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Panorama Bíblico
La Creación del Mundo
“Dijo Dios” se repetirá diez veces en Génesis 1. De Su Palabra vino el orden y la vida. Dios dijo: “Sea la luz”. Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Una característica de la luz es revelar y proveer de entendimiento y pureza. ¿Qué revela la creación acerca de Dios? La creación revela:
(1) Su sabiduría y poder (Job 28:23–27; Proverbios 3:19);
(2) Su gloria (Salmo 19:1);
(3) Su poder y deidad (Romanos 1:18–21);
(4) Su amor por el hombre insignificante (Salmo 8:3–9);
(5) Su cuidado providencial (Isaías 40:12).
La Promesa en el Edén
En Génesis capítulo 3 se relata la historia de la caída del hombre. La serpiente fue maldecida por tergiversar la palabra de Dios y tentar a Eva para que desobedeciera. El hombre y la mujer fueron castigados por su desobediencia. Pero surge un rayo de esperanza en este oscuro panorama cuando Dios le dice a la serpiente: “Pondré enemistad [odio, oposición] entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta [la simiente de la mujer] te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis. 3:15).
El Pacto de Dios con Noé
En un mundo ya lleno de iniquidad, solo dos hombres sobresalientes, Enoc y Noé, eran justos. De cada uno de ellos se testifica que “caminó con Dios”. Cada uno de ellos advirtió a los malvados del inminente juicio de Dios.
A Noé, Dios se le mando construir un arca. Su único propósito era preservar la vida humana y animal cuando viniera el diluvio. Llenó de fe en la promesa de Dios, Noé obedeció a Dios y preparó el arca. Vino el diluvio y después de un año en el arca Noé y su familia recibieron el mandato de salir a un mundo nuevo (Génesis 7:1-8:14). Dios prometió que mientras permaneciera la tierra, nunca más volverá a destruir todos los seres vivientes por medio de un diluvio. Puso el arco iris como señal del pacto.
La Confusión de las Lenguas
Los descendientes de Noé retornaron rápidamente a sus costumbres paganas, por lo tanto, Jehová confundió su lengua y entonces los esparció sobre la faz de toda la tierra. Lo que ellos pretendieron convertir en un monumento a los esfuerzos humanos – la torre de Babel – se transformó en un símbolo del castigo divino al orgullo y a la autosuficiencia.
La Creación del Mundo
Dios dijo… Dios creó… Dios hizo… Dios terminó…
Por Su poder fueron hechas todas las cosas.
El único Dios verdadero
Él es omnipotente, es decir, todopoderoso.
Él es omnisciente, es decir, lo sabe todo.
Él es omnipresente, es decir, está en todas partes.
El registro del primer libro de la Biblia trata esencialmente de la presentación del único Dios verdadero como Creador.
Esto demuestra que esta porción bíblica es el prólogo para el resto del libro, subrayando quién es Dios y cómo se relaciona con el mundo. Pero este prólogo es algo más que una simple afirmación teológica, es un himno de alabanza al Creador a través de quien y por quien todas las cosas existen.
El prólogo en sí está cuidadosamente confeccionado. Diez órdenes divinas resultan en ocho actos creativos, los que se distribuyen en seis días, existiendo una correspondencia entre ellos. En verdad, las obras de los cinco días previos parecen estar enfocadas en la creación de un hogar para la humanidad.
Las especulaciones y teorías científicas que contradicen lo que Dios ha dicho son falsas e inaceptables. La teoría de la evolución de las especies cae en esta categoría. Deshonra a Dios porque la Biblia enseña una creación especial.
La Creación del Hombre
Según Génesis:
1:26 El hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios – es decir con la capacidad mental y espiritual necesaria para conocer a Dios, comprender Sus caminos y adorarlo.
2:7 El hombre fue formado del polvo de la tierra – pero el hombre aun estaba sin vida. Por lo tanto, era preciso infundir vida en el.
