Capítulo 1: La mente íntegra – Cristo es nuestro propósito (Filipenses 1:21)
Capítulo 2: La mente sumisa. – Cristo es nuestro ejemplo (Filipenses 2:5-11)
Capítulo 3: La mente espiritual. – Cristo es nuestra meta (Filipenses. 3:13-14)
Capítulo 4: La mente segura – Cristo es la razón de nuestro gozo; Nuestra fuerza para vivir (Filipenses 4:10-20)

En los versículos 1-4 el apóstol les ruega a los filipenses vivir en unidad. En seguida habla de la humildad de Cristo, quien se humilló a sí mismo para efectuar la salvación del hombre, y de la exaltación de Cristo a la diestra de Dios (vs. 5-11). Luego, sigue la exhortación a que se ocupen en su salvación, siendo luminares en este mundo (vs. 12-18). Habla del carácter noble de Timoteo (vs. 19-24) y les explica acerca del gran sacrificio hecho por Epafrodito (vs. 25-30).

 

2:1-4. La vida digna

v.1. La expresión “por tanto” nos detiene y nos hace considerar el motivo anterior, pues indica que Pablo va a decir algo basado en lo que ha enunciado antes. Recordemos que en 1:27 el apóstol expresó su ardiente deseo de saber que los filipenses se comporten “como es digno del evangelio de Cristo”. Pablo, en seguida, insiste en la necesidad de tomar seriamente la unidad entre los hermanos. Hendriksen observa:

“Los vs. 1-4 son como un llamamiento emotivo, cuya intensidad parece indicar que entre los filipenses, o al menos entre algunos de ellos, había ciertas disputas personales motivadas, quizá por la ambición de honores y dignidad eclesiásticos.”

La conducta enseñada en 1:27-30 requiere la unidad. ¿Qué esperanza de victoria sobre los adversarios podría tener una comunidad de creyentes como la de Corinto? Los hermanos en Cristo que están unidos pueden ayudarse y animarse mucho los unos a los otros, pero los hermanos divididos hacen todo lo contrario.

«Si hay…» no expresa duda; significa «puesto que”, “ya que». La base de la exhortación que Pablo hace está en las siguientes frases del v. 1:
Consuelo en Cristo” Es típico en el apóstol. Pablo basa su llamamiento en Cristo. La palabra “consuelo” también ha sido traducida: exhortación, llamamiento, estímulo o aliento. Es digno de destacar que Cristo constituye la base sobre la cual Pablo funda su exhortación. Lea: 1 Corintios 1:10; Efesios 4:1-3.
Estímulo de amor”

En todo acto de amor hay consuelo o estímulo. Recibimos consuelo y gran felicidad cuando practicamos el amor hacia Dios, la familia, los hermanos y los de afuera. El amor cristiano se expresa en la tierna apelación que suaviza las contiendas, los malos entendimientos y la desunión. Si fijamos los ojos en Jesús habrá unidad. Lea: Juan 13:35; 17:21-23; 2 Corintios 5:14.

Comunión del Espíritu” La palabra “comunión” implica “partición”. Tenemos comunión o participación en las cosas del Espíritu, las cosas que «pertenecen a la salvación». Lea Romanos 8:5-14; 2 Corintios 13:14; Hebreos 6:4, 9.
Afecto y compasión”

entrañable compasión” (NBJ), “afecto entrañable” (NVI 1984). La palabra «entrañable», gr. splánjnon significa: cariño, corazón, entraña, amor entrañable, literalmente, «algunas entrañas». Se usa como la palabra «corazón», indicando la sede de las emociones. Quiere decir afecto sincero, genuino y ferviente. La palabra misericordia es sinónimo de compasión. Esta cualidad debe adornar la vida de todo cristiano. Lea 1:8; 2 Corintios 7:15 «cariño»; Colosenses 3:12; 1 Juan 3:17, «corazón».

En los siguientes tres versículos, Pablo amplifica las cuatro frases de la
exhortación.

En el v.2 hay cuatro formas para describirla;
En el v. 3 dos negativas para evitar y dos positivas para seguir; y
En el v. 4 una negativa y una positiva.
El consuelo encontrado en Cristo debe ser compartido con otros.

v.2. «Completad mi gozo». El corazón del apóstol estaba gozoso por las muchas virtudes que adornaban a los filipenses (1:4; 4:10) El gozo o la tristeza de Pablo no dependía de circunstancias favorables, sino de la fidelidad de las iglesias (2 Corintios 11:28). Barclay2 sugiere: “El único peligro que amenazaba a la iglesia filipense era el de la desunión. En cierto sentido, ese es el peligro que corre cualquier iglesia sana. Cuando los miembros toman realmente las cosas y sus creencias en serio, es también el momento cuando están propensos a enfrentarse. Cuanto más entusiasmo tienen, tanto mayor peligro tienen de chocar. Pablo quiere salvaguardar a sus amigos contra ese peligro.”

Aquí Pablo emplea una hermosa variedad de expresiones para hacernos ver la importancia de la unidad y armonía en la iglesia. Ese gozo apostólico sería cumplido cuando existiese en la iglesia de Filipos:

  • La misma actitud mental entre los hermanos
  • El mismo amor los unos para con los otros
  • La armonía
  • La unidad de pensamiento.

Recordamos lo que dice Cristo (Mateo 12:25), «Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá».

Desde el capítulo 1, Pablo la idea de un proceso progresivo de crecimiento espiritual de los creyentes en Cristo. Apunte lo que discierne de las siguientes referencias

1:6
1:9
1:13
2:2

Hay que tener una cierta disposición hacia la vida, los valores, la gente. Lo que pretende decir con la “misma” actitud se explicará en los vs. 6-11. Por eso los filipenses reciben la exhortación de tener “el mismo amor los unos por los otros”. Este tipo de amor comienza cuando las necesidades de los demás son más importantes que las de uno mismo.

La frase: “…unánimes, sintiendo una misma cosa [amor]” enfatiza la necesidad de tener un solo sentimiento. Otras traducciones son: NBJ: “un mismo espíritu, unos mismos sentimientos.” LBLA: “unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.” De nuevo, como en 1:27, el énfasis está en la unidad de la comunidad de fe.

v.3. “Nada hagáis por contienda (griego: erithia, «por egoísmo» o «rivalidad»). El “egoísmo” sigue siendo el centro de la naturaleza humana, por la que el interés y el beneficio propio a costa de los demás dictan nuestros valores y comportamiento3. Los que tienen esta actitud están en contra del Hijo quien mostró el papel de siervo (v. 7).

«por vanagloria» Es una especie de orgullo que es vacío, porque tal vanaglorioso quiere exaltarse a sí mismo, en lugar de buscar el bien de la congregación. El interés propio no debe ser el objetivo del cristiano.

“antes bien con humildad estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo». La humildad no debe ser confundida con la falsa modestia. Fee nos ayuda a comprender esa virtud cuando explica:

“Más bien tiene que ver con una valoración adecuada de uno mismo, verse como criatura ante el Creador, y ver la necesidad de dependencia y confianza total. En esa posición, uno es muy consciente tanto de sus debilidades como de su gloria (después de todo, estamos hechos a su imagen), pero a ninguna de ellas les da demasiada importancia. Por tanto, la humildad verdadera no se centra en uno mismo, sino más bien, como Pablo define en el v. 4. Para Pablo esta perspectiva viene de Jesús…”

Jesús enseña que el discípulo que está dispuesto a servir es el mayor en el reino (Mateo 23:11; Marcos 9:34,35; Lucas 22:24-27).

v. 4. Si nos ocupamos en esta obra del Señor, seguramente destruiremos lo que haya de egoísmo en nosotros. No debemos descuidar nuestro propio empleo o negocio, pero sí debemos ver más allá de los propios intereses. Con ese interés debemos nosotros velar por las necesidades de los demás, de tal manera que el nombre de Cristo sea glorificado. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.» (Mateo 16:24).

¡Acción!

Pablo presenta una oportunidad de poner en acción el ejemplo de Cristo. Se nos enseña a tener solicitud por los hermanos, a preocuparnos unos por otros (1 Corintios 12:25). Hay que buscar la manera de servirles. Ponga en la mente a un miembro de la comunidad de creyentes y escriba una manera de ayudarle. Una vez escrita, ¡póngala en acción! Por ejemplo, debemos ayudar a los tiernos (los recién convertidos), a los débiles en la fe, a los descarriados (Gálatas 6:1,2; 1 Tesalonicenses 5:14), y a los hermanos que tengan problemas de cualquier índole. Muchos hermanos, tanto jóvenes como también hermanos avanzados en años, necesitan de nuestra atención.

Un/a recién convertido/a
Un/a débil en la fe
Un/a descarriado/a
Un/a hermano/a que tenga problemas
Un/a hermano/a joven
Un/a hermano/a avanzado/a en años

v.5. «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Cristo Jesús es el perfecto ejemplo de la humildad enseñada en los vs.1-4. La palabra sentir sugiere la existencia de una actitud mental que refleje el carácter de Cristo. Por eso Pablo impregna en la mente de los creyentes un elemento de la responsabilidad diaria: que la doctrina y la práctica no se debe separar. Esta actitud es la que conviene y la que se impone al que está “en Cristo Jesús”. Es decir, como “hermanos en Cristo”, como situados en una relación vital con Cristo tenemos entre nosotros las disposiciones que animaban a Cristo. Pasajes que nos presentan a Jesús como ejemplo son Mateo 11:29; Juan 13:12-17; 13:34; 21:19; 1 Corintios 11:1; 1 Tesalonicenses 1:6; 1 Pedro 2:21-23; 1 Juan 2:6. Es precisamente que Jesucristo es nuestro Señor que también puede ser nuestro Ejemplo.
La iglesia de Filipos es una iglesia amenazada desde fuera por los propagandistas cristianos que intentan la ruina del “evangelio” imponiendo las prácticas judías. Este ataque exige una defensa que sólo puede realizarse en iglesias comunitariamente “firmes en el mismo espíritu…” (1:27).

 

2:6-11. Un himno a Cristo para ayudar a la humildad comunitaria.

Estudiosos de la Biblia identifican Filipenses 2:6–11 como un himno cristiano primitivo6 tomado y anotado por el apóstol Pablo. Estos versículos, con la humillación y exaltación de Cristo como su tema, son rítmicos en forma y los estudiosos los han arreglado en seis grupos. Encontramos pasajes altamente poéticos en otras cartas de Pablo también. En la Tabla siguiente están la estructura y dos traducciones del himno.

Tabla 1: La estructura del ´himno´

Reina-Valera 1995

Biblia de Jerusalén

6. Él, siendo en forma de Dios,

no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

6. El cual, siendo de condición divina,

no retuvo ávidamente

el ser igual a Dios.

7. sino que se despojó a sí mismo,

tomó la forma de siervo

y se hizo semejante a los hombres.

7. sino que se despojó a sí mismo,

tomando condición de siervo,

haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre;

8. Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

8. y se humilló a sí mismo,

obedeciendo hasta la muerte,

y muerte de cruz.

9. Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas

y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

9. Por lo cual Dios le exaltó

y le otorgó el Nombre,

que está sobre todo nombre,

10. para que en el nombre de Jesús

se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra;

10. para que en el nombre de Jesús

se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra;

11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el

Señor, para gloria de Dios Padre.

11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,

para gloria de Dios Padre.

El contexto de este pasaje debe considerarse cuidadosamente. Pablo no empieza a hablar acerca de Jesús en forma inesperada. Retrocediendo hasta Filipenses 1:27, Pablo empieza a hablar de la importancia de nuestro estado mental, nuestra actitud como verdaderos creyentes. Esto se desarrolla en los primeros versículos del capítulo 2. Por lo tanto, Pablo está hablando de la importancia de tener un criterio como el de Jesús, que esté dedicado al humilde servicio de los demás. Los versículos que siguen son un comentario acerca de la humildad de mente que demostró Jesús.

