“Hay un mal… que es muy común entre los hombres.”

Eclesiastés 6:1

Dentro de esta proposición tenemos 24 puntos en cuestión. Todos son una manera perversa de observar las cosas más comunes. Hay que controlar el deseo. Comprende la naturaleza del hombre y su propia condición y conocerá cómo comportarse. Estar consciente de la tristeza de otra persona en vez de pasar por alto. Un sabio tendrá una actitud sensata. Aceptará la reprimenda. Analizamos lo que hacen los hombres.

CAPITULO 6

6:1-2. “Hay un mal que he visto debajo del cielo, y que es muy común entre los hombres: 2el del hombre a quien Dios da riquezas, bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero…”  Estos versículos claramente muestran que para el Predicador el mundo «debajo del cielo/sol» no es el mundo sin Dios. El hombre suele tener todo lo que necesita para el goce externo, pero el Señor lo deja librado a la codicia o a malas disposiciones para que no use bien ni cómodamente lo que tiene. Por uno y otro medio sus posesiones van a los extraños; esto es vanidad y mal doloroso. Es una continuación de la percepción mundana de la condición humana. Es lo que Salomón observa y relata de las experiencias que pasan delante de él. La expresión traducida «riquezas y bienes y honra» se utiliza con referencia a Salomón en 2 Crónicas 1:11-12. El vocablo traducido «honra» usualmente tiene ese significado, pero en este contexto probablemente significa «riquezas» o «esplendor, gloria»

Dios les da en abundancia a algunos y otros nunca tienen para vivir. Dice el incrédulo: “¡Esto es absurdo, y un mal terrible!” Llama la atención que Dios es la causa de la riqueza y la pobreza. Pero el que vive en angustia por la riqueza sufre en esta vida y nunca tiene tranquilidad. ¿Qué es lo que más le conviene al hombre: ser rico con ansias o ser pobre con tranquilidad? ¿Qué les pasará después de la muerte?

¿Cuáles son los extraños? Enemigos nacionales quienes toman el botín. Algo fuera de control como epidemias o enfermedades. Falta de tiempo que no presenta oportunidad de disfrutar los bienes. Desacuerdos y conflictos dentro de la familia. Se nota la conclusión: Vanidad y mal doloroso.

¿Cuáles son las personas bendecidas con riquezas y honor que conocemos? Es importante reconocer que la prosperidad es un regalo de Dios. El verdadero placer de los bienes es imposible sin ser un regalo de Dios. Placer sin Dios es meramente diversión. No satisface. Pero placer con Dios es enriquecimiento y trae el gozo verdadero y satisfacción. Hay que dar gracias a Dios por la salud que tenemos. Recordemos lo que Dios nos ha dado y por eso estemos contentos.

6:3-5. “Aunque el hombre engendre cien hijos, viva muchos años y los días de su edad sean numerosos, si su alma no se sació del bien, y además careció de sepultura, digo que más vale un abortivo. 4Pues este en vano viene, y a las tinieblas va, y las tinieblas ocultan su nombre. 5 No ha visto el sol, ni lo ha conocido. ¡Más reposo tiene este que aquel!” El que tenga muchos hijos, larga vida y mucha fama, pero no disfruta la vida ni es honrado después de su muerte es peor que un abortivo. El v. 3 presenta el caso hipotético de un hombre sumamente bienaventurado. La magnitud de su bienaventuranza se subraya por la hipérbole «engendrare cien hijos». Sobre la bendición de abundancia de hijos, Salmo 127:3-5.

Una vida larga es el deseo de la humanidad en general. Aun con estos agregados, el hombre puede no ser capaz de disfrutar sus riquezas, familia y vida. Tal hombre, en su paso por la vida, parece haber nacido para ningún fin ni utilidad. El que ha entrado a la vida sólo por un momento, para dejarla en el siguiente, tiene una suerte preferible al que ha vivido mucho, pero sólo para sufrir.

¿Es verdad que comete un error al tener tantos hijos? ¿Sería mejor tener seis u ocho? El hombre comete un error y arruina su vida. Sin embargo, tiene que vivir bajo el error. Es posible hacerlo con el espíritu correcto.

