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“¡Levantémonos Y Edifiquemos!”

Capítulo 12: Debemos Dar Nuestra Alabanza A Dios

Capítulo 12: Debemos Dar Nuestra Alabanza A Dios

“Aquel día se ofrecieron numerosos sacrificios, y se regocijaron…” (v.43)

Nehemías había estado motivado por su buena voluntad para ejecutar la obra del Señor.  Sabía bien que la fuerza verdadera viene del desarrollo espiritual del pueblo.  Para Nehemías, el significado del muro de la ciudad simbolizaba la separación del pueblo del mundo.  El muro había sido edificado sobre una fundación *espiritual por un hombre de quien su amor a Israel y servicio al Padre bondadoso estaban unidos en uno.

El tiempo había llegado para la dedicación de la obra que había sido hecha.  Los sacerdotes, levitas, el pueblo y finalmente las puertas y muros fueron purificados.  Se congregaron en dos grupos, un coro encabezó cada grupo – el uno siguió a Esdras y el otro a Nehemías.  También en cada grupo estaban sacerdotes con trompetas, levitas con címbalos, salterios y cítaras, principales y algunos del pueblo.  Cantando, tocando sus instrumentos y marchando, dieron una vuelta a la ciudad en direcciones contrarias.  Los dos grupos se encontraron enfrente del templo.  Toda la ciudad y los valles vecinos resonaron con el sonido de las canciones de alabanza al Señor.

«1 Estos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras

2 Amarías, Maluc, Hatús,

3 Secanías, Rehum, Meremot,

4 Iddo, Gineto, Abías,

5 Mijamín, Maadías, Bilga,

6 Semaías, Joiarib, Jedaías,

7 Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos eran los principales sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa.

8 Los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza.

9 Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, cada cual en su ministerio.

10 Jesúa engendró a Joiacim, Joiacim engendró a Eliasib, y Eliasib engendró a Joiada;

11 Joiada engendró a Jonatán y Jonatán engendró a Jadúa.

12 En los días de Joiacim los sacerdotes jefes de familia fueron: de Seraías, Meraías; de Jeremías, Hananías;

13 de Esdras, Mesulam; de Amarías, Johanán;

14 de Melicú, Jonatán; de Sebanías, José;

15 de Harim, Adna; de Meraiot, Helcai;

16 de Iddo, Zacarías; de Ginetón, Mesulam;

17 de Abías, Zicri; de Miniamín, de Moadías, Piltai;

18 de Bilga, Samúa; de Semaías, Jonatán;

19 de Joiarib, Matenai; de Jedaías, Uzi;

20 de Salai, Calai; de Amoc, Eber;

21 de Hilcías, Hasabías; de Jedaías, Natanael.»

Bajo Josué y Zorobabel 341 levitas regresaron (Esdras 2:36) con los 4.289 miembros de familias sacerdotales, y los 392 sirvientes del templo (“dados”, “designados”, que aparentemente eran descendientes de prisioneros de guerra obligados a cumplir servicio en el templo;  Josué 9:23, 27; Esdras 8:20). La diferencia entre el gran número de sacerdotes y el número relativamente inferior de levitas puede deberse al hecho de que muchos levitas adquirieron categoría de sacerdotes durante el exilio.

En forma semejante, en Nehemías los levitas y los sacerdotes cumplen todas las funciones que les son propias. Después de reparar una sección del muro (Nehemías 3:17), los levitas se dedicaron afanosamente a instruir en la ley (8:7–9), y a participar en la vida religiosa de la nación (11.3; 12.27). Habían de recibir diezmos del pueblo, y a su vez debían dar el diezmo de los diezmos a los hijos de Aarón (10:37; 12:47).

El cautiverio no cortó la línea de los sumos sacerdotes.  Según Jeremías 33:17-18 sabemos de la promesa de los reyes y también de los sacerdotes:

“Porque así dice Jehová: No faltará a David un descendiente que se siente sobre el trono de la casa de Israel, 18ni a los sacerdotes y levitas faltará un descendiente que delante de mí ofrezca holocausto, encienda ofrenda y haga sacrificio cada día.”

