El período entre el fin del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo puede ser comparado con el intervalo en una Obra Teatral, cuándo el escenario y los decorados tienen que cambiar entre actos. Cuando el intervalo está terminado y la audiencia se puso sienta de nuevo, la cortina es levantada y hay una escena enteramente diferente. Dios cerró el primer acto, el Antiguo Testamento, con Malaquías, cuándo la nación de Israel estaba de regreso en su tierra natal después de la cautividad babilónica. El templo había sido restaurado en Jerusalén e Israel estaba bajo la influencia de la potencia mundial de los días del Imperio de Medo persa.
En aquel tiempo el sacerdocio aarónico todavía llevaba a cabo los ritos de la Ley de Moisés, y podrá llegar a ubicar una línea directa de los descendientes de Aarón. La línea real de David, sin embargo, estaba desecha. El heredero legal para el trono, como se nos informa en los libros de Hageo, Zacarías y Malaquías fue Zorobabel, pero él no tuvo permiso de reinar como rey por el poder gobernante de Persia. Sin embargo, aunque tuvieron autorización limitada, y su actitud hacia la Ley de Dios fue mayormente académica, el pueblo estuvo todavía unido. No hubo facciones políticas o grupos separados creyendo cosas diferentes.
En el ano 453 A.C aproximadamente, cuándo Malaquías cesó su escritura, el centro de potencia mundial había comenzado a cambiar de posición de este a oeste, con el imperio babilónico reemplazado por el Imperio Medo persa. Entonces en su cumbre de poder, Felipe de Macedón unió las islas griegas y creó un vasto ejército de poderosos soldados de infantería vestidos en armadura de bronce llamados falanges. Su hijo fue uno de los líderes militares más famosos de todo el tiempo, Alejandro el Grande. En el año 330 A.C Alejandro conquistó una batalla famosa sobre los persas. Esta batalla fue esencial en la historia universal, y el imperio griego inició su subida meteórica bajo la guía de Alejandro. Él estaba todavía en sus inicios de los veinte cuando él guió a sus ejércitos en contra de Darío, el rey de Persia, y derrotó totalmente el poder de Persia. El centro de potencia mundial se desvió más al oeste en Grecia.
Alejandro entonces condujo sus multitudes hacia Egipto. De camino, él tomó Damasco y Sidón, saqueando las ciudades de Tiro (lo cual se había predicho en Isaías) y Gaza y Josefo nos informa que él pensó sitiar la ciudad de Jerusalén. Esto, sin embargo, no estaba en el plan de Dios, y él continuó hacia Egipto. Después de conquistar la tierra de Egipto, él enfocó su fuerza en conquistar todas las tierras al este, a través de la India. Entonces, a la edad de aproximadamente 33 años, cuando él estaba en la cumbre de su poder, murió, habiendo tomado hasta morir.
Esta sucesión de imperios, está representada en Daniel 8 donde, en versículo 5, Alejandro es bosquejado como un “cuerno notable” en la “cabra” griega. Después de su muerte, el reino estaba dividido en cuatro, en el cumplimiento de versículo 8: “y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.” El reino estaba dividido en regiones que fueron dados a cuatro reyes. Dos de estos reyes son de interés para nosotros. Uno fue Tolomeo, quien ganó Egipto y África del Norte; Y el otro Seleuco, quien ganó Siria, al norte de Israel. Miraremos éstos en la segunda parte de este estudio.
Ahora, cuando alcanzamos “Hechos 2”, el Nuevo Testamento y el inicio del Libro de Mateo, descubrimos un escenario enteramente diferente, un “decorado” enteramente diferente. Roma es ahora la potencia autoritaria, habiendo conquistado la extensión completa del mundo civilizado. El centro de poder se ha mudado a Roma, los imperios medo persas y griegos habian transcurrido.
