Introducción
Durante el ministerio de Jesús se presentó en varias ocasiones la controversia de Beelzebú. La importancia de esta polémica radica en que es una de las pocas ocasiones en que Jesús describe su propio ministerio.
La acusación de los fariseos es que Jesús “echa fuera los demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios”. Beelzebú significa «Señor de las moscas». Entonces nuestra pregunta es: ¿Existe Beelzebú? Puede ser que aquellos que acusaron a Jesús sí creyeron en Beelzebú. Pero si la condenación es simplemente una calumnia contra él, Beelzebú no necesariamente existe. Los Fariseos acusaban a Jesús de recibir poder de este espíritu del infierno (Mateo 12:24; Juan 8:48-49.52).
Jesús les responde con una referencia a Beelzebú. No es una indicación que él creía en Beelzebú sino que utiliza los mismos términos de sus acusadores. Aquí están unos apuntes de Mateo 12 y Marcos 3 donde Jesús responde a las infundadas acusaciones de ser Beelzebú
Mateo 12:22-29
- Jesús sanó a un endemoniado que era ciego y mudo (v. 22).
- Lo sanó de modo que pudo hablar (v. 22).
- La gente quedó asombrada pero los fariseos respondieron que Jesús expulsa los demonios por obra de Beelzebú (v. 23-24).
- Beelzebú era príncipe de los demonios (v. 24).
- Jesús le respondió que un reino que se divide corre a la ruina (v. 25).
- Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido (v. 26).
- Jesús explica que es el Espíritu de Dios el que permite echar a los demonios (v. 28).
Marcos 3:20-30
- La familia de Jesús decía que: “Se ha vuelto loco” (v. 21).
- Los escribas decían que Jesús estaba poseído por Beelzebú (v. 22).
- Jesús empezó a enseñarles por medio de parábolas (v. 23).
- En la parábola le preguntó: “¿Cómo puede Satanás echar a Satanás?” (v. 24).
- Jesús explicó que cuando una nación está en luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie (v. 24).
- Añadió que esto es lo mismo cuando una familia está con divisiones internas (v. 25-26).
- Jesús continuó en su explicación: Si Satanás lucha contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir (v. 26).
- Saquear una casa es quitarle poder sobre su víctima (v. 27).
- Quien calumnie al Espíritu Santo no tendrá jamás perdón (v. 29).
¿Quién es Beelzebú?
Están tres posibles respuestas de esta pregunta:
- Beelzebú es Baal, uno de los dioses cananea.
- Beelzebú es un ángel caído del cielo.
- Beelzebú es un espíritu inmundo.
Cada respuesta es correcta en cierto contexto. Las investigamos.
1. Beelzebú, dios de los cananeos
Encontramos la primera respuesta en 2 Reyes 1:2-16
“Ocozías se cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria y quedó lastimado. Entonces envió unos mensajeros a los que dijo: «Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de estas mis heridas».” (2 Reyes 1:2)
Del contexto de esta cita aprendemos lo siguiente:
- Beelzebú es el dios filisteo cuyo santuario se hallaba en Ecrón.
- Ocozías, rey de Israel, envió a sus mensajeros para consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón (v. 2).
- Fue condenado por Elias por adorar a los dioses paganos de Ecrón (v. 16)
- Baal-zebub, nombre que significa ‘señor de las moscas’, es una deformación despectiva de Baal-zebul, ‘Baal es príncipe’. Esta antigua divinidad cananea (o dios fenicio) era venerada particularmente en Ecrón, una de las cinco grandes ciudades filisteas. Entonces, Baal-zebub era nombre de un antiguo ídolo. Se nota la descripción en la Versión Septuaginta – LXX (2 Reyes 1:2)
“Y cayó Ocozías por el enrejado en la terraza de él en Samaria y enfermó. Y envió mensajeros y díjoles: «Id y consultad en el Baal-mosca, dios de Acarón, si he de vivir de esta mi enfermedad».”
La nota de la Biblia de las Américas:
“Baal-zebub. Este nombre que significa señor de las moscas, probablemente es un juego de palabras con Baal-zebul (o sea, Baal es príncipe). Algunos escritores hebreos también alteraron el nombre Baal con el nombre Baal-zebel señor del estiércol. Ecrón. Estaba a unos 40 km al oeste de Jerusalén. En un tiempo perteneció a Judá (Josué 13:3; Jueces 1:18), después a Dan (Josué 19:43). Más tarde fue una de las cinco principales ciudades de los filisteos; allí fue llevada el arca (1 Samuel 5:10).”