En los versículos 10-11 identificamos a los siguientes sumo sacerdotes:

Jesúa – Joiacim —  Eliasib —  Joiada —  Jonatán — Jadúa

Poco se sabe de los aaronitas después de Jadúa último sumo sacerdote mencionado en el Antiguo Testamento.

«22 Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, de Johanán y de Jadúa fueron inscritos como jefes de familia; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa.

23 Los hijos de Leví, jefes de familia, fueron inscritos en el libro de las crónicas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib.

24 Los principales de los levitas eran: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos estaban frente a ellos, para alabar y dar gracias, conforme al estatuto de David, varón de Dios, durante su turno de servicio.

25 Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub, eran porteros y hacían guardia en las entradas de las puertas.

26 Estos vivieron en los días de Joiacim hijo de Jesúa hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías y del sacerdote y escriba Esdras.»

vs.1–26            Nos presenta un resumen inicialmente extraño de la perspectiva histórica, en el cual la generación del primer retorno y la de Esdras y Nehemías son colocadas paralelamente. Superficialmente se debe al v.26 (Jesúa era el sumo sacerdote cuando se construyó el segundo templo; Esdras 3:2 y 5:2), pero de hecho la lista de sacerdotes y levitas que se dio antes también viene de esas dos generaciones. Tal reducción en la presentación de listas por razones teológicas era una práctica aceptable en aquel entonces.

v.22      Darío el persa: Este título sin precedente parece referirse a Darío I (durante el reinado del cual se reconstruyó el templo) y tal vez designado para distinguirlo de “Darío el medo” el personaje un poco más misterioso de Dan. 5:30 quien aparentemente precedió a “Ciro el persa” (Dan. 6:28).

Hay Que Añadir Algunas Notas Específicas:

v.1          Zorobabel hijo de Salatiel:  Después de comparar los versículos siguientes 1 Crónicas 3:19; Esdras 3:2; Nehemías 12:1 nos deja con la pregunta ¿quién era el padre de Zorobabel?  Unos estudiosos han explicado que es un ejemplo de nombres de las mismas personas (Hayley-Escuain, pág.430).  Encontramos otras explicaciones:

1.       de que la misma persona tiene varios nombres.

2.       *que varias personas llevan el mismo nombre.

3.       *que los copistas se han equivocado con respecto a los nombres

4.       que los términos “padre” e “hijo” se emplean en su sentido no estricto para denotar “progenitor” y “descendencia”.

v.8    “…con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza.”

Hay un relato detallado de la organización del coro y la orquesta de levitas de David en 1 Crónicas 15:16-24.  Sin embargo, hay pocas descripciones adicionales de la música de la corte.

Vs.10-11 Los seis sumos sacerdotes aquí mencionados sirvieron en Jerusalén desde la época de Zorobabel (538-522 a.C.) hasta una fecha más o menos cerca al año 400 a.C.

o   Jesúa regresó con los deportados en el 538 a.C. (Esdras 2:2; Nehemías 7:6-7)

o   Eliasib era el sumo sacerdote cuando Nehemías llegó a Jerusalén en 445 a.C. (Nehemías 3:1,20-21)

o   Jonatán ejerció sus funciones hacia el año 410 a.C. (vs.22-23)

v.24.   “…conforme al estatuto de David, varón de Dios.”

Las únicas instrucciones para la adoración asociadas con David son las que se encuentran en 1 Crónicas 15-16; 23-29.

Vs.27-43 Dedicación Del Muro

27 Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos los lugares donde vivían y los llevaron a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.

28 Los hijos de los cantores acudieron, tanto de la región alrededor de Jerusalén, como de las aldeas de los netofatitas;

29 también de la casa de Gilgal y de los campos de Geba y de Azmavet, porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.

