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Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza

Conclusión - Una búsqueda de la Biblia Reina-Valera ’95

(Gén 6:8) Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
(Gén 18:3) y dijo: –Señor, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo.
(Gén 19:19) Vuestro siervo ha hallado gracia en vuestros ojos y habéis tenido mucha misericordia conmigo al salvarme la vida, pero no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal y muera.
(Gén 30:27) Labán le respondió: –Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.
(Gén 33:10) Jacob replicó: –No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia a tus ojos, acepta mi regalo, porque he visto tu rostro como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanta bondad me has recibido.
(Gén 39:4) Así halló José gracia a sus ojos, y lo servía; lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.
(Gén 47:25) Ellos respondieron: –La vida nos has dado. Hallemos gracia a los ojos de nuestro señor, y seamos siervos del faraón.
(Gén 47:29) Cuando los días de Israel tocaban a su fin, llamó a José, su hijo, y le dijo: –Si he hallado ahora gracia a tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo y que me trates con misericordia y lealtad. Te ruego que no me entierres en Egipto.
(Éxo 3:21) Yo haré que este pueblo halle gracia a los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis no vayáis con las manos vacías,
(Éxo 33:13) Pues bien, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia a tus ojos; y mira que esta gente es tu pueblo.
(Éxo 33:16) Pues ¿en qué se conocerá aquí que he hallado gracia a tus ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andas con nosotros, y que yo y tu pueblo hemos sido apartados de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
(Éxo 33:17) –También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia a mis ojos y te he conocido por tu nombre –respondió Jehová a Moisés.
(Éxo 34:9) diciendo: –Señor, si en verdad he hallado gracia a tus ojos, que vaya ahora el Señor en medio de nosotros. Este es un pueblo muy terco, pero perdona nuestra maldad y nuestro pecado, y acéptanos como tu heredad.
(Núm 32:5) Por tanto –dijeron– si hallamos gracia a tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad y no nos hagas pasar el Jordán.
(Deu 33:16) con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud y la gracia del que habitó en la zarza, venga sobre la cabeza de José
y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
(Jue 6:17) Él respondió: –Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que has hablado conmigo.
(1Sa 1:18) –Halle tu sierva gracia delante de tus ojos –respondió ella. Se fue la mujer por su camino, comió, y no estuvo más triste.
(1Sa 20:3) David volvió a jurar, diciendo: –Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá: «Que Jonatán no sepa esto, para que no se entristezca». Pero, ¡vive Jehová y vive tu alma!, que apenas estoy a un paso de la muerte.
(1Sa 25:8) Pregunta a tus criados y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia a tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tengas a mano a tus siervos y a tu hijo David»».
(1Sa 27:5) David dijo a Aquis: –Si he hallado gracia ante tus ojos, haz que me den un lugar en alguna de las aldeas para que habite allí; pues ¿por qué ha de vivir tu siervo contigo en la ciudad real?
(Neh 2:5) y le respondí: –Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
(Est 2:9) La joven le agradó y halló gracia delante de él, por lo que se apresuró a proporcionarle atavíos y alimentos. También le dio siete doncellas escogidas de la casa del rey, y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.
(Est 2:17) Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres; halló ella más gracia y benevolencia que todas las demás vírgenes delante del rey, quien puso la corona real sobre su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.
(Est 7:3) Entonces la reina Ester respondió: –Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos y si place al rey, que se me conceda la vida: esa es mi petición; y la vida de mi pueblo: ese es mi deseo.
(Est 8:5) y dijo: –Si place al rey, si he hallado gracia en su presencia, si le parece acertado al rey y soy agradable a sus ojos, que se dé orden escrita para revocar las cartas que autorizan la trama de Amán hijo de Hamedata, el agagueo, dictadas para exterminar a los judíos que están en todas las provincias del rey.
(Sal 26:7) para exclamaron voz de acción de gracias y para contar todas tus maravillas.
(Sal 45:2) Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se ha derramado en tus labios; por tanto, Dios te ha bendecido para siempre.
(Sal 84:11) porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.
(Pro 3:4) y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.
(Pro 4:9) Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza; una corona de belleza te entregará.
(Pro 13:15) El buen juicio da gracia; el camino de los transgresores es duro.
(Pro 22:11) El que ama la pureza del corazón, con la gracia de sus labios se ganará la amistad del rey.
(Pro 28:23) El que reprende a otrohallará después mayor gracia que el que lisonjea con la lengua.
(Ecl 10:12) Las palabras del sabioestán llenas de gracia, mas los labios del neciocausan su propia ruina.
(Jer 31:2) Así ha dicho Jehová: «El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo.
(Dan 1:9) Puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;
(Nah 3:4) Y todo por culpa de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones
con sus fornicaciones y a los pueblos con sus hechizos.
(Zac 11:10) Tomé luego mi cayado Gracia y lo quebré, para romper el pacto que había concertado con todos los pueblos.
(Zac 12:10) «Pero sobre la casa de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de oración. Mirarán hacia mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por el hijo unigénito, y se afligirán por él como quien se aflige por el primogénito.
(Luc 2:40) El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios era sobre él. Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
