Le invitamos a participar con nosotros en un estudio de los dos primeros capítulos del Evangelio de Mateo. Uno de los propósitos principales del Evangelio de Mateo es demostrar que las profecías y promesas del Antiguo Testamento se cumplieron en Jesús, y por tanto El tiene que ser el Mesías. 

Mateo, Marcos, Lucas y Juan se les llaman a menudo “los cuatro evangelios”, pero en realidad son “cuatro relatos” de un solo evangelio. A los tres primeros libros se conocen generalmente como los ‘Evangelios Sinópticos’. La palabra ‘sinóptico’ viene de dos palabras griegas que quieren decir ‘ver juntamente’. Una lectura cuidadosa de los tres evangelios revela claramente que cada uno hace un relato de los mismos acontecimientos de la vida de Jesús. 

Los cuatro relatos tienen el mismo propósito fundamental, que es dar a conocer a Jesús, pero cada uno fue escrito desde un punto de vista diferente, y esto, con el propósito de atraer diferentes clases de personas.

Durante nuestro estudio encontraremos esta frase que aparece en el evangelio alrededor de 14 veces (Mateo 1:22,15,17,23; 4:14; 8:17; 12:17; 13:14, 35; 21:4; 26:54, 56; 27:9, 35.): “Esto sucedió para que se cumpliera lo que fue dicho por el Señor por medio de los profetas.” (Mateo 1:22). En apariencia, Mateo escribió primordialmente para convencer a los judíos. El antiguo recolector de impuestos y apóstol de Jesucristo escribió para demostrar la realeza de Jesús, que Jesucristo es Rey.

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Mateo 1 (¡más de un cuento de navidad!)

1Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

En el v. 1 estamos ante un encabezamiento. ¿Debe ser considerado como el título de todo el Evangelio? 

Más de cuatrocientos años habían pasado desde que se diera la última profecía del Antiguo Testamento y los judíos fieles todavía seguían esperando al Mesías (Lucas 3:15). Es la palabra que significa “ungido”, equivalente al griego “christós”. En el judaísmo “Mesías”, es el salvador descendiente de David, anunciado por los profetas y enviado por Dios. ¿Por qué “ungido”?

Los sacerdotes, reyes, profetas (y objetos) eran ungidos ceremonialmente como símbolo de su nombramiento oficial al cargo y como señal del poder de Dios que estaba sobre ellos.

El Tabernáculo – Éxodo 40:9
Los profetas – 1Reyes 19:16.
Los sacerdotes – Éxodo 28:41.
Los reyes -1 Samuel 16:1, 12-13. 

¡Jesucristo es Sacerdote, Profeta y Rey!

 Nuestra palabra “Jesús” es realmente una palabra latina que viene de la muy semejante palabra griega Iesous. Esta, a su vez, es la forma helenizada del nombre hebreo Jeshua, forma abreviada de Jehoshua (Josué 1:1; Zacarías 3:1). Esta última forma significa Jehová es salvación. 

En los primeros 17 versículos de Mateo 1 nos encontramos con cuarenta y seis personas, en el lapso de 2000 años. Todos fueron antepasados de Jesús, pero varían considerablemente en espiritualidad, personalidad y experiencia. 

Al lector moderno le parece pesado encontrarse con una lista de nombres para empezar un libro. Para Mateo y sus lectores, sin embargo, de ninguna manera era pesado: trataba del cumplimiento de la historia de Israel con la llegada de su verdadero rey. Así Mateo quiso comenzar su evangelio. Sigue el sistema legal judío al dar la genealogía del padre de Jesús, aunque José era padre sólo por adopción. En la sociedad judía las genealogías eran una forma importante de establecer el derecho de pertenencia a la comunidad del pueblo elegido por Dios (1 Crónicas 1-9; Esdras 2 y 8). (Wright, C.J.H. (1996) Pág.15).

Mateo perseguía un doble objetivo al incluir esta genealogía para: 

  • demostrar la existencia de una continuidad entre Jesús y el Israel del Antiguo Testamento; y
  • demostrar el linaje real de Jesús (hijo de David) y su vínculo con los fundadores del pueblo judío (hijo de Abraham).