2:7 Dios sopló en su nariz el aliento de vida – y el hombre llegó a ser un alma viviente (ser viviente en algunas traducciones de la Biblia)
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,sopló en su nariz aliento de viday fue el hombre un ser viviente.” (Génesis 2:7)
¿Qué es vuestra vida?
“Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. “Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse”. “Como la hierba que crece en la mañana. En la mañana [nuestra juventud] florece y crece; a la tarde es cortada, y se seca” (Santiago 4:14; 2 Samuel 14:14; Salmo 90:5:6).
Moisés, un hombre verdaderamente pensante, reconocía esto y rogaba a Dios: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12).
Por consiguiente, en vista de la brevedad de la vida, deberíamos hacer de nuestra adquisición de sabiduría verdadera, la prioridad número uno.
En vista de que la muerte es el problema y tragedia más fundamental de la experiencia humana, se ha de esperar que la mente humana se haya adiestrado para aminorar el impacto mental; por lo tanto, ha surgido una completa gama de falsas teorías referente a la muerte y a la naturaleza misma del hombre. Como siempre, estas se deben verificar con la Biblia a fin de encontrar la verdad genuina acerca de este tema vital.
Se debe recordar que la primera mentira registrada en la Biblia es la de la serpiente en el huerto del Edén. Contrario a la clara declaración de Dios de que el hombre ciertamente moriría si pecaba (Génesis 2:17), la serpiente afirmó: “No moriréis” (Génesis 3:4).
Para entender nuestra verdadera naturaleza, necesitamos considerar lo que dice la Biblia acerca de la creación del hombre. El relato está en un lenguaje tan claro que no nos deja duda acerca de lo que exactamente somos por naturaleza. “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra… porque de ella [de la tierra] fuiste [Adán] tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 2:7; 3:19).
¡Sin embargo, hay esperanza! Cristo nos animó con la esperanza de “la resurrección de los muertos”. La Biblia recalca que el galardón de los justos será en la resurrección, a la venida de Cristo (1 Tesalonicenses 4:16). La resurrección de los muertos responsables será lo primero que hará Cristo; a continuación ocurrirá el juicio. Cristo nos animó con la esperanza de que la recompensa para los fieles vivos sería en “la resurrección” (Lucas 14:14). A su regreso, Cristo “transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo” (Filipenses 3:20,21 – Biblia de Jerusalén).
La caída del hombre
El pecado y sus consecuencias – Dios bendijo a Adán y Eva y les proveyó todo lo que necesitaban. Ellos podían comunicarse con Dios, se les dio dominio sobre el reino animal y un mandamiento para multiplicarse y llenar la tierra.
Dios deseaba obediencia voluntaria de parte del hombre y por lo tanto le impuso una prueba que hace posible ya sea obediencia voluntaria o desobediencia.“Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día de el comieres ciertamente morirás.” (Génesis 2:17)
La Promesa de Dios a Eva
Dios en su misericordia no dejó perecer la raza humana porque Adán fracaso. Desde ese mismo momento, Dios proveyó un camino por el cual el hombre podía alcanzar la vida eterna. Esta importante promesa de esperanza a Eva se halla en Génesis 3:15:
“Pondré enemistad entre ti y la mujer,
y entre tu simiente y la simiente suya;
esta te herirá en la cabeza,
y tú la herirás en el talón.”
Este versículo encierra una enseñanza múltiple; necesitamos definir cuidadosamente los diversos elementos que ahí se mencionan. Una “simiente” significa un descendiente o hijo, pero también puede ser plural y significar descendientes o hijos. Más adelante en nuestro estudio veremos que la “simiente” de Abraham era Jesús (Gálatas 3:16), pero que si nosotros somos “en” Jesús por medio del bautismo, entonces también somos la simiente (Gálatas 3:27-29). Esta palabra “simiente” se refiere también a la idea de esperma (1 Pedro 1:23). Así que una verdadera simiente tendrá las características de su padre.
