo, Jesús llama a sus discípulos a que pongan primero a Dios. Hay que buscar primero su reino y su justicia. También hay que confiar en el Padre celestial para suplir nuestras necesidades materiales aquí sobre la tierra. Sin embargo, los creyentes no están exentos de ganarse la vida con su esfuerzo; ni están exentos de responsabilidad hacia los demás; ni están exentos de experimentar conflictos.

¿Nuestra ambición? – Comprometernos en la acción y conducta sociales para extender a toda la comunicad las normas más elevadas de justicia que son agradables a Dios.

Apuntes de la conferencia: El comportamiento de los llamados

 

Punto Número 1: No juzguéis

Cada día nos topamos con la maldad de una forma u otra. ¿Cómo podemos vencerla? La batalla comienza con nosotros mismos. Es muy fácil identificar los errores de los demás. Por eso tenemos que ser astutos en el discernimiento.

Jesús dijo que debemos sacar primero la viga de nuestro propio ojo.

Punto Número 2: La bendición de Dios y la respuesta de su Hijo

La regla de oro es todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Jesús exhorta a sus seguidores manifestar las características de Dios.  Por eso, la conducta hacia nuestro prójimo depende de nuestro conocimiento de Dios. La prueba de nuestra fe es poner en práctica esta regla de oro.

Todas las cosas no se refieren a un número de cosas diferentes sino a las cosas en su totalidad.

Punto Número 3: Hay que escoger

La vida y la muerte dependen de lo que escojamos. La magnitud de la elección está grabada en las dos alternativas ofrecidas a los hombres: los dos caminos, los dos árboles, los dos edificadores.

En último instancia no hay una vía media. 

Punto Número 4: La estructura de la vida

Jesús nos enseña que hay dos clases de justicia – la ley o el corazón. Estas son los cimientos sobre los cuales la vida está construida. Las enseñanzas de Jesús son los cimientos que hacen efecto en el corazón. Debemos construir nuestra vida sobre el carácter y las enseñanzas de Jesús.

Dios trastorna a los malvados y dejan de existir, pero la casa de los justos permanece firme (Proverbios 12:7).

Capítulo anterior: Viviendo la Verdad 7: El comportamiento de los llamados

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