6:6. “Y aun si aquel viviera mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿acaso no van todos al mismo lugar?” Una larga vida que no se disfruta es sólo una condena perpetua. El Predicador emplea todavía otra hipérbole aquí. El que vive muchos años llega al mismo fin que el abortivo. Entonces, el que no disfruta la vida es peor que el abortivo porque ambos terminan en la muerte pero éste llega allí con la ventaja de no haber sufrido las angustias de la vida. En cambio, el que vivió no tiene ninguna ventaja de contrapeso porque no disfrutó la vida. 

“mil años” esto es un símbolo de llenura o totalidad. “no van todos al mismo lugar”, esto se refiere a la suerte común de todas las cosas vivientes, el Seol  (2:14).

Una larga vida no es la solución.

6:7.Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo, su deseo no se sacia.” Esto puede ser una poesía. Las líneas paralelas serian: Todos los animales luchan solamente por comer (Génesis 3:17-19); pero nunca pueden comer lo suficiente para tener satisfacción permanente. El hombre dedica toda su vida a trabajar para satisfacer sus apetitos, pero nunca lo logra. El vocablo traducido «deseo» es néfesh, literalmente «alma». El trabajo de una persona no es por puro placer sino para ganarse la vida con la esperanza de hallar satisfacción en ella. Pero su alma no se sacia (la referencia es a algo más que lo físico).

El hombre debe tener la comida, pero debe tenerla con regularidad. El proceso de comer es un ciclo continuo día tras día, comida tras comida. Esto debe enseñarnos una lección. Nuestro propósito es proveer para nuestros cuerpos. Pero el apetito nunca se satisface.  ¡Cavamos una acequia para ganar el dinero para comprar comida para tener la energía para cavar una acequia!

6:8. “¿Qué más tiene el sabio que el necio? ¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?”

En tal mundo, la sabiduría no le ofrece al ser humano ninguna ventaja. Si la meta de la vida es ganar más para satisfacer más los apetitos (v. 7), entonces el que es sabio pero pobre no tiene ventaja sobre el insensato (4:13). Dos preguntas esperan una respuesta negativa. Ni la sabiduría ni el hombre pobre recomendándose a sí mismo mejoran su suerte.

Las dos preguntas son retóricas. Proveen sus propias respuestas. El sabio tiene más que el necio. Es así con la persona con discreción. El pobre con discreción no está en una situación desventajosa. Es rico en las cosas que importan. Los ricos sin la discreción son inválidos. La discreción es un producto raro en los seres humanos.

6:9. “Más vale lo que ven los ojos que un deseo que pasa. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.” Parece ser un proverbio que afirma que es mejor disfrutar lo que uno tiene (o fácilmente puede conseguir) que ir tras deseos fugaces. Todos los humanos quieren más de lo que tienen, sin embargo, cuando tienen mucho todavía no es suficiente. Luego concluye que todo es vanidad. ¿Qué es vanidad? Muchos opinan que el Predicador quiere decir que la búsqueda de los deseos fugaces es vanidad. Otra opción es que él concluye que un mundo donde es mejor contentarse con lo que uno tiene en vez de perseguir los sueños es vanidad. La expresión traducida «deseo que pasa» es literalmente «el caminar del néfesh `alma, deseo, mente'».

Deseo insaciable. El v. 9 puede ser aconsejador, y estar instando al contentamiento. Pero a la luz de 9b, el pensamiento probablemente es que el pobre, aunque tenga mucho para ver, sólo experimenta un deseo errátil que añade a la frustración. No sea engañado por el sueño imposible. Es una pérdida de tiempo. Aún más lamentará su vida vehemente de lo que no tiene en vez de gozar en lo que hace.

6:10..“Respecto de lo que es, ya hace mucho que tiene nombre. Se sabe lo que es un hombre: que no puede contender con quien es más poderoso que él.”  Un dilema. Nombre habla de carácter. El mundo (El que existe), hombre y Dios (uno que es más fuerte que él) tienen todos caracteres fijos. Hemos de entender que quien llamó su nombre fue Dios. De manera que el v.10 afirma que Dios conoció y determinó todo lo que ha sucedido desde antes. Este conocimiento previo va más allá de sólo saber qué va a pasar; implica predeterminar los eventos (1 Pedro 1:20, donde el verbo traducido «destinado desde antes» es literalmente «preconocido»; Romanos 8:29).