Siendo este pasaje uno de aquellos citados para defender el dogma del ‘misterio de la Santísima Trinidad’, durante nuestro análisis de este capítulo, será necesario incluir unos puntos de vista trinitarios paralelos con nuestro propio análisis.

Inicialmente, están aquí dos aspectos básicos del punto de vista trinitario para recordar durante el estudio:

  • Del dogma de la “santísima trinidad” – La palabra griega trias aparece por primera vez en el siglo II en los escritos del apologista Teófilo de Antioquia; el término latino trinitas, en el siglo III en las obras del africano Tertuliano; la doctrina clásica trinitaria de “una naturaleza divina en tres personas” surge a finales del siglo IV (formulada durante el concilio de Nicea 325 d.C.) Según el Catecismo católico vigente, “la Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: “La Trinidad consustancial” (Cc. Constantinopla II, ano 553:DS421)…El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo es lo mismo que es el padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza…Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la sustancia, la esencia o la naturaleza divina.”
  • Del dogma de las dos naturalezas – “El Concilio de Calcedonia tuvo lugar en el 451 d.C. Fue entonces que la carta del Papa León I fue leída y todas las posiciones fueron nuevamente analizadas. El resultado fue la formulación del Credo del Concilio de Calcedonia en el cual se declaraba que Jesucristo era un ser con doble naturaleza – divina y humana – , las cuales son inconfundibles, indivisibles (por tanto Jesús no es un esquizofrénico que algunas veces actuaba como Dios y otras como hombre). Jesús es un ser que es totalmente Dios y enteramente humano. El cómo esto ocurre, supera nuestra comprensión humana. Esto es lo que es llamado “Misterio” en el cristianismo. No es algo irracional, sino que simplemente supera nuestra capacidad de comprenderlo totalmente. Es por ello que no debe ser aceptado solo por la razón sino por la fe.”

 

Los primeros Concilios griegos

Los primeros Concilios griegos

Nicea

325

Formuló la primera parte del Símbolo de fe conocido como el Credo Niceno definiendo la divinidad del Hijo de Dios, y se fijaron las fechas para celebrar la Pascua.

Constantinopla 1

381

Formuló la segunda parte del Símbolo de Fe conocido como el Credo Niceno Constantinopolitano, definiendo la divinidad del Espíritu Santo.

ÉÉfeso

431

Proclamó a Jesucristo como la Palabra de Dios Encarnada y a María como la Madre de Dios.

Calcedonia

451

Proclamó a Jesucristo como totalmente divino y totalmente humano, dos naturalezas en una persona.

Según la lectura de los vs.6-11, seguimos con las interpretaciones de unos trinitarios:

Partain: «el cual, siendo en forma de Dios». La Deidad de Jesús se enseña claramente en este texto (los vers. 6-11).”

Alvarenga. “se despojó a sí mismo” no significa que dejó de tener la naturaleza de Dios, ya que en varias ocasiones vimos el poder que en él estaba. Para más información en cuanto a este punto ver los siguientes pasajes (Col. 2:9; 1 Jn. 5:20). Jesús continúo siendo Dios encarnado.”

Cheung “Aunque una exégesis precisa de este pasaje involucra algunas dificultades, el significado original es claro. Jesús siempre ha sido Dios, pero él no se aferró a esto para negarse a humillarse a sí mismo al tomar los atributos humanos para redimir a los elegidos. Más bien, siendo Dios, él de buena gana se sometió a sí mismo a la humillación de llegar a ser un esclavo. Además, él fue obediente a la voluntad del Padre hasta el punto que voluntariamente murió como un criminal.”

Hendriksen “Lo que Pablo dice, pues, aquí en Fil. 2:6, es que Cristo Jesús ha sido siempre (y siempre continúa siendo) Dios por naturaleza, la imagen expresa de la deidad. El carácter específico de la deidad, según se manifiesta en cada uno de los atributos divinos, fue y es suyo eternamente. Cf. Col. 1:15, 17 (también Jn. 1:1; 8:58; 17:24).”

Maldonado “En otras palabras, Cristo estaba en la forma de Dios, que ya existía siendo uno con Dios y que la Deidad la pudo mantener en su estado de ser Dios, al estar encarnado en forma humana Jn.1: 1, 8:58, 17:24; Col. 1:15,17; Heb.1:8; Ap. 1:17, 3:17.

 

Continuamos con nuestro análisis de Filipenses 2:6-11.

Filipenses 2 aplica las Escrituras Hebreas en una manera característica de los escritos de Pablo. Pero primeramente, identificamos su uso con ocasión de la última cena que Jesús celebró con sus discípulos.

1. Basado en el evangelio de Juan

La base para una interpretación del “himno” encontramos en el Nuevo Testamento en Juan 13:3-7. Juan comenta (v. 3) que Jesús sabía que la hora del dolor estaba en las manos del Padre, de acuerdo con el reiterado dicho de Jesús de que estaba haciendo la voluntad del Padre. El lavamiento tenía el propósito de ser un acto simbólico, tanto en cuanto a la limpieza como a la humildad en el servicio. El quitarse la ropa exterior y envolverse en una toalla alrededor de la cintura era la forma de vestir de un siervo y hubiera sido despreciado tanto por los judíos como por los griegos. La primera aplicación de este acto a la limpieza espiritual ahora se relaciona con un ejemplo de servicio humilde. Había contención entre los discípulos (Marcos 9:34; 10:37). Ellos necesitaban una lección de servicio. Por eso recordamos la exhortación de Pablo en Filipenses 2:5: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús». Jesús creía que los servicios considerados bajos, hechos a otros, eran un acto honorable. La palabra siervo en Juan 13:16 traduce la palabra griega para “esclavo”, alguien sin derechos en la casa del amo.

Pasamos a Juan 13:13. Jesús dice: “Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y decís bien, porque lo soy”. En realidad los discípulos tenían razón en dirigirse a Jesús como Maestro y Señor. Cuando Jesús agrega, “Y decís bien, porque lo soy”, hace una afirmación que está totalmente en armonía con su gran declaración de Juan 10:30: “Yo y el Padre uno somos”. Jesús no pretende ser Dios mismo, sino es la manifestación del pacto del carácter divino revelado en el nombre “Yo soy el que soy” (Éxodo 3:14). Jesús es el “Yo soy” presente y la manifestación completa del pacto prometido de auto revelación de Jehová:

”Pues a Moisés dice: ‘Tendré misericordia del que yo tenga misericordia y me compadeceré del que yo me compadezca’.” (R-V 1995. Romanos 9:15).
“Mas á Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me compadeceré del que me compadeceré.” (R-V 1909)

El uso de “Yo soy” en Juan está unido con la revelación del Nombre divino en la carta a los filipenses en 2:10-11: “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Vemos aquí que Jesús es la perfecta manifestación del nombre de YHWH pero las dos escrituras, Juan 13 y Filipenses 2 subrayan que Jesús es subordinando a su Padre celestial. Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió.” (Juan 13:16).

2. Basado en las tentaciones de Jesús.

La intención de Pablo en lo que escribió en Filipenses 2:6-11 es que los creyentes son movidos por la gran humildad de Cristo para emularla. En Mateo 3:13–17 Jesús es bautizado. En vista del v. 11, la duda de Juan era natural. La explicación de Jesús (v. 15) se relaciona con la necesidad del cumplimiento de su misión con un espíritu de obediencia, lo cual lo controlaría durante todo su ministerio y su identificación con el pueblo renovado de Dios. La revelación siguiente (vs. 16-17) remarcó a Jesús como el Mesías, ungido por el Espíritu, según lo predicho en Isaías 11:2; 42:1 y 61:1, mientras que la declaración de los cielos emplea el idioma del Salmo 2:7 e Isaías 42:1. De esta manera Jesús fue comisionado como el rey mesiánico, y su condición de Hijo de Dios fue declarada sobre la base de una autoridad no menos que la de Dios mismo.

Para entender el significado de lo que viniera, se nota la declaración del Salmo 2:7-8:

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: «Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra.”

Jesús es probado en el desierto (Mateo 4:1-11; Marcos 1:12-13; Lucas 4:1–13). La palabra “tentación” parece sugerir una experiencia puramente negativa; sin embargo, ésta era una preparación determinada divinamente para la misión de Jesús. La palabra más comúnmente significa “prueba”. El enfoque está en la condición de Hijo de Dios que acaba de declararse referente a Jesús (3:17; 4:3, 6). Las tres pruebas examinan los diversos aspectos de la relación con su Padre. Cada prueba procede del hecho que Cristo es el Hijo de Dios: “Si eres Hijo de Dios”. ¿Cómo es resuelta la situación? “Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él servirás.” El verbo “servir” (gr. latreuo) expresa la idea de servicio a Dios pero está dentro de este marco que Cristo llega a ser el siervo de los hombres. Inmediatamente podemos ver la aplicabilidad de las tentaciones con Filipenses 2.

Como Adán, Cristo tuvo esta triple tentación pero con un resultado completamente diferente. Adán llevó deshonra a sí mismo y la muerte para la humanidad; Cristo ganará gloria para sí mismo y la vida para otros. La experiencia de abnegación en la decisión de Cristo es muy significativa. Se resuelve a vivir dentro de los hombres, compartiendo sus vidas y problemas. Por eso: “… se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres.” (Filipenses 2:7).

3. Basado en el Antiguo Testamento – el primer hombre, Adán

Ha sido sugerido por Dunn una cristología adámica como la base de un entendimiento del “himno”. Este punto de vista es un desafío directo contra el dogma de la preexistencia de Cristo.

En Génesis 1- 3 observamos los detalles de la creación y la caída del hombre. Génesis 1:27 dice que Dios “creó al hombre a su imagen.” Pero por causa de la caída, Adán perdió la oportunidad de compartir en la gloria de Dios y llegó a ser como “un esclavo” a la corrupción y pecado (Romanos 8:3, 18-21). Está en Génesis 3:5 cuando Adán fue tentado de ser “igual a Dios” y por eso “se hizo semejante a los hombres.”, semejante a todos los hombres que somos (Romanos 1:23). El contraste está dentro de lo que Adán era y lo que llegó a ser. Es esta expresión de “Adán” usada por Cristo. Lo que ha sido dicho en una frase: “enviado en semejanza de carne de pecado” (Romanos 8:3) está enunciada en dos frases en Filipenses 2:7 “tomó la forma de siervo” y llegó a ser “semejante a los hombres.”.

En las dos últimas secciones del “himno” (vs. 7d-8 y 9-11) la cristología adámica cubre el terreno de Cristo como Adán sujeto a la muerte y el postrer Adán exaltado como Señor sobre todo. Como en Hebreos 2:6-8 el programa es considerado otra vez y la intención divina del hombre llega a ser cumplida en él, quien llegó a ser Señor.

Como está pronunciado en 1 Corintios 15:45-49 el orden de tiempo es bien claro – Adán primero, Cristo segundo. Cristo es el postrer Adán, Adán precede a Cristo. Adán no era una copia de un supuesto Cristo pre-existente. El paralelismo entre Adán y Cristo no depende de una escala de tiempo – pre-existencia, pre-historia o lo que sea. El foco del “himno” es la elección que se plantean a Adán y Cristo. La elección que se plantea a Cristo fue tan importante para la humanidad como la que hizo Adán.

4. Basado en el Antiguo Testamento – la profecía de Isaías

El fondo del Antiguo Testamento de Jesús como un “siervo” está en las profecías de Isaías del “Siervo Sufrido” (Isaías 42:1-4; 49:1-6; 50:4-9; 52:13-53:12). Están en estas profecías un aspecto visual de “forma” lo cual explica por qué Pablo usa la frase “tomó forma de siervo” (v. 7).