Está en el evangelio de Mateo la condición judía de Jesús y sus raíces en las Escrituras hebreas para comprender quién fue, por qué vino y que enseñó. Para un judío, esto era lo más natural y lo más interesante de empezar la historia de la vida de cualquier persona. Mateo escribía principalmente para los judíos. Esto también explica el hecho de que comienza la línea con Abraham, y no extiende hasta Adán como Lucas lo hace.

En el Antiguo Testamento nos encontramos frecuentemente con listas de las generaciones (por ejemplo, Génesis 5:1-32; 10:1-32; 11:10-26; 11:27-32). La razón de este interés era que los judíos daban la mayor importancia a la pureza de linaje. 1(Según Barclay (1995, pág.24) Estos registros genealógicos los guardaba el sanedrín. A Herodes el Grande siempre le despreciaron los purasangres judíos porque era medio edomita. Podemos advertir la importancia que el mismo Herodes concedía a estas genealogías por el hecho de que hizo destruir todos los registros oficiales para que nadie pudiera demostrar una descendencia más pura que la suya.)

Una ayuda de memoria

Esta genealogía comprende tres grupos de catorce nombres cada uno. Está organizada de tal manera que sea fácil de memorizar. Los tres grupos de nombres corresponden a las tres grandes etapas de la historia de Israel:

  • La historia hasta David, el más grande rey de Israel;
  • La historia hasta la cautividad de Babilonia;
  • La historia hasta Jesucristo, la persona que liberó la humanidad de la esclavitud.

Se nota lo que dice Barclay (1995, pág.22):

“En hebreo no había signos numéricos; cuando hacía falta indicarlos se usaban las letras del alfabeto. En hebreo no se escriben las vocales. Por ejemplo, las letras de David son DWD (D = dalet (valor númerico = 4) W = waw (uau) (valor númerico = 6); si estas letras se toman como números, suman 14; y la genealogía consta de tres grupos de nombres en cada uno de los cuales hay catorce.”

14+14+14=42

¿Difícilmente se puede negar que estos catorces tengan un simbolismo? Siete es la suma de 3 y 4, cada uno de los cuales, independiente, sugiere “plenitud”.

Los judíos atribuían un sentido especial a la suma de tres y cuatro. En la Escritura el siete frecuentemente indica la totalidad ordenada por Dios.

Dos genealogías de Jesucristo

La genealogía de Mateo es la de José, el padre de Jesús a los ojos de la ley. Como María era virgen cuando quedó embarazada, Mateo incluye el nombre de José solo como esposo de María, no como padre de Jesús. Lucas da la genealogía de María. Ambos, María y José, eran descendientes de David. La genealogía de Mateo muestra el linaje legal (o real) de Jesús a través de José. La línea ancestral de María se registra en Lucas 3:23–38. María y José eran descendientes directos del rey David. Mateo señala la genealogía a partir de Abraham mientras que Lucas lo hace a partir de Adán. Mateo está dirigido a los judíos, por eso señala a Jesús como descendiente de Abraham. Lucas está dirigido a los gentiles, por eso enfatiza a Jesús como Salvador de la humanidad.

La destrucción de barreras

Lo que nos llama la atención de esta lista de nombres en la genealogía de Jesucristo es que aparecen en ella los nombres de mujeres. Según los podemos descubrir de las costumbres de los judíos en el primer siglo, la mujer no tenía derechos legales. No era más que una posesión de su padre o de su marido. Por eso, la apariencia de los nombres de mujeres en esta genealogía es algo sorprendente.

Notamos las cinco mujeres que se mencionan: 

  • Tamar (v. 3; véase Génesis 38); 
  • Rahab (v. 5; véase Josué 2:1-7; Hebreos 11:31); 
  • Rut (v. 5; véase el libro de Rut);  
  • Betsabé (v. 6; véase 2 Samuel 11 y 12). 
  • María (Mateo 1). 

Estas mujeres ilustran la gracia de Dios. 