Un creyente en la existencia de demonios tiene que responder a estas dos preguntas: ¿Todavía existe Baal-zebub (como el príncipe de los demonios) o Satanás? Y ¿Existe todavía Baal-zebub como una parte del panteón de los dioses cananeos? La historia en 1 Reyes 18:20–46 de Elías en el monte Carmelo no da la respuesta.
El monte Carmelo no es solamente una montaña sino una cadena montañosa que corre desde la bahía de Acre hacia el interior, en dirección sudeste por aproximadamente 20 km. Es imposible saber con exactitud dónde se reunieron. El único indicio que nos da es que el lugar tenía cierta posición ventajosa con vista al Mediterráneo (vs.42–44). Hay evidencia de que el monte Carmelo solía ser un lugar tradicional para el culto de Baal. Si ese es el caso, Elías les estaba dando a los profetas de Baal la ventaja de pelear en su propio terreno.
Elías no acusa directamente al pueblo de ser apóstata sino de vacilar entre dos opiniones. Esto sugiere que lo que trataban de hacer era adorar a los dos, Baal y Jehová, para obtener máximas ventajas. Elías intentó destruir completamente ese pensamiento. El pueblo debe decidir: Jehová o Baal.
A los profetas de Baal les tocó el primer turno. Los sacerdotes de Baal comenzaron la ceremonia invocando a su dios. Al mediodía Elías alivió el tedio poniéndoles en ridículo al llamar a Baal un dios y al mismo tiempo sugerir que la falta de respuesta se debía a razones muy humanas. La palabra traducida ocupado en la RVA es un verbo que literalmente significa “retirarse” y es probable que Elías lo utilizó para querer decir que Baal estaba haciendo sus necesidades. El baile de los profetas de Baal se intensificó durante la tarde, pero las tres indicaciones negativas al final del v. 29 acentúan que todo fue en vano.
Elías preparó su propio holocausto desde el principio con otro toro. Elías se aseguró de que todo pareciera estar en contra de él: Empapó el holocausto y la madera con tanta agua que rebalsaba hasta que llenó la zanja que rodeaba el altar. Después de tres años de sequía el agua debe haber estado muy escasa de modo que derramar varios cántaros de agua sobre el holocausto constituyó un doble acto de fe. Elías confiaba en que Dios mandaría tanto lluvia como fuego.
Su oración (vs.36, 37) muestra su gran fe en este momento crucial en la historia de Israel: Es el principio de esa historia que Elías les hace recordar al nombrar a Jehová Dios de los antepasados de Israel. La oración también revela las prioridades de Elías: El ruega que se le reconozca como siervo de Jehová, pero ruega dos veces que se reconozca a Jehová como el Dios verdadero de Israel. La respuesta fue fantástica y completa. Jehová hizo lo que Baal, el supuesto señor del cielo y el clima, no pudo hacer. Baal no existe
2. Beelzebú, un ángel caído
En el estudio de la Pregunta 10 del periodo Inter-testamentario escogimos referencias de tres libros apócrifos – Enoc, Tobit y Jubileos – para demostrar las obras, que no pertenecen a las Escrituras, que se leyeron en el día de Jesús. No se puede encontrar ninguna evidencia bíblica de la caída de un ángel con el título Beelzebú. Sin embargo, en otro libro apócrifo – el Testamento de Salomón – confluyen leyendas judías y cristianas sobre astrología, demonología y magia.
