Nuestra Fe

Los Cristadelfianos somos una comunidad mundial de estudiantes Bíblicos cuya hermandad tiene su base en una comprensión compartida de las Escrituras.

Somos un grupo laico, sin cuerpo directivo mundial que nos mande qué creer y como comportarnos. Lo que nos une son nuestras creencias únicas en el mundo, convicciones a las que cada miembro llega libre e independientemente.

  • Los Cristadelfianos creemos que Jesús el Cristo es el Hijo de Dios, y que vino a cumplir los grandes pactos del Antiguo Testamento entre Dios y la humanidad, principalmente los pactos con Eva, Abraham y David.
  • Creemos que Jesús es un hombre, quien fue tentado y probado al igual que todos nosotros, resistiendo la tentación hasta la muerte. Tres días después, el único Dios verdadero, el Padre lo resucitó a vida eterna, para que después ascendiera al lado de su Padre a esperar el día señalado para su regreso.
  • Los Cristadelfianos nos abrigamos en la esperanza de la resurrección a vida eterna cuando Cristo vuelva. También creemos que esto acontecerá muy pronto. En ese día, el Reino de Dios será establecido en Jerusalén, creciendo hasta abarcar el mundo entero, ofreciendo libertad, esperanza y salvación a todo el mundo. El pueblo judío, como los descendientes literales del patriarca Abraham, tendrá un lugar especial en ese reino.
  • Los Cristadelfianos creemos que la salvación se logra mediante la fe en Cristo. Por fe nos bautizamos en Cristo para perdón de pecados, y por medio de ese bautismo entramos a participar en las promesas a Abraham: de heredar la tierra para siempre.
  • Doctrinalmente, los Cristadelfianos somos únicos en el mundo Cristiano en nuestra comprensión de la naturaleza de Cristo, y la forma en que somos redimidos por su muerte. Rechazamos la idea que Cristo haya muerto en lugar nuestro. Es por su sacrificio que alcanzamos el perdón de pecados, pero solo si caminamos por el sendero de abnegación que el trazó.

Si quisiera saber más acerca de lo que creen y predican los Cristadelfianos del mundo, mándenos un correo a preguntas@labiblia.com, y con gusto le responderemos, o mandaremos más información sobre cualquier tema.

Los Cristadelfianos se formaron a mediados del siglo pasado en el noreste de los Estados Unidos. Desde ese entonces nos hemos extendido por todo el mundo, con grupos fuertes y antiguos en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y Australia. Actualmente, estamos creciendo más rápidamente en el África y la India. En el mundo latino, tenemos congregaciones en Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia, y miembros aislados en otros países Sur Americanos.

Si quisiera información respecto al grupo más cercano a usted, mándenos un mensaje por correo electrónico a preguntas@labiblia.com.

Nos llamamos ‘Cristadelfianos’ por algunas razones. Primeramente, porque a nuestro fundador le pareció que el nombre ‘Cristiano’ había perdido su sentido, con mil denominaciones supuestamente ‘cristianas’ pero sin unanimidad de criterio y convicción entre ellas. Segundo, John Thomas no quería que el grupo recibiera su nombre, los ‘Tomasitas’, o algo por el estilo. Tercero, como somos objetores de conciencia (y nos parece muy extraño que personas que supuestamente siguen a Cristo piensen que se justifique el homicidio, solo porque el gobierno del país donde por casualidad han nacido considera conveniente exterminar a los moradores de otro lugar), en la Guerra Civil de los Estados Unidos nos fue necesario registrarnos como organización formal, para poder solicitar el no tener que participar en la guerra. Y finalmente, el nombre se creó como una derivación de dos vocablos griegos, y su significado es simplemente ‘Hermanos en Cristo’ (ver la introducción de Pablo en su carta a los Colosenses). En todas partes del mundo tenemos el mismo nombre.


Los Cristadelfianos creemos que los 66 libros de la Biblia son inspirados por Dios, y son la completa y suficiente fuente del conocimiento que lleva a salvación. No creemos que ningún Cristadelfiano, en el presente o pasado, haya recibido alguna revelación especial, ni tenemos otros textos que consideremos inspirados.

Creemos que solo por la persistente lectura de las Escrituras y la ferviente oración es que se puede llegar a una comprensión verdadera del propósito de Dios en el mundo y en nuestras vidas.


Los Cristadelfianos no tenemos ningún cuerpo directivo a nivel mundial. El nivel mas alto de organización es la iglesia particular, cuyo liderazgo está compuesto por un grupo fluctuante de los miembros más maduros (llamados ‘ancianos’). A pesar de estar en grupos muy pequeños en la mayor parte del mundo, nuestras creencias únicas nos mantienen vivos y en expansión. Para mantener la comunicación entre iglesias viajamos mucho para visitar o exhortar, y llevamos a cabo Escuelas Bíblicas y Días Fraternales con mucha frecuencia, invitando a hermanos y amigos de todas partes.


Creemos que Cristo y su misión solo pueden comprenderse a la luz de un claro entendimiento de los pactos que vino a cumplir. Cumplió la promesa a Eva, que su simiente aplastaría la serpiente (Gn. 3:15). Cumple también el pacto de Dios con Abraham, que en su simiente serían benditas todas las naciones del mundo. (Gn 22:18, Gal. 3:16). Y cumplirá el pacto de Dios con David, que uno de sus descendientes reinaría desde Jerusalén para siempre, y establecería una casa eterna para Dios – la familia de Dios, que es la iglesia.

