Veamos algunos casos en los que Dios mostró Su favor:
- Noé – Por ser justo y honrado (Génesis 6:8)
- José – Gozaba de las bendiciones de Dios (Génesis 39:2
- Moisés – Gozaba del favor y la amistad de Dios (Éxodo 14 – 18).
- El pueblo de Israel – Por su obediencia (Levítico 26:9)
- Gedeón – Dios le da una prueba de Su favor (Jueces 6:18-22).
- María – Recibió el favor de Dios (Lucas 1:28)
- Jesús – Gozo del favor de Dios (Lucas 2:52)
En los días de Noé
¡Qué terrible estado de cosas se vivía en esa época. Y en medio de ello solo existía un hombre y su familia piadosa y virtuosa entre los que se consideraban ser hijos de Dios!
En Génesis, en la historia de Noé y el diluvio, la Biblia nos presenta una ilustración más de la condición pecaminosa de la humanidad.
- En Adán y Eva el pecado tomó la forma de desobediencia hacia Dios.
- En la historia de Caín tomó la forma de violencia contra su hermano.
- En el caso del diluvio vemos que la condición pecaminosa del hombre fue notable por su depravación interna. «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente al mal» (Génesis 6:5).
En la historia de Noé y el diluvio, la Biblia nos presenta una ilustración más de la condición pecaminosa de la humanidad al principio del Génesis.
Sin embargo, lo importante de la historia de Noé y el diluvio no es para ilustrar la diseminación de la corrupción maligna entre los hombres, sino para esclarecer la operación divina del juicio y la gracia.
El diluvio hace una presentación brillante del juicio y la gracia.
Los malvados fueron destruidos, pero por medio de Noé y su familia la raza humana tuvo un nuevo principio. El arco iris de la promesa vino a ser el símbolo de la esperanza del hombre en Dios. El pecador se encuentra siempre bajo la condenación divina. Pero su profunda necesidad y angustia encuentra su respuesta adecuada en la gracia de Dios. Este es el mensaje del diluvio y de la Biblia entera.
¡Qué terrible estado de cosas cuando un solo hombre o una familia piadosa y virtuosa existían entre los que profesaban ser hijos de Dios!
En la historia de Noé y el diluvio, la Biblia nos presenta una ilustración más de la condición pecaminosa de la humanidad al principio del Génesis. En Adán y Eva el pecado tomó la forma de desobediencia hacia Dios. En la historia de Caín tomó la forma de violencia contra su hermano. En el caso del diluvio vemos que la condición pecaminosa del hombre fue notable por su depravación interna. «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente al mal» (Génesis 6:5). Sin embargo, el énfasis de la historia de Noé y el diluvio no es para ilustrar la diseminación de la corrupción maligna entre los hombres, sino para esclarecer la operación divina del juicio y la gracia.
El diluvio constituye una presentación brillante del juicio y la gracia. Los malvados fueron destruidos, pero por medio de Noé y su familia la raza humana tuvo un nuevo principio. El arco iris de la promesa vino a ser el símbolo de la esperanza del hombre en Dios. El pecador se encuentra siempre bajo la condenación divina. Pero su profunda necesidad y angustia desesperada encuentra su respuesta adecuada en la gracia de Dios. Este es el mensaje del diluvio, y de la Biblia entera.
Apostasía y juicio (Génesis 6:1-8)
Génesis 8:3. «no contenderá … para siempre”
El pecado de la humanidad había alcanzado tales proporciones que el juicio en cualquier forma sería inevitable. Una indicación de la degradación moral consistía en el matrimonio mixto entre la piadosa línea de Set y los impíos descendientes de Caín. Identificamos a «los hijos de Dios» como los descendientes de Set, y a las «hijas de los hombres» como descendientes de Caín (vs.1-2).
En el v.3 Dios declara: «No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre». El significado de esta expresión es bien claro. La vida del hombre estaba dominada por el pecado y los esfuerzos de Dios resultaban estériles, por esa razón sus días estarían limitados a 120 años de vida. Después de dicho período de gracia, le seguiría el juicio. El pecado había puesto en movimiento aquello que destruiría a los antediluvianos.
Génesis 8:7. «raeré … a los hombres
El v.5 nos presenta una declaración muy severa contra la raza humana. El cáncer de la maldad había hecho presa o había tomado posesión hasta lo más profundo de su corazón. En el v.6 encontramos una expresión gráfica de la decepción divina. La frase «Y se arrepintió Jehová» puede entenderse como: «El Señor estaba apenado» y «El Señor lo sentía profundamente». Por lo general, la idea de arrepentimiento se asocia con el hecho de que una persona abandona el pecado. Pero en este caso se usa para expresar el dolor de Dios al tener que retirar su compañerismo y ejercer su juicio. Es una expresión que indica un cambio de relaciones.
Génesis 8:8 «pero Noé halló gracia”
Sin embargo, en el cumplimiento del juicio que vendría había una excepción. Noé se salvaría del castigo debido al favor inmerecido de Dios. «Noé halló gracia ante los ojos de Jehová». La fe no es el único elemento que le da mérito para ganar el favor divino, pero es por medio de la fe que se obtiene la gracia. Noé creía en Dios. El escritor a los Hebreos recalcó: «Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe». (Hebreos 11:7). Noé les suplicó a sus semejantes que se arrepintieran y así escaparan del juicio que vendría. Pedro lo llamó «el pregonero de la justicia” (2 Pedro 2:5).