En la ficción del escritor, Salomón, arrepentido de sus pecados a la hora de la muerte, escribe su “testamento” a los hijos de Israel. Por eso, la preocupación principal según su autor, es ofrecer a la humanidad los conocimientos sobre los demonios, sus actuaciones y el modo de combatirlos. En capítulo 6, Salomón dice:
“Ordené de nuevo que se presentara ante mí Beelzebul y, ya sentado, tuve a bien preguntarle: – ¿Por qué eres tú solo el príncipe de los demonios? Me respondió: – Porque yo soy el único caído entre los ángeles celestes, pues yo era un ángel de los del primer cielo, llamado Beelzebul. Conmigo hay un segundo (espíritu), impío, a quien Dios mutiló y ahora, encerrado aquí, domina sobre mi descendencia encadenada en el Tártaro. Circula por el Mar Rojo y en momentos determinados viene para el triunfo.” (vs.1-4)
El libro está lleno de fantasías. Por ejemplo, Salomón está construyendo Jerusalén y, en particular, el templo de Dios. Uno de las personas que se encarga de un grupo de trabajadores es molestado continuamente por un demonio. Salomón ora por la liberación del trabajador y recibe de Dios, por medio de Miguel, un anillo mágico. Gracias a él dominará a ese molestoso demonio y le quedarán subyugados otros muchos más, cuya fuerza y habilidades contribuirán a la construcción del templo de Dios.
La Biblia no dice de tales cosas. El autor parece manejar a demás del Antiguo Testamento, la apocalíptica judía y el Nuevo Testamento. Por eso existe duda con respecto a la fecha de la creación del escrito. Piñero dice que “…es imposible determinar la fecha de composición…” y “…que no sería erróneo que sus materiales, en origen, fueran de los siglos I y II de nuestra era.” (p.329)
Piñero también nos ayuda a entender cuan lejos estas escritas se han apartado de las verdaderas enseñanzas de la Biblia. Es como lo que observamos después de se referirnos a los tres libros apócrifos en el estudio de la Pregunta 10. Piñero continua:
“El redactor ha pretendido ofrecer a sus futuros lectores más información sobre la naturaleza y acción de diversos demonios que la contenida en el escrito judío cayo en sus manos: quiénes son exactamente esos diablos, cuáles son sus actuaciones y cómo puede el ser humano contrarrestarlas. Para responder a tales preguntas, el redactor ha acumulado materiales de muy diversas procedencia…La rica mitología griega ha podido servir de base para la ilustración de ser de diversas demonios…La tradición judía – que a su vez bebe en fuentes babilónicas y persas…De la tradición egipcias procede todo el capítulo 18 que describe la acción de los treinta y seis ´decanos´ los ´rectores de las tinieblas´ de este mundo y de la tradición cristiana, finalmente, el redactor ha tomado las figuras de Beelzebul…” (p.328)
Así fue el ambiente, lleno de muchas enseñanzas confusas y erróneas, en el cual Jesús vivió para enseñarles acerca del reino de Dios y Su justicia.
3. Beelzebú, un espíritu inmundo
Una acusación contra Jesús encontramos en Marcos 3:30:
“Es que ellos habían dicho: «Tiene espíritu impuro».”
Entonces, el contexto de esta difamación sugiere que Beelzebú fue un “espíritu impuro”. En otras ocasiones, por ejemplo en Lucas 7:33, encontramos la frase “Demonio tiene”. El uso del verbo “tener” implica que se considera a Beelzebú como un demonio. Por eso los amigos (¿o familia?) de Jesús decían: “Está fuera de sí.” (Marcos 3:21).
Hay que comprender estas variantes considerando el pensamiento del pueblo judío del primer siglo. Encontramos en el Libro de Jubileos referencias a “Mastema, príncipe de los espíritus” (Jubileos 10:7) y en el mismo capítulo se llama “Satanás” (Jubileos 10:11).
Posteriormente, en el mismo libro, descubrimos más tergiversaciones de las historias bíblicas. La enseñanza que podemos sacar de estas referencias es que la causa de la maldad no es culpa de los seres humanos sino de los seres sobrenaturales.
Ejemplo No.1 – Génesis 11:20 en los días de Serug:
“El principe Mastema se esforzaba en hacer todo esto y enviaba a los otros espíritus que habían sido puestos bajo su mano para cometer toda clase de extravío, pecado e iniquidad: destruir, arruniar y derramar sangre sombre la tierra.” (Jubileos 11:5)
Ejemplo No.2 – Génesis 22 Satanás propone la prueba de Abraham
“Llegó el príncipe Mastema y dijo ante Dios: – Abrahán ama a su hijo Isaac y lo prefiero a todo. Dile que le ofrezca en holocausto sobre el altar y verás si cumple esta orden. Entonces sabrás si es fiel en todo tipo de pruebas.” (Jubileos 17:16)
Ejemplo No.3 – Éxodo 4:24 Satanás trata de matar a Moisés cuando volvió a Egipto.