  • Tamar fue culpable de prostitución y sin embargo Dios permitió que fuera parte de los antepasados de Cristo. 
  • Rahab era tanto una ramera como una extranjera. Su fe la salvó.
  • Rut era una moabita; y de acuerdo a Deuteronomio 23.3–6, estaba excluida de la nación de Israel.
  • Betsabé fue la compañera del terrible pecado de David y sin embargo Dios la perdonó y le permitió ser una de los antepasados de Cristo por medio de Salomón. 

En este fenómeno de la apariencia de las mujeres en la genealogía de Jesucristo sabemos que desaparecen las barreras entre judío y gentil, varón y mujer, los justos (irónicamente Lucas 15:7) y los pecadores. Es seguro que: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Vamos a saber más de las vidas de estas mujeres:

Tamar: Leemos en Génesis 38 sobre una mujer que ha experimentado con una vida difícil, por lo menos después de casarse con uno de los nietos de Jacob. Vivía en un tiempo muy distinto, con costumbres y normas diferentes a las nuestras. Esta narración nos muestra la valentía con que la viuda Tamar hizo reconocer su derecho a tener hijos y recibir la parte que le correspondía de la herencia de la familia de su marido.

Era esposa, primero de Er, hijo mayor de Judá, y luego de Onán el segundo hijo de Judá (Génesis 38:4; 46:12; Números 26:19; 1 Crónicas 23). A la muerte de su hermano mayor, Judá ordenó a Onán que consumara un matrimonio con Tamar. Onán, que no deseaba seguir la práctica tradicional, tomo medidas para evitar una plena consumación de la unión, desagradando así al Señor, que lo mató (Génesis 38.8–10). Después de la muerte de Onán su padre Judá, al no reconocer a Tamar, fue padre de gemelos que le dio ella, cuyos nombres fueron Fares y Zara. 

El estado de la viudez

  • La viudez era algo reprochable y una deshonra
  • Una viuda sin hijos no tenía provisión económica
  • Tenía que volver a la casa de sus padres

La situación de Tamar

  • Despreciada por los dos esposos y su suegro.
  • Engañada por ellos también. 
  • Olvidada por su suegro.
  • Judá dijo: “Más justa es ella que yo.” (Génesis 38:26) pero en ninguna manera justificó los actos de ella ni la hizo ser justa a los ojos del Señor.
  • Llamó a su hijo ‘Fares’ que significa ‘brecha o abertura’. Sus acciones mantuvieron abierta la supervivencia del linaje de Judá.

Rahab: Dios prometió la tierra de Canaán a los Israelitas.  Habían pasado 40 años vagando por el desierto.  Ahora se encontraban acampados al lado oriental del río Jordán esperando cruzarlo para tomar posesión de esta Tierra Prometida.  Directamente al otro lado del río estaba la corrupta cuidad de Jericó.  Dios había mandado a Josué que la destruyera por completo. Josué mandó a dos hombres para espiar la ciudad. 

Allí vivía Rahab.  La Biblia es un libro que relata los hechos como son y dice que Rahab era una ramera. Tenía una casa de huéspedes. Es natural que los espías vinieron a su casa y su profesión haría menos evidente su presencia. Rahab los escondió debajo de unos tallos de lino que estaban secándose al sol en el terrado. Los perseguidores recibieron de ella indicaciones de una falsa pista, y cuando se fueron, ella hizo arreglos con sus huéspedes. Sabía que Jericó debía caer en manos de los siervos de Jehová, de manera que solicitó protección para sí misma y su familia. Con su ayuda, los espías huyeron por una ventana. Cuando Jericó fue destruida, su familia se salvó, y Rahab se unió a los israelitas (Josué 2:6, 17, 22–24).

En el Nuevo Testamento el escritor de la carta a los Hebreos la incluye entre los antiguos ejemplos de fe en Dios (Hebreos 11:31); además se la menciona en Santiago 2:25 como una de las personas que fue justificada por sus obras. 

El carácter de Rahab– Josué 2:9-13

  • Hace una declaración sorprendente. ¿Acaso los espías habían explicado a ella de las promesas de Dios?
  • Ella declaró: ‘Sé que Jehová os ha dado esta tierra’. ‘El temor de vosotros ha caído sobre nosotros’. ‘Hemos oído acerca de vosotros’ –había oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo hacía 40 años (probablemente antes de su nacimiento). Sabía lo que había hecho con los dos reyes amorreos.’ ‘Jehová, vuestro Dios, es el Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra (note aquí que ella usa el Nombre del Pacto – Yahvéh).’

