Estructura de Apocalipsis
Y como una obra de teatro, Apocalipsis tiene una estructura en actos, posiblemente con un intermedio en la mitad. Asumamos que en cada iglesia leyeron toda la carta, no únicamente la parte referente a tal o cual iglesia. Fue leída en voz alta y quizás tuvo una duración de más o menos una hora y media. No tenían fotocopiadoras y probablemente más de uno en la congregación era analfabeto.
Si había un intermedio, esto hubiera sido después del final del capítulo 11 cuando “Los reinos del mundo habían venido a ser del Señor y de su Cristo — el tiempo de juzgar a los muertos y de dar el galardón a los siervos — pequeños y grandes.” Podemos imaginar la emoción de los oyentes llegando al descanso en la mitad de la obra, ¡¡¡Cristo había regresado!!!
Habían escuchado atentamente por 45 minutos: –
- La introducción, con el encuentro en visión entre Juan y el Cristo resucitado (capítulo 1).
- Los 7 mensajes a las 7 iglesias (capítulos 2 y 3).
- La invitación a Juan para entrar en “el teatro celestial” y ver (capítulo 4) la alabanza dada al Dios omnipotente delante de su trono.
- La intervención clave del Cordero (capítulo 5) para abrir el rollo (libro) con sus 7 sellos (capítulo 6).
- Y luego escondidos en el Séptimo sello las visiones de las 7 trompetas (capítulos 8 y 9).
- Y en la 7ª trompeta (capítulo 11) – el Reino, ¡¡La segunda venida…El Cristo que ha regresado!!
Ahora, imaginemos a los oyentes después del intermedio, anticipando la segunda mitad para aprender más acerca del Reino Venidero, pero…. no. ¡Qué sorpresa cuando el lector – empezando el capítulo 12, vuelve atrás hasta el primer advenimiento de Cristo!
Como se puede ver en la vista general (Figura 1), Apocalipsis está estructurado de tal modo que la información dada en la primera parte (capítulos 5 al 11) está repetida dando énfasis a otros aspectos, por supuesto, en la segunda parte (capítulos 12 al 19). Ver a la derecha de la vista general. Los paralelos son más obvios en los capítulos 8 y 9 (Trompetas) y los capítulos 15 y 16 (Copas), pero también existen otros a través de toda la estructura, y uno puede retroceder o avanzar haciendo la relación entre las dos mitades, como en la Figura 1. Hay que notar lo siguiente:
- Mientras los capítulos del 5 al 11 inician con una visión de Cristo como el León de Judá (Cordero) delante del trono, los capítulos del 12 al 19 empiezan con Cristo como el Hijo Varón arrebatado para Dios y su trono.
- El capítulo 7 y luego 14 al 15 forman dos paréntesis en los cuales aparecen dos veces los 144.000 en la tierra y una gran multitud delante del trono. En el capítulo 7 los oyentes aprenden que todos son contados delante de Dios “con un sello en la frente” (Apocalipsis 7:3); mientras en el capítulo 14 están cosechados los buenos (la mies de la tierra), y los malos (la vendimia) recogidos en el gran lagar de la ira de Dios (Apocalipsis 14:15 y 18). Dios conoce los suyos.
- Con el rompimiento del 7° sello (Apocalipsis8:1-5), que abre el libro “de la vida del Cordero” (con los nombres de los que son de Cristo, Apocalipsis 13:8), también se inicia, en verdad, la acción final y dramática de la obra – tanto como a la izquierda (las trompetas – capítulo 8) así como a la derecha (las copas – capítulos 15 – 16) en la vista general.
- Los capítulos 10 y 11 y luego 17 y 18 forman dos paréntesis. Se puede ver que Jerusalén en “la gran tribulación” y la predicación de los dos testigos en la 1ª parte, están puestos en contraste con Babilonia bajo “la ira de Dios” y la condenación de la gran ramera de la 2ª parte.
- Se puede ver que el final de la 7ª trompeta corresponde exactamente con la información dada en el capítulo 19 después de la 7ª copa. El reino del Señor y su Cristo; la adoración de los 24 ancianos; el juicio; y la destrucción de los enemigos de Dios. El 7º sello, la 7ª trompeta y la 7ª copa terminan, de la misma forma, con “truenos, y voces, y relámpagos y un terremoto” (Apocalipsis 8:5 –Apocalipsis 11:19 – Apocalipsis 16:18).
