El Llamamiento, La Responsabilidad Y La Tarea De Los Seguidores De Cristo
Continuamos nuestro estudio con referencias de las metáforas en las cartas de Pablo y especialmente su segunda carta a Timoteo, un joven creyente…
Los escritores del Nuevo Testamento desarrollaron y agregaron a los términos usados por Jesús para describir a sus seguidores. Cuando el evangelio extendió de Judea y Galilea, las comunidades cristianas empezaron a tomar raíz en ciudades mayores alrededor del Mediterráneo.
Leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles de la predicación del evangelio en los mercados, teatros y cárceles. El contexto parece cambiar de las escenas principalmente rurales a la vida cotidiana en las ciudades grandes del imperio romano de Efeso, Atenas y Corinto. Consecuentemente, los escritores del Nuevo Testamento introdujeron nuevos términos para describir a los seguidores de Jesucristo.
Escogieron términos de la construcción – arquitecto (1 Corintios 3:10), de la practica del deporte en el estadio – atleta (1 Corintios 9:24-25), de la administracion de los provincios –embajadores, (2 Corintios 5:20) y tambien del servicio militar – soldados (Filipenses 2:25). Es verdad que se repiten las imágenes que Jesús usó. Por eso, encontramos los términos – hermanos, siervos y niños. Sin embargo, las descripciones de los seguidores de Jesus dan enfasis a una atadura fuerte entre los varios miembros de una casa. Cornelio es un ejemplo en Hechos 11 y el carcelero en Hechos 16.
Jesús se refirió a sus seguidores como escogidos por Dios. Pablo usa este término de la misma manera en Romanos 8:33 y 16:13. En 2 Timoteo 2:10 ser escogido de Dios es disfrutar la esperanza de la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. Hay un término que raramente se usa en los Evangelios para los escogidos. Éste es santo. El Nuevo Testamento ve en el nuevo pueblo de Dios la continuidad de un pueblo santo. Es un pueblo separado del mundo (Juan 17:19; 1 Corintios 1:2; Romanos 15:16; 1 Pedro 2:5, 9). Los miembros de este pueblo deben consagrar la totalidad de su vida en ofrenda a Dios (Romanos 12:1; Filipenses 2:17). La santidad no es privilegio de algunos, ya que todos los creyentes son llamados santos. A su vez, esto significa que son llamados a vivir en santidad, según el modelo de Cristo (Efesios 1:4; Hebreos 2:11; 1 Pedro 1:16) hasta la plena realización de esa santidad en el Reino (2 Pedro 3:13).
“…amados de Dios y llamados a ser santos…” (Romanos 1:7).
Con esta expresión caracteriza Pablo con frecuencia a la iglesia, el pueblo llamado por Dios.
El que ofrece pruebas para confirmar algún hecho, acontecimiento, proeza o pacto es un testigo. Las pruebas constituyen sus testimonios y estas pueden ser concretas u orales. Por ejemplo, el testimonio de Juan el Bautista es una expresión de lealtad y devoción (Juan 1:6, 19–37). Los discípulos se convirtieron en testigos no tan solo de los hechos históricos del nacimiento, muerte y resurrección de Cristo, sino también de su propia fe en Él, de la realidad de su presencia y del cumplimiento de sus promesas (Lucas 24:48; Hechos 1:8). Dispuestos a testificar hasta la muerte si era necesario, los apóstoles aportaron un nuevo sentido al significado de la palabra testigo (cuyo equivalente en griego era martys, de donde viene nuestra palabra ´mártir´). El primer mártir del cristianismo fue Esteban, quien selló con su sangre el testimonio de su vida y de sus labios, el prototipo de todos los que estiman la verdad de Cristo por sobre todas las cosas.