El ser humano tiene el nombre apropiado “Adán”. Significa “hombre de la tierra”, de tierra roja. ¿Por qué lo hizo así? Dios lo ve claro cuándo estamos delante de Él. Somos de “la tierra” pero su intención es algo mucho mejor para nosotros.

6:11-12.Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad, y eso de nada le sirve al hombre…¿Y  quién le enseñará al hombre lo que acontecerá después de él debajo del sol?” Lo que se necesita es algo que será adecuado para cada día pero que durará toda la vida, algo que puede hacer frente al enigma de la vida y que da experiencia y valores que valen la pena. Las dos preguntas del v. 12 implican que por lo general las personas no descubren tal remedio, y otros no pueden fácilmente llegado a un dilema. Solamente 5:18–20 ha dado ayuda. El hombre no logra ninguna ventaja, por sabio o esforzado que sea, porque uno no sabe ¿qué es lo bueno para él durante su vida y tampoco qué pasará después de su muerte? La comparación de los días de la vida con la sombra recalca su fugacidad (1 Crónicas 29:15; Job 8:9; 14:2; Salmo 144:4).

Utley (pág. 69) escribe: “La famosa pregunta del Eclesiastés es, “¿entonces cuál es la ventaja de ser un hombre?” ¡Esto es una repetición del 1:3; 2:11, 22; 3:9; 5:16! ¡Sin un Dios de justicia y misericordia no hay alegría, beneficio, o satisfacción duradera! ¿La vida puede ser buena o difícil pero que hay más allá? ¿Hay una diferencia cualitativa entre la suerte de una persona de fe versus una persona mala? La vida del humano pasa (ejemplo como una sombra, véase 8:13; I Corintios 29:15; Job 9:9; 14:2; Salmos 102:11; 109:23; 144:4). La vida humana es un trabajo laborioso. ¿Qué nos espera el futuro? Esta es la pregunta (véase 3:22; 7:14; 8:7; 10:14). ¿Hay un Dios sincero, justo, misericordioso, no cambiante en cuyas promesas podemos depender? ¡Este es el asunto de la fe de la existencia humana!”

CAPITULO 7

Este capítulo, como la mayoría de Eclesiastés, reflejan la vida de los “dos caminos” (Deuteronomio 30:1, 15, 19; Salmos 1).

Esta sección presenta una serie de máximas y proverbios en vez de reflexión y debate. Consisten en sentencias comparativas introducidas por la frase “mejor es”. En esta sección tenemos primero el posible carácter instructivo del sufrimiento (vs. 1–6), luego sus peligros (vs. 7–10). La sabiduría es indispensable (vs.11-12); la vida está bajo la mano de Dios (vs. 13-14). 

La segunda mitad va de lo torcido de la vida (v. 13) a la perversidad de la humanidad (v. 29). Se plantean cuestiones básicas respecto al origen, la universalidad y perversidad del mal en una mezcla de declaraciones de hechos y de estímulo a la acción.

7:1. “Mejor es la buena fama que el buen perfume, y mejor el día de la muerte que el día del nacimiento.” Se ponen dos comparaciones lado a lado, y podrían traducirse: “Como un buen nombre es mejor…así el día de la muerte es mejor…” Así como el carácter interior es más crucial que la fragancia exterior, así las lecciones derivadas de un funeral son más instructivas que las lecciones de una fiesta de cumpleaños. Este pasaje parece contradecir 5:18-20. Sin embargo, allí el Predicador hablaba con ironía, mientras aquí con sinceridad. ¿Por qué es mejor el día de la muerte? El día de la muerte es mejor, porque para ese día, en contraste con el día del nacimiento, se ha visto lo que el individuo ha resultado ser y hacer (v. 8a). Por lo menos ésa sería la interpretación normal de la oración, pero en seguida el Predicador le dará otra diferente.