La fe de Rahab

  • Refugió y protegió a los espías (inclusive miente por ellos, Josué 2:2-7)
  • Arriesgó todo por su fe
  • Mostró enorme valor
  • Quería salvar a su familia también
  • Es alabada junto con Abraham (Hebreos 11:31, Santiago 2:25)
  • Su fe le hizo hacer obras que la salvaron
  • Entró en un pacto con los espías
  • El ‘cordón’ de color de grana (v18) es un rojo oscuro.  En Isaías 1:18 habla de los pecados como la grana, ‘pero como la nieve serán emblanquecidos’
  • La misma palabra ‘cordón’ en Salmo 71:5 donde está traducido ‘esperanza’.

Rahab se casó con Salmón, príncipe de la tribu de Judá y posiblemente uno de los espías.  Así ella llegó a ser la madre de Booz, que se casó con Rut (Rut 4:21), abuela del rey David

Rut: Rut es la heroína del libro que lleva su nombre. Se trata de una moabita que vivió en la época de los jueces. En su propia tierra Rut se había casado con Mahlón (Rut 4:10), hijo mayor de Elimelec y Noemí, israelitas de Belén en Judá que emigraron a Moab para escapar al hambre que azotaba a su tierra. Noemí enviudó, y luego sus dos hijos murieron sin dejar herederos. Noemí resolvió volver a su patria, ante lo que Rut le anunció que se proponía acompañarla y afiliarse a su nación y a su Dios. Solamente la muerte las separaría (Rut 1:17). La decisión de Rut de quedarse con su suegra e ir con ella a Israel fue un acto único de parte de una joven especial.  

  • Rut amaba tanto a su suegra que dejó a su familia, su casa, su país y sus amigas para servirla.  
  • Rut tomó la responsabilidad de cuidar a su suegra y abrió su corazón para darle amor sin límite. ¿Qué es lo más importante en nuestro corazón?  ¿En nuestras posesiones, en nuestro país, con nuestros amigos fuera de la iglesia?¿Hasta dónde se extiende nuestro amor?
  • Rut tenía un carácter muy fuerte, era mujer valiente, era trabajadora pero al mismo tiempo estaba dispuesta a escuchar los consejos de su suegra.  
  • Rut escogió a Dios sin esperar recibir mucho, sin considerar la opinión de su familia, sin el conocimiento de un futuro seguro. Fue recompensada de una manera única.

Pensemos en las hermosas palabras de Rut

“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti, porque adondequiera que tú vayas, iré yo, y dondequiera que vivas, viviré.  Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo, y allí seré sepultada….” (Rut 1:16-17)

BETSABE: Es difícil encontrar mucha información del carácter de Betsabé directamente de la historia en 2 Samuel 11 hasta 12:25. Nos deja con más preguntas que respuestas. Pero hay mucho que podemos saber de la vida de esta mujer. Lea estos dos capítulos. David era el rey y, en aquellos tiempos, no era buena idea desobedecer al rey. Pero Betsabé habría sabido que David era hombre justo y seguidor de la Ley de Moisés. ¿Podría ella haber apelado a David porque él sabía que ella era casada? La podrían apedrear a ella por ser adúltera.  Todos los sirvientes habrían estado hablando del asunto. ¿Acaso Urías también lo llegó a saber?

Hubo opciones.  David podía haber pedido el perdón de Urías y confesado ante Dios.  Ella también podía haber rogado el perdón de su marido.  Urías la amaba mucho (2 Samuel 12:3).  La nación habría sido dada un ejemplo maravilloso de la fe de los dos en el perdón de Dios.  Pero pasó lo que pasó.  Por fin David pronunció las palabras que podía haber confesado antes “Pequé contra Jehová” (2 Samuel 12:13).  Inmediatamente recibió la contestación de Dios.  “También Jehová ha perdonado tu pecado.”  Pero hubo consecuencias de las que leemos en la vida de David.  No sabemos si Betsabé sintió su pecado tanto como David, pero David nunca la culpó.  Pienso que sí, que Betsabé se arrepintió también porque Dios más tarde bendijo la relación.  Leemos las súplicas de David en el Salmo 51.  Y por la gracia de Dios todos podemos recibir este perdón por medio de nuestro Salvador Jesucristo.