Estas personas de fe siempre entendieron que el Cristo sería uno de sus descendientes. Decir que Jesús nació como más que un hombre, o que existió en el cielo antes que Eva, Abraham y David es rechazar las muy claras y comprensibles promesas de Dios a los patriarcas.


Los Cristadelfianos creemos que la Biblia muy claramente presenta que Jesús es un hombre como nosotros. El Hijo de Dios, pero no Dios mismo. La vasta mayoría del mundo ‘Cristiano’ actual basa toda su fe en la idea que Jesús es Dios. Esto es falso, por las siguientes razones, y muchas más:

  • Dios es Uno. Puede haber solo un verdadero Dios. Es innegable que Jesús hacía referencia a Dios como persona aparte. Decir que ambos son Dios es entrar a territorio sumamente peligroso: todos sabemos la sentencia Bíblica a la multiplicación de dioses. Y decir que Jesús es Dios, por muchas vueltas que se le den, es politeísmo, pues son dos seres distintos.
  • La mortalidad y la inmortalidad son características absolutas. No se puede ser las dos cosas. Dios es inmortal, y no puede morir. Jesús murió. Si se juega con esto, se perjudica la veracidad de toda la escritura.
  • Jesús siempre se muestra como sujeto a Dios: en poder, enseñanza y en la vida misma. Decir que son iguales simplemente no es Bíblicamente posible.

Literatura sobre este tema: ¿Puede Jesús ser el Mismo Dios?, Dios es Uno, No Tres, La Verdad Bíblica acerca de la ‘Preexistencia’ de Jesucristo.


Los Cristadelfianos creemos que el Dios de la Biblia es uno, el Padre (1 Cor. 8:6). Dios es único en el universo, y el que forma la luz y las tinieblas, que hace la paz y crea la adversidad (Is. 45:5-7). Rechazamos la idea que el ‘diablo’ sea un ángel que se haya rebelado contra Dios en su misma presencia, ante su trono. (…hágase tu voluntad en la tierra, así como en los cielos..Mt. 6) y que ahora lucha con Dios por control del mundo.

De igual manera rechazamos la idea de un Dios de personalidades múltiples e independientes (la trinidad). Esta enseñanza no puede hallarse en la Biblia, sino torciendo pasajes que hablan de otras cosas.


Creemos que las promesas a Abraham enmarcan nuestra fe. A Abraham y a sus descendientes les fue prometida la tierra por heredad (Gn 26:3-4, Rom 4:13, Slm. 37).

La epístola a los Hebreos señala que Abraham no recibió nada, y que los pactos se cumplirían en la resurrección. (Heb. 11:39-40) Creemos que la tierra literal, restaurada y renovada, es la herencia de Abraham y sus descendientes en la fe. Mientras espera su herencia, yace en el sueño de la muerte, en total inconsciencia. (Slm 146: 3-4, Ecl. 9:10).

Literatura sobre este tema: Después de la Muerte: ¿Qué?, Cielo e Infierno: ¿Que Enseña la Biblia?.


Creemos que Dios establecerá su Reino aquí en la tierra al volver Cristo. Será una restauración del reino de David, con Jerusalén como su capital eterna, en cumplimiento del pacto de II Samuel 7.

Literatura sobre este tema: El Reino de Dios Aún no Existe, Pero Será Establecido Visiblemente en la Tierra en un Día Futuro, El Reino de Dios en la Tierra, Tuyo es el Reino.


El pueblo de Israel, como los descendientes literales de Abraham, siempre tendrá un lugar en los planes de Dios. Esto no es por su justicia o buen comportamiento; al contrario, la Biblia tanto como la historia humana los muestran como un pueblo rebelde (semejantes a todos nosotros).

Sin embargo, Dios se ve comprometido por su pacto eterno con Abraham de cuidar de su pueblo para siempre. Los de la fe pueden unirse con este pueblo en heredar las promesas, pero nunca les quitarán su lugar. (Rom 11:1, 11, 25-29; Jer 33:25-26).


Los Cristadelfianos creemos que el bautismo es un señal externa de un corazón arrepentido, de una persona acusada en si misma de la culpabilidad de sus pecados, y deseosa de la redención. Creemos que el por el bautismo participamos simbólicamente en el sacrificio, la muerte y resurrección de Cristo, y por ese medio logramos el perdón de pecados. No creemos que el bautismo sea opcional. (Marcos 16: 15-16; Jn. 3:3-5).


A nuestro conocimiento, todas las demás iglesias Cristianas modernas enseñan que Cristo murió en lugar nuestro. Esto es falso, Cristo murió por nosotros, y para nosotros, pero no en nuestro lugar. Pues si Cristo hubiera muerto en nuestro lugar, el precio de nuestros pecados se habría pagado del todo, y no necesitaríamos el perdón de pecados.

Imagínese el caso de un hombre con una gran deuda, como la nuestra hacia Dios, por nuestros pecados. Para que se elimine esa deuda hay dos alternativas: O alguien le puede pagar en nuestro lugar, o la persona a quien se lo debemos la puede perdonar. El concepto tradicional Cristiano es que Jesús pagó la deuda por nosotros. Pero si este es el caso, Dios no tiene que perdonar nada, pues la deuda se ha cancelado! Esto es falso, pues la Biblia es ampliamente clara que necesitamos del perdón de pecados constantemente.

La muerte de Cristo abrió nuestro camino hacia Dios; como dice en Hebreos, con su muerte se rompió el velo ante el lugar santísimo dando libre acceso, no solo al sumo sacerdote, sino a todos. Y ese acceso lo necesitamos para comparecer delante del trono de Dios para pedir perdón por nuestros pecados.