(Luc 4:22) Todos daban buen testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca. Decían: –¿No es este el hijo de José?
(Luc 18:11) El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
(Jua 1:17) porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
(Hch 6:8) Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.
(Hch 7:10) y lo libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante del faraón, rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
(Hch 7:46) Este halló gracia delante de Dios y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.
(Hch 11:23) Este, cuando llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con propósito de corazón permanecieran fieles al Señor.
(Hch 15:11) Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
(Hch 20:32) «Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
(Hch 25:3) pidiendo contra él, como gracia, que lo hiciera traer a Jerusalén. Y preparaban ellos una celada para matarlo en el camino.
(Rom 1:5) Por medio de él recibimos la gracia y el apostolado para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre;
(Rom 3:24) y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
(Rom 4:16) Por eso, la promesa es fe, para que sea por gracia, a fin de que sea firme para toda su descendencia, no solamente para la que es por la Ley, sino también para la que es de la fe de Abraham. Él es padre de todos nosotros,
(Rom 5:2) por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
(Rom 5:21) porque así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reinará por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
(Rom 11:6) Y si es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no sería gracia. Y si es por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no sería obra.
(Rom 12:3) Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
(Rom 12:6) Tenemos, pues, diferentes dones, según la gracia que nos es dada: el que tiene el don de profecía, úselo conforme a la medida de la fe;
(Rom 16:24) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
(1Co 1:3) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(1Co 1:4) Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús,
(1Co 3:10) Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
(1Co 14:17) Tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.
(1Co 15:10) Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
(1Co 16:23) La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.
(2Co 1:2) Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
(2Co 4:15) Todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.
(2Co 8:1) Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia,
(2Co 8:9) Ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre siendo rico, para que vosotros con su pobreza fuerais enriquecidos.
(2Co 9:8) Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra;
(2Co 12:9) Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
(2Co 13:14) La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
(Gál 1:3) Gracia y paz sean a vosotros, de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo,
(Gál 2:9) y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión.
(Gál 2:21) No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió Cristo.
(Gál 6:18) Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
(Efe 1:2) Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
(Efe 1:6) para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptosen el Amado.
(Efe 2:8) porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
(Efe 3:2) Seguramente habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros,
(Efe 4:7) Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
(Efe 6:24) La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.
(Flp 1:2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Flp 4:23) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
(Col 1:3) Siempre que oramos por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
(Col 4:6) Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
(1Ts 5:28) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.
(2Ts 1:2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(2Ts 3:18) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
(1Ti 1:2) a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, nuestro Señor.
(1Ti 1:14) Y la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
(2Ti 1:2) a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.
(2Ti 2:1) Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
(Tit 1:4) A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.
(Tit 2:11) La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad,
(Tit 3:7) para que, justificados por su gracia, llegáramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
(Flm 1:3) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
(Flm 1:25) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
(Heb 4:16) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
(Heb 12:15) Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y para que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a muchos.
(Heb 13:25) La gracia sea con todos vosotros. Amén.
(Stg 4:6) Pero él da mayor gracia. Por esto dice: «Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes».
(1Pe 1:10) Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,
(1Pe 5:10) Pero el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
(2Pe 1:2) Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.
(2Pe 3:18) Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
(2Jn 1:3) Sea con vosotros gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
(Apo 1:4) Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros de parte del que es y que era y que ha de venir, de los siete espíritus que están delante de su trono,
(Apo 4:9) Cada vez que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
(Apo 7:12) diciendo: «¡Amén! La bendición, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios
por los siglos de los siglos. ¡Amén!»
(Apo 22:21) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

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