Capítulo 7: Lista De Los Repatriados

“La ciudad era grande y extensa, pero había en ella poca gente…” (v.4)

Aunque la obra se ha terminado, Nehemías sigue  tomando medidas para proteger y defender la ciudad.  No baja la guardia.  Este capítulo nos presenta una lista larga de los repatriados, que ya habíamos leído en Esdras 2, pero que Nehemías ha encontrado casi después de cien años.  Dice en las notas de estudio de la Nueva Versión Internacional:

“Además del valor genealógico, esta lista nos permite apreciar que quienes han comprometido su vida para llevar adelante los propósitos de Dios en la historia, no pasan desapercibidos…”

Una ciudad es mucho más que muros, puertas y casas; una ciudad es personas. Había llegado el momento de organizar la comunidad y educarla en la Ley de Dios.

Vs.1-4 Reglas De Seguridad

«1 Después que el muro fue edificado y se colocaron las puertas, se nombraron porteros, cantores y levitas.

2 A mi hermano Hanani y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (pues era un hombre de verdad y temeroso de Dios, más que muchos), les ordené,

3 y les dije: Las puertas de Jerusalén no se abrirán hasta que caliente el sol, y se cerrarán y atrancarán antes de que se ponga. Y de entre los habitantes de Jerusalén nombré guardias e indiqué que cada uno hiciera su turno frente a su propia casa.

4 La ciudad era espaciosa y grande, pero había poca gente dentro de ella, porque las casas no habían sido reedificadas.»

v.1          “se nombraron porteros, cantores y levitas”   Aparece una pequeña diferencia de la traducción del versículo uno.  En la Biblia de Jerusalén dice: “…se colocaron guardias en las puertas (así como cantores y levitas).”   Esta adición equipara a los guardias de las puertas de la ciudad con los “porteros “del Templo.  Reconociendo los peligros ya mencionados, Nehemías primeramente adoptó medidas para mantener la seguridad de la ciudad.

Los porteros – Personas encargadas de cuidar las puertas para evitar que entraran personas no autorizadas.  En los días de David había cuatro mil porteros en la casa de Jehová (1 Crónicas 23:5). Además de cuidar o trabajar en la puerta, se les confiaban otras responsabilidades, tales como cuidar las cámaras y los tesoros de la casa de Dios (1 Crónicas 17–29).  Algunos de ellos eran levitas y cuidaban los utensilios del santuario.

Los cantores (Los músicos) – En 1 Crónicas 25 sabemos de la segunda división de los levitas, la de los músicos.  Además está dividida en dos maneras, primeramente de acuerdo a las tres familias de Asaf, Jedutún y Hemán (1 Crónicas 25:1–6), y luego de acuerdo con los 24 “ciclos” encabezados por sus hijos (vs.7–31).  A Hemán se le llama vidente del rey  (v.5), y lo mismo se dice de Asaf y Jedutún en otras partes (2 Crónicas 29:30; 35:15); obviamente hay una conexión entre la profecía y la música.

Leví
Gersón Coat Merari
Asaf
(4 hijos)
Hemán
(14 hijos)
Jedutún
(6 hijos)

Los levitas –  Leví fue el tercer hijo de Jacob y Lea.  Los nombres de los tres hijos de Leví nacidos en Egipto corresponden con las divisiones principales de los levitas: Gersón, Coat y Merari (Génesis 46:11; Éxodo 6:16). Moisés y Aarón eran de la familia de Coat por parte de su padre, Amram. Su madre, Jocabed, también era de linaje levita (Éxodo 6:18-).  Por herencia el sacerdocio pertenecía a la familia de Aarón.  Los levitas representaban el tercer grado en la jerarquía eclesiástica compuesta también del sumo sacerdote y los sacerdotes.  Servían en el santuario desde los 25 ó 30 años de edad hasta los 50 (Números  4:3; 8:24, 25), aunque parece que David estableció la edad de 20 años como requisito para ingresar al servicio (1 Crónicas 23:24–27).  Después de cumplir los 50 años el levita podía servir en la guardia, pero no para ministrar dentro del santuario (Números  8:25).  Como los sacerdotes, los levitas ministraban en el santuario por turnos según su orden (1 Crónicas 24:31; 28:13, 21; 2 Crónicas 8:14; Nehemías 13:30).

v.2          Nehemías, gobernador de la provincia de Judá, nombró a su hermano Hanani como gobernador de Jerusalén.  Hananías fue designado jefe de la fortaleza.  Las obligaciones civiles estaban acompañadas por responsabilidades militares.  Nehemías estaba convencido que estos hombres serían buenos líderes porque tenían dos grandes cualidades:

