Cuarta parte:
Estudios del Nuevo Testamento
Al entrar en un estudio del Nuevo Testamento, de una manera especial tengo que reconocer, con gratitud, el apoyo que he recibido de mi hermano en la fe, Andrew Perry. Sus investigaciones sobre el tema de los demonios se pueden leer en su libro Demons, Magic and Medicine (2007) Tyne and Wear:Willow Publications. Mucho de lo que se encuentra en las páginas siguientes son mis traducciones libres de unos capítulos de su libro, apuntes e información adicional.
Mientras conversamos acerca del tema de los demonios, un creyente en ellos normalmente revela su inclinación a enfocar el contenido literal de las narraciones en los Evangelios. Su criterio es de una persona que solamente tiene el punto de vista de lo que está escrito en los Evangelios (A). En cambio, una persona que no cree en los demonios y no solamente observa lo que está escrito en los Evangelios sino que también observa lo que dice la Biblia en su totalidad, llega a una respuesta diferente (B).
El punto de vista general hoy en día es que los demonios son parte de la caída de seres sobrenaturales (ángeles rebeldes) sobre el mundo. Sin embargo, es un problema muy grave para el creyente en este dogma identificar el origen de tales demonios.
Empezamos nuestro estudio de los demonios en el Nuevo Testamento con una referencia de Deuteronomio 28:22-28, 59-61. Este largo pasaje deja notablemente aclarado que el Señor castigará a Israel por la desobediencia con todo tipo de enfermedad.
“Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo, que te perseguirán hasta que perezcas…Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu…”
(Deuteronomio 28:22,28)
El punto clave es si Dios es el agente de tales castigos, ¿dónde está el alcance para la actividad independiente de demonios? Estas aflicciones físicas eran parte de un paquete de dos partes de castigos:
a) aflicciones físicas
b) opresiones de los poderes de las naciones vecinas – en los días de Jesús, el imperio romano.
Yahvéh predijo las consecuencias de la desobediencia: que la enfermedad mental sería uno de los castigos por adorar a ídolos o demonios. Esto explica porque en el Nuevo Testamento se relacione a los demonios con las enfermedades mentales, pero no con el pecado. No leemos que Cristo haya expulsado demonios de la envidia, asesinato, etc. También debe notarse que la Biblia señala que la gente tiene un demonio o enfermedad, y no que los demonios causaron la enfermedad.
Hacemos un repaso de unas de las referencias de los endemoniados en el Nuevo Testamento:
Mateo 8:28-34
- Los endemoniados salían de los sepulcros (v. 28).
- Eran muy feroces (v. 28).
- Le preguntaron a Jesús si les iba atormentar (v. 29).
- Los demonios le rogaron ir a un hato de cerdos (v. 31).
- Fueron al hato y se lanzaron al mar (v. 32).
- Perecieron en las aguas (v. 32).
- La gente de la ciudad pidió a Jesús que se fuera de su territorio (v. 34).
Mateo 9:32-34
- Había un mudo endemoniado (v. 32).
- Una vez expulsado el demonio, el mudo pudo hablar. (v. 33).
- La gente se maravillaba (v. 33).
- Los fariseos decían que Jesús era príncipe de los demonios que echa los demonios (v. 34).
Marcos 1:21-28
- Jesús enseñaba en la sinagoga (v. 21).
- Había un hombre con espíritu impuro (v. 23).
- El espíritu impuro gritó a Jesús (v. 24).
- Jesús lo reprendió y le ordenó salir del hombre (v. 26).
- El espíritu salió violentamente (v. 26).
- Todos se asombraron y admitieron la autoridad que Jesús tenía (v. 27).
Marcos 7:24-30
- Una mujer tenía una hija con espíritu impuro (v. 25).
- La mujer le rogaba a Jesús que echara al demonio (v. 26).
- La mujer mostró su fe en Jesús (v. 27-28).
- Por causa de la fe de la mujer, Jesús dijo: “Vete” y el demonio salió de la hija (v. 30).
Lucas 9:37-43
- Un muchacho tenía un espíritu que le hacía gritar, lo sacudió violentamente y le hacía tirar espuma (v. 37-39).
- Jesús reprendió al espíritu impuro y el muchacho sanó (v. 42).
- Todos admiraban a Jesús (v. 43).
1 Corintios 10:18-22
- Los gentiles ofrecían sacrificios en honor a los ídolos (v. 18-20).