“buen perfume o ungüento” Es una relación de contraste a “buen nombre”. El ungüento puede referirse a:

1. Una apariencia exterior (“perfume caro”)

2. Una necesidad para sanidad y restauración.

3. Un tiempo festivo.

Otro punto de vista nos alerta de un juego de palabras aquí en el hebreo. La palabra “nombre” es shem y “perfume” es shemen. Wiersbe explica (pág.78): “Salomón no estaba comparando el nacimiento y la muerte, ni tampoco estaba sugiriendo que es mejor morir que nacer, porque usted no puede morir a menos que haya nacido. Estaba comparando dos días significativos en la experiencia humana: el día cuando una persona recibe su nombre y el día cuando ese nombre aparece en la columna de notas fúnebres del periódico. La vida vivida entre esos dos acontecimientos determinará si dicho nombre deja una fina fragancia o un mal olor.”

Si quiere vivir en un mundo donde lo bueno tiene valor, pues protegerá su reputación. La reputación de piedad y honestidad es más deseable que toda la riqueza y el placer de este mundo. En el día de su muerte su reputación está detrás, ha establecido una buena reputación y será recordado por eso. Es importante recordar que mientras camina delante de los vivos, ande con discreción y tenga cuidado con su nombre.

7:2. “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete, porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo tendrá presente en su corazón.” ¿Por qué es mejor asistir a la casa del luto? Porque allí uno se pone a reflexionar sobre el hecho que todos llegan al mismo fin: la muerte (Salmo 90:12). Todos los contrastes (“mejor que…”) de este capítulo están basados en el resumen de la conclusión del v. 8 en vista que la vida es vanidad, su final es preferido a su inicio. El Predicador se enfoca sobre el misterio de conocer a Dios y tratar de entender sus planes y propósitos para la humanidad, pero conoce bien el final inevitable.

 “y al que vive lo hará reflexionar en su corazón”. Esta frase puede tener varios significados:

1. Solamente los vivos pueden entender y tener sabiduría no los muertos.

2. Los vivos deben reflejarse sobre la realidad de su propia mortalidad eventual.

3. El sabio piensa en estas cosas (similar a “los que tengan oídos que oigan” del Nuevo Testamento).

Lo que consideramos poco atractivo puede ser un ejercicio valioso. Depende de cómo se enfoque la cuestión. 

7:3-4. “Mejor es el pesar que la risa, porque con la tristeza del rostro se enmienda el corazón.4 El corazón de los sabios está en la casa del luto, mas el corazón de los insensatos, en la casa donde reina la alegría.” Con frecuencia el sufrimiento nos trae a Dios mientras que rara vez lo hace el placer “un corazón alegre puede estar escondido detrás de una mirada triste” (BJ). En contexto El Predicador está: 

(1) diciendo que las dificultades de la vida tienen el potencial de despertar una dimensión espiritual. Este es el enfoque de Deuteronomio 27-27, como también las plagas de Egipto que hicieron que algunos egipcios creyeran en YHVH (Éxodo 12:38); 

(2) en contraste con los sentimientos inmediatos (vida diaria) con el punto de vista mundial de la eternidad. Esta vida nos hace tristes; todos tenemos problemas en este mundo pero si tenemos fe y obediencia, aun estos tiempos de tristeza nos dan esperanza, paz y fuerza.

Salomón no está condenando la felicidad. Todo lo opuesto, está promoviendo una paz apropiada y contentamiento que no está basado solamente en circunstancias temporales. 

Los sabios meditan sobre la muerte, pero los insensatos se distraen con las fiestas. Casi toda la gente quiere estar en la casa de la alegría porque se puede escapar de la realidad de la vida. Sin embargo, la tristeza puede hacer lo bueno. No busque la fantasía. No evite las cuestiones. Afronte valerosamente la vida y acepte que necesita ser llevado en contacto con la brevedad de su propia existencia.

7:5. “Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios.” Las exhortaciones a veces son desagradables pero una persona sabia oye y acoge las palabras de una exhortación de una persona informada bíblicamente en vez del palabrerío de una persona terrenal. Esta clase de afirmación es común en Proverbios (12:15; 13:14; 25:12).