30 Los sacerdotes y los levitas se purificaron, y luego purificaron al pueblo, las puertas y el muro.

31 Hice entonces subir a los gobernantes de Judá sobre el muro, y organicé dos grandes coros que fueron en procesión; el primero a la derecha, sobre el muro, marchaba hacia la puerta del Muladar.

32 Detrás de ellos iban Osaías, con la mitad de los gobernantes de Judá,

33 Azarías, Esdras, Mesulam,

34 Judá y Benjamín, Semaías y Jeremías.

35 De los hijos de los sacerdotes iban con trompetas: Zacarías hijo de Jonatán hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf;

36 y sus hermanos Semaías, Azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, quienes iban con los instrumentos musicales de David, varón de Dios; y el escriba Esdras marchaba delante de ellos.

37 A la altura de la puerta de la Fuente, subieron derecho por las gradas de la Ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente.

38 El segundo coro iba del lado opuesto; yo iba detrás, con la mitad del pueblo, sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho,

39 pasando por la puerta de Efraín, la puerta Vieja, la puerta del Pescado, la torre de Hananeel y la torre de Hamea, hasta la puerta de las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la Cárcel.

40 Llegaron luego los dos coros a la casa de Dios. A mi lado estaban la mitad de los oficiales,

41 y los sacerdotes Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas;

42 y Maasías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, dirigidos por Izrahías.

43 Aquel día se ofrecieron numerosos sacrificios, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; también se alegraron las mujeres y los niños. Y el alborozo de Jerusalén se oía desde lejos.

Wiersbe pregunta (pág 116) ¿Por qué organizaron Esdras y Nehemías esta clase de servicio de dedicación?  ¿Por qué no reunirse sencillamente en el área del templo?  Y nos ofrece dos explicaciones:

  • Eran los muros y las puertas las que se iban a dedicar y era muy conveniente que el pueblo las viera y las tocara.
  • El pueblo estaba dando testimonio al mundo que les observaba que Dios había hecho aquella obra, y sólo Él debía recibir la honra y gloria.

v.30        “…y luego purificaron al pueblo, las puertas y el muro.”

¿Por qué purificaron las puertas y el muro?  Tal vez refleja la idea de la santidad de Jerusalén como ciudad santa.  Puede ser que busca remediar la inmundicia adquirida cuando se destruyeron las murallas (especialmente la contaminación por cadáveres o prácticas idólatras realizadas en las puertas o sobre las murallas, o en general por su corrupción moral – Jeremías 13:27 (Walton, pág. 538).

v.31        ¿Por qué marcharon alrededor de los muros?  ¿Fue un acto de fe – un acto simbólico para reclamar las bendiciones de Dios?  (Lea: Génesis 13:17; Josué 1:3)

Vs.35-36 ¿De dónde sacaron los sacerdotes los instrumentos musicales?  David había instituido la música como parte de la adoración en el templo, y por lo tanto probablemente guardaban allí sus instrumentos. Cuando Nabucodonosor destruyó el templo, se llevó muchos artículos a Babilonia (2 Crónicas 36:18). Muy probablemente fueron preservados en Babilonia y Ciro se los devolvió a los israelitas cuando regresaron a su tierra (Esdras 1:7–11).

Lo más importante acerca de este servicio de dedicación fue la expresión de gozo y alabanza que brotaba del coro y del pueblo.  El pueblo (mujeres y niños incluidos) elevó su alabanza

  • Con acción de gracias (vs.24,27,31,38,46)
  • Con gozo (vs.27,43,44)
  • En alta voz (vs.42,43)
  • Acompañados por varios instrumentos (vs.27,35,36).