Isaías

Filipenses 2

Isa 44:6 “El Señor, el rey y libertador de Israel, el Señor todopoderoso, dice: “Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios”. v.6 “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”
Isa 53:11el justo siervo del Señor liberará a muchos…

Isa 52:14 Así como muchos se asombraron de él al ver su semblante, tan desfigurado que había perdido toda apariencia humana”

v.7 “sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres.”
Isa 53:12 “porque se entregó a la muerte y fue contado entre los malvados, cuando en realidad cargó con los pecados de muchos e intercedió por los pecadores.

Isa 49:8 “…para establecer por ti mi pacto con el pueblo…”

v. 8 “Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Isa 52:13 Mi siervo tendrá éxito, será levantado y puesto muy alto. v. 9 “Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas

y le dio un nombre que es sobre todo nombre”

Isa 45:23 “Lo juré por mí mismo; hice una promesa de triunfo, y esa promesa se cumplirá: que ante mí doblarán todos la rodilla, y por mí jurarán” v. 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Pablo contrasta las acciones de Adán con aquellas del ”siervo sufrido”. El siervo sufrido se ofreció a sí mismo como un sacrificio expiatorio para la nación de Israel. Adán se unió con su esposa en pecado. Aunque el siervo sufrido era el agente de Jehová y se humilló “fue contado entre los malvados”. Adán se exaltó buscando ser igual con Dios.

El contraste está entre el siervo justo y el siervo del pecado (de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado Juan 8:33). Pablo ilumina la caída en Génesis por medio de las lentes de Isaías y presenta al lector con un número de contrastes. Nadie insistiría que Adán o el “Siervo sufrido” pre-existieran. Las ideas de agentes y la manifestación de Dios (no la encarnación) son íntegras en ambos casos.

Aunque Pablo se refiere a Cristo como el “segundo hombre” o “el “postrer Adán” (1 Corintios 15:45, 47), los trinitarios resisten ferozmente la interpretación “cristología adámica“ porque Adán puesto paralelo con Cristo da a Cristo el papel subordinado al Padre. Sin embargo es “lo natural” que es primero y luego “lo espiritual” (1 Corintios 15:46). Si Cristo existía antes de Adán el contraste se destruye. Como el “segundo Adán”, Jesús se negó seguir los pasos del “primer Adán en cambio se abrazó el papel del “siervo sufrido”.

 

2:5-8. La humillación de Cristo

Ahora apuntamos los versículos 6 y 7 con sus varias estrofas identificadas:

6A Él, siendo en forma de Dios,
6B no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7A sino que se despojó a sí mismo,
7B tomó la forma de siervo
7C y se hizo semejante a los hombres.

Nos parece que hay un ‘movimiento’ básico de pensamiento desde 6A hasta 7C.Hay un contraste doble, primeramente dentro de “forma de Dios” y “forma de siervo”. Luego, la segunda es “igual a Dios” y “semejanza a los hombres”. La siguiente frase 8A “Más aún, hallándose en la condición de hombre” forma el puente para empezar otro ‘movimiento’ de pensamiento.

Proponemos que el fondo de Filipenses 2 es la referencia de la creación de Génesis 1-3. En particular, estos versículos en Filipenses comparan a Cristo y Adán. Ésta es a menudo una comparación encontrada en las cartas de Pablo. Hay varias alusiones que vamos a enumerar.

  • Jesús “…siendo en forma de Dios…”

Primeramente, observamos como el participio del verbo ha sido traducido.

Filipenses 2:6
Dios Habla hoy (1996): “Aunque existía con el mismo ser de Dios,”
LBLA: “el cual, aunque existía en forma de Dios.”
Nueva Biblia de los Hispanos: “el cual, aunque existía en forma de Dios”
Nacar-Colunga: “quien existiendo en forma de Dios…”

NVI (1995): “quien, siendo por naturaleza Dios”
R-V (1909): “El cual, siendo en forma de Dios”
BJ (1976): “El cual, siendo en forma de Dios”
La Biblia Herder: “el cual siendo de condición divina”
R-V (1995): “Él, siendo en forma de Dios”

Investigamos la traducción del mismo participio en otros textos no controvertidos:

R-V (1995)
Lucas 9:48. porque el que es más pequeño…
Hechos 2:30 Pero siendo profeta…
Hechos 17:24. siendo Señor del cielo y de la tierra…
Romanos 4:19. (siendo de casi cien años)…
1 Corintios 11:7. pues él es la imagen y gloria de Dios…
2 Corintios 12:16. sino como soy astuto…
Gálatas 1:14. siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres…]

Por eso, es normal cuestionar las traducciones inclinadas al uso de la palabra “existir” la cual implica la pre-existencia en el texto. “Siendo” no implica algo “sin principio ni fin”. El participio existiendo viene de un verbo griego más fuerte que el verbo “ser”; y éste es seguido por un sustantivo que en unas versiones ha sido traducido “en idéntica naturaleza”. Es obvio que los trinitarios concluyen con la declaración que Cristo siempre ha existido como Dios. En otras palabras: Jesús era verdaderamente Dios antes de llegar a ser una persona. Luego, sin dejar de ser Dios, estuvo dispuesto a dejar de lado la gloria de ser igual con Dios.

Está una acotación adicional referente a la frase “siendo en forma de Dios”. La palabra griega traducida siendo no significa ‘siendo originalmente, desde la eternidad’. Hechos 7:55 habla de que Esteban estaba “lleno del Espíritu Santo”. El estaba entonces lleno del Espíritu Santo y lo había estado por algún tiempo; pero no siempre había estado así.

Por lo tanto, la frase acerca de Cristo siendo en forma de Dios significa que él era (mentalmente) en forma de Dios, y no implica que era de esa forma desde el principio del tiempo. Este acercamiento es apoyado por una observación donde se usa en otras expresiones que llevan el papel o estado de una persona o sus estados de mente. Por ejemplo, lo encontramos en: “siendo profeta” (Hechos 2:30), “era miembro del concilio” (Lucas 23:50), “siendo Señor del cielo y de la tierra” (Hechos 17:24), “es la imagen y gloria de Dios” (1 Corintios 11:7), “siendo judío” (Gálatas 2:14); y se usa sobre el estado de mente de una persona como “siendo mucho más celoso” (Gálatas 1:14) o “estando muy solícito” (2 Corintios 8:17).

  • Jesús “…siendo en forma de Dios…”

Pablo despliega una idea relacionada con una palabra poca común del Nuevo Testamento que se traduce en la versión Reina-Valera (1995) como forma (griego: morphe). Entonces, nos preguntamos: ¿Qué quiere decir con la palabra “forma”? Esta misma palabra morphe existe sólo en Filipenses 2:6, 7 y Marcos 16:12.

Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo. 13Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos les creyeron. (Marcos 16:12)

Aparentemente Marcos relata la misma apariencia que se describe en Lucas 24:13-35. La frase otra forma parece estar enlazada con la descripción en Lucas 24:16 “Pero los ojos de ellos estaban velados…” Puede significar que el Señor había sido visto por María Magdalena y las otras mujeres en una manifestación gloriosa (Esta circunstancia puede ser implicada por Mateo 28:9) mientras en este momento, con los dos discípulos, el poder sobrenatural había sido disminuido para que el Señor les pareciese un hombre normal.

 

Comparamos otras traducciones de Filipenses 2:6-7.

R-V (1995). “Él, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo.”

Nueva Versión Internacional (NVI): “quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos.”

Nueva Biblia de Jerusalén. “El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre.”

La traducción de morphe en esta versión de la Biblia muestra su clara tendencia trinitaria. Es obvio que debemos buscar el apoyo de los eruditos en el idioma griego para nuestro entendimiento de este vocablo particular. Durante esta investigación hay que estar alerta ante los dos puntos de vista opuestos. Que morphe se refiere a:

  1. la vida interior o
  2. la apariencia externa.

Agrupamos las explicaciones en el orden indicado anteriormente:

  • Barclay (1999, págs.57-58) dice que morphe es la forma esencial que nunca cambia. La compara con otra palabra griega, schema, que se puede traducir como “forma” en español y dice que esta significa la forma exterior que cambia con el tiempo y las circunstancias. Continua con la explicación que morphe de cualquier persona es la humanidad. Un bebé, un joven, un adulto tienen la morphe de la humanidad pero su schema exterior está cambiando todo el tiempo.
  • Se puede ver la inclinación hacia la fórmula del Concilio de Nicea en lo que dice otro erudito: “El griego morphe no designa una mera figura (schema) exterior que podría quitarse, como una careta, sin alteración de la persona, sino la erradicación de algo que es connatural al sujeto, aun cuando no indique directamente la esencia misma, sino algo que emana de ella.” (Lacueva,1983, pág.41).
  • Thayer admite que otros eruditos (como Lightfoot y Trench) dicen que «morphe forma difiere de schema figura, forma, apariencia, como aquello que es intrínseco y esencial difiere de lo que es externo y accidental» y agrega que «la distinción es rechazada por muchos».
  • El Diccionario Expositivo de Vine dice, «Morphe denota la forma o rasgo distintivo especial o característico de una persona o cosa.
  • Se nota la influencia del dogma trinitario en la siguiente explicación de Gifford: “morphe es así propiamente la naturaleza o esencia, no en abstracto, sino tal como subsiste realmente en el individuo, y retenida en tanto que el individuo mismo existe … Así, en el pasaje ante nosotros, morphe Theou es la naturaleza divina real e inseparablemente subsistente en la Persona de Cristo … Para la interpretación de ‘la forma de Dios’ es suficiente decir que (1) incluye toda la naturaleza y esencia de la Deidad, y que es inseparable de ellas, ya que no podrán tener existencia real sin ella; y (2) que no incluye en sí misma nada ‘accidental’ o separable, tal como modos particulares de manifestación, ni condiciones de gloria o majestad, que pueden en un momento estar junto con la ‘forma’, y en otro momento separados de ella …
  • “The Expositor’s Greek Testament” dice que la palabra morphe se refiere a la naturaleza de Cristo, es decir, que El era divino (y llegó a ser humano). Cita 2 Corintios 8:9 como el paralelo más cercano a Filipenses 2:6 y dice que en ambos Pablo se refiere al «contraste inefable entre el estado celestial y el estado terrenal».
  • El “Diccionario Manual Griego” dice que morphe significa: forma, figura del cuerpo exterior, aspecto, apariencia; hermosura, gracia; clase, calidad; especie, idea.

Ahora consideramos unas explicaciones inclinadas a la apariencia externa.

  • Una nota de una página web de los católicos-romanos nos informa: Del griego «morphé» (forma, aunque los filósofos griegos utilizaron también «schéma» y «éidos» para referirse al mismo concepto).
  • Según los léxicos significa:
    «forma, figura» (Mckibben-Stockwell-Rivas);
    «la forma en la cual una persona o cosa se ve; la apariencia externa … la forma en la cual él apareció a los habitantes del cielo» (Thayer);
    «forma, apariencia externa, figura» (Arndt-Gingrich).
  • Legasse explica: “La palabra griega (morphe = “forma” en latín) no significa naturaleza ni tampoco “condición”, sino que evoca el aspecto exterior, los “rasgos”. Se relaciona con “imagen”. No cabe duda de que la palabra “imagen” implica en sí misma una relación de reproducción o parecido, pero no es éste el caso de la morphe. Aquí la relación se establece gracias al complemento: Cristo reproduce los “rasgos de Dios”.”

Entonces ¿morphe se refiere a la vida interior o la apariencia externa? De estas citas todavía no nos queda muy claro el asunto. La pregunta es importantísima porque cuando los trinitarios hablan de la vida interior muchas veces se refieren a la deidad de Cristo (su estado pre-encarnado). ¿Cómo se explica la Deidad? ¿Cuáles son sus atributos? “Su eternidad, inmutabilidad, omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia, perfecto amor, perfecta justicia, perfecta santidad, es el Creador, el único que es adorado, el único que perdona pecados, etc.” Este estado pre-encarnado nos enseña que es igual en la misma persona en Cristo hecho carne.

