Resurrección
El principio puede verse en la muerte de cada día hacia la noche y cuando se dibuja uno nuevo cuando el sol sale. Puede verse en el cambio de las estaciones cuando año con año el invierno baja como muerte, y la primavera despierta la tierra una vez más a un glorioso nuevo comienzo. Puede verse en la hibernación de los animales y su resurgimiento, en el caer de las hojas y el florecer de las nuevas cuando la primavera regresa una vez más. Es el principio del renacimiento – el principio de la resurrección.
Solo el comienzo
Cuando pensamos en todos estos precedentes en la naturaleza es obvio que la muerte de Jesús nunca podría ser el fin. Lejos de eso. Si todo lo que tuviéramos fuera un salvador muerto al que recordar, ¿dónde estaría la esperanza y dónde la salvación? No habría ninguna; solo habría…muerte. Por el contrario, la muerte de Jesús es una puerta deliberada a una nueva vida. El entregó su antigua vida – la tentadora, corruptible, moribunda que el sabía que nunca sería la mejor ruta hacia una vida en completo compañerismo con Dios – en orden para poder recibir una nueva y mejor.
La naturaleza misma apunta el camino e ilustra el patrón. Cuando un animal se retira a su guarida para hibernar, cuando el otoño se desvanece ante el invierno o cuando una oruga se convierte a si misma en una crisálida, no es el final del juego. Es en cambio, el camino a algo nuevo y mejor. Dios ha construido los propios principios de la muerte y resurrección en la naturaleza para enseñarnos Su forma de trabajar – es el mismo principio en ambos, el mundo natural y la esfera espiritual. El plan de Dios de salvar al hombre y mujer y reestablecer el mundo y llenarlo con Su gloria, todo funciona con el principio de muerte y resurrección. El patrón espiritual por el cual El salvará hombres y mujeres está consagrado en la propia estructura del mundo natural que El ha creado.
La Biblia dice que después de su muerte la tumba no pudo detener a Jesús – así es cuando la opresión del pecado sobre nosotros es destruida, y es una marca de que tan ansioso estaba Dios con salvar a Su hijo por la vida perfecta que vivió y el maravilloso sacrificio que hizo. A cambio de entregarse y dar su vida mortal Dios elevó a Jesús a una nueva y mejor vida: una vida sin estar sujeta a la tentación, envejecimiento y muerte.
Resurrección
Por lo tanto, la verdadera esperanza del futuro no está en la muerte de Jesús per se, si no en la resurrección que le prosiguió. Si Jesús se hubiera quedado en la tumba, entonces no habría esperanza. El punto es que como sacrificó su vida y se entregó a Dios en nuestro nombre, Dios lo levantó de la muerte y le dio una vida nueva y mejor.
Mientras que esta idea de la resurrección de Jesús podría inicialmente parecer un poco alejada de nuestra realidad para tomarla en serio, debemos primero intentar un pequeño experimento de pensamiento. Imagina por un segundo que nunca hemos visto o escuchado de una oruga envolviéndose a si misma en un capullo y después transformándose en una mariposa. Si nunca lo hemos escuchado antes y alguien nos mostrará una oruga y una mariposa, y nos dijera que en un periodo de tiempo relativamente corto, uno se transformará literalmente en el otro, los consideraríamos locos – completamente fuera de su mente. Ni siquiera les creeríamos porque la posibilidad de algo así estaría por completo fuera de nuestra experiencia y parecería completa y locamente imposible. Y aún – trayendo de regreso el conocimiento que de hecho tenemos – sabemos que estas cosas bizarras y notables si suceden, y suceden todo el tiempo: una oruga verdaderamente puede convertirse en mariposa. Si tal cosa puede suceder – a pesar de la poca probabilidad de ello – ¿Por qué deberíamos sorprendernos de que Dios, quien creó todo el mundo y nos hizo a su imagen, levantara a Su hijo de la muerte si decidiera hacerlo? Puesto así, no parece tan notable. De hecho, empieza a sentirse como algo necesario e inevitable. ¿Por qué Dios no lo haría, especialmente a la luz de la vida sin pecado, obediencia perfecta y absoluto auto sacrificio que Su hijo acababa de mostrar?
La resurrección no es, por lo tanto, un extra opcional de la fe Cristiana – algo reservado para aquellos con una mayor credulidad que el promedio. No, esta intrínseco en mensaje de la Biblia y en el propósito de Dios. Si Dios puede trae la existencia de la naturaleza en primer lugar, entonces ciertamente puede levantar de la muerte si lo desea. Además de la resurrección no hay ninguna otra esperanza tendida a los hombres y mujeres en la Biblia – esta es la esperanza para el futuro, y sin ella no hay nada, como el mismo apóstol Pablo lo dice:
“y si Cristo no resucitó, vuestra de es vana; aún estáis en vuestros pecados.”