“la canción de los necios” Esto se refiere a la vida orientada al placer. Es paralelo a la “canción de los necios” en el verso 6. El cambio de singular «sabio» al plural «necios» implica que la reprensión de un solo sabio vale más que las canciones de un ejército de insensatos.

La reacción inmediata de una reprensión es resentimiento y hostilidad. Estar eufórico al recibir la adulación. Las alabanzas de un necio son débiles. La alabanza puede ser una trampa en la que uno puede perder la realidad. Reprender a un sabio por lo menos es honesto. Acepte la reprensión y mejorará.

7:6.porque la risa del necio es como el crepitar de los espinos debajo de la olla. Y también esto es vanidad.” Los espinos hacen fuego pobre para cocinar. Se calientan muchos y terminan muy rápido (Salmos 58:9; 118:12). ¡Así como el fuego promete y no puede entregar así también la risa del necio! La risa de los insensatos es igual de ruidosa, fugaz e inútil. La frase «espinos debajo de la olla» contiene un claro juego de palabras en hebreo, pues los vocablos «espino» y «olla» se escriben y se pronuncian iguales (hebreo: sir). La “risa del necio” es una llama repentina, un despliegue de chispas, pero pronto se agota y es fácilmente apagada. El v. 7 explicará por qué esa enseñanza es vana.

Ir metiendo los espinos en el fuego resulta en un hecho constante. La risa demora un momento y esperamos algo más. Tal es la risa de un necio. Es estridente y se calma porque no hay nada más para sostenerla. Es inútil y vana.

7:7–10. Cuatro obstáculos para la sabiduría son: 

la corrupción (v. 7), la impaciencia (v. 8), 

la amargura (v. 9) y la nostalgia (v. 10).

7:7. “Ciertamente la opresión hace enloquecer al sabio, y las dádivas corrompen el corazón.” Hay sabios que se corrompen. El paralelismo aclara que la opresión que entontece al sabio es el soborno o la dádiva, y que ésta es dada por los opresores. La dádiva hace que el deje de reconocer y reprender las injusticias de los opresores. El «corazón» aquí es la mente, el entendimiento. La injusticia de la vida causa a mucha gente (aun a los creyentes) problemas si no le damos tiempo a Dios de poner las cosas en orden.

Los eventos de nuestras pruebas y dificultades suelen ser mejores que lo que pensamos primero. Ciertamente es mejor ser paciente de espíritu que orgulloso y apresurado. No se enoje rápido ni se apresure a sentirse afrentado. El abuso del poder es muy común. La dádiva es algo que distrae su atención de la justicia y hacia la persona que la ha regalado. Inclusive un sabio es susceptible a la dádiva/el soborno. Tome la decisión de rechazarla.

7:8. “Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.” Probablemente era un proverbio conocido. Aparentemente tiene poco que ver con el contexto o con el mensaje del libro. El vocablo “fin” tiene el sentido de “resultado”. Un tiempo de prueba tiene un producto final. El juego de palabras en el v. 8b es aún más claro en el hebreo, el cual literalmente reza: «Mejor es (ser) largo de espíritu que alto de espíritu». Significa que es mejor ser paciente que altivo. En relación con el v. 8a, el alto de espíritu es aquel que al principio de un negocio se jacta de lo que va a lograr, mientras el «largo de espíritu» espera pacientemente hasta el fin para mostrar sus logros.

Sea paciente en espíritu. Permita que otra persona evalúe lo que ha sido hecho cuando los resultados son revelados.

7:9. “No te apresures en tu espíritu a enojarte, porque el enojo reposa en el seno de los necios.” El insensato rápidamente se enoja. Dios está enojado con la rebelión humana, pero el enojo humano nace del egoísmo. Este versículo es una aplicación del proverbio en el v. 8b acerca del «largo de espíritu», y concuerda con la sabiduría tradicional (Proverbios 16:32). Fíjense como ruach es usado para describir diferentes clases de personas.