Se nota un amplio abanico de opiniones, de la figura exterior a la esencia de la Deidad. Como hemos dicho, hay solamente dos veces que encontramos morphe en el Nuevo Testamento. Por eso buscamos la ayuda de otros documentos para investigar como se ha usado esta misma palabra. Afortunadamente tenemos las Escrituras Hebreas traducidas al griego – la Septuaginta (LXX) – alrededor de 200 años antes de Cristo. En aquella traducción aparece la palabra morphe. Las ocho referencias son: Jueces 8:18; Job 4:16; Isaías 44:13; Daniel 4:33 (=36); 5:6, 9, 10; 7:28. Apuntamos las citas en la versión Reina-Valera (1995):

Jueces 8:18. “Luego dijo a Zeba y a Zalmuna: ¿Qué aspecto tenían aquellos hombres que matasteis en Tabor? Ellos respondieron: Como tú, así eran ellos; cada uno parecía hijo de rey.”

Job 4:16. “Delante de mis ojos se detuvo un fantasma cuyo rostro no reconocí, y lo oír decir muy quedo…”

Isaías 44:13. “El carpintero tiende la regla, lo diseña con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de un hermoso hombre, para tenerlo en casa.”

Daniel 4:36. “En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, la majestad de mi reino, mi dignidad (¿?) y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.”

Daniel 5:6-10. “Entonces el rey palideció y sus pensamientos lo turbaron, se debilitaron sus caderas y sus rodillas daban la una contra la otra. Entonces el rey Belsasar se turbó sobremanera y palideció, y sus príncipes estaban perplejos.10La reina, por las palabras del rey y de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo:¡Rey, vive para siempre! No te turben tus pensamientos ni palidezca tu rostro ( ‘semblante’ – La Biblia de Jerusalén).

Daniel 7:28. “Aquí fue el fin de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi corazón.”

Está claro que el uso de morphe en la Septuaginta significa forma que puede también entenderse como figura o apariencia externa. Que la palabra “forma” no puede referirse a la naturaleza esencial de Dios queda demostrado en Filipenses 2:7 que habla de que Cristo tomó la forma de siervo. Él tenía la forma de Dios, pero tomó la forma de siervo. La naturaleza esencial de un siervo no es diferente a la de cualquier otro hombre.

En armonía con el contexto, podemos interpretar esto con seguridad con el significado de que Jesús tenía una mente totalmente inclinada a la voluntad de Dios (Mateo 26:39) y dispuesto a comportarse como un siervo.

En algunos versículos posteriores, Pablo nos alienta a llegar a ser “semejantes a él [a Jesús] en su muerte” (Filipenses 3:10). Hemos de compartir la morphe, los rasgos de Cristo que él mostró en su muerte. Esto no significa que hemos de compartir la naturaleza que él tenía entonces, porque ya tenemos naturaleza humana. No tenemos que cambiarnos nosotros mismos para tener naturaleza humana, pero necesitamos cambiar nuestro modo de pensar siguiendo el ejemplo de Cristo.

La idea de una “forma de Dios” nos invita a pensar en aquellas ocasiones cuando Moisés vio la “apariencia de Jehová” (Números 12:8). El Ángel de la Presencia tenía esta ‘apariencia’ o ‘similitud’. Podemos ver un paralelo entre Cristo y este ángel. La idea de alguien “de ser semejante a” concuerda con la idea que Adán estaba en la semejanza de elohim. Esta idea es una de ‘manifestación’. Ambos, el Ángel del Señor y Adán, fueron diseñados para manifestar a Dios.

Jesús estaba en la forma de Dios como Adán quien tenía potestad sobre la creación (Génesis 1:26). Aquí, en Filipenses 2, está una clara alusión a Génesis 1:27. El hombre fue hecho a imagen de Dios con la intención de que él gobernara sobre la creación, aunque no era inmortal. Cuando desobedeció a Dios, Adán literalmente (cuando extendió su mano para tomar del fruto prohibido) codició la igualdad con Dios. La consecuencia fue contraria a lo que dijo la serpiente: la sentencia de muerte cayó sobre él y sobre sus descendientes. Jesucristo tomó el camino opuesto. Él también era ‘a imagen de Dios’; pero “no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse”. Él se despojó a sí mismo del orgullo humano y fue obediente a su Padre. Cristo tenía la posición y papel de Dios entonces, y esto es directamente análogo a Adán y la posición de señoría de que Dios le dio sobre la creación. La autoridad de Cristo se ve claramente en los milagros que él realizó en su enseñanza y en su vida.

Hay quizá un contraste intencional con Adán en Génesis 3, como la tentación a la que cedió que fue la de pretender egoístamente apoderarse de lo que pensó que lo haría “como Dios”. Pablo usa este participio presente griego que indica que Cristo estaba en la forma de Dios cuando él tenía ciertos pensamientos sobre igualdad. La construcción de griego no sugiere que Cristo estuviera una vez en la forma de Dios, y entonces en algún momento más tarde tenía pensamientos sobre igualdad. En Filipenses 2, Pablo describe una actitud mental de Cristo Jesús cuando él estaba en la tierra. No describe el estado de mente de un ser celestial preexistente. ¿Por qué habría un ser celestial, o Dios-Hijo, pensar sobre igualdad con Dios-Padre? ¿Por qué serían semejantes pensamientos celestiales ser un ejemplo para nosotros? La fuerza del argumento de Pablo queda en el hecho de que Cristo desplegó humildad como uno de nosotros.17

  • no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse

Los pensamientos que Cristo tenía sobre igualdad con Dios estaban sobre asir o agarrar igualdad, ellos no estaban sobre retener ni guardar igualdad. Si Cristo hubiera sido Dios-Hijo en el cielo, él podría haber pensado que la igualdad era cosa de ser guardada y entonces escogió no guardar tal igualdad. Pero el sentido del griego es de tomar igualdad. Si Cristo fuera Dios-Hijo, él no necesitaría pensar sobre aferrarse a la igualdad. Lo tendría por derecho, como los credos afirman.

Barclay explica que la palabra traducida para “…cosa a que aferrarse” es harpagmos que procede de un verbo que quiere decir agarrar, arrebatar. Continua con una explicación trinitaria: “La frase puede querer decir una de dos cosas, que coinciden en el fondo. (a) Puede querer decir que Jesús no tuvo necesidad de arrebatar la igualdad con Dios, como trató de hacer el primer Adán, porque la tenía por naturaleza. (b) Puede querer decir que no se aferró a la igualdad con Dios, como reteniéndola celosamente para Sí, sino se despojó de ella voluntariamente por amor a la humanidad. Como quiera que lo tomemos, hace hincapié en la divinidad de Jesús.”

Otro trinitario dice: “El ha sido y será por toda la eternidad absoluta deidad y, por lo tanto, no tenía que apoderarse de lo que es suyo por naturaleza. No consideró el ser igual a Dios como un botín o premio del cual agarrase porque él, desde la eternidad, es absoluta deidad.”

Pero es oportuno buscar las ocasiones en donde aparece este verbo en otras partes del Nuevo Testamento. Aquí son tres:

Mateo 11:12 “…y los violentos lo arrebatan.”
Mateo 12:29 “…Entonces podrá saquear su casa.”
Mateo 13:19 “…viene el malo y arrebata lo que fue sembrado….”

Hay más pero podemos ver que en ninguna referencias tiene el sentido de retención. Adán se había aferrado a ser como Dios (elohim) aunque él ya era la imagen y semejanza de Dios. La igualdad con los ángeles era la preocupación de Adán, pero él buscó este estado de una manera equivocada. Sabemos por las enseñanzas en los Evangelios que esta igualdad – ser iguales a los ángeles o elohim – será dada a los creyentes verdaderos en la resurrección (Lucas 20:35-36). Jesús, sin embargo, no pensó que la igualdad con Dios era una cosa a que aferrarse.

Como una digresión interesante tocante a la pregunta: ¿De qué se vació a sí mismo Cristo? Robertson citado por Hendriksen responde: “No de su naturaleza divina, pues era imposible. El continuó siendo Hijo de Dios…Indudablemente Cristo renunció a su ambiente de gloria.” Hendriksen continúa con una descripción de lo que supuestamente Cristo renunció y resume con: “Impacientemente, expresamos la siguiente objeción: Pero si Cristo Jesús renunció a sus riquezas, gloria, y la autonomía de su autoridad, ¿cómo es posible que continuara siendo Dios? La respuesta está en que él, que fue y es y siempre será el Hijo de Dios, desechó todas las cosas, no con referencia a su naturaleza divina, sino a la humana, la cual asumió voluntariamente y en la cual padeció todas aquellas afrentas.” Se nota aquí como los trinitarios guardan tenazmente el dogma de las dos naturalezas de Cristo del Concilio de Calcedonia (451 d.C.).

A diferencia de Adán y Eva, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. La comparación que hacemos aquí está entre Cristo y la caída de Adán. En cierto punto, en la prueba de Adán, eligió una opción y cayó.22 Cristo es “el hombre” de la nueva creación y su vida en la tierra era una prueba así como la de Adán en el huerto. Pero en un determinado momento, él no escogió la misma opción como Adán, no escogió aferrarse a la igualdad. ¿Cuándo fue este momento?

  • “…sino que se despojó a sí mismo…”

La palabra despojó (griego: el verbo ekénosen) significa “vació”. Es lo que se llama ‘la kénosis’ de Cristo: su vaciamiento, renunciamiento, despojamiento. Ha sido tema de mucha controversia entre los teólogos. ¿Cuándo Cristo se despojó a sí mismo? Carrillo sugiere: “No se trata del hecho mismo de la encarnación sino del modo. Cristo, al hacerse hombre, no se despojó de su naturaleza divina, sino libremente renunció a la gloria que de derecho le correspondía, que poseía en su pre-existencia (Juan 17:5), y que debería normalmente irradiar de su humanidad (Mateo 17:1-8).”

Sin embargo, la sugerencia más obvia estaría en el juicio de Jesús delante de los líderes judíos. Durante aquella experiencia no ofreció ninguna defensa, ni tampoco suplicó nada. Les permitió ser declarado culpable. En todo momento él tenía la habilidad y capacidad de pedir el apoyo de diez legiones de ángeles. Si su Padre mismo no le había entregado a las autoridades, ellas no habrían tenido poder sobre él. Como una oveja a los esquiladores, así se le llevó a Jesús a la matanza, el Cordero del mundo. Cristo tomó la “forma” o “los rasgos” de esclavo que significa “hombre”, hombre y no Dios, hombre que es como un esclavo ante su amo. Cristo padece la muerte en cuanto que quiso configurarse con la humanidad común. Cristo vivió su vida humana, incluida su muerte, como un acto de obediencia a su Padre Celestial (Hebreos 5:8).

En el proceso de la salvación, Jesús era el “siervo sufrido”. Tuvo que cumplir este papel del sirviente del Señor aunque estaba en la forma de Dios. En aquel momento Jesús podría haber sido tentado para aferrarse a la igualdad con Dios. (Otra vez recordamos su oración en Getsemaní: “…pase de mi esta copa…” (Mateo 26:39). Pero tal igualdad estuvo prevista para después de la tumba, en la resurrección. Para eso es que se sometió a la muerte de un esclavo bajo la mano romana.

