Siguientes pasos
Nuestra responsabilidad a luz de todo esto es dar una respuesta a la oferta de salvación de Dios. Para hacer eso necesitamos examinar la evidencia para Dios y la Biblia, necesitamos leerla, y necesitamos hacer un juicio sobre si lo creemos y si queremos ser parte de ello. Es el mensaje más asombroso que el mundo ha conocido, y si queremos participar, entonces necesitamos hacer algo al respecto.
Este libro solo rasca la superficie, tanto en términos de introducir evidencia para la visión del mundo que la Biblia presenta como en términos de delinear la esperanza de la Biblia. Hay mucha más profundidad en cada uno de los temas que hemos descubierto, y otros muchos tópicos importantes y enseñanzas que se unen a lo que ya hemos considerado. Una selección de materiales para ayudar a llevar las cosas más lejos se menciona en Apéndice 2 (página 137).
La respuesta
Lo que Dios busca de aquellos que quieren servirle es una respuesta de fe. Su mano se extiende, y El quiere que confiemos en El y la tomemos. Jesús lo pone así:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
(Mateo 11:29,30)
El mundo puede ser muy solitario y duro; pero si en verdad entendemos el propósito de Dios y Su gran deseo de salvar a los hombres y mujeres si tan solo se tornan a El, entonces esto se convierte en una fuerza increíble de confort y propósito en la vida de un creyente. Dios siempre está ahí; El nunca nos deja a menos que elijamos desterrarlo. El cuidará y verá por nosotros. Como Jesús también dijo,
“No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.”
(Lucas 12:32)
Mientras nuestra fe y entendimiento de Dios crece, estaremos en posición de tomar decisiones sobre limpiar la pizarra de nuestras antiguas vidas, potencialmente obedeciendo el mandamiento de Jesús de ser bautizados para el perdón de los pecados y comenzando una nueva vida en el. Mientras lo hacemos, nos estaremos uniendo a una nueva familia y recibiendo una nueva ciudadanía. Estas serán las señas de identidad de la nueva forma de vida que intentaremos llevar, una vida enfocada en Dios y en complacerlo. Encontraremos que este nuevo enfoque era la “pieza faltante” del rompecabezas de nuestras vidas pasadas. Debemos encontrarlo como una fuente tremenda de esperanza y coraje para enfrentar el futuro.
Esperando el regreso de Cristo
¿Entonces, qué para el futuro? Dios ha dejado en claro hacia donde vamos. Hombres y mujeres no continuarán sus intentos de revuelta de dirigir la sociedad por mucho más tiempo. Los eventos geopolíticos que toman lugar en el mundo hoy son signos de que el regreso de Jesús está cerca y que el reino de Dios pronto se establecerá. Los días que quedan son una oportunidad para prepararse para ese tiempo magnífico.
Necesitamos tomar acciones, y podemos empezar hoy. Aquí hay algunas sugerencias del apóstol Pablo:
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…”
(Romanos 12:1,2)
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
(Colosenses 3:23)
Jesús regresará pronto. El verdadero cumplimiento en la vida tanto en ese tiempo como ahora, no se encuentra en el negocio; ni se encuentra en el placer y el egoísmo. Negocios, placer y familia y todas las otras actividades con las que nos comprometemos pueden cada una ser profundamente gratificadoras y estimulantes en su ámbito; muchas de las oportunidades que tenemos en la vida – y la vida misma – son regalos maravillosos de Dios para ser disfrutados y apreciados. Pero no son la realidad final; no son sobre lo que en verdad trata la vida. Jesús nos dijo que primero busquemos el reino de Dios, y si lo hacemos, las otras cosas que necesitamos se nos proveerán de acuerdo con la voluntad de Dios.
Solo vivimos esta vida una vez, así que vale la pena tomar el tiempo de entender de que trata. Y vale la pena asegurarnos que tenemos bien nuestras prioridades. Una nueva vida en la familia de Dios, confiando en El, esperando y buscando la venida del reino que El ha prometido desde el inicio, es una vida con propósito, una vida de gozo, destino y compromiso. Es una vida con significado.