Por consiguiente, la simiente de la serpiente debe referirse a lo que tiene semejanza familiar con la serpiente: distorsiona la palabra de Dios, miente, conduce a otros hacia el pecado. Jesús nos enseña que ‘del corazón salen todas estas maldades’ (Marcos 7:20-23). Somos culpables nosotros mismos. ¡No podemos echar la culpa a ninguna otra persona!
La simiente de la mujer había de ser una persona específica: “Tú [la serpiente] le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15). Esta persona había de destruir para siempre a la serpiente, es decir al pecado: “te herirá en la cabeza”. Pegarle a una serpiente en la cabeza es asestarle un golpe mortal, en vista de que su cerebro está en su cabeza. La única persona como probable candidato para la simiente de la mujer tendría que ser el Señor Jesús:
“Jesucristo, el cual [por medio de la cruz] quitó la muerte [y por lo tanto el poder del pecado – Romanos 6:23] y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Timoteo 1:10). “Dios, enviando a su hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó el pecado en la carne”, es decir, al diablo de la Biblia, la serpiente (Romanos 8:3). Jesús “apareció para quitar nuestros pecados” (1 Juan 3:5). “Llamarás su nombre Jesús [que significa ‘salvador’], porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21).
Jesús fue literalmente “nacido de mujer” (Gálatas 4:4). Era hijo de María, aunque su Padre fue Dios. En este sentido, él fue también la simiente de la mujer, pero no la simiente del hombre, puesto que no tuvo padre humano. Esta simiente de la mujer había de ser herida temporalmente por el pecado, la simiente de la serpiente: “Tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15). La mordida de una serpiente en el talón es normalmente una herida temporal en comparación con el daño irreparable en una serpiente al golpearle en la cabeza.
La condenación del pecado, la serpiente, ocurrió mediante el sacrificio de Cristo en la cruz y la resurrección de la tumba.
El Pacto de Dios con NOÉ
A medida que avanzaba la historia después de los días de Adán y Eva, el género humano se hacía cada vez más perverso. La situación llegó a una etapa en que la civilización estaba tan moralmente corrompida que Dios destruyó ese sistema de cosas, con la excepción de Noé y su familia (Génesis 6:5-8). Se le dijo que hiciera un arca en la cual vivirían él y los representantes de todos los animales durante el tiempo en que el mundo sería destruido por un diluvio. Note que la tierra (es decir, este planeta literal) no fue destruida, sólo la perversa generación que la habitaba: “Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra” (Génesis 7:21).
Jesús (Mateo 24:37) y Pedro (2 Pedro 3:6-12), ambos vieron que el juicio decretado sobre el mundo de Noé tenía similitudes con lo que ocurrirá a la segunda venida de Cristo. De modo que la temeraria iniquidad del hombre en los días de Noé se compara a la de nuestro mundo actual, el cual está a punto de ser castigado al regreso de Cristo.
Debido a la abrumadora perversidad del hombre y al programa de autodestrucción en que este planeta se halla empeñado, ha surgido la creencia, incluso entre cristianos, de que esta tierra será destruida completamente. Esta idea demuestra claramente una completa falta de apreciación del mensaje básico de la Biblia, de que Dios está activamente interesado en los asuntos de este planeta, y que pronto Jesucristo regresará a establecer el reino de Dios aquí en la tierra.
La Biblia presenta considerable evidencia de que el reino de Dios estará en la tierra. Entre tanto, lo siguiente debería ser prueba suficiente de que la tierra y el sistema solar no serán destruidos:
– “La tierra que cimentó para siempre” (Salmo 78:69)
– “La tierra siempre permanece” (Eclesiastés 1:4).
– “La tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11:9; Números 14:21) – difícil si Dios deja que la tierra sea destruida. Esta promesa aún no se ha cumplido.