Barclay (1999, pág.58) explica desde el punto de vista trinitario: “Se vació de Su divinidad para asumir Su humanidad. Es inútil preguntar cómo; no podemos más que permanecer henchidos de santo temor al contemplar por la fe al Que es Dios todopoderoso hambriento y cansado y en lágrimas.” En su comentario, Carballosa (1991, pág.64) presenta algunas teorías seguidas con sus observaciones que han sido propuestas del significado de la palabra “despojó”:

  1. Cristo se vació (despojó) a sí mismo al renunciar a algunos de sus atributos divinos (atributos relativos) tales como su omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia.”
    La respuesta a esta teoría es simplemente que el Señor ejercitó su omnisciencia al declarar que el conocía los pensamientos de aquellos que murmuraban contra él (Marcos 2:6-8).
  2. Una segunda teoría es que Cristo se vació a sí mismo al partir y renunciar a todos los atributos de la deidad (metafísicos y éticos) para convertirse en hombre en el sentido más estricto de la palabra.
    La respuesta a esta teoría es que es imposible renunciar a todos los atributos de la deidad sin dejar de ser Dios. Cristo jamás hizo tal cosa; al contrario, la Escritura afirma que el Cristo encarnado era Dios. (Mateo 1:23; Juan 10:30-33; 14:9)
  3. Otros dicen que Cristo se vació de sí mismo al abandonar el modo de existencia divina para asumir la existencia humana. Los que así afirman, dicen que durante su encarnación Cristo dejó de ser Dios y que reanudó su condición como Dios a partir de la resurrección.
    La respuesta a esta teoría es que la Biblia enfáticamente niega tal concepción de Cristo. Las Escrituras enseñan que la deidad de Cristo no fue disminuida en modo alguno durante su encarnación. Cristo poseía todos lo atributos de deidad durante el tiempo de su humillación.”

Cristo “se despojó a sí mismo” es una alusión a la profecía de su crucifixión en Isaías 53:12 “Derramó su vida hasta la muerte”. Él “tomó forma [manera] de siervo” por su actitud de servicio con sus seguidores (Juan 13:14), lo que quedó sumamente demostrado por medio de su muerte en la cruz (Mateo 20:28).

Isaías 52:14 profetizó referente a los sufrimientos de Cristo de que en la cruz “de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres”. Esta progresiva humillación de sí mismo “hasta la muerte, y muerte de cruz” fue algo que ocurrió durante su vida y muerte, no en su nacimiento o encarnación como explican los trinitarios.

Hemos mostrado que el contexto de este pasaje se relaciona con la mente de Jesús, cuya sumisión se nos presenta como ejemplo para copiar. Por lo tanto, estos versículos hablan acerca de la vida de Jesús en la tierra, en nuestra naturaleza humana, y cómo él se humilló a sí mismo, a pesar de tener una mente totalmente de acuerdo con Su Padre, lo hizo para nosotros.

El apóstol pone de manifiesto la magnitud del sacrificio de Jesucristo, el carácter perfecto y la aceptación dada por el Padre a dicho sacrificio. Por la gracia de Dios tenemos el privilegio de recordarlo con regularidad y gratitud con los hermanos en el partimiento de pan.

  • “…tomó la forma de siervo…”

Cristo asumió el papel de un siervo, y aquí la alusión está a los pasajes de los sufrimientos del siervo en Isaías. Cristo sirvió a los hombres (Mateo 20:28, Juan 13:4-5) y asumió el papel de siervo de Yahweh. (La palabra que significa ‘esclavo’ se usa en Isaías 49:3 y 5 (LXX) para describir al siervo del Señor). Esta alusión a Isaías proporciona una razón para el uso de la palabra ‘forma’ en ‘forma de siervo’ y ‘forma de Dios’. De todas las partes de las Escrituras, el concepto de formar se encuentra frecuentemente en los pasajes del siervo (o Israel, el Mesías, o ambos). Se encuentra con respecto a la acción de formar algo – la formación de un siervo (Por ejemplo: Isaías 49:5; 53:2).

Si nos concentramos en los versículos 6 a 7, podemos ver el movimiento del pensamiento de Pablo. Empieza y acaba con el mismo tipo de expresión:

6 Él, siendo en forma de Dios…
7…tomó la forma de siervo…

  • “…y se hizo semejante a los hombres…”

Cristo se hizo en la semejanza de hombres (Hebreos 2:7), y la alusión es de nuevo al sirviente sufrido que fue hecho por Dios. El hecho fundamental es que Cristo fue engendrado por Dios, hecho por él. La propuesta por los trinitarios es de un engendramiento eterno, pero el Señor formó a en el útero de su sirviente (María) para traerle de nuevo a Jacob (Isaías 42:1, 44:2, 49:5). El uso de la palabra “semejanza” es significante. Pablo alude a Génesis 5:3, donde leemos, “…Adán … engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen…” Cristo estaba en la semejanza de hombre, aunque en la forma de Dios. El énfasis es que Cristo compartió de nuestra naturaleza humana (Romanos 1:23). En Romanos 8:3 dice que Dios envió a su Hijo “en semejanza de carne de pecado”

Ciertamente, aquella naturaleza humana era real, tan real como la de cualquier otro ser humano (Hebreos 2:17). La cita de Romanos 8:3 debe ser leída a la luz de Hebreos 4:15 que dice: “Uno que fue tentado en todo como nosotros lo somos, pero sin pecado.”

  • “…más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo…”

La palabra condición se refiere a la manifestación externa en que algo aparece24. Se encuentran traducciones diferentes de esta misma palabra en los siguientes versículos:

“…y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque la apariencia de este mundo es pasajera.” (1 Corintios 7:31)

“… porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y esto no es sorprendente, porque el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan de ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.” (2 Corintios 11:13-15)

Sugiere que Cristo fue hallado en condición de hombre a través de otros, en vez de que Cristo se halló a sí mismo en condición de hombre. ¿Cuándo se encuentra Cristo de esta manera? Él fue hallado por Judas en Getsemaní. Todavía tuvo que ser declarado culpable durante su juicio. Al pie de la cruz, Jesús fue hallado en condición de hombre por aquéllos que se lo mofaron. Ellos dijeron:

“A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios”
(Lucas 23:35).
“…¡El Cristo! ¡Rey de Israel! ¡Qué descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos!” (Marcos 15:32),

En aquel momento, Cristo fue considerado como un hombre mortal (a la satisfacción evidente de aquéllos que temieron su poder real y autoridad). Por eso Pablo inmediatamente sigue adelante con el pensamiento que se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Hay una conexión aquí con Génesis. Adán también descubrió algo sobre él mismo – se encontró desnudo (Génesis 3:7). Aunque él era la imagen de Dios, se descubrió como hombre. Sucedía lo mismo con Jesús. Estaba en la forma de Dios, pero se dio cuenta que era Jesús. Estaba en la forma de Dios, pero se dio cuenta de ser hombre. Hay un eco irónico de las palabras de la Serpiente – había dicho a Adán y Eva, “…seréis como Dios…” (Génesis 3:5) pero llegaron a ser como los hombres de hoy en día. Igualmente, aunque Cristo estaba en la forma de Dios, él estaba en semejanza como un hombre. En contraste con esta declaración incluimos un punto de vista trinitario: “Así también Cristo, aunque tomó cuerpo humano, vivió entre los hombres, fue visto y tratado como hombre, en su esencia y por su naturaleza divina, nunca dejó de ser verdadero Dios.”.

“…haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz…”

El énfasis aquí es que Cristo supo que él era un hombre. Por eso estuvo listo para ser obediente hasta la muerte. Llevó a cabo la línea de acción de una vida humana hasta la muerte. Como resultado, fue resucitado y exaltado por Dios. El contraste con Adán no puede ser más claro – él era desobediente hacia la muerte (Romanos 5:12), Cristo era obediente hasta la muerte.

La humillación de Cristo tuvo su culminación con “la muerte de cruz”. Esta clase de muerte tenía un significado especial para cada una de las culturas en aquellos tiempos:

  • Para los judíos – una maldición (Deuteronomio 21:23; Gálatas 3:13)
  • Para los romanos – una vergüenza reservada para los esclavos y malhechores (Hebreos 12:2)
  • ra los griegos – una locura repulsiva (1 Corintios 1:23)

 

La exaltación de Cristo

Éste es el estribillo constante del Nuevo Testamento – la exaltación de Cristo por Dios, el Padre. Pero es un estribillo que no encaja con la noción trinitaria que Cristo era de hecho la encarnación de Dios-Hijo. ¿Por qué escogería Dios el Padre exaltar a un ser co-igual?

El hecho de que Cristo fue exaltado para ser Señor de todas las cosas refleja las intenciones de la creación de Génesis, y la mención de su exaltación a este punto confirma nuestro acercamiento al pasaje. Hemos sugerido que la expresión “la forma de Dios” tiene que ver con el Señorío. Porque Cristo al no aferrarse a la igualdad con Dios, mientras tuvo una posición de Señorío en la tierra, Dios lo ha exaltado para que él tenga Señorío sobre todas las cosas, en el cielo y en la tierra.

El señorío de Adán consistió en la facultad para dar nombres a los animales. La expresión del señorío de Cristo en las Escrituras también está en términos de nombramiento: “Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre…” (v. 9).

Esta frase muestra que Jesús no se exaltó a sí mismo: Dios lo hizo. Se desprende que él no estaba en un estado exaltado antes de que Dios lo hiciera por él, en la resurrección y ascensión. El proceso completo de la humillación de Cristo a sí mismo, y la subsiguiente exaltación por Dios había de ser “para gloria de Dios Padre” (v.11). Por lo tanto, el Hijo no es co-igual con Dios.

Como consecuencia de esta humillación y sacrificio de sí mismo, le fue dado a Jesús por el Padre el nombre que es sobre todo nombre. Esto no significa un nombre específico o un título como tal, aunque “Jesús es el Señor” es la confesión cristiana más correcta y propia (Romanos 10:9; 1 Corintios 12:3). Significa que Dios lo exaltó hasta lo sumo, al máximo honor, y esto es más significativo. Las palabras que están utilizadas en Isaías 45:23 acerca de Dios son utilizadas refiriéndose a Jesús, para expresar su honor, gobierno y autoridad por sobre toda la creación. Finalmente, sin embargo, necesitamos notar que esto es para gloria de Dios Padre. La gloria dada a Cristo no es en forma alguna independiente de la del Padre (1 Corintios 15:28). Todas estas tremendas declaraciones, debemos recordar, tienen en su contexto el propósito más práctico en relación con los filipenses, es decir, para persuadirles a dejar de lado la desunión, discordia y ambición personal.

Durante toda su vida Cristo había sometido su voluntad a la de Dios en preparación para esta prueba final de la cruz: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre” (Juan 5:30). Esta diferencia entre la voluntad de Cristo y la de Dios es prueba suficiente de que Jesús no era Dios.

Si Cristo era Dios por naturaleza y luego se despojó de eso y tomó naturaleza humana, como los trinitarios intentan interpretar este pasaje, entonces Jesús no era “verdadero Dios” mientras estuvo en la tierra; no obstante, los trinitarios creen que sí era. Todo esto demuestra las contradicciones que se crean por subscribirse a una definición hecha por el hombre, como lo es el dogma de la Trinidad. De ninguna manera Cristo pudo haber sido “verdadero y eterno Dios [con] dos… naturalezas… Divinidad y naturaleza humana”, como declara el primero de los 39 Artículos de la Iglesia Anglicana.

 

Una digresión: La naturaleza de Jesús

Creer que Jesús fue de nuestra naturaleza, pero sin pecado en su carácter, venciendo siempre sus tentaciones, no es fácil. Se requiere mucha reflexión en los relatos del evangelio acerca de su vida perfecta, junto con los muchos pasajes bíblicos que niegan que él fuese Dios mismo, para llegar a un firme entendimiento y fe en el verdadero Cristo. Tenía naturaleza humana. Esto significa que compartió de nuestra naturaleza y por medio de su compromiso con los caminos de Dios venció al pecado. Dios se la dio con gusto, hasta el grado de que “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” por medio de su propio hijo (2 Corintios 5:19).

La palabra “naturaleza” se refiere a lo que nosotros somos básicamente. La Biblia habla solo de dos naturalezas – la de Dios y la del hombre. Por naturaleza Dios no puede morir ni ser tentado. Es evidente que durante su vida Cristo no tuvo la naturaleza de Dios. Por lo tanto él era totalmente de naturaleza humana porque fue tentado y murió en la cruz. Por nuestra definición de la palabra “naturaleza” debería ser evidente que Cristo no pudo haber tenido dos naturalezas simultáneamente.