1. “La paciencia en espíritu”, v. 8.

2. “La altivez en espíritu”, v. 8

3. “El rápido en espíritu” v. 9

Los necios se enfadan fácilmente. El enojo reposa en el seno y fácilmente tiende a encenderse. No se preocupa del daño que causa. Por medio del enojo se distorsiona uno su opinión.

7:10. “Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos, porque nunca hay sabiduría en esta pregunta?” No es sabio añorar el pasado. Dice Williams: “Este versículo es una aplicación novedosa e inesperada del v. 8a. El vocablo traducido «pasados» en el v. 10 es de la misma raíz que la palabra vertida por «principio» en el v. 8. El Maestro aduce que si el fin de un asunto es mejor que su principio (v. 8a), entonces el pasado no es mejor que el presente (v. 10). Pero esta conclusión chocaba con el pensamiento sapiencial tradicional, el cual valoraba la enseñanza de los antiguos mucho más que las corrientes recientes (Job 8:8-10).

El privilegio de los ancianos es mirar atrás y consumirse pensando en la manera en que hacían las cosas. La memoria es muy selectiva y solamente recuerda las cosas buenas. Olvidan las malas. Mirar atrás así es poner el presente en ridículo. Implica equivocadamente que no hay esperanza para el futuro.

Kidner (pág. 312) expone: “Los versículos 11 y 12 evalúan la sabiduría desde una perspectiva un tanto mundana. Hay duda respecto a su correcta traducción, pero poco puede caber de que sabiduría, por el momento, está siendo tratada al mismo nivel que el dinero, por su valor de intercambio: un seguro comparable, o añadido, ante los riesgos de la vida.”

7:11-12.  “Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven el sol; 12 porque escudo es la ciencia y escudo es el dinero; pero más ventajosa es la sabiduría, porque da vida a sus poseedores.”

En Israel, al decir posesiones se hacía referencia principalmente a la tierra. Aquí la idea es espiritualizada. La sabiduría también, como la tierra, pertenece a Dios pero es dada a su pueblo. Como la riqueza, la sabiduría tiene un poder protector, pero en un nivel más profundo. En lugar de «ciencia» (7:11, 12a), sería mejor traducir «sabiduría». De nuevo el Predicador expone la sabiduría tradicional en los vs. 11-12 para luego señalar un vacío importante en los vs. 13-14. La sabiduría es tan buena como las riquezas porque da vida a sus poseedores. En la estructura de estos dos versículos, 

  1. v. 11a “Buena es la ciencia con herencia” se explica en el v. 12a, “porque escudo es la ciencia y escudo es el dinero”.
  2. v. 11b y provechosa para los que ven el sol en el v. 12b. pero más ventajosa es la sabiduría, porque da vida a sus poseedores.

La sabiduría es una ventaja en el mundo de los vivientes. El vocablo traducido «provechosa» se usa en Eclesiastés más exactamente en el sentido de «ventaja». La sabiduría, así como la plata, protege. El vocablo traducido «escudo» es literalmente «sombra», pero en todo caso es símbolo de la protección (ver el uso de la misma palabra en Génesis 19:8; Números 14:9; Jeremías 48:45). La ventaja que proporciona la sabiduría es que da vida a sus dueños. Literalmente el v. 12b se puede traducir: «Y el conocimiento es una ventaja: la sabiduría da vida (o «preserva vivos») a sus dueños».

Una herencia es una ganancia inesperada. No trabajamos para ganarla. Viene cuando alguien que nos ama muere. ¡Esperar toda la vida para nuestra herencia es desear el fin de nuestra vida y del que nos ama! Es un hecho común que el beneficio de una herencia es perdido al llegar la tercera generación. El abuelo trabajaba duro y entregó sus ganancias a su hijo. El hijo la guardaba bien y al fin la dio a su hijo. El nieto no sabe nada de la manera en que la herencia fue creada. La malgastó. La sabiduría es necesaria para que la herencia de la familia sobreviva.

Las riquezas no son una compensación para una vida. Una herencia es muy útil pero la sabiduría es mejor. La sabiduría provee protección; el dinero provee protección contra una calamidad, pero ¿cuál de los dos escogería?

