La directiva principal
Como el libro mejor vendido en el mundo de todos los tiempos, la Biblia abre con gran estilo el siguiente anuncio sobre Dios:
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
(Génesis 1:1)
Así que en el principio (cuando y lo que sea que haya sido), está Dios. La Biblia es sobre Dios. El mundo es sobre Dios. El mundo es sobre Dios por El lo hizo y es un reflejo de El, una expresión de sus habilidades y su poder como Dios. Su propósito es cualquier propósito que El tenga con el, porque El está a cargo.
Primero Dios
Esto es críticamente importante – Es importante para entender la visión del mundo en la Biblia, y es importante para entender nuestro propio rol como seres humanos en el mundo. Somos creados por El y estamos sujetos a El. El mundo no es sobre tu o yo primero and principalmente – es sobre El.
Sin embargo, dentro de ese esquema de Dios creando un mundo en el que refleje y manifieste Su carácter y personalidad, los seres humanos tienen un rol significante. Con nuestras habilidades únicas y superiores, a los seres humanos, se les ha entregado un liderazgo responsable clave en el reino animal.
Deben ser administradores o gerentes, por decirlo así, actuando en nombre de Dios en el mundo que El ha creado. Este es tu trabajo, y así es descrito a Adán y Eva como Dios se dirige a los ángeles en la creación:
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra…Y los bendijo Dios, y les dijo: fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”
(Génesis 1:26,28)
Dos puntos esenciales son presentados en esas palabras. El primero es que los seres humanos son a imagen de Dios y comparten una afinidad relacional con El, un potencial para ser en cierta forma como es El. El segundo, declarado dos veces en cierta longitud, es que Dios está delegando el manejo del día a día y la responsabilidad por la tierra a los hombres y mujeres. Esto es un todo un honor si lo pensamos. Cualquier sentido que podamos tener que los humanos han llegado a la cima del árbol de la evolución por su propio ingenio o buena fortuna se transforma en la idea de que hemos sido puestos en una posición de enorme privilegio por Dios, un privilegio que trae consigo enormes responsabilidades.
Desafortunadamente la raza humana, como un todo, no ha hecho un muy buen trabajo en el manejo de este rol. Dado los problemas ambientales que vive el planeta y la distribución desigual de los recursos en el (por mencionar solo dos ejemplos), podemos concluir que la historia del hombre ha sido, en cierta medida, una de malos manejos en vez de una de buena administración. Aunque eso, es una historia para el capítulo 11 y más allá.
El gran plan
Cualesquiera que sean los errores que los seres humanos han hecho, eso no significa que Dios se haya dado por vencido en Su plan o en la dirección original que El dio. El aun quiere un mundo que refleje Su carácter, que exprese quien es El, y le brinde honor. El aun quiere que los seres humanos jueguen una parte significativa en el mundo futuro. Se pone en forme de una declaración de misión en uno de los primeros libros de la Biblia. Expone la ambición de Dios por Su mundo:
“Más tan ciertamente como vivo yo y mi gloria llena toda la tierra”
(Números 14,21)
Eso es todo: el gran secreto de todo la “declaración de la misión” de Dios con la tierra, el “por qué” de todo. En el mundo corporativo las empresas reconocen cada vez más que deben tener un propósito, una visión o misión. Pero el significado de esta declaración de misión palidece en comparación con la declaración de misión del propósito de Dios recién citado – la gran razón de todo. Es tan importante, de hecho, que deberíamos citarlo de nuevo:
“Más tan ciertamente como vivo yo y mi gloria llena toda la tierra”
(Números 14,21)
Tal como un artista coma un lienzo y busca pintar la mas exquisita pintura de la que el o ella es capaz, o un compositor podría proponerse a crear una gran sinfonía, así mismo Dios está comprometido en crear un mundo lleno de Su gloria y esplendor, un mundo que hable de su infinita creatividad y maravilloso carácter – un mundo que refleje manifieste y comunique Su gloria y su naturaleza como Dios.
Ahora esta declaración de misión o promesa de parte de Dios no es al azar o pensamientos aleatorios. Siempre ha sido el propósito de Dios y en otras dos ocasiones en la Biblia, Dios establece exactamente la misma agenda:
“…porque la tierra será llena de conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar”
(Isaías 11:9)
Y de nuevo,
“porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”
(Habacuc 2:14)
Esta es una expresión tan sucinta del propósito general de Dios, como las puede llegar a haber.
Es la directiva principal: Dios planea llenar la tierra con Su gloria. Es una cosa enteramente buena, no porque Dios sea egocéntrico sino porque Su gloria es sorprendente y quiere compartirla. Quiere compartirse a si mismo con el mundo que ha hecho y estar presente en el. El mundo es una expresión de Su gloria.