“Tú sabes lo que Dios te habló en el monte Sinaí y lo que quiso hacer contigo el príncipe Mastema, cuando volvías a Egipto en el camino donde lo encontraste el la posada.” (Jubileos 48:2)
Ejemplo No.4 – Éxodo 14:8-31 Satanás incita a los egipcios contra los israelitas.
“El príncipe Mastema quedó confundido en todas las señales y prodigios. Cuando arreció gritando a los egipcios que te persiguieron con toda la potencia de Egipto, con sus carros y caballos y con toda la multitud de los pueblos de Egipto.” (Jubileos 48:12)
De todas estas citas, comprendemos que Mastema o Satanás es un príncipe. La idea principal de la identidad de Beelzebú también es un príncipe. Ahora se puede entender el por qué del cambio de títulos que Jesús hizo mientras habló con los escribas:
“Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les hablaba en parábolas:—¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?” (Marcos 3:22-23)
Jesús acepta esa suposición y sin ninguna explicación dice “¿Cómo puede Satanás echar…?” en vez de “¿Cómo puede Beelzebú echar…?” Jesús también acepta esa suposición que Beelzebú puede “tener” a una persona. Por eso, una persona que “tiene” Beelzebú tiende a ser llamada “Beelzebú.
Las enseñanzas del Beelzebú como un ángel caído o un espíritu impuro se encuentran en las historias apócrifas de los judíos. Lamentablemente, muchos judíos del primer siglo de la era cristiana escogieron seguir en pos del dios, Baal, ´conquistado´ en los días de Elías. Los verdaderos creyentes en la enseñanza bíblica ponemos nuestra confianza en las enseñanzas de Jesucristo y escudriñamos con cuidado el verdadero significo de las parábolas del Hijo de Dios.
Ahora hacemos un resumen de lo que acabamos de estudiar.
- Los fariseos y escribas acusan a Jesús de que echó los demonios con el auxilio del príncipe de los demonios – Beelzebú o Satanás.
- Jesús les mostró que esta propuesta es absurda. Si lo hizo como agente de Satanás, entraría en el desarrollo de sus actividades y no en contra de ellas.
- Jesús tenía el poder de hacer los hechos hostiles contra el reino de Satanás por medio del Espíritu Santo.
- Jesús está en una campaña para anunciar el Reino de Dios.
- Los fariseos y escribas blasfeman contra el Espíritu Santo cuando dicen que Jesús hace las curaciones por medio de Beelzebú.
- En todo lo que Jesús hace, demuestra que trabaja contra Beelzebú y con Dios. Es por medio del poder de Dios, el Espíritu Santo, que echa a los demonios.
- Jesús reconoce la conexión entre Beelzebú y los demonios.
- Por igualar a Beelzebú con Satanás (Mateo 12:26-27) significa que hay un vínculo Satanás (o el diablo) y los demonios.
- En el Nuevo Testamento la figura que aprendemos es que Satanás tiene un reino y los demonios son sus ministros – imitadores.
- Es notorio también que Marcos 3:23 nos da un indicio de suma importancia para comprender el tema de los demonios en su totalidad. Usa la palabra ‘parábola’. Por eso hay que pensar en el tema de los demonios como una ‘parábola’ detallada y sostenida en todo el Nuevo Testamento.
- Estas ‘parábolas’ son relatos, especialmente de Jesús, que proporcionan cierta perspectiva de la vida, en particular la vida del reino de Dios. Utilizan metáforas o comparaciones y las amplían en un relato corto para probar un punto.
- Algunas características de los relatos de ‘demonios’ son literales. Los padecimientos de la gente eran reales y los milagros para aliviarles auténticos también.
- La Biblia narra acerca de sordos, mudos, endemoniados y exorcismos. ¿Estos hechos son auténticos o no?
- No es suficiente decir que los escritores del Nuevo Testamento emplean el lenguaje cotidiano para describir a alguien poseído por demonios si estaba mentalmente enfermo o tenía una enfermedad que nadie entendía.
- La Biblia en su totalidad es inspirada por Dios. Por medio del Espíritu de Dios los escritores escogieron el uso detallado de la terminología de ‘demonio’.
- Los escritores del Nuevo Testamento reconocen la existencia de los demonios pero ¿En qué sentido?