Pero precisamente en Génesis, Dios había prometido todo esto a Noé. A medida que él empezaba a vivir otra vez en el nuevo mundo creado por el diluvio. Dios hizo un pacto (una serie de promesas) con Noé: “He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros… estableceré mi pacto con vosotros [note el énfasis en el “yo”- ¡lo maravilloso de Dios que haya querido hacer promesas a un mortal]; y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra” (Génesis 9:9-12).
Este pacto fue confirmado por el arco iris:
“Cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío… entre mí y vosotros… del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra… Esta [el arco iris] es la señal del pacto” (Génesis 9:13-17).
La confusión de las lenguas
Los descendientes de Noé retornaron rápidamente a sus costumbres paganas, por lo tanto, Jehová decidió confundir su lengua y entonces los esparció… sobre la faz de toda la tierra (Génesis 10:32). Lo que ellos pretendieron convertir en un monumento a los esfuerzos humanos se transformó en un símbolo del castigo divino al orgullo y a la autosuficiencia.
La torre de Babel (Génesis 11:1-9) probablemente era un zigurat, estructura común en esa época en la región de Babilonia. La mayoría de las veces construidos como templos, parecían pirámides con escalones o rampas laterales ascendentes.
Un zigurat medía aproximadamente 90 metros de altura y a menudo lo mismo de ancho, por lo que era el punto central de la ciudad. La gente de esta historia construyó su torre como un monumento a su propia grandeza.
Babel se deriva del hebreo balal, que significa ‘trastornado’ o ‘confundido’. Más tarde, los babilonios interpretaron ‘Babel’ como ‘la puerta del dios’. La mayoría de los especialistas vincula a esta ciudad con Babilonia, la cual se convirtió finalmente en sinónimo de la última ciudad malvada que persiguió al pueblo de Dios (Apocalipsis 17; 18).
Aquí encontramos las respuestas del porqué hay tantas lenguas sobre la tierra y por qué se extendió tan rápidamente la especie humana después del diluvio.
Dios conoce los designios de los rebeldes y los juzga. La descripción de la acción de Dios aquí explica el origen de los idiomas de la humanidad. A menudo se ha señalado que Pentecostés (Hechos 2) fue lo inverso de Babel; había verdadera unidad espiritual en el pueblo de Dios; hablaron en otros idiomas que se entendieron; y su trabajo glorificó a Dios, no a los hombres.
Tema complementario: La Estructura de la Biblia.
La Santa Biblia fue escrita por más de 40 personas diferentes a lo largo de un período de 1600 años. Cubre cientos de temas y, sin embargo, no se contradice a sí misma. Permanece unida en su tema aunque sus autores proceden de los más diversos lugares y situaciones de la vida: hombres de Estado, reyes, pescadores, médico, pastores, poetas hasta un recolector de impuestos. Este hecho sólo tiene explicación si aceptamos que Dios se reveló a cada uno de los que escribió.
La palabra ‘Biblia´ proviene de la griega biblos o biblion que significa: ‘corteza de papiro; hoja o tira de ella; escrito; libro; documento, carta’. Biblia es el plural de biblion o sea ‘libros’.
La Biblia está dividida en dos partes de extensión bastante desigual, llamadas Antiguo y Nuevo Testamento. La palabra ‘testamento’ viene de la palabra latina testamentum con el hebreo berit. Significa ‘pacto’ o ‘alianza’. La palabra ‘santa’ significa ‘separada’. Por lo tanto, la ‘Santa Biblia’ es un libro que está separado de todos los otros. Es totalmente diferente a cualquier otro libro porque su autor es Dios mismo.
De modo que, aunque el libro es uno solo, está compuesto de muchos. Es un libro muy complejo de interpretar y que no debe ser tomada a la ligera. La interpretación bíblica no es sólo cosa de estudiosos o de profesores.
Todo creyente puede interpretarla con la buena voluntad, oración y diligencia. Además, hay que tener muchos deseos de superar las dificultades que se le presenten y de hacer todos los esfuerzos que estén a su alcance para encontrar la mejor explicación para el texto que está considerando.
