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“¡Levantémonos Y Edifiquemos!”

Capítulo 1:  “Te Ruego, Jehová, Que Esté Ahora Atento Tu Oído A La Oración De Tu Siervo.”

Capítulo 1:

 “Te Ruego, Jehová, Que Esté Ahora Atento Tu Oído A La Oración De Tu Siervo.”

La oración de Nehemías por Jerusalén:

 “…que mantienes firme tu pacto…” v.5

“…hemos pecado contra ti…” vs.6-7

“…nos llevarías de nuevo al santo lugar…” vs.8-9

“Nosotros somos su siervos…que rescataste…” v.10

“…tus siervos, cuyo único deseo es honrarte.” v.11

Nehemías se inquietó mucho cuando su hermano Hananí le informó del progreso y las condiciones en Jerusalén.  Las noticias no eran buenas. Hananí le relató la evidencia de la apatía y las frustraciones entre el pueblo.

«El remanente … están en gran mal y afrenta,, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas n fuego.» 1:3

Para él que buscaba el progreso espiritual y la prosperidad de su pueblo, estas noticias eran muy tristes especialmente para un hombre que oraba continuamente por la “paz de Jerusalén”.  Nehemías era un hombre realista y sabía bien que no se podía llegar a la paz y el progreso espiritual mientras la evidencia de la ira de Dios (por causa de las maldiciones del pueblo) fuera manifestada por medio de una ciudad expuesta y sin defensa.  Sin embargo, con humildad genuina, él participó en la responsabilidad.  Las malas noticias afectaron a Nehemías mucho; se sentó y lloró, se lamentó, ayunó y oró.  No podía entender cómo el pueblo permitiría que Jerusalén quedara en mal estado. Durante su tristeza no fue pesimista.  Era hombre de visión considerable que sabía que era necesario organizar a la nación y traer un renacimiento espiritual entre el pueblo. Se propuso dedicarse a esta obra.  Con humildad y corazón acongojado se aplicó “día y noche” a la oración.

Vs.1-3  El informe sobre Jerusalén

«1Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, que estando yo en Susa, capital del reino,

2vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por los judíos que habían escapado, los que se habían salvado de la cautividad, y por Jerusalén.

3Ellos me dijeron: «El resto, los que se salvaron de la cautividad, allí en la provincia, están en una situación muy difícil y vergonzosa. El muro de Jerusalén está en ruinas y sus puertas destruidas por el fuego.»

 v.1          Nehemías era el copero (v.11) del gran rey “Artajerjes Longímano” que reinó en Persia desde el año 465 al 424 a.C.  El nombre de Nehemías en hebreo significa “Jehová consuela”.  Es probable que su tribu fuera de Judá porque los sepulcros de sus padres estuvieron  en Jerusalén (2:3,5).  Su hermano Hanani era de Judá. (“Hermano” es un término amplio.  Puede ser familiar o vea Génesis 14:16; 2 Samuel 19:12)

El nombre de su padre, Hacalías significa “Jehová es escondido” y puede ser una representación de la generación que había fallecido en la cautividad.

 “En el mes de Quisleu, en el año veinte”.

Sería la mitad de noviembre a mitad de diciembre del año 445/4 a.C.  ¿A qué se refiere “el año 20”?  Tal vez sea el vigésimo año de Nehemías en Susa.  Es más probable que la idea del vigésimo año se refiera al reinado de Artajerjes (465-424 a.C.).  De ser así, el vigésimo año era el de 445 a.C.

Los nombres y equivalencias de los meses

Mes Nombre Equivalencia Mes Nombre Equivalencia
Primero Nisán Marzo/abril Séptimo Tisri (Etanim) Septiembre/octubre
Segundo Zif Abril/mayo Octavo Marchesvan (Bul) Octubre/noviembre
Tercero Siván Mayo/junio Noveno Quisleu Noviembre/diciembre
Cuarto Tammuz Junio/julio Décimo Tebet Diciembre/enero
Quinto Ab Julio/agosto Undécimo Sabat Enero/febrero
Sexto Elul Agosto/septiembre Duodécimo Adar Febrero/marzo

