Al comienza del primer siglo, los esclavos llegaron a ser la mitad de la población del Imperio Romano. Había varias maneras de procurarse un esclavo.
- Por necesidad, una persona podía ofrecerse a sí mismo en esclavitud para pagar una deuda;
- Se podían dar sus hijos en esclavitud;
- En el mercado, los esclavos eran vendidos o cambiadas por otros esclavos;
- Podía ser un esclavo un regalo entre familias;
- Muchas veces los prisioneros de guerra eran forzados a ser esclavos.
La ley romana daba a los amos completo poder sobre la vida y muerte de sus esclavos. Un esclavo no podía tener propiedades; él mismo era una propiedad. No existía matrimonio entre los esclavos, solamente la cohabitación. Las parejas se unían o separaban a voluntad de los amos.
Ningún escritor del Nuevo Testamento comenta el origen de la esclavitud. La carta a Filemón, como el resto del Nuevo Testamento, no trata específicamente la cuestión más amplia de la esclavitud. En cambio, en los ver. 16 – 17, Pablo trata el asunto del amor fraternal en el cuerpo de Cristo. El foco de atención está centrado en transformar las relaciones personales dentro el sistema. La relación de esclavos y amos dentro de las estructuras existentes, debe ser conducida a la luz del hecho de que pertenecen al mismo Señor.