La inspiración divina declarada por el apóstol Pablo se encuentra en su carta a un joven creyente llamado Timoteo:
«Toda la Escritura es inspirada por Dios
y útil para enseñar,
para redargüir (reprender),
para corregir,
para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto enteramente preparado para toda buena obra.“
(2 Timoteo 3:16
Aquí el apóstol Pablo exhortó a Timoteo a no permitir que su conocimiento de la Biblia le hiciera olvidar lo maravilloso del hecho de que son las palabras del Espíritu de Dios y que por lo tanto, proporcionen todo lo que necesitamos para tener un verdadero conocimiento de Dios. Si las Escrituras inspiradas pueden proporcionar semejante totalidad de conocimiento, entonces no hay necesidad de otra cosa que nos muestre la verdad acerca de Dios.
La Biblia en el chip más pequeña del mundo
El libro Guinness de los Récords tiene una Biblia cincuenta veces más grande.
Tema complementario: Jesús en toda la Biblia
Dios es Creador, y sólo Él vive por sí mismo. Nosotros somos sus criaturas. Dios creó todo lo que existe para que después cada criatura se reprodujera según su género. En Génesis 1 observamos diez veces, ‘dijo Dios’. Su Palabra es poderosa, en ella tenemos la vida. Dios dijo: “Sea la luz” y por eso recordamos la promesa de una nueva creación de mujeres y hombres en Jesucristo. Dios dijo: “sea la luz..y separó la luz de las tinieblas”. Jesús vino al mundo como ‘la luz del mundo’ pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz (Juan 1 y 3)
La promesa de la Redención – Génesis 3:15
Dios en su misericordia no dejó perecer la raza humana porque Adán fracasó. Desde ese mismo momento a Eva, Dios prometió un Redentor y así proveyó un camino por el cual el hombre podía alcanzar la vida eterna. Esta importante promesa de esperanza se halla en Génesis 3:15: «Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.»
La simiente de la mujer se refiere al Señor Jesucristo, que descendió de Eva, pero siempre hizo la voluntad y las obras de Dios. Entre el pecado y Jesús habría enemistad. Por una parte, el pecado habría de herir el talón de Jesús. El murió, pero una herida en el talón no es fatal. El pecado no pudo vencerlo porque había hecho la voluntad de Dios y no la suya propia. Por lo tanto, Dios lo levantó de entre los muertos.
Por otra parte, Jesús había de herir el pecado en la cabeza. Hizo esto al vencer la debilidad de la carne. El pecado no tuvo dominio sobre él y el sepulcro no pudo retenerlo. Además, por su sacrificio hizo posible que otros obtuvieran el perdón de los pecados. Ellos también serán levantados de entre los muertos, tal como se levantó Jesús.
Así que por su obediencia perfecta a Dios, Jesús asestó un golpe mortal al pecado. Le hirió en la cabeza y así destruyó su principal consecuencia, la muerte. Cuando el plan de Dios se cumpla, ya no habrá pecado y por consiguiente, tampoco habrá muerte (1 Corintios 15:24; Apocalipsis 21:4). De este modo, la promesa en Edén señalaba el gran propósito de Dios a través de los siglos.
Tema complementario: La naturaleza del hombre
En Génesis 2:7 leemos acerca de la creación del hombre:
«Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.»
En la Biblia la palabra ‘alma’ quiere decir, en primer lugar, «criatura,» pero también se emplea para describir los varios modos de poder contemplar una criatura viviente, sea hombre o animal, tales como: persona, vida, corazón, ánimo, mente o voluntad. Nunca comprende la idea de inmortalidad, sino que muchas veces se menciona que el alma muere o está en peligro de morir.