  • Eran fieles
  • Temían a Dios

La integridad y el temor de Dios eran las características claves que calificaban a estos hombres para gobernar Jerusalén.

v.3          Las puertas de la ciudad se abrían por lo común al amanecer, permitiendo a los mercaderes entrar y colocar sus tiendas.  Nehemías no quería que Jerusalén fuera sorprendida por un ataque enemigo, así que ordenó que las puertas se cerraran hasta mucho tiempo después del amanecer cuando el pueblo ya estuviera despierto y alerta.

v.4          El muro fue terminado, pero la obra no. Nehemías asignó a cada familia la protección de la sección del muro próximo a su casa. Resulta tentador bajar la guardia y descansar en los logros pasados después de haber realizado una gran tarea.

 “…porque las casas no habían sido reedificadas.”

La nueva tarea de Nehemías es repoblar la ciudad de David, que en las presentes condiciones no ofrece ningún incentivo ni ventaja para la gente que prefiere vivir en el campo.  Parece que la gente había construido sus casas en el campo donde había mucha más facilidad de practicar la agricultura.

v.5 Nehemías Guiado Por Jehová

5 Entonces puso Dios en mi corazón que reuniera a los nobles, a los oficiales y al pueblo, para que fueran empadronados según sus familias. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré que en él se había escrito así:

v.5          “…puso Dios en mi corazón…”

Otra vez sabemos algo del carácter de Nehemías. Puedes ser que recibió instrucciones por medio de los profetas. Recordamos lo que dice en Amos 3:7:

“Porque no hará nada Jehová, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.”

Vs.6-69 Lista De Las Familias Que Volvieron Con Zorobabel

Zorobabel fue hijo de Pedaías, nieto del rey Jeconías y por tanto descendiente de David (1 Crónicas 3:18, 9). Gobernador de Jerusalén después del destierro.  Se llama también «hijo de Salatiel» el hermano de Pedaías. Probablemente Salatiel no tuvo hijos y lo adoptó como heredero legítimo (Esdras 3:2, 8; 5.2; Nehemías 12:1; Hageo 1:1,12,14; 2:2, 23; Mateo 1:12; Lucas 3:27).  A Zorobabel lo nombraron jefe del primer grupo de cautivos que regresó de Babilonia.  Llevó a Jerusalén los vasos sagrados del templo, presentes valiosos, efectos variados y animales.  Lo acompañaban Jesúa el sumo sacerdote, sacerdotes, levitas y tal vez los profetas.  Puso los cimientos para la reconstrucción del templo (Esdras 3:8; Zacarías 4:9); pero surgieron problemas y después de varios años de interrupción, en el año segundo del reinado de Darío, hijo de Histaspes, reinició la reconstrucción debido a las enérgicas exhortaciones de Hageo y Zacarías. Restableció los sacrificios y las órdenes, y la manutención de los sacerdotes y levitas de acuerdo con la Ley de Moisés (Esdras 6:18; Nehemías 12:47).  Organizó un registro genealógico de los que regresaron con él del destierro (Nehemías 7:5). Y en el año séptimo de Darío (Esdras 6:19–22), restableció la observancia de la Pascua.

Nehemías encontró el registro de las genealogías de los que regresaron de Babilonia con Zorobabel.  Como base para esto decidió utilizar la lista de los que habían regresado a Jerusalén primeramente (Esdras 2)

A largo plazo, sin embargo, lo que se requería era una población vital dedicada a las normas y principios que Nehemías defendía.  Por lo tanto, él recurrió a lo que puede parecer una medida un tanto drástica al organizar el movimiento de un grupo bastante grande de personas del campo a la ciudad.  Aunque sabemos que mientras tanto otros grupos habían regresado también, la repetición de la lista en el contexto actual hace esta observación teológica importante: Los que deben poblar la ciudad de Dios están en directa continuidad con la comunidad que anteriormente había participado en la redención de Dios en el “segundo éxodo”.

Presentamos varias razones para la necesidad de empadronar al pueblo.  Era necesario identificar:

  • los exiliados quienes eran genuinamente de Israel.
  • los judíos que tuvieron prueba de su propia genealogía.
  • los judíos que no tenían evidencia de su genealogía sino eran obviamente judíos.
  • los judíos que se habían comportado como gentiles pero ahora deseaban asociarse sinceramente con Israel (vs. 61-63).
  • los gentiles pero completamente judíos en su comportamiento (v.46)
  • los sacerdotes quienes habían apartado de su Dios pero que deseaban asociarse de nuevo con la comunidad de Israel (vs.63-65).

