23 de Abril de 2020

La vida de una persona que confía en Dios es un desafío increíble para el mundo. Esto debido a que no somos iguales que los demás, y lo diferente tiende a asustar.

No estamos solos

En momentos de crisis, de enfermedad, de pobreza o de angustias, nuestro amor en Dios y en su hijo Jesús nos lleva a ver los escenarios presentes de una manera positiva, porque sabemos que no estamos solos. Pero esto ante los ojos de los demás es algo impactante y esperan algún manifiesto de incertidumbre por nuestra parte. Esto es lo maravilloso de estar gobernados por nuestro padre celestial, que nos llena de una luz que nos permite iluminar los caminos que parecen imposibles de atravesar.

Isaías 40:31 nos dice “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

¡Es increíble! El ser humano es un ser imperfecto que está lleno de dudas y miedos, pero la cita anterior nos recuerda que Jehová siempre está ahí para sus hijos y nos permitirá elevar nuestras alas hasta donde él lo desee.

Una vez que conocemos la vida en Cristo y entendemos cual es el plan de salvación que tiene nuestro Padre celestial para nosotros, cada decisión en nuestra vida cambia. Es maravilloso saber que tenemos un arquitecto perfecto creador de todo lo que nos rodea y que ni el tiempo ni el espacio son una limitante para El, como sucede con el hombre. Una vez que entendemos que nada depende de nosotros y que aceptar la voluntad de Dios es la mejor decisión, nuestro diario vivir se ve con otros ojos.

No obstante, día con día tenemos pruebas. El mismo Pablo nos recuerda que nuestra carne es débil y tiende a querer el pecado, o en otras palabras, los deseos del mundo. Es entonces cuando recordar las grandes bendiciones de nuestro Padre siempre es algo que nos puede fortalecer: “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jeremías 17:7-8).

Es fácil hablar de Dios y decir que lo amamos, pero demostrarlo es una tarea mayor. A través de la historia hemos visto que cualquier persona por más fuerte que se considere, puede caer si deja de consultar a Dios en sus decisiones. Por ejemplo, grandes personajes como Moisés con la roca en el desierto, Sansón con su amor hacia Dalila, o incluso el rey David con lo sucedido con Urías y su mujer, se arrepintieron grandemente por no haber consultado a Dios antes. Son muchos casos en la biblia que nos recuerdan lo débil que es nuestra carne a pesar de amar a Dios.

¡Debemos estar gozosos de tener la oportunidad de hacer las cosas mejores cada día y por haber sido escogidos por Dios para servirle!

Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”

Estamos conscientes de que estamos viviendo días difíciles y que no es sencillo ver todo con tanto optimismo. Pero recuerda, el fuego moldea metales sucios y los convierte en joyas preciosas. En ocasiones necesitamos un poco de neblina para poder mostrar nuestra luz, y para eso debemos tener buena iluminación.

Gabriel N.