Noé construyó el arca (Génesis 6:9-22)
Génesis 8:9 “Noé caminó con Dios”
En contraste con su generación corrupta, Noé es el representante de la justicia y la piedad. A Noé se lo describe como «varón justo, era perfecto en sus generaciones». La sociedad en la que vivía Noé no sólo era corrupta sino también dada a la violencia, «Noé caminó con Dios».
Noé se describe como «varón justo, era perfecto en sus generaciones». La sociedad en la que vivía Noé no sólo era corrupta sino también dada a la violencia, «Noé caminó con Dios». Era de tal calidad el carácter de Noé, que de la misma forma que Enoc, él gozó del compañerismo íntimo de Dios (Génesis 5:22,24); Miqueas 6:8; Malaquías 2:6).
Esta es una verdad gloriosa, que desde las primeras páginas de la Biblia encontramos ilustraciones que enseñan la posibilidad de mantenerse en Dios por medio de la fe. Nosotros podemos triunfar sobre las influencias corruptas de la sociedad en lugar de ser sus víctimas.
Siglos después que Noé, Cristo expresó su interés de que sus discípulos fueran guardados de la corrupción de este mundo. «No ruego que los quites del mundo sino que los guardes del mal” (Juan 17:15).
Puntos de reflexión: “Noé y la gracia de Dios”
Punto número uno:
Comparamos el uso de la palabra “gracia” en el v.8 con otras referencias, por ejemplo:
(Gén 18:3) “y dijo: –Señor, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo.”
(Gén 19:19) “Vuestro siervo ha hallado gracia en vuestros ojos y habéis tenido mucha misericordia conmigo al salvarme la vida, pero no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal y muera.”
(Gén 30:27) “Labán le respondió: –Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.”
(Gén 33:10) “Jacob replicó: –No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia a tus ojos, acepta mi regalo, porque he visto tu rostro como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanta bondad me has recibido.”
(Gén 39:4) “ Así halló José gracia a sus ojos, y lo servía; lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía”.
(Gén 47:25) “ Ellos respondieron: –La vida nos has dado. Hallemos gracia a los ojos de nuestro señor, y seamos siervos del faraón.”
Llegamos a la conclusión: el uso significa: “conceder mi petición”. Si es así, entonces preguntamos: ¿Cuál fue la petición de Noé?
- ¿Para la salvación de su familia? En toda la narración el énfasis está en Noé. No leemos casi nada de su familia.
Génesis 6:18 “Pero estableceré mi pacto contigo, y tú entrarás en el arca, con tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.”
Génesis 7:1 “Dijo luego Jehová a Noé: «Entra tú y toda tu familia en el arca, porque solo a ti he visto justo delante de mí en esta generación.” - ¿Para sus contemporáneos? Un ejemplo es el de Moisés en Éxodo 32:12. Si es así, Noé halló gracia porque Dios les dio a los hombres una oportunidad de arrepentirse: “Entonces dijo Jehová: “No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años”. (Génesis 6:3). El límite de 120 años se refiere probablemente a los años que habrían de pasar hasta que llegara el diluvio. Dios es paciente con los pecadores perdidos, ¡pero también la oportunidad de arrepentirse tiene su fin!
Punto número dos:
Noé reconoció que la mala relación con Dios era la causa de la corrupción y dolor de la humanidad.
- Noé decidió tener una buena relación con Dios.
- Era justo, cabal y caminaba con Dios.
- Obedecía a Dios en todos los detalles.
Vivimos en un mundo de corrupción y bajo el juicio de Dios. Necesitamos conocer una nueva posibilidad para nuestras vidas. Como creyentes en Jesucristo tenemos el ejemplo supremo de la manera de comportarnos en este mundo. La lección es clara, hay que vivir conforme a la voluntad de Dios y dar testimonio sobre el evangelio de la salvación.
Existen muchas oportunidades de poner en práctica estas lecciones de Noé durante el compañerismo que tenemos con los hermanos de la misma fe. |
Buscamos en la carta a los Efesios como debemos “andar”: |
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4:1 |
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4:17- 24 |
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5:1- 2 |
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5:8-14 |
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5:15-20 |
Ahora leemos Miqueas 6:8 para ver lo que pide Dios de nosotros:
Punto aparte
Génesis 6:2 “Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas”
Según algunos interpretes de la Biblia, en Génesis 6:1-7 se relata una invasión de los supuestos “ángeles caídos”. Como los hijos de Dios cohabitaron con mujeres crearon una raza de gigantes (Nefil = “gigante”). Pero, algunos “nefil” estaban en Canaán cuando Israel la invadió (Núm. 13:33). ¿Acaso los nefil sobrevivieron al diluvio?
El término “hijos de Dios” puede referirse a los ángeles, pero no a ángeles caídos y malignos. En ocasiones, en el Antiguo Testamento, Israel (Deuteronomio 14:1) o los reyes (2 Samuel 7:14) son llamados “hijos de Dios”. Las “hijas de los hombres” alude a la descendencia de género femenino de los seres humanos.
Los primeros son los descendientes de la familia de Set, quienes eran religiosos por vocación; las segundas son de la familia de Caín, el apóstata.
Los casamientos entre personas de principios y prácticas opuestas eran inevitablemente fuentes de gran corrupción. Cuando los setitas se vincularon con el mundo al mezclarse con los cainitas, fueron destituidos de la bendición de Dios.