Las expresiones de la fe pueden ser muy diversas. Sin embargo, la profunda congruencia en los mensajes de Jesús y Pablo también nos llevan a esperar poder ir de una comunidad a otra en cualquier parte del mundo y descubrir hermanos y hermanas quienes comparten la misma fe en el mismo Señor Jesús. Es el compañerismo en el cuerpo de Jesús.
La expresión “epístolas pastorales” es un título común para I Timoteo, 2 Timoteo y Tito. Los dos destinarios de las epístolas de Pablo, es decir Timoteo y Tito, no eran “pastores” en el sentido general y actual de la palabra. Tampoco eran ministros de una congregación local, sino más bien enviados especiales o comisionados por el apóstol Pablo a cumplir misiones específicas.
El libro de los Hechos solo llega hasta el viaje de Pablo a Roma (61 d.C.). Allí estuvo bajo arresto domiciliario y sujeto a esa situación continuó su labor ministerial. No se saben todas las actividades de Pablo después de su primer encarcelamiento. Sin embargo, sabemos que Timoteo fue de nuevo su compañero de viaje y Pablo dejó a Timoteo en Éfeso para que lo representase (1 Timoteo 1:3). Cuando Pablo fue encarcelado por segunda vez en Roma, escribió su segunda epístola a Timoteo poco antes de su martirio. En esta epístola, Pablo se menciona como prisionero (2 Timoteo 1:8, 16; 2:9). Pablo anticipó su muerte (2 Timoteo 4:6). Ambas epístolas a Timoteo fueron enviadas a Éfeso. Pablo habría muerto en el año 64 d.C., según unos o en el año 67 d.C. según otros.