7:13. “Mira la obra de Dios. ¿Quién podrá enderezar lo que él torció?” ¿Es imposible hallar sentido en las aparentes contradicciones de la obra divina? Se hace eco de 1:15. Lo básicamente torcido en nuestra experiencia de la vida no es “destino” sino ordenado por Dios. El Predicador invita al lector a contemplar las contradicciones de la obra divina en el mundo (vs.13-14a). Nadie puede entender lo que Dios hace en el mundo ni tampoco después de la muerte.

Este es el concepto más importante que la sabiduría nos invita a contemplar. Compréndelo y todo lo demás será entendido. Dios lo ha hecho torcido. Nuestra vida existe dentro del marco de la mortalidad y no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Lo único que podemos hacer es vivir una vida que tiene sentido siguiendo el consejo del Predicador. 

7:14. “En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto el uno como el otro, a fin de que el hombre no sepa qué trae el futuro.” Dios envía tanto el bien como el sufrimiento de tal forma que el ser humano no puede garantizarse que lo que hace hoy resultará para bien después. Aquí el Maestro vuelve al problema principal en el libro, la incertidumbre sobre lo que pasa después de la muerte. Tanto los buenos tiempos como los malos tienen propósito. Uno es conducir al gozo; el otro a la realización de que la vida está “sujeta a vanidad” (Romanos 8:20). Las estaciones fluctuantes de la vida nos mantienen dependientes de Dios. En el día del bien es fácil distraerse con la alegría, pero el día malo le pone a uno a pensar sobre las contradicciones en la obra divina, pues él hizo ambos días.

Aunque una persona pueda no estar conforme con la manera en que Dios actúa, no puede cambiar lo que piensa que está equivocado. Además, Dios combina de tal manera la adversidad con la prosperidad que el hombre no puede saber nada acerca de su futuro. A la luz de esto, Salomón recomienda sumisión a la soberanía de Dios disfrutando de lo bueno y recordando en el tiempo de la dificultad que la adversidad tiene propósitos insondables más allá de nuestra comprensión limitada. En el tiempo de la prueba, la pregunta para hacerse no es “¿Por qué?”, sino, “¿Para qué?”. 

7:15. “Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece pese a su justicia, y hay malvado que pese a su maldad alarga sus días.” Días de mi vanidad es la vida dominada por los problemas mencionados en 1:2–11. Nabot (1 Reyes 21:13) y Jezabel (1 Reyes 18–19; 21) ilustran el punto de este versículo. El Predicador ha observado casos en los cuales la justicia conduce a la muerte y la maldad alarga la vida. Salomón ha visto excepciones a la doctrina de que Dios recompensa el justo y castiga al impío. 

Salomón reclama tanto una sabiduría de extensión y observación, pero también reconoce su insensatez completa y futilidad. La experiencia le ha inducido a ser pesimista acerca de la vida terrenal, pero con esperanza de la actividad de Dios tanto ahora como en el futuro. Este verso afirma la tensión teológica sobre las circunstancias del justo versus el malo. La teología tradicional (los “dos caminos”) era la bendición material de los justos y la destrucción de los malos (Deuteronomio 27-28; Salmos 37:25; Proverbios 2:21 y siguientes; 11:19). Sin embargo, esto no todas las veces sucedía en la vida, por lo tanto Job, Salmos 73 y Eclesiastés empezaron a cuestionar esta premisa tradicional. Esto no tiene la intensión de depreciar la obediencia o el pacto de fe, sino de colocarlo en el contexto de un mundo caído. Este no es el mundo que Dios quiso. 

La observación del sufrimiento de la gente buena causa mucha tristeza en mucha gente. Tales circunstancias resultan en: Si Dios es compasivo, por qué no salva a las personas que hacen lo bueno. Pero Dios no ha prometido salvarnos del sufrimiento. La historia de la verdad revela la persecución para aquellos favorecidos de Dios.