Primero: Recordamos la referencia de Marcos 3:23 que dice que el tema de Satanás y los demonios es una parábola. Por eso, como todas las parábolas, se necesita mucha atención a la interpretación.
Segundo: En razón del origen pagano de la ‘doctrina de demonios’, resulta falaz llegar siquiera a considerar que las Escrituras la enseñaran. La teoría griega de que la locura, los desórdenes epilépticos y las obstrucciones de los sentidos se debían a posesiones demoníacas había existido muchos siglos antes del tiempo de Cristo y había circulado por todo el mundo con el idioma griego.
Tercero: Aunque observamos en las Escrituras referencias a las personas ‘poseídas de demonios’ no indica que los autores creían en ‘demonios’. Mateo 8:16-17 dice que, por medio de la expulsión de los espíritus malos, Jesús tomó nuestras debilidades y cargó nuestras enfermedades.
Cuarto: Jesús al vvolver a Israel para enseñarles los caminos de Dios fue rechazado. Era una generación perversa, porque creían en demonios y en dioses que nunca veneraron sus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Atar a un hombre fuerte
Hasta ahora en nuestro estudio hemos visto la manera en que los exorcismos por Jesús son típicos de la condición de la nación de Israel en el pasado y el presente. Identificamos también una lección similar con lo que leemos del “príncipe de los demonios” en los evangelios:
“Y habiéndolos llamado, les hablaba en parábolas:—¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.” (Marcos 3:23-24)
“Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.” (Mateo 12:25)
“Y si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.” (Marcos 3:26)
“Si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.” (Lucas 11:19-20)
“Mientras el hombre fuerte y armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22Pero cuando viene otro más fuerte que él y lo vence, le quita todas las armas en que confiaba y reparte el botín.” (Lucas 11:21-22)
“Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no lo ata; solamente así podrá saquear su casa.” (Marcos 3:27)
“El que no está conmigo, está contra mí; y el que conmigo no recoge, desparrama.” (Mateo 12:30)
“De cierto os digo que todos los pecados y las blasfemias, cualesquiera que sean, les serán perdonados a los hijos de los hombres; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.” (Marcos 3:28-29)
¿Qué significa: un reino está dividido contra sí mismo, Satanás se levanta contra sí mismo, una ciudad o casa dividida contra sí misma? Las respuestas a estas preguntas son relacionadas con el acceso a un trono y reinado.
Unas nociones de la parábola
Identificamos tres parábolas de Jesús en Marcos 3:23-26. La secuencia de estas parábolas resulta así:
- Un reino dividido
- Una casa dividida
- Un Satanás dividido
- Una casa saqueada, y finalmente…
- Blasfemia contra el Espíritu Santo.
Descubrimos la misma secuencia en la historia de la nación judía.
- No es difícil asociar “el reino dividido” con lo que pasó con el reino de Israel después de Salomón. La nación se dividió en diez tribus del norte y dos tribus del sur.
“y dijo a Jeroboam: «Toma para ti diez pedazos, porque así dice Jehová, Dios de Israel: “Voy a arrancar el reino de manos de Salomón y te daré a ti diez tribus.” (1 Reyes 11:31)
Ambos reinos resultaron en desolación porque rechazaron la sabiduría de Dios. Cayeron en la apostasía. - La “casa dividida” pertenece a la dinastía de Jacob que fue dividida dentro la casa de José y la casa de Judá. Ambos, Jeroboam y Roboam, son descritos por tener posesión de casas o dinastías 1 Reyes 11:28 y 2 Crónicas 11:1)
“Cuando Roboam llegó a Jerusalén reunió a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil hombres, todos guerreros escogidos, con el fin de hacer la guerra a la casa de Israel y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón.” (1 Reyes 11:1)
- Se nota como la Biblia describe la insurrección de Jeroboam:
“Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor.” (2 Crónicas 13:6)
Satanás “se levanta contra sí mismo y se divide” (Marcos 3:26). Es como una insurrección.
- El edificio del reino dividido y la dinastía dividida describe el Templo. Esta casa fue construida por un “hombre fuerte”.
“Cuando llegaron los días en que David había de morir, le ordenó a Salomón, su hijo: «Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas.” (1 Reyes 2:1-3)
- La primera persona para saquear el Templo fue un aliado de Jeroboam, el egipcio Sisac:
“Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey; todo se lo llevó; también los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.” (2Crónicas 12:9-10)
- La blasfemia contra el Espíritu Santo es replicada por la apostasía introducida por Jeroboam.