Nehemías mencionó en repetidas ocasiones al rey David, quien inició la costumbre de utilizar coros en la adoración. En los días de David, Israel era una nación vigorosa y temerosa de Dios.

v.43        El énfasis en el intenso regocijo no tiene igual, lo cual es un buen recuerdo de la verdad bíblica de que la posibilidad de tal regocijo puede servir legítimamente para esforzarnos durante períodos difíciles (Romanos 5:2–5; 8:18–25; Hebreos 12:2).  También fue una oportunidad de agradecer públicamente al Señor testificando por el trabajo terminado. Indica que el gozo de la ciudad se oyó a kilómetros a la redonda.  ¡Qué día de dedicación!  Cuando el pueblo consagrado se une con gozo para dedicar la obra de Dios, siempre experimentará la bendición de Él.

Vs.44-47 Porciones Para Sacerdotes Y Levitas

44 En aquel día fueron puestos hombres sobre los depósitos de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para almacenar en ellos las porciones que la Ley otorga a sacerdotes y levitas, las cuales llegaban de las ciudades; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.

45 Ellos cumplían en el servicio de su Dios, y en el servicio de la expiación, junto con los cantores y los porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón, su hijo.

46 Porque desde el tiempo de David y de Asaf, ya de antiguo, había un director de cantores para los cánticos, las alabanzas y la acción de gracias a Dios.

47 Y todo Israel, en días de Zorobabel y en días de Nehemías, daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día. Entregaban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas entregaban su parte a los hijos de Aarón.

vs.44-47       Se dictaron posteriores disposiciones para el mantenimiento de los que servían en el templo. Los depósitos eran administrados por hombres que se ocupaban de la recolección y distribución apropiada de los diezmos y contribuciones. Estos depósitos debían ser amplios para almacenar todo el grano que el pueblo entregaba. La administración de los mismos era una responsabilidad importante.

Según el Nuevo Comentario Bíblico: Siglo Veintiuno:

 “El texto se apresura “Aquel día” (12:44; 13:1) a tratar asuntos que uno tendría la tentación de desechar rápidamente como de rutina, a saber, los arreglos financieros que se habían hecho para los servicios normales del templo y para la purificación de la congregación en obediencia a la ley de Dios (13:1–3).  Sin esa clase de rutina, parece insinuar el autor, no se puede mantener ni el gozo de un solo día.  Aunque generalmente es el vértice del éxito lo que uno recuerda más, lo que realmente mide el progreso espiritual tanto del individuo como de la comunidad es hasta qué punto se ha transformado lo que se hace pasar por “lo normal”.  La forma de la narrativa en esta sección enfáticamente afirma que sin tal progreso en la forma de ver lo corriente, cualquier recuerdo de clímax o celebración se desvanecerá rápidamente, dejando sólo memorias deslucidas.”

¿Duró mucho el gozo y la gratitud?  Vamos a ver lo que nos enseña el capítulo 13.

Momentos Para Reflexionar…

¿Qué tipo de sacrificios son agradables para Dios?  Justifica con 3 versículos bíblicos.

Atender al significado de la “dedicación” en nuestra vida.

  • Los judíos se habían dedicado a Dios (capítulos 8-10); ahora había llegado el momento de dedicar el trabajo que habían hecho.
  • Note que el énfasis de parte del pueblo está en alabar y dar gracias.
  • Se mencionan varias veces en este capítulo: alabanza, cánticos, instrumentos musicales, dar gracias.

Considerar las cosas que Dios espera que sus hijos le “ofrezcan”.

  • Debemos dar nuestra alabanza a Dios. ¿En qué forma?
  • Debemos dar nuestras habilidades. ¿Cuáles son?
  • Debemos dar las vidas consagradas. ¿Cómo?

Pensar en nuestro “comportamiento” en el servicio del Señor.

  • Los israelitas llevaron sus diezmos y ofrendas, no solo porque era el mandamiento de Dios, sino también “porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían” (v.44).  El pueblo no dio “con tristeza, ni por necesidad”, sino con gozo y gratitud.
  • El apóstol Pablo llamó a las ofrendas dadas por los filipenses: “olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios” (Filipenses 4:18).

