En la concepción popular más generalizada ‘santo’ es aquella persona que en premio a su vida ejemplar en la tierra, está gozando ahora de la vida eterna en el cielo al lado de Dios.
Pero la Biblia, la inspirada Palabra de Dios, nos da una explicación completamente distinta acerca de la palabra ‘santo’. Según su uso en el Antiguo Testamento (y no solamente el uso sino su significado) esta palabra era utilizada para nombrar algo ‘especial’ o ‘aparte’ para el servicio de Dios.
En el Nuevo Testamento vemos ejemplos en los cuales la palabra se aplica a personas todavía vivas: “…a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas.” Este pasaje de Colosenses 1:2 no se refiere a personas que encajan dentro de la definición popular citada anteriormente, sino a personas vivas que cuando recibieron la carta luchaban por llevar una vida conforme a Cristo.
Los santos eran, y son hoy en día, aquellos que se apartan para Cristo y luchan contra el pecado. Es decir, los cristianos verdaderos que esperan el regreso de Jesús y el establecimiento del Reino de Dios en la tierra.