“Después de tomar consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: «Ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses, Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto». Entonces puso uno en Bet-el y el otro en Dan. Esto fue causa de pecado, porque el pueblo iba a adorar delante de uno de ellos hasta Dan.” (1 Reyes 12:28-30)
“Y él designó sus propios sacerdotes para los lugares altos, para los demonios y para los becerros que había hecho.” (2 Crónicas 11:15)
Aquí tenemos el pecado de Sinaí (Éxodo 32:4) y la blasfemia contra el Espíritu Santo quien había guiado al pueblo de Israel en el desierto (Isaías 63:10-11)
Estos detalles históricos prueban que el resultado de un reino dividido, una ciudad dividida y una casa dividida es la desolación. Esto no pasaría con el reino proclamado por Jesús. No tomó parte del reino de Satanás. Entonces ¿qué es el reino de Satanás?
El Reino de Dios
El remedio para un reino divido es el reino de Dios. Este reino será una restauración del reino indivisible de Israel. Durante el anuncio del nacimiento de Jesús, el ángel Gabriel dijo a María:
“reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su Reino no tendrá fin.” (Lucas 1:33)
Teniendo este anuncio presente, ¿Cómo entendemos la frase que Jesús aplica en Lucas 11:19-20 – “el dedo de Dios”?
“Si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.”
Recordamos lo que los hechiceros dijeron al faraón con respecto de los milagros en Egipto (Éxodo 8:19) “Es el dedo de Dios”. Pero esta frase contrasta con el abuso de poder que se puede ver en el caso de Roboam:
“Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron:—Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: “Tu padre agravó nuestro yugo, pero tú alívialo en algo”; así les hablarás: “El menor de mis dedos es más grueso que la cintura de mi padre.” (1 Reyes 12:10)
El llamamiento de Jesús se encuentra en Lucas 11:23: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” es como un llamamiento de los reyes a su pueblo:
“Se juntaron con él hombres ociosos y perversos y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y pusilánime, y no se defendió de ellos.” (2 Crónicas 13:7)
“Cuando llegó Roboam a Jerusalén, reunió de la casa de Judá y de Benjamín a ciento ochenta mil hombres de guerra escogidos, para pelear contra Israel y devolver el reino a Roboam.” (2 Crónicas 11:1)
Aquellos “no con” Jesús fueron esparcidos. Aquellos “con” Jesús pertenecen al reino de Dios y los que están contra Jesús pertenecen al reino de Satanás. Heredaron el espíritu de apostasía de Jeroboam con su deseo de ser separado del Mesías davídico.
Conclusión
La controversia sobre Beelzebú es importante porque presenta a Jesús con una oportunidad de explicar los hechos de su ministerio en sus propias palabras.
Se nota que la narración en Marcos empieza con unas curaciones y luego, en el capítulo 3, un escriba viene a Jesús y razona que tiene Beelzebú (Marcos 3:22). Sin embargo, en estos primeros capítulos hemos sido conducidos a la verdadera fuente del poder de Jesús, pero ahora encontramos una confrontación hostil. Jesús responde con parábolas en vez de una explicación doctrinal. Estas parábolas tienen un sentido simbólico. Incluyen el término “Satanás”. No obstante, esto no excluye un sentido literal lo que los adversarios de Jesús suponían. Se puede entender la respuesta de Jesús como una refutación directa o simbólicamente en una manera más profunda.
Las tres parábolas tienen que ver con una dinastía, un reino y un edificio. Las parábolas concernientes a un reino y una dinastía son seguidas en Mateo y Lucas por la declaración de Jesús de la llegada a ellos del reino de Dios.
“Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios,” (Mateo 12:28)
“Pero si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.” (Lucas 11:20)
Las primeras dos parábolas demuestran la contradicción que Jesús, poseído por Satanás, puede echar a otros también poseídos por Satanás. La tercera parábola introduce un carácter nuevo – un hombre que puede atar a un hombre fuerte. Los exorcismos de Jesús demuestran que Jesús tiene el poder de atar a Satanás. No obstante en este episodio tenemos evidencia de una profecía – los adversarios de Jesús serían atados dentro de poco tiempo.