Fue vital que Cristo fuera tentado como nosotros (Hebreos 4:15), de manera que por su perfecto vencimiento de la tentación pudiera ganar el perdón para nosotros. Los malos deseos, que son la base de nuestras tentaciones, proceden de dentro de nosotros (Marcos 7:15-23), de dentro de nuestra naturaleza humana (Santiago 1:13-15). Por lo tanto, fue necesario que Cristo fuera de naturaleza humana de manera que pudiera experimentar y vencer estas tentaciones. Hebreos 2:14-18 expresa todo esto claramente:

“Por cuanto los hijos [nosotros] participaron de carne y sangre [naturaleza humana], él [Cristo] también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte… al diablo… porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote… para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados”.

Este pasaje pone extraordinario énfasis en el hecho de que Jesús tenía naturaleza humana: “El también participó de lo mismo” (Hebreos 2:14). Esta frase usa tres palabras, todas con el mismo significado, para recalcar la idea. Él participó “de lo mismo”, es decir, de la misma naturaleza; el relato pudo haber dicho ‘él también participó de ELLA’, pero recalca que ‘él participó de lo mismo’. En forma similar, Hebreos 2:16 desarrolla la idea de que Cristo no tuvo la naturaleza de los ángeles, debido a que él era la simiente de Abraham, y había venido a traer salvación para la multitud de creyentes que llegarían a ser la simiente de Abraham. Por este motivo, fue necesario que Cristo tuviera naturaleza humana. En todo, él tenía que ser “semejante a sus hermanos” (Hebreos 2:17) de manera que Dios pudiera concedernos el perdón por medio del sacrificio de Cristo. Por lo tanto, decir que Jesús no era totalmente de naturaleza humana, es desconocer la base misma de las buenas nuevas acerca de Cristo.

  • y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

¿Cuál es este nombre? No puede ser el nombre de Jesús porque en su nacimiento el nombre fue dado “Jesús” “…porque él salvará a su pueblo” (Mateo 1:21). El apóstol no nos dice claramente todavía de qué nombre se trata, pero añade, sin embargo que es el nombre que sobre sale del de todas las criaturas del universo. Nos ilumina lo que sigue dice Legasse26: “el nombre en cuestión es el de “Señor” (Hechos 2:36), título real y divino, que constituye el objeto de la aclamación del v. 11 y que explica el gesto que lo acompaña.”

A través de la Biblia encontramos la importancia que Dios ha dado en los nuevos nombres a distintos hombres. Dios cambió el nombre de:

  • Abram por Abraham (Génesis 17:5)
  • Saraí por Sara (Génesis 17:15)
  • Jacob por Israel (Génesis 32:28)
  • Simón por Pedro (Mateo 16:18)

para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra;

Las palabras que encontramos en los versículos 10-11 son de Isaías 45:23 donde YHWH (el Señor) dice que “ante mí se doblará toda rodilla…” Comenta Fee: “Este énfasis en YHWH “el Señor” como el único que merece nuestra obediencia parece certificar que lo que Pablo tiene en mente no es otra cosa que el nombre, el mismo YHWH pero en su forma griega “el Señor” que ahora ha sido “otorgado” a Jesús.”

Pablo describe el estatus exaltado del hombre Jesús. Como el reflejo de Dios, su Padre, él estaba en la “forma de hombre” (el texto no dice que él era Dios), pero él no consideró tal “semejanza con Dios” un privilegio para ser explotado para su propia gloria. Jesús, quien como Mesías estaba investido con una igualdad funcional con Dios y que fue destinado a sentarse a la diestra del Padre, se humilló a sí mismo siendo el siervo de la humanidad, aun al punto de someterse a una muerte de criminal en la cruz. Jesús no tomó ventaja de su posición real como representante de Dios, sino que adoptó el carácter de un esclavo. El contraste es entre el rango de Dios – Siendo Jesús el comisionado de Dios – y el rango de un siervo. El contraste no es, como es frecuentemente creído, entre siendo Dios en la eternidad y llegando a ser hombre.

Renunciando a su derecho de gobernar, y rehusando la oferta, durante las tentaciones en el desierto, de tener el poder sobre los reinos del mundo (Mateo 4:8,9), Jesús obedientemente interpretó el rol de un siervo dispuesto a sufrir en manos de un mundo hostil. Lo que Pablo tenía en mente es la carrera del hombre Cristo Jesús (1 Timoteo 2:5), no la encarnación de un miembro preexistente de la Divinidad. La humildad de Jesús es el exacto opuesto de la arrogancia de Adán. Jesús no abusó de su estatus de “Dios” que le fue dado para reflejar a Dios su Padre, ni tampoco se aprovechó de su privilegio para fines egoístas. Adán trató de asirse a una igualdad con Dios a la cual no tenía derecho. Jesús, por la obediencia perfecta a Dios, fue capaz de reflejar la mente y personalidad del único Dios, su Padre.

  • y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Para formamos una idea del profundo sentimiento de los apóstoles cuando pensaban en Jesucristo como “Señor” leemos los pasajes siguientes:
Pedro: Hechos 2:36
Pablo: Romanos 10:9; 1 Corintios12:3; 16:22
Juan: Apocalipsis 17:14; 19:16
No es por la simple mención del nombre que grandes cosas comienzan a ocurrir, sino por su mismo valor, por lo que en sí significaban.

Jesús había sido un modelo de humildad y de servicio. Sin embargo él había nacido dentro de una familia real de la casa de David y había calificado a través de su auto negación para un estatus exaltado como gobernante mundial, como predijo el Salmo 2 siglos antes de que naciera. Cuando fue preguntado por Pilato: “¿Luego, eres tú rey? Su respuesta fue, “Tú hablas correctamente. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo” (Juan 18:37).

Jesús venció la ambición natural de conquistar el mundo (aunque el conquistará legítimamente a las fuerzas del Anticristo en su segunda venida). Su ejemplo de sumisión paciente a la voluntad de Dios lo ha conducido a su exaltación a la diestra del Padre. El punto no fue que un miembro preexistente de la Trinidad había recobrado una posición temporalmente renunciada, sino que un ser humano real, el Mesías, en quien el carácter del Padre estaba perfectamente reflejado (Colosenses 1:15) había demostrado humildad y obediencia y había sido sumamente vindicado y exaltado por Dios.

La exaltación del Mesías a la diestra de Dios es el cumplimiento del Salmo 110:1. Ha sido bien argumentado de que el texto debería leer, “en el nombre de Jesús toda rodilla se doblará…” no “al nombre de Jesús…” (Filipenses 2:10). Así la exaltación suprema de Jesús a la diestra del Padre no altera el hecho que todo lo que Jesús logró es para la gloria de Dios. El señor a la diestra de Dios, debe recordarse, es adoni (“señor”), el cual nunca es el título de la Deidad.

 

Un resumen del estudio del himno

Como hemos visto, muchos han interpretado la declaración de Pablo en Filipenses 2:5-8 como prueba de que él creyó en un Mesías que era al mismo tiempo preexistente y Dios por derecho propio. Motyer explica que el pasaje: “revela primero a un Jesús preexistente, un “Jesús anterior a Belén” quien era Dios verdadero y en plenitud (v. 6); luego, en segundo lugar, un Jesús que, sin dejar de ser verdadera y plenamente Dios, llegó a ser verdadero hombre (v. 7); además, experimento la muerte, y en particular, una muerte de vergüenza y rechazo en la cruz (v. 8)…”

Otro trinitario presenta su análisis mucho más reservado cuando dice: “Se habrán notado las lagunas de esta composición en la que no se dice nada del valor salvífico que el conjunto del Nuevo Testamento atribuye a la muerte de Cristo y en donde no se habla de la resurrección como tal…Una opción legítima y un propósito limitado, del que no se ha de deducir que el autor (y mucho menos Pablo) creyera sólo eso. Un himno no es un credo.”

Deberían ser recordados un número de las principales declaraciones de Pablo acerca de un Dios mientras abordamos este pasaje:

  • “Al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén” (Romanos16:27).
  • “No hay Dios sino uno..hay un solo Dios, el Padre…y un Señor, Jesucristo” (1 Corintios 8:4-6)
  • “Hay un cuerpo…un Señor…una fe…un Dios y Padre de todos” (Efesios 4:4-6)
  • “Porque hay un Dios, y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).
  • “El bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.” (1 Timoteo 6:15,16).

Si Pablo supo que Jesús era un miembro preexistente co-igual de la Deidad, ¿pudo él haber escrito los textos citados arriba los cuales obviamente restringen al único Dios a una sola persona, el Padre? Si es así, el cargo de que él había confundido a sus conversos acerca de la naturaleza de la Deidad parecería estar en orden. Es sorprendente que Lucas, que hizo una crónica del ministerio de Pablo en el libro de los Hechos, fallara en hacer la más ligera mención de la nueva verdad fundada de Pablo acerca del Dios Trino. Pablo hizo la afirmación de sí mismo de que “no había rehuido anunciar todo el consejo de Dios.” (Hechos 20:27). Seguramente en alguna parte este conocimiento trascendental acerca de la Deidad Trinitaria habría emergido en sus escritos y sermones si él lo hubiera considerado una parte importante de la tradición Cristiana.

Buzzard pregunta: “¿Con tantos comentaristas, antiguos y modernos, nos preguntamos si la iglesia primitiva realmente comprendió este pasaje en Filipenses como un precursor de la fórmula Nicena – de que Jesús era verdadero Dios de verdadero Dios, eternamente preexistente como creador? James Dunn se acerca al texto intentando dejar de lado la tendencia de leer desarrollos Cristológicos posteriores en las ideas de Pablo: “Nuestra tarea ha sido nuevamente una de carácter crucial pero difícil de tratar de acostumbrar a nuestros oídos del siglo veintiuno los conceptos y connotaciones de los 50s y 60s del primer siglo AD en el Mediterráneo del Este.”13 El concluye que “la interpretación de la preexistencia-encarnación de Filipenses 2:6-11, etc., lo debe más al mito del redentor Gnóstico posterior que lo que le debe a Filipenses 2:6-11.” Nos advierte del peligro de leer en las palabras de Pablo las conclusiones de los teólogos de una generación posterior, los “Padres” de la Iglesia Griega en los siglos que siguieron a la terminación de los escritos del Nuevo Testamento.

El contexto de los comentarios de Pablo en Filipenses 2 presenta al apóstol Pablo urgiendo a los miembros de su congregación a ser humildes. Se ha preguntado si es de alguna manera posible que Pablo hubiera hecho cumplir esta simple lección de humildad pidiendo a sus lectores a adoptar el estado de ánimo de uno que, habiendo sido eternamente Dios, tomó la decisión de hacerse hombre? ¿Es esa clase de comparación de alguna manera relevante a nuestra condición humana?

Pablo continúa con las siguientes exhortaciones:

  1. Hacer las cosas justas y de buen nombre dejando a un lado las rivalidades.
  2. Unirse para tener todo un mismo propósito en Dios.
  3. Imitar a Jesucristo en su forma de ser y actuar con la humanidad.
  4. Mostrar la superioridad y Deidad de Jesús.
  5. Reconocer las cualidades y ayuda de Timoteo para con el y para la obra del Señor.
  6. Además, invita a reconocer la preocupación de Epafrodito por ellos.

 

Luminares en el mundo

2:12-13. «Por tanto» resume los versículos anteriores del ejemplo de la humildad y obediencia de Cristo y el ánimo contemplando su exaltación y gloria. El apóstol Pablo describe a los creyentes en Filipos, “amados míos”. En realidad los tenía en su corazón (1:7; 4:1). Los aprueba diciéndoles que siempre han obedecido. Pablo estaba muy bien informado acerca de estos hermanos y su constancia en el evangelio. Estos hermanos no solo habían obedecido en la presencia de Pablo, sino también en su ausencia, o sea, ahora que está en la cárcel.