Israel es todavía un títere, esta vez debajo de los romanos, pero hay un rey en el trono real de Israel. Sin embargo, este rey es un descendiente de Esaú, en lugar de Jacob, y su nombre es Herodes el Grande. Los sumos sacerdotes, quienes controlan los asuntos religiosos de la nación, ya no son los descendientes de Aarón; no pueden ya saber ubicar su linaje. Son sacerdotes
contratados, y su posición es política, no espiritual. El centro de adoración judía es todavía el Templo en Jerusalén, aunque ha estado reconstruido durante el intervalo. Las sinagogas ahora se han surgido en cada ciudad judía y ellos parecen ser el centro de vida judía en vez del templo. Pero, en lugar de unidad, ahora tenemos tres competidores, judíos y grupos políticos.
LOS SADUCEOS
Los saduceos fue el primero de estos grupos. En primer lugar, vinieron de familias aristocráticas que poseen tierras grandes y familias sacerdotales. Los saduceos reconocieron la autoridad de la Torá escrita (los cinco libros de Moisés) y miraron la ley sacrificadora como la forma primaria de adoración. Consideraron a los sacerdotes como los únicos representantes autoritarios de la ley judía. No creyeron en la inmortalidad del alma, y negaron que hubo un sistema sagrado de recompensa /castigo en una vida después de esta vida.
El historiador judío, Josefo, escribió: “Los saduceos suponen que Dios no tiene interés en nuestras obras; Y dicen, que actuar bueno, o malo, es una elección propia del hombre, y tanto el uno como el otro le pertenecen a cada uno, que pueden actuar como les parezca. También quitan la creencia de la inmortalidad del alma, y los castigos y las recompensas en el Hades. Pero el comportamiento de los saduceos entre ellos mismos es, hasta cierto punto, descontrolado, y su conversación con esos que son de su partido, es como bárbaro como si fuesen desconocidos entre ellos mismos.” Podemos ver esta diferencia en la opinión entre los fariseos y los saduceos en el Nuevo Testamento cuando Pablo es expuesto ante el concilio en Jerusalén en Hechos 23:6.
LOS FARISEOS
Por otro lado, los fariseos son amigables el uno para con el otro, y su tarea es ejercitar la concordia, y tener el aprecio del público. Éstos fueron fuertes nacionalistas hebreos, quienes quisieron conservar la ley de Moisés, y se resistieron a cualquier clase de influencia extranjera. El nombre “fariseos” quiere decir los separados; Insistieron en conservar tradiciones y estaban tan en contra de cualquier cosa extranjera a ellos, que no reconocieron cuando su Mesías vino, y se volvieron el blanco de algunos de las palabras más duras que nuestro Señor alguna vez habló. Son, posiblemente, lo más conocidos para nosotros, porque frecuentemente confrontaron al Señor.
LOS ESENIOS
El último grupo fueron conocidos como los Esenios. Fueron un interesante grupo de gente, viviendo completamente separata de la gente alrededor de ellos, en las regiones desérticas dentro y alrededor de Judea. Existieron aproximadamente en el año 192 A.C hasta el 70 D.C cuando los romanos finalmente aplastaron a los judíos en la tierra.
Se opusieron al helenizando (influencia griega) de vida judía bajo el Imperio griego, y fueron indistinguibles de los fariseos. A como el tiempo siguió, se opusieron a las autoridades judías, y fueron a menudo perseguidos por eso. Fueron conducidos a la parte desértica del país, en Judea y empezaron sus “monasterios”. Son, quizá, muy famosos por un descubrimiento reciente en esa región. A como los romanos se acercaron al Mar Muerto su centro de operaciones en Qumrán, los Esenios colocaron sus escrituras sagradas en centenares de vasijas de barro, las sellaron y las guardaron secretamente en cavernas diversas ubicadas en el terreno escabroso. Estas escrituras, hallado por un pastorcillo árabe, fueron nombradas los “Rollos del Mar Muerto”, y son de gran interés para los estudiantes de la Biblia, incluyen muchos títulos de libros del Antiguo Testamento que son diferentes a los que tenemos hoy en día.
Entre Los Testamentos – Parte 2
En la primera parte de este estudio, consideraremos la diferencia entre el fin del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo. Vimos diferencias marcadas en la nación de Israel como un todo, y las naciones alrededor, habían cambiado significativamente.