Susa era la antigua capital de invierno de los reyes de Persia, estaba ubicada (a unos 360 km al este de Babilonia) en el área sur occidental del actual Irán. Estaba edificada sobre tres colinas junto al río Azur.  Daniel estuvo allí durante el reinado de Belsasar (Daniel 8:2; 553.539 a.C.). Ester, Mardoqueo y Amán también vivieron allí.

v.2          Hanani significa “Jah está lleno de gracia”.  Este lo estableció como uno de los administradores de Jerusalén después que hubiera terminado la construcción de las murallas. (7:2)

 ¿Por qué preguntó Nehemías acerca de Jerusalén y de los judíos que vivían allí? Había pasado alrededor de un siglo y medio desde la caída de Jerusalén, la destrucción del Templo y la deportación de los judíos a Babilonia.  Él no tenía la culpa de los pecados de sus antepasados. Pero aquí en esta introducción del libro encontramos un principio de Dios escondido en el significado de los nombres en los primeros dos versículos:

“Por causa de los pecados de Israel, Jehová es escondido (Hecalías)  pero la salvación está segura para todos aquellos que pongan su fe en el Dios de Israel porque Jah está lleno de gracia (Hanani)”.

La referencia a aquellos que se habían salvado “…de la cautividad, allí en la provincia…” dio énfasis a dos puntos importantes:

  • Cuan grande eran los sufrimientos del pueblo por causa de sus pecados.
  • La certeza de la promesa de Dios en guardar “la simiente”, el remanente de los fieles.

El profeta Jeremías había preguntado antes de la cautividad en 15:5 “¿Quién tendrá compasión de ti Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa?”   Nehemías es el hombre que tuvo esta compasión.

Nehemías preguntó “…por los ´judíos…”.  Nos recordamos que el término judío es sinónimo a los israelitas (2:10; 4:1; 5:1,8; 7:73; 12:47). Se nota también que las 10 tribus del norte están representadas dentro de los que habían regresado a Jerusalén del exilio.  La prueba está en las ofrendas de los 12 machos cabríos y los 12 becerros (Esdras 6:17; 8:35).

v.3          Jerusalén todavía yacía en las ruinas de su destrucción por Nabucodonosor II, 140 años antes.  Una ciudad cuyos muros y puertas estaban destruidos era completamente vulnerable a la agresión externa.  Dios había impuesto condiciones muy extremas sobre la tierra por causa de la negligencia de los judíos que habían regresado de la cautividad.  La negligencia en continuar con la reconstrucción del Templo trae malas cosechas y escasez de comida (Hageo 1:4-11; 2:16-19).  Estaban

“…en una situación muy difícil y vergonzosa…”

porque Jerusalén, la morada de Jehová, estaba en ruinas.

V.4  La gran aflicción que este informe causó a Nehemías

«Cuando oí estas palabras me senté y lloré, hice duelo por algunos días, ayuné y oré delante del Dios de los cielos.»

v.4          Observamos lo que dice Nehemías:

“lloré, ayuné y oré delante del Dios de los cielos”.

Nehemías imita a los judíos cautivos que habían lamentado su exilio años antes (Salmo 137:1).  El ayuno solo se requería de los judíos una vez al año en el día de expiación (Levítico 16:29) pero Nehemías dedicó algunos días al ayuno a llorar y a orar. ¿Cuánto tiempo? Dice algunos días. Nos parece que lo hizo durante cuatro meses desde aquel momento de recibir las noticias hasta el mes de Nisán (2:1) cuando le presentó su petición enfrente del rey.  Revela la mente de Nehemías.  Manifestaba el espíritu del día de la expiación del arrepentimiento delante de Dios.

El efecto que tuvo en él fue tan abrumador que no es posible que se refiera a la destrucción de Babilonia 140 años atrás. Lo más probable es que se vea una referencia a los eventos relatados en Esdras 4:7–23; Hageo 1:4-11; 2:16-19; Nehemías 5:2,3; Malaquías 3:10-12.

Nehemías lloró. A veces llorar es una señal de debilidad, pero en el caso de Nehemías fue una señal de fortaleza como lo fue también Jeremías (Jeremías 9:1), el Señor Jesús (Lucas 19:41) y Pablo (Hechos 20:19).