- Honraban a los demonios, y no a Dios (v. 20).
- Los creyentes no pueden practicar sacrificios a demonios y participar en la cena del Señor (v. 21-22).
Santiago 2:17-20
- La fe sin obras está muerta (v. 18).
- El creyente tiene que manifestar su fe y obras (v. 18).
- El creyente dice que Dios es uno (v. 19).
- Los demonios también creen esto (v. 19).
- Pero la fe sin obras está muerta (v. 21).
En muchas de las referencias los demonios eran echados fuera de alguien. Es decir, que los exorcizados eran sanados de una enfermedad mental o de una enfermedad que no entendían los habitantes de esa época. Como la enfermedad mental era difícil de comprender por el escaso nivel de conocimiento médico que tenían, la gente se refería a aquellos afligidos como personas ‘poseídos por un demonio’.
El uso del lenguaje literal y simbólico
Según la experiencia es muy difícil llegar a un acuerdo con las personas que manifiestan los dos puntos de vista sobre el tema de los demonios. Una persona que cree en los demonios supuestamente enfrenta a otra persona que no los cree de esta manera:
“Leo la Biblia francamente. Usted no lo hace.”
“Acepto los Evangelios en sentido literal. Usted no.”
El punto clave para resolver esta controversia es importante entender la diferencia entre lenguaje literal y simbólico.. Nuestra definición de un símbolo en el lenguaje es:
“El símbolo es una palabra o frase que representa alguna cosa o hecho en adición de lo cual normalmente actuar.”
Por ejemplo, las frases “el sol” y “la luna” normalmente significan el sol y la luna literal. Pero encontramos estas palabras en versículos que representan a “Israel”. La palabra “rojo” lleva el concepto de un color. Pero en algunos versículos de la Biblia simboliza el pecado.
La palabra “demonio” normalmente significa un demonio, un ídolo, un ser sobrenatural, pero también puede simbolizar otra cosa. En nuestro estudio sobre los demonios en el Nuevo Testamento, los milagros con referencia a los demonios, a nivel de los judíos, simbolizan la idolatría de los israelitas bajo el yugo de los poderes extranjeros. Es decir, la palabra tiene un sentido real y también tiene un sentido simbólico con relación a la historia de Israel.
En resumen…
Iniciamos el estudio de las referencias de “demonios” en el Nuevo Testamento desde un punto de vista basado en lo aprendido sobre el tema en el Antiguo Testamento. Descubrimos que la creencia en los demonios como una especie de “dios” es falsa y la evidencia en la vida de Jesús indica que sus creencias nacieron en las enseñanzas del Antiguo Testamento.
También aprendimos que, para Israel, las consecuencias de ser un pueblo escogido implicarían bendiciones por la obediencia y maldiciones por la desobediencia hacia Dios. Deuteronomio tiene el propósito de mostrar que es el Señor, y no Baal u otros dioses falsos, quien provee estas cosas. La vida se retrata en toda su incertidumbre, sujeta a una ruina repentina, enfermedades y sequías. Donde no se cumple el pacto no hay “brazos eternos” (Deuteronomio 33:27) que protejan de estas cosas. Tampoco hay protección en contra de los enemigos, lo cual constituye una de las grandes promesas del pacto. Las maldiciones sobre un pueblo rebelde también vienen de Jehová.
Así que Dios describe a los demonios como ídolos, abominaciones y vanidades, cosas en las cuales es vano creer, que no tienen existencia. Creer en demonios muestra una falta de fe en Dios. No es fácil aceptar que Dios suministra todo, tanto lo bueno como lo malo, en la vida. Es más fácil pensar que las cosas malas vienen de otro ser, porque una vez que aceptemos que vienen de Dios entonces necesitamos tener la certeza de que Dios las quitará o que finalmente van a ser provechosas para nosotros.
Otra consecuencia de un estudio del Antiguo Testamento es la clara relación de la creencia en demonios con la idolatría. Aún más hemos visto que la creencia en demonología aparentemente se desarrolló en el contexto de las falsas religiones de las naciones vecinas de Israel y también en la filosofía griega.
Pero usted puede decir: ¿Qué hay de todos los pasajes en el Nuevo Testamento que claramente hablan de demonios? Por eso ahora vamos a investigar los milagros de personas poseídas por demonios y al mismo tiempo poner atención a la forma de lenguaje utilizado durante sus narraciones.