Dios nos bendijo grandemente cuando nos dio las diferentes traducciones de la Biblia al castellano. Es muy útil comparar diferentes versiones de la Biblia cuando la estudiamos, porque a veces una misma idea se expresa con palabras diferentes que aclaran el sentido de un pasaje. Una buena manera de darse cuenta de lo que la palabra ´alma´ quiere decir es comparar en diferentes traducciones de la Biblia algunos pasajes que contienen la palabra hebrea o griega para ´alma´. Por eso encontramos: alma, persona, alguien, vida, gente…
La Biblia dice que el alma puede morir: «He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.» (Ezequiel 18:4) Otros pasajes que confirman la idea de que el alma está sujeta a la muerte son Job 33:22 y 28, Salmos 22:20 y 29, Salmos 56:13, Salmos 94:17, Salmos 116:8, Proverbios 23:14, Ezequiel 22:25 y 27, Mateo 10:28 y Hechos 2:27.
El “alma” según diferentes traducciones de la Biblia
La palabra hebrea que aquí se tradujo como “ser” es “nefesh”, que también se traduce como ‘alma’, por ejemplo, en Génesis 42:21: “… vimos la angustia de su alma”. “alma” se refiere a la persona, cuerpo o ser. Por lo tanto, el ‘alma’ es ‘usted’, o la suma de todo lo que forma una persona. Es comprensible que muchas versiones modernas de la Biblia raramente usan la palabra ‘alma’, traduciéndola, en cambio, como ‘usted’ o ‘la persona’.
A los animales que creó Dios se les llama “seres vivientes… todo ser viviente” (Génesis 1:20,21). De modo que el hombre es un ‘alma’, tal como los animales son ‘almas’. La única diferencia entre el género humano y los animales es que el hombre es mentalmente superior a estos; él ha sido creado a imagen de Dios (Génesis 1:27), y algunos hombres son llamados a conocer el evangelio por cuyo intermedio tienen acceso a la esperanza de inmortalidad 2 Timoteo 1:10).
La palabra espíritu es difícil de entender a veces, porque su significado varía bastante según la manera en que se usa. Cuando se refiere al hombre, algunas veces tiene el mismo significado que alma, porque puede designar el corazón, la mente o el estado de ánimo de la persona. Sin embargo, tiene otro sentido importante, el cual es ´aliento´ o ´hálito´, es decir, la fuerza divina invisible que da vida a toda criatura viviente. Podemos comprobar esto comparando diferentes traducciones de varios pasajes que contienen la palabra hebrea o griega para ´espíritu´.
Con este entendimiento del espíritu como ´aliento´, podemos entender Santiago 2:26 donde leemos: «el cuerpo sin espíritu está muerto.» Está claro que si el cuerpo no tiene aliento, no hay vida en él.”
Cuando una persona muere, Dios retira su espíritu o aliento de vida del cuerpo, éste regresa al polvo y el alma simplemente deja de existir. «…y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.» (Eclesiastés 12:7)
El cuerpo viene del polvo, es material y visible. Cuando morimos, nuestro cuerpo se descompone y vuelve al polvo. Los pasajes siguientes aluden a este proceso: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.» (Génesis 3:19).