Continuamos con otros títulos que encontramos en las cartas a Timoteo y Tito: anciano, diácono y obispo…
Diáconos, Ancianos, Obispos
(1 Timoteo 3:8) “Los diáconos asimismo deben ser honestos…”
Según Nelson Nuevo Diccionario Ilustrado:
(en griego, siervo o ministro). Los requisitos para el diaconado (1 Timoteo 3.8, 12 cf. los vv. 8–13) no difieren mucho de los correspondientes al obispado. Las responsabilidades de los diáconos son sobre todo administrativas y caritativas, y sus virtudes (sobriedad, honradez y transparencia [de carácter]), las más apropiadas para oficiales encargados de las finanzas y el servicio social. Aunque toda la iglesia ha de ejercer la diaconado…
(1 Timoteo 5:17; Tito 1:6) “El anciano debe ser irreprochable…”
Segun Nelson Nuevo Diccionario Ilustrado:
En la Biblia, ´anciano´ es traducción de la palabra griega presbyteros. Como en las Sinagogas había un consejo de ancianos gobernantes, era normal que las iglesias cristianas imitaran esta estructura. Cada congregación tenía su Presbiterio, pero el oficio de anciano cambió. Mientras entre los judíos los ancianos se encargaban sobre todo de los asuntos administrativos y civiles, y no se encargaban de los cultos en las sinagogas, los ancianos cristianos visitaban a los enfermos en una labor pastoral (Santiago 5:14) y predicaban la Palabra (1 Timoteo 5:17). Había ancianos en la primera iglesia de Jerusalén (Hechos 11:30), aunque no se nos explica cómo se nombraron, y participaban en el Concilio con los apóstoles (Hechos 15:4, 6, 23; 16:4). Pablo y Bernabé «constituyeron ancianos en cada iglesia» de Asia Menor, con oración y ayuno (Hechos 14:23), y se instó a Tito a que hiciera lo mismo en Creta (Tito 1:5). Pablo pronunció un discurso a los ancianos de la iglesia de Éfeso (Hechos 20:17), y más tarde recomienda que «los ancianos que gobiernan bien sean tenidos por dignos de doble honor» (1 Timoteo 5:17). Pedro se identifica como anciano (1 Pedro 5:1) y también Juan (2 Juan 1; 3 Juan 1). Puesto que el verbo «supervisar» se usa en 1 Pedro 5:2 para describir la función de los ancianos, y Pablo llama «obispos» a los ancianos de Éfeso (Hechos 20:28; cf. Tito 1:5–7), parece que los términos anciano y Obispo eran intercambiables.
(1 Timoteo 3:2; Tito 1:7) “Es necesario que el obispo sea irreprochable…”
Según Nelson Nuevo Diccionario Ilustrado:
Obispo es una transcripción corrupta del vocablo griego episkopos (que significa vigilante, inspector o superintendente). Se usaba en sentido secular muchos años a.C., y se adoptó en el vocabulario cristiano. Según el Nuevo Testamento, el obispo era un hombre llamado y dotado por Dios para cuidar de la iglesia local (Hechos 2:28). Ser obispo se consideraba como «buena obra» (1 Timoteo 3:1). Sus cualidades de maestro, pastor y administrador se detallan en 1 Timoteo 3:2–7 y Tito 1:5–9. Si Filipenses 1:1 describe un caso típico, en cada iglesia había varios obispos; cf. la pluralidad de Ministros en Hechos 13:1.
La responsabilidad del obispo es «apacentar la Iglesia del Señor» (Hechos 20:28). No difiere de la responsabilidad de un pastor ni de un Anciano (presbíteros). En Hechos 20 leemos que Pablo convoca a los «ancianos» de Éfeso (v.17), los llama «obispos» (v.28) y les encomienda la obra pastoral con el rebaño (v.28). Asimismo, escribiendo a Tito, Pablo lo instruye para «establecer ancianos en cada ciudad» (1:5) que sean irreprensibles, porque «es necesario que el obispo sea irreprensible» (1:7). Para Pablo, obispo y anciano eran sinónimos, con la excepción de que el obispo había de ser «apto para enseñar» (1 Timoteo 3:2), mientras que no todos los ancianos trabajan en la palabra y en la enseñanza (1 Timoteo 5:17). Cada congregación la gobernaba un conjunto de líderes llamados indistintamente ancianos u obispos.
Según Barclay (Comentario al Nuevo Testamento, Vol.12, págs. 94-95):
“Toda la evidencia del Nuevo Testamento contribuye a demostrar que el presbyteros y el episkopos, el anciano y el obispo o supervisor eran lo mismo y los mismos. ¿Por qué se usaban dos nombres para designarlos? La respuesta es que presbyteros describia a aquellos dirigentes de la iglesia tal como eran personalmente….Episkopos, por otra parte, describia su funcion, que era supervisar la vida y el trabajo de la iglesia.”
El cristianismo empieza en la casa. No es ninguna virtud el estar tan ocupado con el trabajo de fuera que se abandona el de la casa. Todo lo que se haga por la iglesia en el mundo no puede expiar el abandono de la propia familia.
¿Cómo podemos proteger a las ovejas?
1 Timoteo 4:6-10 …Confiar en Dios…
Hay que alimentar la vida con las palabras de la fe.
Hay que discernir entre los puntos esenciales.
Hay que poner todas las fuerzas para la disciplina propia.
Hay que trabajar con confianza.
1 Timoteo 4:11-5:2…Guardar el carácter…
Que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir…
en la manera de hablar,
en la conducta,
en el amo,
en la fe,
y en la pureza.