Miramos brevemente la vida de Alejandro el Grande, y su expansión del imperio griego. Luego vimos la disolución del imperio griego en cuatro partes, y dos de esas partes afectaron a Israel, los de Seleuco y los de Ptolomeo. Durante el tiempo de las seléucidas y los ptolomeos, la cultura griega y la influencia (conocida como helenismo) venían bien fuertes en Israel. Un partido llamado los helenistas, se levantó, quienes estaban deseosos de introducir cultura y pensamiento griego en la nación y liberalizar la ley mosaica. Esto forzó una división en dos facciones principales, como discutimos adelante en la primera parte del estudio, los saduceos y los fariseos, y más tarde, los Esenios.
Alrededor del mismo tiempo hubo un joven sacerdote judío, quien se casó con una mujer samaritana. Él fue a Samaria y se rebeló en contra del judaísmo. Él construyó un templo en el Monte Gerizim para rivalizar con el templo de Jerusalén. Esto causó rivalidad intensa entre los judíos y los samaritanos, lo cual se refleja en el Nuevo Testamento y aumenta el significado en la parábola del buen samaritano.
También, durante este tiempo (aproximadamente 284 A.C) uno de los descendientes de Ptolomeo autorizó las Sagradas Escrituras hebreas para que fuera traducido al griego, como parte de la Biblioteca Grande en Alejandría. Esta fue llamada la Septuaginta (que quiera decir 70), por el número de traductores. Éste fue un acontecimiento transcendental ya que significaba que el Antiguo Testamento podría ser leído a todo lo largo del mundo en ese entonces conocido. Podemos entender de esto cómo los hombres magos del este supieron donde encontrar a Cristo, porque habían estudiado la Septuaginta.
Un poco más tarde, cerca del 203 A.C, un rey, llamado Antioco el Grande, llegó al poder en Siria, uno de las seléucidas. Él capturó Jerusalén de los egipcios, del poder de los ptolomeos. Él tuvo dos hijos, el que lo sucedió reinó sólo unos cuantos años. Cuando él murió, su hermano Antioco Epifanes, subió al poder. Él solo es rivalizado por Adolfo Hitler como uno de los perseguidores más crueles y violentos de los judíos que el mundo ha visto. Su título (el cuál se otorgó a el mismo) quiere decir ‘Antioco el Ilustre.’ No obstante, algunos de sus cortesanos cambiaron dos cartas en su título, de Epifanes para Epipanes, que quiere decir ‘el hombre loco.’ Como veremos éste título es más apropiado
Su primer acto fue remover del cargo al sumo sacerdote en Jerusalén, terminando el sacerdocio aarónico y lo vendió lo a un hombre llamado Jasón, quién, a su vez, se lo vendió a su hermano, Menelao. Este era el sacerdocio que estaba en el tiempo de Cristo. No fueron sacerdotes por herencia, sino por privilegio. En 171 A.C Antíoco invadió Egipto. Mientras él estaba en Egipto un reportaje vino de regreso a Jerusalén diciendo que él había muerto en combate. Los judíos entonces se rebelaron, recapturaron Jerusalén y derrocaron a Menelao, el pseudo-suma sacerdote.
Cuando Antíoco oyó de esto, ya que él estaba bien vivo, él organizó a sus ejércitos y barrió con todo de regreso a Jerusalén, cayendo sobre la ciudad despiadadamente. Aproximadamente 40,000 personas murieron en tres días de pelear en Jerusalén. Él volcó la ciudad, recobró su poder, y, dirigido por Menelao, él profano el lugar Santísimo en el templo. Él se metió a la fuerza en el templo, destruyó los rollos de la ley, y tomó a una puerca y la ofreció en el altar sagrado. Entonces, con un caldo hecho con la carne de este animal sucio, él roció todo en el templo, completamente violando y profanando el santuario. Es difícil que nosotros captemos qué tan horrendo éste acto sería para los judíos, iba en contra de todo lo que fue sagrado para ellos. No sólo él hizo esto, pero también él prohibió que sacrificios fueran hechos y los obligó a mantener a los niños incircuncisos. Al que desobedecia se le ejecutaba sin ceremonia.