¿Por qué existe esta estructura tan notable en Apocalipsis? ¿Un paralelo entre los capítulos 5 al 11 y los capítulos del 12 al 19?, ¿El uno reflejado en el otro? Sin duda, es un mecanismo que Dios ha utilizado a través de muchos pasajes en la Biblia. Génesis 1 está estructurado así en el relato de la creación: por ejemplo, el día 4 es la réplica del día 1; el día 5 la réplica del día 2; el día 6 réplica del día 3.
En la primera parte de Apocalipsis (capítulos 5 al 11) hay una descripción de “la Gran Tribulación” con castigos parciales (solamente una tercera parte de las cosas existentes son afectadas durante el sonido de las trompetas), y hay bastante evidencia que los fieles van a sufrir persecuciones en este tiempo. En contraste con la segunda parte de Apocalipsis (capítulos 12 al 19), vemos “la ira de Dios” visitando toda la tierra; los castigos ya son completos. En las copas de ira, las destrucciones son completas.
Hay quienes consideran a Apocalipsis como si fuera una historia continua del mundo desde los tiempos de Juan hasta la segunda venida de Cristo. Tal interpretación de la profecía, fuera de sus muchas dificultades en detalle, no explica en nada porque existe entonces una repetición tan impresionante entre los capítulos 5-11 y los capítulos 12-19.
Uno debe preguntarse si esto es historia expresada en forma lineal, cronológica, con los sucesos ocurriendo uno tras otro. Nos parece más lógico tomar la repetición de temas entre los capítulos 5-11 y 12-19 como un mecanismo literario; un verdadero “Renacimiento de símbolos” como dice nuestro título. También las repeticiones de temas refuerzan las exhortaciones para animar a los primeros oyentes, así como a nosotros, y enseñarnos que Dios está en control y que la victoria será finalmente de su Hijo en su regreso.
Si las copas y las trompetas forman un par, el uno reflejado en el otro, a la vez hay que añadir que existe mucha semejanza de estructura entre los sellos y las trompetas. Ni en los primeros 4 sellos ni en las primeras 4 trompetas hay referencia alguna de tiempo ni de duración de los sucesos. Pueden ser juicios o sucesos que ocurren simultáneamente.
Lo que sucede con el rompimiento del sexto sello es casi como un resumen de todo lo que sucede en detalle durante las trompetas y las copas. Si el quinto y el sexto sello llegan muy cerca al tiempo del regreso del Señor (ver la pregunta Apocalipsis 6:10 – 11 “¿Hasta cuándo Señor?” y la respuesta “todavía un poco”) entonces es bien claro que las trompetas y las copas están relacionadas mayormente con las cosas que van a suceder en los días del regreso de Cristo. Las trompetas vienen como castigos parciales, con la posibilidad de arrepentimiento, como una advertencia; las copas de ira son castigos finales, sin remedio.
En frente de semejante visión de tribulaciones tan grandes hubiera sido y es una gran consolación, por supuesto para los fieles, saber que hay “un Cordero que ha vencido” – y que está “en medio del TRONO y de los cuatro seres vivientes” (Apocalipsis 5:6 RVC 2011) y que “ahora ha venido la salvación, el poder y…. la autoridad de su Cristo…”– quien fue “arrebatado al TRONO” celestial. (Apocalipsis 12:10 y 5). Además, con la sangre del Cordero fueron comprados los seguidores fieles para Dios (Apocalipsis 5:9 NVI) y por medio de la sangre del Cordero ellos pueden vencer (Apocalipsis 12:11).
Hay que observar que los fieles, representados por los 144.000 vivos en tiempos de tribulación y mayormente cerca del regreso de Cristo, están físicamente en la tierra, son los testigos de la gran tribulación. Van a sufrir algunos hasta la muerte. Pero para Dios no importa pues, vivos en la tierra o muertos como mártires en sus tumbas, están eternamente presentes delante del trono de Él, formando parte de la gran multitud (Apocalipsis 7:9 – 17 y Apocalipsis 15:1 – 4). ¡Qué consolación!
A pesar de todas las dificultades para entender en detalle el significado de las visiones en los capítulos 5 al 11 y luego sus contrapartidas en los capítulos 12 al 19, encontramos afortunadamente bastante claro, el gran final en los capítulos 20 al 22. Dios tiene el propósito de establecer un “Cielo nuevo y tierra nueva” aquí en el mundo. Un nuevo orden en el cual existirá la paz y la justicia.