Unos Principios Del Dar

En Nehemías 12, leemos que los israelitas llevaron sus diezmos.  Diezmar es un asunto con el que muchos cristianos luchan.  Es un tema muy emotivo.  En muchas iglesias ponen énfasis en diezmar. Al mismo tiempo, muchos cristianos rehúsan someterse a la exhortación bíblica tocante a ofrendar al Señor.  Diezmar, dar, intenta ser un gozo, una bendición.

Un Comentario Personal Del Tema

Diezmar es un concepto del Antiguo Testamento.  El diezmo era un requisito de la ley en la cual todos los israelitas ofrendaban al tabernáculo / templo el 10% de todo lo que ganaban y hacían crecer (Levítico 27:30; Números 18:26; Deuteronomio 14:23; 2 Crónicas 31:5).  Algunos toman al diezmo del Antiguo Testamento como un método de imposición de tributos para suplir las necesidades de los sacerdotes y los Levitas del sistema del tabernáculo.

El Nuevo Testamento en ninguna parte ordena, o aún recomienda que los cristianos se sometan a un sistema legalista de diezmar. Pablo declara que los creyentes deberían apartar una porción de sus ingresos a fin de dar soporte a la iglesia (1 Corintios 16:1-2).

El Nuevo Testamento en ningún lugar señala un cierto porcentaje de ingreso que se deba apartar, solamente dice que ponga aparte algo “según haya prosperado” (1 Corintios 16:2).  La iglesia cristiana básicamente ha tomado la figura del 10% del diezmo del Antiguo Testamento, y la ha aplicado como un “mínimo recomendado” para los cristianos en su ofrendar.

Sin embargo, los cristianos no deberían sentirse obligados a diezmar siempre.  Deben dar de acuerdo a su capacidad, “según hayan prosperado”.  Algunas veces eso significa dar más que un diezmo, otras veces puede significar dar menos. Todo depende de los recursos del cristiano y de las necesidades de la iglesia.  Cada cristiano debería orar diligentemente y buscar la sabiduría de Dios acerca de participar en el diezmo y  de cuánto debería ofrendar (Santiago 1:5).

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7-10).

Ni la fraseología ni el contexto justifican interpretar estas bendiciones solo dentro del marco de lo material.  El apóstol Pablo no escribe: “Cada uno dé el diezmo” sino “Cada uno dé como propuso en su corazón”.  El que propone en su corazón dar el diezmo, que lo dé “no con tristeza, ni por necesidad” sino voluntariamente, no imponiendo su criterio a ningún otro miembro de la iglesia.

El Gozo De Dar En El Primer Siglo

Habiendo hablado de su gran gozo y alivio ante las noticias que Tito le había traído sobre la respuesta de los corintios a su carta, Pablo procede a tocar el tema de la ofrenda que se estaba colectando entre las iglesias gentiles para ayudar a los creyentes judíos pobres de Judea. Estos habían sufrido duramente por hambrunas producidas durante el reinado del emperador Claudio (41 al 54 d.C.), y la iglesia en Antioquía (Siria), de mayoría gentil, había respondido rápidamente enviando ayuda con Pablo y Bernabé (Hechos 11:27–30).

Para el momento en que Pablo escribió 1 Corintios (aprox. 56 d.C.), él ya había comenzado a reunir ayuda de entre las iglesias de Galacia, y los corintios se habían enterado de esto y habían pedido que se les permitiera colaborar en este ministerio (1 Corintios 16:1–4).  Y para cuando escribió 2 Corintios (aprox. 56 d.C.), Pablo ya había hecho contacto con las iglesias de Macedonia y ellas habían pedido con muchos ruegos que les concedieran la gracia de participar en la ayuda para los santos, y habían sido extremadamente generosas al hacerlo (2 Corintios 8:1–5).

La Palabra de Dios dice:

“El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.” (2 Corintios 9:6).

Capítulo anterior: Capítulo 11: Planificación y Administración

Continúa leyendo: Capítulo 13: Reformas De Nehemías
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