El “espíritu” según diferentes traducciones de la Biblia
Espíritu – Algunos de sus aspectos
- Donde espíritu representa a Dios (1 Timoteo 4:1; Hebreos 10:29)
- Donde espíritu refiere a Jesús (1 Corintios 15:45)
- Donde espíritu refiere a los ángeles (Hebreos 1:7, 10, 14)
- Donde espíritu representa a una persona, un estado de ánimo, una voluntad, un carácter, una emoción, un corazón (Mateo 5:3; Marcos 8:12; Lucas 1:47)
- Donde espíritu refiere a los pensamientos carnales (1 Corintios 2:11-12; Efesios 2:2)
- Donde espíritu refiere al aliento de vida (Mateo 27:50; Juan 19:30)
- Donde espíritu refiere a los maestros falsos (1 Timoteo 4:1; 1 Juan 4:1)
- Donde espíritu refiere a una enfermedad (Mateo 10:1; Marcos 3:11)
- Donde Espíritu Santo y espíritu son términos sinónimos (Lucas 3:22; 4:1; Juan 1:32-33; Hechos 2:4)
- Donde espíritu refiere a una fantasma (Lucas 24:37,39)
- Donde espíritu refiere a poder (Lucas 1:35)
- Donde espíritu refiere a la palabra de Dios (Juan 6:63)
- Donde espíritu tiene dos sentidos diferentes en el mismo versículo (Romanos 8:16)
Tema complementario: El origen del pecado
Existe la idea de que las cosas buenas de la vida proceden de Dios y las malas del Diablo o Satanás. Esta no es una idea nueva; ni siquiera es una idea exclusiva del cristianismo. Por ejemplo, los babilonios creían que habían dos dioses, un dios del bien y de la luz, y un dios del mal y de las tinieblas, y que estos dos estaban trabados en mortal combate. Por lo tanto, Dios le dijo: “Yo soy Jehová y ninguno más hay… [yo] formo la luz y creo las tinieblas… [yo] hago la paz y creo la adversidad [‘desgracia’ –Biblia de Jerusalén]. Yo Jehová soy el que hago todo esto” (Isaías 45:5-7,22).
Dios crea la paz y crea el mal, o la desgracia. Dios es el autor, el creador del ´mal´. En este sentido hay una diferencia entre ´mal´ y pecado, el cual viene por culpa del hombre y entró en el mundo como resultado del hombre, no de Dios (Romanos 5:12).
La Biblia es muy explicita acerca de la naturaleza fundamentalmente inicua del hombre. Si se reconoce esto, no hay necesidad de inventar un ser imaginario aparte de nuestra naturaleza humana para hacerlo responsable de nuestros pecados. Jeremías 17:9 dice que el corazón del hombre es tan desesperadamente inicuo y engañoso que en realidad no podemos reconocer la enorme extensión de su lascivia. Jesús también consideró en Mateo 7:11 la naturaleza humana como fundamentalmente maligna.
¿Qué ocurrió en el Edén?
Génesis 3:4,5: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.
Se asume equivocadamente que la serpiente aquí es un ángel que había pecado, llamado “Satanás”. Habiendo sido expulsado del cielo por su pecado, vino a la tierra y tentó a Eva para que pecara.
- El pasaje habla de “la serpiente”. Las palabras “Satanás” y “diablo” no ocurren en la totalidad del libro de Génesis.
- A la serpiente nunca se le describe como un ángel.
- Por lo tanto, no es sorprendente que no haya referencia en Génesis a nadie que haya sido expulsado del cielo.
- El pecado produce la muerte (Romanos 6:23). Los ángeles no pueden morir (Lucas 20:35,36), por lo tanto, los ángeles no pueden pecar. El galardón de los justos es que serán hechos iguales a los ángeles para ya no morir más (Lucas 20:35,36).
- Los participantes implicados en el relato de Génesis acerca de la caída del hombre son:
Dios, Adán, Eva y el pecado.
No se menciona a nadie más. No hay ninguna evidencia de que haya entrado algo dentro de la serpiente para hacerla efectuar lo que hizo. Pablo dice que “la serpiente con su astucia engañó a Eva” (2 Corintios 11:3) Dios dijo a la serpiente: “Por cuanto esto hiciste” (Génesis 3:14). Si “Satanás” estaba usando a la serpiente ¿por qué no se le menciona, y por qué no fue también castigado?
Tema complementario: La Enseñanza apostólica sobre el Diluvio
El diluvio es un ejemplo del juicio de Dios. El apóstol Pedro se refiere al diluvio en 2 Pedro 3:47 y declara que nuevamente vendrá juicio sobre esta tierra, a pesar de lo que los mofadores puedan decir. Nunca más habrá un diluvio similar (Isaías 54:9) pero Dios enviará a su Hijo a purificar la tierra (ver 2 Tesalonicenses 1:79).