Daniel en capítulo 8, versículos 9-14 profetizó de este hombre y lo que él hizo. Versículo 14 predice que el santuario permanecería contaminado por 2.300 días. En el cumplimiento literal de la profecía de Daniel fueron 2.300 días o 6 años y medio después de la profanación por Antíoco Epífanes el templo fue limpiado por Judas Macabeo. Él fue una de la línea sacerdotal que, con su padre y cuatros hermanos, se levantó en rebeldía en contra del rey sirio.
Captaron la atención de los Israelitas, les llamaron para seguirles en la batalla, y en una serie de batallas campales en las cuales fueron siempre una minoría abrumadora, trastocaron el poder de los reyes sirios, capturaron Jerusalén, y limpiaron el Templo. El día que el Templo fue limpiado fue llamado la Fiesta de Dedicación. Esto cae en el mes 25 de diciembre, y es celebrado todavía hoy en día por los judíos, posiblemente, donde algunos de nuestras celebraciones de Navidad se originan.
Los Macabeos tienen fama en la historia judía, cuando se amotinaron en contra de sus opresores, y recobraron control de Jerusalén. Durante el reinado de los Macabeos hubo un derrocamiento temporal de dominación extranjera. Los Macabeos empezaron una línea de sumo sacerdotes conocido como la Dinastía Asmonean. Para las siguientes tres o cuatro generaciones que sus hijos rigieron como sacerdotes en Jerusalén, todo el tiempo teniendo que defenderse de los constantes ataques de los sirios. Sin embargo, en el año 65 A.C, los romanos derrotaron a los sirios y entonces hicieron a un descendiente de Esaú, rey sobre Judea. Él fue conocido como Herodes el Grande y fue el Herodes reinante cuando Jesús nació.
La gente judía, a esta hora, había renunciado a toda esperanza de intentar eliminar a sus opresores. Muchos ahora pensaron que su única esperanza era el Mesías prometido. Así es que fue el tiempo correcto para Cristo ser enviado al mundo. Es asombroso cómo usa Dios las naciones a lo largo de la historia para llevar a cabo Su propósito. El escenario estaba cambiado de lugar, a fin de que el tiempo fuera correcto para traer al mundo a Su Hijo. El Antiguo Testamento fue ampliamente conocido, en la preparación para la predicación a los gentiles; los judíos estaban oprimidos y buscando a su Mesías, aunque ellos tristemente no entendieron su propósito real; pero esto, a su vez, fue causado por las facciones en la sociedad judía luchando por poder sobre la gente. Pero su poder fue de breve duración, y Jesús predijo su derrocamiento y una profanación más y una destrucción del Templo
La profecía del Monte de los Olivos, en Mateo 24, fue en respuesta a la pregunta de los discípulos en versículo 3: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y de el fin del siglo?” Como parte de su respuesta (versículos 15 y 16), Jesús se refirió a la profecía de Daniel que había ubicado su primer cumplimiento en el derrocamiento y la profanación por Antíoco Epífanes: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.” Jesús habla del futuro, pero él está usando la historia judía más reciente para enfatizar los horrores qué están aún por venir, comenzando con la destrucción del Templo por los romanos en el año 70 D.C.
Aunque estamos viviendo dentro de los últimos días, y por casi 2.000 años no ha habido una voz inspirada por Dios, debemos volver la mirada atrás hacia lo escrito para nuestro aprendizaje, para ver que Dios siempre trabaja hacia la terminación de Su plan para el mundo, y ese Dios nos ha dado Su Palabra, a fin de que podemos ser reconfortados en cuanto a nuestra esperanza, en las cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor ahora. El tiempo en el que vivimos está tan desesperado como el tiempo en la primera llegada de nuestro Señor, si no más. Podemos ver las señales alrededor de nosotros que su llegada está cerca, y deberíamos intentar prepararnos para él, para cuando él venga.
Hno. John Cave (Birmingham)
Temas Varios
Capítulo anterior: Las Profecías de Daniel: El Reino de Dios y los Reinos de los Hombres (Kevin Hunter)
Continúa leyendo: El Pan del Cielo (Tom Barling)
Ir al capítulo....
Quedate un tiempo con nosotros y comenzarás a entender lo que Dios quiere comunicarnos en su palabra. Y si tienes preguntas o comentarios, escríbenos a preguntas@labiblia.com