Yo prefiero pensar que en 2 Samuel 11:24 Salomón era el segundo hijo. Pero si leemos 1 Crónicas 3:5 vemos que Betsabé y David tuvieron 4 hijos.  ¿Están en orden de su nacimiento?  Simea que quiere decir ‘rumor’, Sobab que quiere decir ‘rebelión’, Natán que quiere decir ‘dado por Dios’ y Salomón que probablemente quiere decir ‘restaurar’. Salomón recibió otro nombre Jedidías que significa ‘amado del Señor’ (2 Samuel 12:25). ¿Podemos sacar conclusiones de los acontecimientos en la vida de David y Betsabé en estos nombres?

Por causa de las profecías en 1 Crónicas 22:8-10 y 28:4-7 Betsabé habría sabido su especial responsabilidad en criar a Salomón.  Ella sabría que Salomón sería: 

  • hombre de paz
  • edificador del Templo 
  • escogido por Dios 
  • el rey escogido por Dios

Por eso nos imaginamos que Betsabé lo amaba mucho y fue una madre fiel asegurando una crianza para todos sus hijos en el camino de Dios.  Nos lo dice en Proverbios 4:4,5.  Leemos en Efesios 1:4,5 que también estamos escogidas por Dios y leemos de nuestra responsabilidad en 2 Pedro 1:10. Aunque la relación de Betsabé y David empezó en circunstancias no muy favorables en los ojos de Dios, vemos las bendiciones que vienen con el arrepentimiento.  Ella dio a luz a dos hijos mencionados en los dos linajes de Jesús.  En Mateo 1:6 el linaje legal y heredero del trono de David por José y en Lucas 3:31 tenemos el linaje consanguíneo de María.

Estas cuatro mujeres en la genealogía, ¿Por qué motivo?

  • Porque son pecadoras, responden algunos. Pero se objeta que no es éste el caso de Rut, que se nos presenta como una mujer virtuosa, a pesar de que procedía de una tierra pagana, la de Moab.
  • Porque dos son extranjeras, responden otros. Por eso Mateo incluiría a dos mujeres no hebreas en la genealogía de Cristo, casi como un preludio para la salvación universal que había venido a traer.
  • Un tercer motivo subraya el hecho de que cada una de estas cuatro mujeres realizaron hechos muy beneméritos para el destino del pueblo de Israel. 
  • Quizá la respuesta más en consonancia con las intenciones de Mateo es la de que fueran instrumentos providenciales para la venida del Mesías y permaneciesen fieles a su tarea, a pesar de sus muchas dificultades.

Conclusión

Aquella larga peregrinación que se extiende desde Abraham hasta Cristo alcanza por fin la meta. María es el penúltimo eslabón de esta cadena genealógica. También ella por la vocación especial que se le ha asignado, es testigo de la fidelidad de Dios a sus promesas de querer estar al lado de los hombres (Génesis 3:15). 

Desde Abraham hasta Cristo (Mateo 1:1-16), el itinerario de la historia de la salvación no fue un viaje triunfal. Se diría más bien que en él se mezclan la gracia y el pecado, una alternativa de luces y de sombras. Junto al amor de Dios, que sigue siendo indefectible, está el elemento humano, capaz de subir e inclinado a caer. Entre sus antepasados Cristo tiene pecadores; tanto a los unos como a los otros no se avergüenza de llamarlos hermanos (Hebreos 2:11-12).

Punto de reflexión

La salvación no es de abajo, del hombre; es de arriba, de Dios (2 Corintios 11:17; Filipenses 3:1-8). 

Jesucristo es el Salvador del mundo (Juan 3:16; 4:42), no solamente de los judíos. Ciertamente hay amplitud en la misericordia de Dios. Los que fueron destinados a salvación fueron tomados de toda nación

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