Las genealogías tenían mucho valor para los judíos ya que para ellos era vital probar que eran descendientes de Abraham, y por lo tanto, parte del pueblo de Dios (Génesis 12:1–3; 15; Éxodo 19:5, 6; Deuteronomio 11:22–28). Al perderse una genealogía cualquier persona corría el grave riesgo de no poder comprobar su origen judío.

Esta larga lista de personas eran los “puentes” de Dios desde la derrotas del pasado a las esperanzas del futuro.  Personas son importantes para Dios.

Nehemías 7
Contexto supuesto

(Esdras 2:1)

6 Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivos Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad.
Lista de líderes

(Esdras 2:2ab)

7 Ellos vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana.»
Enumeración
  – por clanes

(Esdras 2:2c-19)

8 Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.

9 Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.

10 Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos.

11 Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho.

12 Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

13 Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco.

14 Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.

15 Los hijos de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho.

16 Los hijos de Bebai, seiscientos veintiocho.

17 Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos veintidos.

18 Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete.

19 Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete.

20 Los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco.

21 Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.

22 Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho.

23 Los hijos de Bezai, trescientos veinticuatro.

24 Los hijos de Harif, ciento doce.

25 Los hijos de Gabaón, noventa y cinco.

-por lugares de    residencia

(Esdras 2:20-35)

 

26 Los hombres de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho.

27 Los hombres de Anatot, ciento veintiocho.

28 Los hombres de Bet-azmavet, cuarenta y dos.

29 Los hombres de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.

30 Los hombres de Ramá y de Geba, seiscientos veintiuno.

31 Los hombres de Micmas, ciento veintidos.

32 Los hombres de Bet-el y de Hai, ciento veintitres.

33 Los hombres del otro Nebo, cincuenta y dos.

34 Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

35 Los hijos de Harim, trescientos veinte.

36 Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.

37 Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiuno.

38 Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta.

– por funciones
    Sacerdotes

(Esdras 2:38-39)

39 los hijos de Jedaía, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.

40 Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.

41 Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.

42 Los hijos de Harim, mil diecisiete.

   Levitas

(Esdras 2:40)

43 los hijos de Jesúa, de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.
   Cantores

(Esdras 2:41)

44 los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho.

 

   Porteros

(Esdras 2:42)

45 los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita y los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho.
  Sirvientes del Templo

(Esdras 2:43-54)

46 los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,

47 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,

48 los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Salmai,

49 los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los hijos de Gahar,

50 los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos de Necoda,

51 los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos de Paseah,

52 los hijos de Besai, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefisesim,

53 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,

54 los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,

55 los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,

56 los hijos de Nezía y los hijos de Hatifa.

  Los hijos de los siervos de Salomón

(Esdras 2:55-58)

57 los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida,

58 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,

59 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón.

60 Todos los sirvientes del Templo e hijos de los siervos de Salomón – 392.

Vs. 61-65 Sacerdotes Sin La Evidencia De Su Genealogía

«61»Estos son los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron mostrar que la casa de sus padres ni su genealogía eran de Israel:

62 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda – 642.

63 Y entre los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, cuyo nombre adoptó.

64 Estos buscaron su registro de genealogías, pero no se halló, por lo cual fueron excluidos del sacerdocio,

65 y el gobernador les prohibió que comieran de las cosas más santas, hasta que hubiera sacerdote con Urim y Tumim.

vs.64-65              El Urim y el Tumim eran medios para conocer la voluntad de Dios (Éxodo 28.30). Si el nombre de alguien no estaba en las genealogías, esa persona todavía podía ser recibida como sacerdote si el Urim y el Tumim probaban que era judío y levita. No está claro si estos eran los originales que habrían sobrevivido a la destrucción de Jerusalén o si eran nuevos. «Las cosas más santas» era la carne dedicada a Dios como parte del sacrificio. Solo los verdaderos sacerdotes podían comer de ella.

Vs.66-69 Estadísticas De La Asamblea

«66»Toda la congregación reunida era de 42.360,

67 sin contar sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.

68 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos;

69 los camellos eran cuatrocientos treinta y cinco y los asnos seis mil setecientos veinte.»

Aunque Nehemías dice (Nehemías 7:66) que el total de la congregación reunida era 42.360 la suma total de los versículos 8-62 es de 31.089.

También Esdras dice (Esdras 2:64) que el total de la congregación era 42.360 pero la suma total en los versículos 3-60 es de 29.818.

