Hace algunos años, siendo pasajero de un automóvil en los Estados Unidos, escuché una voz que decía: “Habla San Cristóbal: Ahora usted es independiente”. San Cristóbal, el supuesto santo católico romano, patrono de los viajeros, había sido arreglado como un artefacto que advertía a los conductores cuando estaban excediendo el límite de velocidad. Era simple y podía ser efectivo.
Llegará un día en su vida cuando se dirá a sí mismo: “Ahora soy independiente”. Hay un momento en que emergemos del capullo de la vida familiar con nuestros padres, y procedemos a tener nuestra propia vida. Quizá usted ya llegó a ese momento o está por hacerlo en muy poco tiempo o está ansioso por ese momento porque usted quiere ser ‘libre’. Si éste es el caso, lo que leerá a continuación es para usted.
¡Detengan Al Mundo, Que Quiero Bajarme!
Usted sabe lo que se siente cuando sale de la casa en una mañana perfecta, especialmente si usted vive en el campo o a la orilla del mar. Ocurre algo purificador o catártico, como dirían algunos, y la vida se siente estupenda. Pero usted sabe lo que pasa cuando todo ha llegado al colmo y Ud. está cansado de ser sometido a presión. El salmista conocía perfectamente ese sentimiento:
“¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto. Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la tempestad.” Salmos 55:6-8
Hay días cuando es bueno escapar de todo para hacer un inventario, o simplemente para refrescarse con una nueva escena, buena compañía o un buen libro. Después de todo,
“¿Qué es esta vida si cargados de cuidados,
No tenemos tiempo para detenernos y observar?”
La Evasión
Pero algunos adolescentes imaginan que escapándose del hogar resolverán todos los problemas de la vida y obtendrán libertad para hacer lo que quieran, cuando quieran. Otros hacen esto de mal humor, sosteniendo una gran discusión con sus padres, dando un portazo y jurando no volver nunca más. Ninguna de estas actitudes es digna de nosotros y, mucho menos, la última.
La vida no es para escaparse sino para vivirla. Es posible ser libre en aparente cautividad. Pablo era un hombre libre en el Señor aunque estaba en prisión. Libertad es un estado de la mente más que del cuerpo. Fue cuando Israel estaba en los mayores aprietos cuando Dios dijo:
“No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros.” Éxodo 14:13
¿Fugándose?
En días pasados se consideraba atrevido, excitante o desesperado escaparse para poder casarse. En estos días, por supuesto, hay un sistema de “hágalo usted mismo” llamado “cohabitación,” “concubinato” o más comúnmente, “acompañarse.” De hecho, por supuesto, todas estas cosas ha resultado menos emocionantes porque no es poco común tener sexo antes o fuera del matrimonio.
Todas estas constituyen maneras de evadir a Dios. Pero a diferencia de los prisioneros de guerra cavando para escapar del campo de concentración, estos no son escapes hacia la libertad. Son formas de sujetarse al pecado.
Solamente hay un verdadero escape, más grande que cualquier otra cosa que nos pueda haber sucedido jamás, aparte, por supuesto, de recibir la vida eterna de manos de Jesús cuando él regrese: Ser hecho libre por el Cristo. Esto se llama la libertad que es en Cristo Jesús.
Si usted está buscando paz para su mente y no ha sido bautizado, considere la sabiduría y gozo de ser puesto en libertad por el Cristo.
¿Es El Matrimonio Una Forma De Escape?
Cuando se le preguntó a un joven por qué quería casarse, contestó: “Bueno, no quiero pasar toda mi vida en hospedajes.” Observando las causas de matrimonios rotos, frecuentemente se escucha: “Me casé para escapar de casa o de mis padres” o “solamente para ser yo mismo.” Usted podrá ver que todos estos son motivos egoístas y ninguno de ellos es digno de lo que es el matrimonio o de un posible cónyuge.
Muchachas soñadoras se han imaginado a sí mismas como princesas en un castillo maravilloso al estilo de Walt Disney. Los muchachos se han imaginado a sí mismos ‘siendo atendidos’, como si una esposa no fuera más una sirvienta. El matrimonio no es un escape de nada. Se sostiene en su propio derecho como una nueva y permanente relación en la cual cedemos algunas libertades para gozar del privilegio del compromiso y bienestar, dentro de los límites de una única y amorosa relación.
Matrimonio Verdadero
Se ingresa al matrimonio por su misma razón de ser, dándose perfecta cuenta de lo que significa. Hay alegrías y responsabilidades, felicidades gloriosas y obligaciones solemnes. No vamos a tratar de tomar unas y evadir las otras. Por esta razón el sexo antes del matrimonio es totalmente equivocado y solamente acompañarse es insuficiente para el compañerismo diseñado por Dios.
Dos personas quienes hasta aquí han sido independientes y han estado decidiendo por sí mismos individualmente, prometen caminar juntos con un propósito común independiente de los demás y sin mirar hacia el pasado.
Haga lo correcto antes del matrimonio y estará en camino de mantenerlo correctamente después. Antes del matrimonio usted es dueño de sí mismo en el sentido especial de ser enteramente su propia persona. El matrimonio cambia todo eso. Les corresponde a usted y a la compañera escogida hacer un cambio para lo mejor.
‘En su propio dominio’ toma un nuevo significado después del matrimonio. Son ustedes dos quienes están maravillosamente ‘en su propio dominio’ libres de todos los demás y posibilitados bajo la mano de Dios para hacer un magnífico futuro en el cual nunca querrán estar solos, sino siempre con el y por el que aman en Cristo.
Piense sabia y piadosamente de antemano y podrá siempre vivir sabia y piadosamente después.
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