El diluvio es un símbolo del bautismo. El diluvio arrastró los pecados del mundo antiguo y después hubo una «vida nueva.» Esto es lo que el bautismo hace por nosotros (Hechos 2:38; Romanos 6:4). Noé y su familia fueron salvados por el agua. Pedro dice que «el bautismo que corresponde a esto ahora nos salva» (1 Pedro 3:2122).
Jesucristo es nuestra arca. El arca fue construida para seguridad y preservación de la vida. Por medio del bautismo nosotros entramos en Cristo, nuestra arca de seguridad. En él hay seguridad, paz y salvación.
Cuando el Hijo del Hombre vuelva, las condiciones sobre la tierra serán similares a aquellas que prevalecían durante los días de Noé, cuando comían, bebían y se casaban sin tomar en cuenta las advertencias de un futuro desastre (Mateo 24:3739). Si como Noé somos obedientes y fieles, tendremos la segura protección de Dios cuando venga el castigo sobre el resto del mundo.
Tema complementario: Las Aplicaciones personales –
La existencia de Dios
“El que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan” (Hebreos. 11:6 – La Biblia de Jerusalén). El objeto de estos estudios es ayudar a aquellos que desean venir a Dios y que previamente han creído “que existe”.. Un examen de la intrincada estructura de nuestro cuerpo (compárese con Salmo 139:14), el evidente diseño en una flor, o la contemplación de la inmensidad del espacio en una noche clara: estas e incontables otras cuidadosas reflexiones sobre la vida hacen que el ateísmo sea difícil de aceptar. Creer que no hay Dios requiere, sin duda, más fe que creer que existe. Sin Dios no hay orden, propósito ni explicación última en el universo. Hay una inmensa diferencia entre tener una noción vaga de que hay un poder superior, y estar realmente seguro de lo que él ofrece en retribución por darle un servicio fiel. Hebreos11:6 destaca que:
debemos creer que Dios existe Y que recompensa a los que le buscan.
Una sólida creencia en la total inspiración de las Escrituras es vital.
Los hombres que escribieron la Biblia fueron guiados irresistiblemente por el Espíritu que los inspiraba de manera que sus palabras no eran suyas. Siendo la palabra de Dios, que proporciona reprensión y corrección, no es sorprendente que sea impopular para muchas personas porque la Verdad hiere.
El estudio de la Biblia, ¿cuánto cuesta? El tiempo que se invierte – pero, ¿será realmente una pérdida de tiempo? Recordemos que Dios no es deudor de nadie. Es decir, que cualquier cosa que le demos nosotros a Dios, ya sea tiempo, talento o dinero, El lo multiplica y nos lo devuelve así en maneras nunca anticipaban. Jesús dijo:
«Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.» (Mateo 6:33)
¿Construimos torres?
La torre de Babel fue un gran logro humano, una maravilla del mundo. Pero era un monumento dedicado a la gente misma y no a Dios. A veces construimos monumentos a nosotros mismos (ropas caras, una gran casa, un automóvil lujoso, un trabajo importante) para llamar la atención. Esto puede no ser malo en sí, pero cuando los usamos para jactarnos y gloriarnos, toman el lugar de Dios en nuestras vidas. Somos libres para desarrollarnos, pero no para pensar que hemos reemplazado a Dios. ¿Qué torres ha construido usted en su vida?
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón”
Y aunque el corazón es realmente una fuente de maldad, debemos tratar de controlarlo. No podemos achacar nuestras fallas morales a la perversidad de nuestra naturaleza. “El corazón que maquina pensamientos inicuos” es algo que Dios odia ver en los hombres (Proverbios 6:18). Pero el pecado consiste en asumir que por consiguiente no tenemos necesidad de esforzarnos por autocontrol y que la debilidad de nuestro corazón disculpará nuestros pecados. Debemos reconocer y aun analizar la debilidad de nuestra naturaleza [tal como este capítulo lo intenta] y en la fortaleza de ese conocimiento encontrar algo que la limite. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23).