1:27

Solamente continuad ejerciendo vuestra ciudadanía

de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo

que, ya sea que yo vaya y os vea, o que permanezca ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un espíritu”,

2:12

Así pues, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, así, no sólo como en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, con temor y temblor continuad ocupándoos en vuestra salvación”.

Pablo exhorta «ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor».

Primeramente consideramos el uso de la palabra “ocupar”. Significa “conseguir” o “cumplir”. Carballosa explica: Esta palabra es el verbo compuesto katergázesthe que significa: “obrad hasta al final”. Por eso, la exhortación apostólica es que los filipenses conozcan todo lo que la salvación implica “hasta sus últimas consecuencias”. La manifestación de una vida en Cristo exige una obediencia y fe completas. La salvación es la provisión de Dios para nosotros y tiene que ser aplicada en la experiencia diaria de los verdaderos creyentes en Cristo.

En el v. 4, Pablo estaba enfatizando la importancia crucial de las relaciones correctas entre los individuos dentro de la comunión de la iglesia. Aunque tendrán que responder de forma individual, la palabra “ocupar” tiene que ver con lo que sucede en su vida en comunidad, cuando se centran en su causa común con respecto al Evangelio.

¿Cómo respondemos?
Existen algunos grupos religiosos que se apegan a la doctrina que enseña la perseverancia de los santos como, “Una vez salvos, salvos por siempre”. Este texto (Filipenses 2:12) es uno de los textos que refutan esta doctrina de que no podemos perder la salvación. Para más información en cuanto a pasajes que refutan esta falsa doctrina ver los siguientes pasajes: Mateo 24:13; Romanos 11:22; 1 Corintios 9:27; Apocalipsis 2:10.

Algo que debemos entender es que nosotros no nos ganamos nuestra salvación, sino que ella viene por medio de la gracia de Dios (Efesios 2:8). Sin embargo, esta salvación es por gracia, por medio de la fe, lo cual indica e implica que debemos responder a esa gracia que Dios ofrece. Nuestra fe debe ser una fe activa (Santiago 2:17-26). La pregunta es, ¿Nos estamos preocupando por nuestra salvación con temor y temblor? ¡Esperemos que si!

«Temor y temblor». Naturalmente recordamos, en el Antiguo Testamento, los momentos de “terror” que los paganos experimentan ante la presencia del Dios vivo (Éxodo 15:16) y el terror que tienen ante su pueblo por las maravillas que Dios hace en su favor (Deuteronomio 2:25; 11:25). Pero este sentido de “terror” no parece estar presente.
La primera vez que Pablo usa esta expresión es en 1 Corintios. 2:3 y luego en 2 Corintios 7:15; Efesios 6:5. Los que se ocupan en la salvación con temor y temblor son aquellos que tienen conciencia profunda respecto de la presencia de Dios. No se puede vivir el Evangelio a la ligera, sino que debemos vivir sabiendo lo que significa estar ante el Dios vivo e imponente. Viene a la mente la ocasión de Jesús en Getsemaní y la referencia en Hebreos 5:7.
Este texto no significa que debemos servirle como esclavos temerosos de un amo cruel, sino como hijos obedientes que tienen respeto y reverencia hacia Dios y, como consecuencia de esto, viven con precaución seria, porque el trabajo es difícil y «la carne es débil» (Mateo 26:41).

No es cosa fácil mantener un esfuerzo tan constante y sostenido.

Una cosa es decir: “Hacedlo todo para la gloria de Dios”, y otra muy diferente el llevarlo a la práctica.
Una cosa es orar: “Como nosotros perdonamos a nuestros deudores” y otra, no tan fácil, el perdonarlos realmente.
Una cosa es exhibir una placa que diga: CRISTO ES LA CABEZA DE ESTE HOGAR y otra es reconocerlo realmente como tal, presentándole en oración todos los asuntos importantes y obedeciendo cada uno de sus mandamientos.
Una cosa es el afirmar devotamente: “La soberanía de Dios es el principio fundamental de la fe y la práctica”, y otra, mucho más difícil, el someterse confiadamente a esta voluntad soberana cuando un ser querido enferma, se apaga poco a poco, para finalmente morir. Y así podríamos continuar indefinidamente.

Ciertamente, la tarea que pesaba sobre los hombros de los filipenses era tan difícil que, dejados a su propia voluntad, hubieran sido incapaces de hacer algo, como el paralítico que se nos describe en Juan 5, para levantarse y andar. Mas a éste dijo Jesús: “Levántate, toma tu lecho y anda”. Y en substancia dice a los filipenses que deben considerar este ocuparse en su salvación como la tarea de su vida.

2:13. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Se nota no solamente el hacer, sino también el querer, o sea, el decidir y el desear. La palabra «produce» (gr, energéo) es de donde tenemos la palabra «energía».

Partain explica: “La salvación es «obra» de Dios: obra o produce ciertos efectos en nuestras vidas; produce tanto el «querer» como también el «hacer». ¿Cómo lo hace? Véase 1 Tesalonicenses 2:13, «la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes». Son paralelas estas dos frases: «Dios obra en vosotros tanto el querer como el hacer» y «la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes». Dios obra en nosotros por medio de la palabra.”

¡Dios obra! pero obra a través de su palabra. El obra en los que están ocupados en su propia salvación. Dios salva a través de los que predican su palabra (1 Timoteo 4:16); emplea agencias humanas. La Biblia es el libro que nos motiva; Dios ha empleado todo incentivo que se pueda utilizar para movernos hacia el cumplimiento de su divina voluntad, «su buena voluntad». Como dice Hebreos 8:10, «Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré». Dios nunca obra en contra de nuestra propia voluntad. El no nos quita el libre albedrío; el v. 12 bien establece esta verdad.

Pablo emplea el participio del verbo “energéo” en diversos pasajes. Identifique como lo usa con relación a:
Romanos 7:5
1 Corintios 12:6, 11
2 Corintios 1:6
2 Corintios 4:12
Gálatas 5:6
Efesios 2:2
Filipenses 2:13

2:14. “Haced todo sin murmuraciones ni discusiones…” Pablo continúa con la exhortación: vivir una vida práctica y ahora con dignidad cristiana. El uso de la palabra “murmurar” inmediatamente nos recuerda la actitud del pueblo de Israel en el desierto al murmurar contra Dios y contra Moisés (Números 14:1-4). La palabra significa “hablar en secreto” o “conspirar”. Las «discusiones» son los malos pensamientos (Mateo 15:19). En 1 Timoteo 2:8 está conectada con «ira». Entonces son discusiones o contiendas que proceden de corazones llenos de ira y bocas llenas de murmuraciones.

 

Una pausa para la reflexión

Uno de las fallas más comunes de los creyentes que han perdido de vista la maravilla de la gracia de Dios es la tendencia a quejarse. Esto es síntoma de un problema espiritual – no confiar verdaderamente en Dios y su provisión providencial. Piense por un momento en el mensaje que un cristiano gruñón, murmurador y quejoso transmite. Contiendas en Filipenses 2:14 se refiere a las discusiones y cuestionamientos inútiles, y malos. Como afecta esta clase de conducta a los..:

  • creyentes
  • incrédulos

2.15. “para que seáis…” Indica un proceso en el que cada cristiano crece hacia algo que todavía no se alcanza, que no poseemos como hijos de Dios, Efesios 5:1; 1 Timoteo 2:1

“sencillos” Una vida pura, sin mancha, sin tener mezclas, sin estar adulterada con el pecado, Romanos 16:19, 2 Corintios 11:3; Efesios 5:27
“hijos de Dios” Eran hijos con todos los derechos, pues habían obedecido al evangelio de Cristo que los reconocía como hijos y no como extraños.
“sin mancha” Cristo hizo posible borrar los pecados por medio de su sacrificio, Colosenses1:22

En medio de…
“una generación maligna y perversa” Son los insoportables, literalmente “torcidos”. Declaraciones parecidas se encuentran en Mateo 12:39 (generación mala y adúltera”); 17:17 (“generación incrédula y perversa”); y en Hechos 2:40 (“perversa generación”). Las personas que son perversas están “moralmente deformadas”. No se puede confiar en ellas36. Han llegado a esta terrible condición por haberse apartado y extraviado en distintas direcciones, y siempre lejos del camino recto que marca la ley de Dios. Están moralmente pervertidas o desfiguradas.

En medio de la que…
“resplandecéis como lumbreras” Los filipenses, por sus obras, demostrarían la luz de Cristo que estaba en ellos, todos podrían verlos y reconocerían que eran verdaderos cristianos. El cristiano resplandece “en medio del mundo” Mateo 5:14-16; 1 Pedro 2:9; Efesios 5:8,11-13. Como las estrellas atenúan la oscuridad, los creyentes ahuyentan las tinieblas morales y espirituales. Si las primeras iluminan el firmamento, los segundos alumbran los corazones y vidas de los hombres.

2:16. «asidos de la palabra de vida», Hay dos pensamientos distintos pero bien relacionados en las dos traducciones de esta frase: «asidos de la palabra» y «extendiendo» o «sosteniendo» la palabra. El primer pensamiento es el de apegarnos a la palabra, y el segundo es el de predicarla.

Pablo describe la palabra de Dios como “palabra de vida”. Se nota como las Escrituras dan vida al ser humano

Santiago 1:21

2 Timoteo 3:15

Jeremías 15:16

Hechos 20:32

Salmo 119:9, 11

Juan 17:17; Salmo 119:160

La palabra “el día de Cristo” es, sin duda alguna, una referencia a la segunda venida de Cristo. Es imperativo que retengamos la palabra de vida para que cuando Cristo venga estemos listos para recibirlo con gozo. Es muy importante, para los que enseñan la palabra, que todos vivan de tal manera que manifiesten que están aprendiendo para no pensar que están trabajando en vano. La actividad evangélica de los filipenses produciría un triple resultado en la vida de Pablo:

  • Gozo en el corazón del apóstol,
  • Seguridad de no haber corrido en vano,
  • Satisfacción de no haber trabajado en vano.

2:17. Pablo habla de sí mismo como una libación que se derrama sobre el sacrificio (el servicio fiel de los filipenses) – (1) derramado en libación (2) sacrificio (3) servicio. Durante su ministerio a los gentiles siempre se exponía a grandes riesgos y peligros (1 Corintios 4:9-13; 2 Corintios 11:23-28). Sufrió todo esto al llevar el evangelio a los gentiles. Parece que usa el lenguaje sacrificial para comparar su servicio personal con la libación mandada por Moisés (Éxodo 29:40; Números 15:5; 28:7,14). Es el vaso de bebida que se derramaba sobre el sacrificio, esto hacía que el sacrificio fuera completo y era lo último que se hacía (Números 15:4-5).
Cuando Pablo dice “con todo vosotros” sugiere que contempla a la iglesia como una unidad y no toma partido de una facción.

El sacrificio siempre implica un costo. En el estudio…

¿Qué le costó a usted el ser un/a seguidor/a de Cristo?
¿De qué manera son Pablo y los creyentes de Filipos un ejemplo para usted?

2:18. ¿Cómo se puede sacrificar (v. 17) y hacerlo con gozo? Es cuestión de amor. ¿No hacen grandes sacrificios los padres por sus hijos? ¿No lo hacen con gozo? En las parábolas del tesoro escondido y la perla de gran precio, con todo gozo se vendía todo para poseer el tesoro y la perla de gran precio. ¿No requiere sacrificio «vender todo»? Claro que sí, pero lo que ganamos vale mucho más que lo «sacrificado» (3:7,8). El punto del apóstol es que él se regocijaba con una vida sacrificada, pero triunfante y a la vez desea que ellos hicieran lo mismo.

Teniendo en mente los versículos 12-18, explique brevemente lo que significan las frases siguientes:
Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad
seáis irreprensibles y sencillos . . . sin mancha, en medio de una generación maligna y perversa
asidos de la palabra de vida
¿De qué manera afecta nuestro testimonio en nuestra conversación y conducta?
¿Cómo planea aplicar a su vida la instrucción en Filipenses 2:12-18?