Esdras habla de 494 personas, mientras que Nehemías habla de 1.765 personas omitidas en el registro paralelo.

Es una curiosa coincidencia que la suma total de Esdras añadida al sobrante de Nehemías es precisamente igual a la suma de Nehemías al sobrante de Esdras.

Esdras 29.818 Nehemías 31.089
+ 1.765 + 494
31.583 31.583
31.583

Si de la cantidad total, 42.360, dada por ambos autores, deducimos 31.583, el resto será 10.777.

¿Cómo se explica esto?  Puede ser que se refiera a las personas omitidas porque no pertenecían a Judá o a Benjamín, ni a los sacerdotes, sino a las otras tribus. (Ref: Haley-Escuain (1988) Diccionario de Dificultades y Supuestas Contradicciones Bíblicas. Terrassa:CLIE, págs. 461-462)

Vs.70-73 Ofrendas Para Los Sacerdotes

«70»Algunos de los cabezas de familia dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro 1.000 dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. (Biblia de Jerusalén: “…30 túnicas sacerdotales y 500 -minas de plata).”

71 Los cabezas de familia dieron para el tesoro de la obra 20.000 dracmas de oro y 2.200 libras de plata.

72»El resto del pueblo dio 20.000 dracmas de oro, 2.000 libras de plata y 67 vestiduras sacerdotales.

73 Y los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del Templo y todo Israel habitaron en sus ciudades».»

Entonces: ¿cómo se explica lo siguiente?

Esdras 2:69 Nehemías 7:70-72
ORO – 61.000 dracmas

(¿Un error del copista?)

ORO – 41.000 dracmas
PLATA – 5.000 libras

(¿Número redondo?)

PLATA – 4.700 libras
VESTIDURAS – 100

(¿Número redondo?)

VESTIDURAS –  97

Esta gran cantidad indica las bendiciones de Dios sobre su pueblo Deuteronomio 8:17-18

Momentos Para Reflexionar…

  1. No todos estamos llamados a ser un “Nehemías” pero algunos de nosotros podemos ser un “Hanaí, Hananías, Refaías o Salum”.
  2. Uno puede confiar que personas íntegras llevarán a cabo la obra y que si son temerosas de Dios lo harán de acuerdo con las prioridades de Dios.
  3. ¿Qué hacemos nosotros en la ecclesia mantenernos firmes en consolidar y conservar lo que cumplimos en la predicación?
  4. ¿Cómo podemos todos ser “centinelas” en la ecclesia?
  5. Los judíos tuvieron que probar su herencia judía. ¿En la vida nuestra están claras indicaciones de nuestra nueva vida en Cristo?
  6. Lo importante en la iglesia no es contar a las personas sino darnos cuenta de que se podía contar con estas personas.

Este capítulo 7 de Nehemías también nos recuerda que Dios no se olvida de sus siervos – ¡Qué consolación!

Los Escogidos De Jesús

¿Cómo estamos seguros de que sabemos que pertenecemos a la familia de Dios?   Hay que leer Juan 15:11-17.   La idea clave de este pasaje es lo que dice Jesús de que no han sido Sus discípulos los que Le han escogido a Él sino Él a Sus discípulos.

Barclay (Juan. Vol. II págs.202-203) saca una lista de las cosas para las que:

Jesús nos ha escogido y llamado…
para la alegría como socios
para el amor como embajadores
para que seamos Sus amigos para dar fruto
para que seamos miembros privilegiados de la familia de Dios

Pues bien, el proyecto de Dios es único y universal.  Si YHWH ha escogido a Israel, no es solamente en beneficio de Israel, sino para que sea su testigo entre los demás pueblos.  Jesús precisa la elección de los discípulos “para dar fruto”.

En este pasaje de Juan, la fe y el amor mutuo condiciona la unidad de los discípulos con Jesús y ésta, a su vez, condiciona la producción del fruto.  El mandamiento del amor que enmarca el pasaje remite a Juan 13:34 que hablaba del mandamiento nuevo.  Pero entonces Jesús añadió inmediatamente:

“En esto reconocerán que sois mis propios discípulos: si os tenéis amor los unos a los otros.” (Juan 13:35)

Todo esto nos autoriza a concluir que el fruto esperado de los discípulos es la irradiación que tendrán en el mundo su fe y amor para gozo del Padre, el viñador.  A través de la comunidad de los discípulos, el Hijo seguirá revelándose a lo largo de toda la historia…

¡Ha llegado a nosotros también!

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