(Ref: Wiersbe, Seamos Decididos. pág.17)

Vs.5-11 La oración de Nehemías

«5Y le dije: Te ruego, Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guardas el pacto y tienes misericordia de los que te aman y observan tus mandamientos;

6esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel, tus siervos. Confieso los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

7En extremo nos hemos corrompido contra ti y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés, tu siervo.

8Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés, tu siervo, diciendo: “Si vosotros pecáis, yo os dispersaré por los pueblos;

 9pero si os volvéis a mí y guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, aunque vuestra dispersión sea hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre».

10Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder y con tu mano poderosa

11Te ruego, Jehová, que esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo y dale gracia delante de aquel hombre. En aquel entonces servía yo de copero al rey.»»

La reacción de Nehemías al escuchar las noticias indica su reconocimiento de que Dios le estaba llamando a una clase de servicio completamente diferente, para el cual su posición y experiencia lo habían preparado en forma única.  Esto lo demuestra especialmente su sentido de identificación con su pueblo (vs.4,6,7) y el hecho de que oró acerca de la situación por cuatro meses (2:1).  Un período de espera tan largo indica que tenía fe en la realidad de su llamado y también una dedicación completa.

La oración de Nehemías se enfoca primeramente en el “Dios de los cielos”,  y de allí sigue directamente a la confesión de pecado personal y nacional (vs.6-7). Sólo entonces llega al resumen de las promesas del pacto de Dios (vs. 8-9) como base para la petición en dos partes:

  • en general por la restauración de las fortunas del pueblo y
  • en particular por la manera apropiada de acercarse al rey.

En la oración de Nehemías vemos estos elementos de la oración eficaz:

  1. alabanza,
  2. acción de gracias,
  3. arrepentimiento,
  4. petición y
  5. compromiso.

Se nota que la mayor parte de la oración estuvo dedicada a la confesión de pecados.  También se nota que Nehemías usó el pronombre y el verbo en primera persona – identificándose de esa manera con los pecados de una generación que el ni siquiera había conocido.

Pero observamos aun más, es una oración basada en la Palabra de Dios.  Es una confesión sincera que solo hasta la última frase suplicó el favor de Dios:

v.5 Dios…… fuerte, grande y temible… Deuteronomio 7:21
….que guardas el pacto… Deuteronomio 7:9
… observan tus mandamientos… Éxodo 20:6
v.6 …esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo… 2 Crónicas 6:40
  …Confieso los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. Deuteronomio 30; 1 Reyes 8:31-53
v.7 …no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés, tu siervo. Deuteronomio 5:28-31; 6:1; 7:11; 8:11-14
v.8 …que diste a Moisés, tu siervo… Deuteronomio 30
  …Si vosotros pecáis, yo os dispersaré por los pueblos… Levítico 26:39-45; Deuteronomio 28:64: 30:1-4
v.9 …pero si os volvéis a mí… Deuteronomio 30:1-2
v.10 …son tus siervos y tu pueblo… Deuteronomio 9:26

En el v.10 está la palabra redimiste que significa (Número de Strong 6299 padah): ”Liberar, preservar, rescatar, redimir, librar, soltar, cortar; pagar rescate por.”  Es un verbo que describe el rescate israelita de todo pecado (Salmo 130:8).  La “redención de los primogénitos” es otro ejemplo del uso de este verbo (Éxodo 13:15).   La frase “los redimidos de Jehová” (Isaías 35:10; 51:11) contiene el verbo.  Ya sea que esta palabra se refiera al rescate logrado a través de un pago o a una liberación milagrosa.  Nos habla del deseo divino de liberar a su pueblo.

Si tenemos razón en ver la relación con Esdras 4, entonces el v.21 de ese capítulo muestra tanto el peligro potencial que ello conllevaba como también la oportunidad que representaba.  Nehemías sabiamente deja los detalles del momento y manera adecuada de hablarle al rey en las manos de Dios.

Una acción enérgica de intercesión se basa en la conciencia de la presencia de Dios, quien actúa de acuerdo a lo que ha prometido (vs.8-9) cuando confesamos nuestro pecado con verdadero remordimiento y dependemos completamente de su misericordia.