2:19–24, La misión proyectada de Timoteo

2:19. «Espero en el Señor Jesús».

+ Los hechos de Pablo sólo proceden de Cristo. ¿Es verdad que hacemos todo «en el Señor»? Se nota el uso de la preposición.

2:24

2:29

3:1; 4:4

3:3

4:1

«enviaros pronto a Timoteo». Pablo acaba de hablar de su posible muerte («aunque sea derramado en libación» v. 17; 2 Timoteo 4:6), pero al mismo tiempo tiene la esperanza de ser liberado para poder visitarles otra vez (1:19, 25-26; 2:24). De cualquier manera espera, si es la voluntad del Señor, enviarles a Timoteo.

Timoteo había tenido un largo e íntimo contacto con la iglesia en Filipos. Era amado por la iglesia. Por ellos, él sería muy bien recibido como representante de Pablo. Identifique el contacto descrito en las siguientes referencias:

Hechos 16:3

Hechos 17:14-15

Hechos 19:22

Hechos 20:3-4

«para que yo también esté de buen ánimo al tener noticias vuestras». Según la esperanza de Pablo, Timoteo llegaría con los hermanos y su visita sería de mucho consuelo para ellos, y luego cuando él volviera a Pablo, le llevaría buenas noticias de la unidad de la iglesia de Filipos, para que Pablo también (al igual que los hermanos filipenses) estuviera de buen ánimo.

2:20. R-V 1995: “porque no tengo a ningún otro que comparta mis sentimientos y que tan sinceramente se interese por vosotros.”
NBJ: ”Pues a nadie tengo de tan iguales sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses…”
LBLA: “Pues a nadie más tengo del mismo sentir mío y que esté sinceramente interesado en vuestro bienestar…”
NVI: “No tengo a nadie más que, como él, se preocupe de veras por el bienestar de ustedes…”
N-C: «a nadie tengo de tan idénticos sentimientos conmigo»

Así Timoteo podría representar correcta y efectivamente las ideas y los sentimientos de Pablo.

Las versiones citadas arriba dicen «con Pablo». Las traducciones que dicen que Pablo está diciendo, «No tengo otro tan del mismo ánimo mío» se basan en tales textos como 1 Corintios 16:10 («él hace la obra del Señor así como yo») y 2 Timoteo 3:10 («Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia…»). Pero el traductor debe traducir, no interpretar. Aunque Timoteo sí tenía la mente de Pablo, es suficiente decir que no había otro como Timoteo. Era hermano excepcional, como Pablo explica en los siguientes versículos.

Pablo era un amigo verdadero de la iglesia de Filipos. Estaba sinceramente interesado en ellos. Se preocupaba por ellos.

2:21. Los que «buscan lo suyo propio» no son «sencillos» (v. 15). La palabra «sencillos», como ya hemos visto, indica sinceridad, sin mezcla, sin engaño, y sin doblez. Pero los que buscan lo suyo propio no son de corazón sencillo o singular, sino de «doble ánimo» (Santiago 1:8; 4:8).
La frase «todos buscan lo suyo propio» suena más bien como descripción de los predicadores mencionados en 1:15-16, y aun como los que Pablo describe en 3:18-19 «cuyo dios es el vientre». El punto principal en todo esto es que, al enviar a Timoteo a Filipos, Pablo enviaba al hermano más fiel y más capacitado para el trabajo. Pero aquellos hermanos a quien Pablo alababa tanto como Bernabé, Silas, Apolos no estaban con él, sólo Timoteo.

Conviene leer y meditar mucho sobre Mateo 16:25, «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará». Los que en verdad «buscan lo suyo propio» (buscan su «vida») deben ocuparse en «buscar» almas y avanzar la obra de Cristo. En esta forma «hallarán» su vida. De otro modo, la perderán.

2:22. Pablo habla de Timoteo. Los hermanos de Filipos ya habían visto a Timoteo en varias ocasiones (Hechos 16:13; 19:22; 20:3), y bien sabían que él había sido probado. Sabían los «probados méritos» de este evangelista joven. La fuerza de lo que Pablo dice es que aunque Timoteo estaba todavía joven, no era un neófito. Ya había sido probado por varias persecuciones y quedó aprobado por Dios (1 Pedro 1:7). Por lo tanto, era obrero eficaz y buen representante de Pablo.

  • Tenía un carácter aprobado, como el mencionado en 2 Corintios 2:9, 9:13; Romanos 5:4 “como hijo a padre”
  • Pablo era quien lo había convertido y le correspondía al mostrarle respeto y ternura.
  • Timoteo era en pensamiento, sentimiento y espíritu con Pablo en su amor por la iglesia.
  • Como discípulo era único, 1 Corintios 4:17

2:23. «Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos». Parece que pronto Pablo comparecería ante el tribunal de César. Entonces los hermanos filipenses no se quedarían a oscuras en cuanto al veredicto. Si fuera condenado o liberado, Timoteo les llevaría las noticias.
2:24. «y confío en el Señor que yo también iré». Pablo expresa claramente su optimismo. Esperaba ser liberado. En tal caso, las noticias buenas llevadas por Timoteo darían más fuerza a las exhortaciones de esta carta (tales como 1:27,28; 2:1-4, 14, etcétera).

Desafío:

Escriba una pequeña biografía de Timoteo usando referencias del Nuevo Testamento

2:25–30. El regreso autorizado de Epafrodito (significado: “encantador”).

Epafrodito había sido enviado por la iglesia de Filipos para llevar a Pablo una ofrenda (4:18) y quedarse con él para ayudarlo. Ahora, después de una grave enfermedad, va a regresar a Filipos con la epístola de Pablo.

2:25. «Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito». Era el mensajero de la iglesia de Filipos; por manos de él enviaron ayuda (2:25-30; 4:14-18). Timoteo era el mensajero de Pablo: a los tesalonicenses (1 Tesalonicenses 3:1-2); a Macedonia (Hechos 19:22); y en otra ocasión cuando Pablo fue a Macedonia, dejó a Timoteo en Éfeso (1 Timoteo 1:3). 1 Corintios 16:10 dice, «Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor así como yo». Ahora, pues, Pablo piensa enviar a este fiel compañero a Filipos.

Hay que apreciar la riqueza literaria de los escritos de Pablo. Busque en la Concordancia las referencias a los siguientes términos:
Hermanos
Colaborador
Compañero de milicia
Mensajero
Embajador
Además, para ser colaborador de Pablo, tanto nosotros como aquellos hermanos, tenemos que ser soldados, porque hay muchos que se oponen a esta obra. Es necesario llevar toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-20) y luchar fielmente (1 Timoteo 6:12; 2 Timoteo 2:3-4).

2:26. Epafrodito se preocupaba mucho por los hermanos. El estaba preocupado por ellos, porque sabía que ellos estaban preocupados por él. Así es el amor mutuo. No era una cosa pasajera, sino «gravemente se angustió», se sintió «afligido», estaba muy «inquieto» en su espíritu.

«porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros».

La palabra “gran deseo de veros” es una palabra intensificada que indica “ardiente” deseo y queda aún más enfatizada por la expresión «y gravemente se angustió” indica sufrimiento. Partain explica: “Pero el comentario de más peso sobre esta frase es que la palabra que Pablo emplea aquí, griego: ademoneo, solamente aparece aquí y en Mateo 26:37 y Marcos 14:33 para describir la agonía («angustiarse») de Jesús en Getsemaní.”

2:27. Habría sido una carga muy pesada para Pablo, si, aparte de tanta aflicción causada por sus prisiones y por el juicio cercano, este amado hermano, Epafrodito, hubiera muerto porque fue a Roma únicamente en servicio para Pablo. El hizo el viaje difícil y peligroso hasta Roma, la Ciudad Imperial, con misión sagrada, y la cumplió fielmente.

2:28. Aunque Epafrodito era de gran utilidad a Pablo, éste no estaba tranquilo porque Epafrodito estaba angustiado y, sin duda, los filipenses compartían su angustia. Mejor que él volviera a Filipos. Sería mejor para todos.

2:29. «tened en estima a los que son como él», un hermano excepcional, muy digno de ser honrado. No conviene elevar sobremanera a ninguno, pero Pablo sí nos enseña a tener a algunos en «mucha estima» (1 Tesalonicenses 5:13, «a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan»; 1 Timoteo 5:17, «Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar»; «Saludad a Andrónico y a Junias … son muy estimados entre los apóstoles»).

2:30. «exponiendo su vida». Epafrodito inclusive puso en gran peligro su propia vida por ponerse al servicio de Pablo. El apóstol apreciaba mucho a este amado hermano, porque compartían la misma actitud con respecto a dar su vida por el Señor (Hechos 20:24; 21:13; 1 Corintios 15:30,31).

«lo que os faltaba». Después de exhortar a los filipenses a sentir lo mismo, tener el mismo amor, estar unánimes y sentir la misma cosa (vs. 1-4), Pablo les habla del ejemplo de Jesús (vs. 5-11), y entonces, luego de hablar de su propia vida sacrificial (v. 17), les presenta dos ejemplos más, los ejemplos hermosos de Timoteo y Epafrodito, que bien ilustran la humillación y servicio recomendados en esta sección.

La exhortación apostólica es que el creyente debe procurar que los efectos de la salvación actúen de manera dinámica en su vida. En la vida debe manifestar santidad, servicio, justicia práctica, compasión y transparencia de vida.

Reflexione sobre la vida de Timoteo y Epafrodito que se mostró a través del estudio.
¿Cómo ejemplifican ellos la exhortación haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús (Filipenses 2:5)?

Explique de qué manera ha sido desafiado/a o inspirado/a por medio del estudio de esta semana.

¿Cómo aplicaría en su vida todo lo que ha aprendido?

 

Unas lecciones prácticas del capítulo 2

  1. El cristiano debe poner a otros en primer lugar (2:3-4)
  2. El cristiano debe ser un imitador de Cristo (2:5; 1 Pedro 2:21)
  3. El cristiano debe ocuparse en su salvación con temor y temblor (2:12)
  4. No hay que hacer las cosas murmurando (2:14)
  5. La Biblia nos muestra grandes ejemplos a seguir (2:19-23)
  6. El cristiano debe tratar bien a los que trabajan en la obra del Señor (2:29)

 

Preguntas del capítulo 2 para investigar

  1. ¿Cuáles fueron los cuatro motivos de Pablo para animar a los filipenses?
  2. ¿A qué sentimiento apeló el apóstol para que ellos fueran de una misma mente?
  3. ¿Qué quiso decir Pablo con la frase “no mirando lo suyo propio”?
  4. ¿Cómo debemos de considerar a cada hermano?
  5. ¿Cómo define usted la palabra “forma”?
  6. ¿Cuándo fue que Cristo se humilló a sí mismo?
  7. Defina la frase “tomó forma de siervo”.
  8. ¿Cuál es el nombre de Cristo que es sobre todo nombre?
  9. ¿Cuál es el propósito de que toda rodilla se doble ante Cristo?
  10. ¿Qué es lo que tiene que confesar toda lengua?
  11. ¿Qué piensa usted de la frase, “ocupaos en vuestra salvación”?
  12. ¿Cómo describió Pablo a la generación en la que vivió? Nuestra generación de hoy en día, ¿es diferente?
  13. ¿De qué manera debe el cristiano de resplandecer?
  14. ¿Qué cosa hubiera causado que Pablo corriera en vano?
    15. Al leer el versículo 17, ¿con qué compara Pablo el servicio de los filipenses y su vida?
    16. ¿Qué hermano sería enviado por Pablo a los filipenses y con qué propósito?
    17. ¿Qué era lo que distinguía a Timoteo?
    18. ¿Hacia dónde espera Pablo ir pronto?
    19. ¿Con qué calificativos Pablo describe a Epafrodito?
    20. ¿Cuál fue el sentimiento de Pablo hacia los filipenses y por qué?
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