(1 Corintios 15:17)
Evidencia
Entonces, ¿por qué creeríamos en la resurrección de Jesús y elegiríamos reformar nuestras vidas alrededor de ella además de los muchos ejemplos de muerte simbólica y renacimiento que encontramos en la naturaleza? ¿Es una vista arbitraria para la cual no hay lógica y solo fe? Ni un poco. El caso de creer que la tumba estaba de hecho vacía porque Jesús había sido elevado a una vida mejor es sorprendentemente convincente.
El Cristianismo no es una religión que cojea cuidadosamente en el escenario mundial y gradualmente fue adquiriendo impulso con el tiempo. No, entró a la historia de la humanidad de modo explosivo y lo hizo como una religión histórica, una religión basada en eventos que fueron creídos por sus primeros proponentes para haber tomado parte literalmente y que fueron respaldados por extensos testigos. El jefe entre esos eventos fue la resurrección física, en cuerpo del Señor Jesucristo. Lo que empezó como un pequeño grupo de discípulos desmoralizados inmediatamente después de la muerte de Jesús de repente estalló en una religión en la que las buenas noticias viajaban como fuego a través del imperio Romano. Incontables hombres y mujeres sufrieron persecución y aceptaron el martirio por hacer las cosas en las que creían y habían visto. ¿cómo pudo pasar esto? Este dramático giro y lanzamiento cohete del mensaje del Evangelio en el mundo basado en el testimonio de testigos que solo pudo haber sucedido porque en efecto había una tumba vacía y porque hubo cientos de testigos que vieron a Jesús después de tu resurrección antes de su ascensión al cielo. Mucha gente dio su vida por su fe no por rumores o por alguna filosofía abstracta si no porque ellos mismos lo habían visto personalmente después de su muerte. Por lo tanto, eran capaces de dar un testimonio poderoso y convincente a otros a quienes predicaban. Si bien, ciertamente hay otras teorías (quizás Jesús solo se desmayó en la cruz, o quizás los discípulos robaron el cuerpo y dijeron que había resucitado – estas son dos de las más comunes), ninguna de ellas cuenta adecuadamente con los hechos históricos. La resurrección literal de Cristo es la explicación que mejor encaja con la rápida propagación del inicio del Cristianismo y las fuentes históricas que tenemos.10
Resurrección en el futuro
¿Pero cuál es la relevancia de la resurrección de Jesús para nosotros? Esta es de hecho, una pregunta crucial y la gran noticia es que la resurrección es algo no solo para el Señor Jesucristo. Si bien el fue el primero en experimentar una resurrección en cuerpo del tipo en que lo hizo, la magnífica verdad es que Dios ofrece exactamente la misma esperanza de resurrección cuando Cristo regrese a la tierra a esos que mueran con fe en el. La resurrección de Jesús marca el patrón para todos aquellos que creen en Dios: es como si ahora mismo estuviéramos viviendo una vida de orugas, esperando por la maravillosa etapa de mariposa cuando por gracia de Dios seamos elevados de la muerte al regreso de Jesús.
Si nos acercamos a Dios de la manera correcta, aunque muramos, Dios algún día nos elevará de la muerte y nos dará una nueva vida – nueva tanto en calidad como en cantidad – cuando Jesús venga de nuevo a establecer el reino de Dios. Cuando morimos, estamos realmente muertos – ese es el final de nosotros (por el momento, aunque sea); no flotamos y existiremos en algún otro reino o como un espíritu sin cuerpo. El mensaje consistente de la Biblia es que lo que yace más allá para el creyente no es una existencia etérea quien sabe donde, si no la esperanza de una resurrección en cuerpo para vivir en presencia de Dios en la tierra, la cual El ha preparado como nuestro hogar.
Cuando morimos – si morimos en fe y esperanza – es más como dormir mientras silenciosamente esperamos en la tumba por la maravillosa mañana de resurrección que Dios prometió. Es tiempo ahora, entonces, de voltear nuestra atención del pasado de la primera venida de Jesús, muerte y resurrección hacia la brillante esperanza del futuro cuando regrese a la tierra de nuevo. Hemos cubierto la primera mitad del mensaje del Evangelio – a las cosas concernientes al Señor Jesucristo; ahora es el momento de voltear a lo que está por venir: la segunda mitad – las cosas concernientes al reino de Dios.