Hay que notar que:

  • esta oración es la primera de doce oraciones que encontramos en este libro – 2:4; 4:4, 9; 5:19; 6:9, 14; 9:5; 13:14, 22, 29, 31.
  • la palabra “acuérdate” es una palabra clave en este libro de Nehemías – 1:8; 4:14; 5:19; 6:14; 13:14, 22, 29, 31.

v.11        “Servía yo de copero al rey.”

En la posición de copero, Nehemías tenía un cargo de confianza en la corte. Tenía acceso directo al rey y por lo tanto gran influencia.  Era responsable de seleccionar y servir el vino, probarlo para estar seguro de que no estaba envenenado, y ofrecerle una compañía agradable al rey.  El copero estaba cerca del harén del rey y por lo tanto con frecuencia era eunuco, aunque no existe evidencia de que haya sido el caso de Nehemías.

Dios se había adelantado para poner al hombre indicado en el lugar indicado y en el momento indicado.  Se esperaba que sirviera como un compañero discreto, de modo que tenía considerable influencia al poder ser parte de la conversación y dar consejos informales.  No hay ninguna indicación al principio de la narrativa de que tuviese intención alguna de abandonar esta posición privilegiada para compartir la suerte de sus compatriotas judíos en la ciudad remota e insignificante de Jerusalén.

“…Quienes desean reverenciar tu nombre…”

El nombre de Dios es YHWH.  Su nombre publica Su propósito. Con el tiempo el nombre cesó de ser pronunciado porque los judíos posteriores creían que era muy santo para ser expresado.  Holman explica:

“En la Edad Media, eruditos judíos desarrollaron un sistema de símbolos ubicados debajo y al lado de las consonantes para indicar las vocales.  YHWH apareció con las vocales para designar a “Dios” (Adonai).  Una latinización de la combinación de las consonantes de YHWH y las vocales de Adonai se pronunciaba “Jehová” pero esa palabra en realidad no existía.   “Yahveh” es probablemente la pronunciación original.”  (Ref: Holman, Diccionario Bíblico Conciso, pág.684.)

Es nuestro privilegio meditar en el significado es Su Nombre. (Isaías 26:8; Hechos 15:14).

Momentos para reflexionar…

¿Qué nos dice este capítulo acerca de:

  • La sensibilidad de Nehemías a la voluntad de Dios?
  • La motivación de Nehemías para realizar la tarea?
  • La actitud de Nehemías como líder?
  • La compasión de Nehemías?
  • La disposición de Nehemías hacia la oración?

¿Qué es nuestra actitud hacia:

  • La preocupación para preguntar del bienestar de los hermanos?
  • El deseo de conocer las condiciones de los hermanos en el mundo entero?
  • La oración como una cosa esencial en nuestra vida diaria?
  • La necesidad que sentimos para ofrecer en oración todo lo que hacemos en el día?
  • La opción planear primero nuestros proyectos y luego le pedimos a Dios que los bendiga?
  • La inclinación para presentarnos como voluntarios?

“¡Heme aquí, Señor, envíame a mí!”

 Unos Principios de la Oración

  • La oración debe hacerse a Dios y no basada en alguna solución humana a un problema.
  • La oración y la acción deben ir juntas. Las acciones muestran la medida de nuestra sinceridad.
  • Ninguna presión en nuestra vida puede ser tan grande que en la oración se excluya.
  • La oración no es una expresión de palabras. Es lo que nosotros somos.
  • Debe haber fervor en nuestras oraciones.
  • La oración siempre debe ofrecerse en el espíritu de contrición.
  • Es esencial que estemos alertas a las necesidades de otros en la oración.
  • La confianza en oración no reside en nuestra propia perfección.
  • Para orar «Sea hecha tu voluntad» es orar para que todo lo ofensivo a Dios sea eliminado.

Las oraciones están compuestas de las promesas de Dios.

Capítulo anterior: Un Resumen Breve Del Libro De Nehemías

Continúa leyendo: Capítulo 2: “Levantémonos Y Edifiquemos”
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