“Cuando todo lo demás falla… ¡lea las instrucciones!”
Si usted es como yo, seguramente ha intentado alguna vez hacer funcionar un nuevo aparato electrodoméstico o programa de computación sin leer las instrucciones. Los programas de computación tienen una sección de consulta llamada ‘léame’ y hasta una tecla de ‘ayuda’ para socorrer al desesperado. Sin embargo, la mayoría de nosotros prefiere aventurarse por cuenta propia. Parece haber en la mayoría de nosotros una tendencia ‘sabelotodo’, o ¿será que simplemente preferimos hacer las cosas a nuestra manera?
No importa mucho si nos equivocamos en la cocina, la jardinería o la computadora; pero puede resultar desastroso con las amistades, el noviazgo y el matrimonio. Nuestra voluntad personal no es necesariamente la de Dios, y debemos conocer la diferencia.
¿Por Qué Los Matrimonios Fracasan?
No tenemos que ir lejos para ver un hogar roto en nuestro lugar de trabajo, nuestra calle o, tristemente, hasta en nuestra iglesia. En los matrimonios del mundo actual, y más aún en las uniones de hecho, más de la mitad de las parejas terminan separándose.
¿Cómo se explica esto? ¿Cree usted que tendrá más éxito en sus relaciones? Si es así, ¿por qué está tan seguro?
¿Roca o arena?
No me siento muy feliz escribiendo esta sección, pero lo haré de todos modos. Bastantes hermanos en todo el mundo cristadelfiano dicen que muchos de los nuestros, jóvenes y adultos, ya no leen la Biblia de manera constante. Hasta cierto punto, usted puede juzgar por sí mismo si esto es cierto. Comenzando con usted, ¿cuál es su situación? Sea honesto consigo mismo.
Jesús nos dijo claramente que edificamos nuestra vida sobre roca o arena según seguimos o no su palabra. Es tan simple como eso. No basta escuchar a otra persona hablar de las palabras de Jesús, recibir consejos basados en la experiencia de alguien más, o tratar de animarnos cantando ‘himnos espirituales’.
Escuche Y Haga
En la Biblia Dios habla directamente con cada uno de nosotros. Al leerla, no estamos preguntando a alguien más, ¿qué dijo él? sino que estamos escuchando la voz de Dios nosotros mismos. Considere las siguientes palabras sinceras:
“Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” Amós 3:3
“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos.” 2 Corintios 6:14
“El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.” Proverbios 28:9
“Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos.” Proverbios 7:1
“Los insensatos aborrecerán la ciencia.” Proverbios 1:22
La palabra de Dios se propone servir de lámpara a nuestros pies y lumbrera a nuestro camino. Es la guía vital de Dios para todos los que quieren agradarle.
¿Lotería?
Un cínico dijo una vez: “El matrimonio es una lotería. Un matrimonio feliz es puramente cuestión de suerte.” Supóngase que escogemos a alguien por su aspecto. ¿Estará felizmente casada toda la gente de buen aspecto? O por dinero: ¿se siente segura toda la gente acomodada? Sabemos que no. Pero en cambio, ¿Están felizmente casados todos los cristadelfianos? ¡Tampoco! ¿Por qué no? Ademas, ¿no es posible tener un matrimonio duradero sin ser discípulo de Cristo? Claro que sí.
La verdad es que cualesquiera que sean las precauciones que tomamos, puede haber problemas más adelante. Sin embargo, cuanto mejor preparados estemos, menos probable es que seamos sorprendidos por un desastre evitable. No todos los aviones vuelan sin problemas, pero es más probable que estemos seguros en uno bien construido, con mantenimiento permanente y con un piloto entrenado y experimentado. Así es con el matrimonio. El Dios quien ordenó el matrimonio, nos ha dado buenas reglas para guiarnos y protegernos.
Los Fundamentos
Los fundamentos son los cimientos de una pared o edificio. Estos son los mejores fundamentos de la amistad y el matrimonio:
- Leer la Biblia diariamente.
- Orar regularmente y acerca de todo.
- Escoger su compañera(o) de vida de entre aquellos que practiquen 1 y 2 en nuestra propia comunidad.
- Limitar su elección a los que también habitualmente asisten a las reuniones de la iglesia.
- Asegurarse de que su propio estilo de vida y el de su amiga(o) estén en armonía con todas estas cosas.
- Hablar regular y fácilmente acerca de la verdad bíblica y concordar con su amiga(o) escogida(o) en que el servicio a Dios es su prioridad número uno.
- ¿Realmente parece su amiga(o) un discípulo de Jesús? ¿Se comporta como tal?
- ¿Será su amiga(o) una ayuda o un obstáculo en el viaje al reino?
- ¿Será una madre (o padre) que criará los hijos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4)?
- ¿Podrán ustedes ser conjuntamente verdaderos herederos de la gracia de vida?
Ahora bien, ¿considera usted que estos criterios son razonables? Pregúntese usted mismo si está personalmente de acuerdo con ellos. Si alguien del sexo opuesto usara estos criterios para establecer el valor de usted, ¿aprobaría el examen? ¿Cree usted que Cristo usa normas diferentes para escoger su Esposa?
Cuando Todo Lo Demás Falla
Quizá usted ya esté casado, pero se considere deficiente en algunas de las reglas de oro mencionadas anteriormente. Si éste es el caso, no es demasiado tarde para enderezar las cosas. Ponga su vida delante de Dios en oración y comience hoy a leer su palabra y a servirle bien. Usted se sorprenderá de la diferencia que hace este compromiso y logrará una más grande paz mental.
Vivimos en un mundo donde todo lo demás está fallando de una manera u otra. Nuestro mundo cree en el derecho de romper los matrimonios, con desastrosas consecuencias para los hijos y probablemente para uno de los padres. Nuestro mundo cree que sabe lo mejor y esto no incluye a Cristo. Cree en una vida de placeres con cónyuges robados y hace caso omiso de la ley de Dios. Recibe su instrucción más de las novelas que de los Diez Mandamientos. Nuestro mundo está perdido.
Una persona es conocida por sus amigos. Escoja la clase de pareja que le agradaría a Cristo, pidiéndole a Dios que le guíe. Aunque todo lo demás falle él nunca lo dejará ni lo abandonará.
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