7:16-17. “No seas demasiado justo, ni sabio en exceso; ¿por qué habrás de destruirte? 17No quieras hacer mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo? Enfrentado con la injusticia, uno tiende a inclinarse ya sea a la justicia propia (el punto del v. 16, que podría traducirse “hacerse el justo” o rendirse al pecado (v. 17). La última línea del v. 17 podría traducirse “escapará de ambas” y referirse retrospectivamente a los vs. 15 y 16.

El Predicador concluye que si hacer lo justo y sabio puede conducir a la muerte, es mejor no ser demasiado justo y sabio (7:16). Algunos interpretan que aquí se refiere a la justicia fingida e hipócrita, pero más bien habla de los que mueren por hacer lo correcto. Su consejo es irónico. Demuestra una vez más que si no hay recompensas justas después de la muerte, las doctrinas sapienciales tradicionales no tienen sentido. Si todo termina con la muerte, hay que alargar la vida a toda costa. Tampoco recomienda entregarse a la maldad e insensatez, porque eso también puede conducir a una muerte prematura.

“Hacerse el justo” presenta la idea de santurronería. Por eso no piense demasiado en sí mismo. Tampoco se incline hacia el otro extremo de una persona sin ningún valor. La justicia que llega al legalismo no sirve. De igual manera, la sabiduría en exceso causa problemas. Todos hacen el mal, pero algunos sobresalen. De igual manera, ¿todos son insensatos? Pero entre más insensata sea la persona, peor es la situación. 

SUMARIO Número 6

“El que teme a Dios saldrá bien de todo.”

Eclesiastés 7:18

7:18. “Bueno es que tomes esto, sin apartar de aquello tu mano; porque el que teme a Dios saldrá bien de todo.” Es un resumen de afirmación que comienza en el verso 15. Del contexto del Predicador parece que motiva:

1. Una vida justa

2. Una vida prolongada

Ambos están relacionados con un respeto y temor apropiado para Dios (3:14; 5:7; 8:12, 13; 12:13; Proverbios 1:7). ¡Existe el mal en nuestro mundo y en nuestros corazones! La voluntad, bondad y presencia de Dios es para la humanidad caída (23; 3:11; 8:17) la única esperanza. No lo podemos entender completamente con nuestra circunstancia, pero podemos confiar en él, obedecerle, ¡y permanecer en la fe en la vida terrenal no predecible!

 Salomón no aboga por una obediencia tibia, como defendiendo la legitimidad de un poco de maldad o un poco de necedad. La repetición del vocablo «todo» al comienzo del v. 15 y al final del v. 18 constituye una inclusión que enmarca el párrafo 7:15-18.

Hay varias traducciones del versículo por eso la frase no está clara. A la luz de esto viva en temor y fe, deje el resultado a Dios. ¡Deje de pensar que los esfuerzos humanos pueden totalmente contestar o sobreponer las incertidumbres de esta edad!

La proposición número 6 es “Hay un mal… que es muy común entre los hombres.” Repasamos ahora los 24 puntos en cuestión. Lo que sigue es una lista en orden de su consideración en el texto.

  1. No le da Dios facultad de disfrutar de ello
  2. Aunque el hombre engendre cien hijos
  3.   Y aun si aquel viviera mil años dos veces
  4.   Su deseo no se sacia
  5.     Que supo caminar entre los vivos
  6.     Lo que ven los ojos que un deseo que pasa
  7.       Se sabe lo que es un hombre
  8.       Mejor es buena fama
  9.         Mejor es ir a la casa de luto
  10.         Mejor es el pesar que la risa
  11.           El corazón de los sabios está en la casa del luto
  12.           Mejor es la reprensión del sabio
  13.           La risa del necio
  14.           Las dadivas corrompen el corazón
  15.         Mejor es el fin del negocio que su principio
  16.         No te apresures en tu espíritu a enojarte
  17.       Los tiempos pasados fueron mejores que estos
  18.       Buena es la ciencia (sabiduría) con herencia
  19.     La sabiduría da vida a sus poseedores
  20.     Quién podría enderezar lo que él torció
  21.   Dios hizo tanto el uno como el otro
  22.   Justo hay que perece pese a su justicia
  23. No seas demasiado justo
  24. Ni seas insensato

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