Un estudio de la profecía de Abdías
Queridos hermanos cristadelfianos:
Este estudio es del libro más breve del Antiguo Testamento. Contiene un total de veintiún versículos. Tengo que admitir Abdías es un libro difícil de encontrar en la Biblia en comparación con otros libros más conocidos cuando se hace citas bíblicas. ¡El índice general es muy útil en tales circunstancias! Para resolver este problema he memorizado los nombres de las dos profecías mejor conocidas ubicadas a cada lado de Abdías – Amós y Jonás. Por eso, ahora puedo buscarla con mucha más confianza.
Abdías forma parte del conjunto de profecías llamadas las “menores”. La impresión que da este calificativo es que se trata de libros de poca importancia. No es así. Se conocía a los doce libros desde la antigüedad como “los profetas menores” debido al tamaño relativo al compararlas con las de Isaías, Jeremías y Ezequiel. No se la cita en el Nuevo Testamento. Sin embargo, su mensaje es parte importantísima de las Escrituras proféticas. Hallamos en estos versículos una denuncia enérgica de la dureza humana frente a la calamidad y el desastre de los demás. Se puede descubrir también una seria advertencia contra la enemistad, el odio y la envidia. Efectivamente contiene lecciones prácticas de valor permanente para los seguidores de Cristo.
En adición de estos asuntos que pertenecen a la vida cristiana, la profecía contiene un mensaje breve y poderoso de la ruina de Edom, una nación vecina de Israel y su mayor enemigo. En el curso de los siglos, no se ha oído nada acerca de Edom. Por eso es natural preguntarse del valor de esta profecía en el siglo 21. La respuesta se encuentra en el pueblo que reside hoy en día en el mismo territorio ubicado por Edom en los días de Abdías. Al final de los tiempos y antes de la reunión de las naciones contra Jerusalén, “Edom” volverá a aparecer en el escenario de la historia mundial.
Jehová está empeñado en el cumplimiento de Sus propósitos sobre todas las naciones y especialmente sobre Israel. Hay que reconocer la mano de Dios en los reinos de los hombres y estar preparados. Mientras esperamos la venida de Jesucristo a la tierra, vamos a compartir en el compañerismo de la fe. Doy gracias a Dios por el apoyo y compañerismo que he recibido durante este estudio de mi hermano en la fe, Jorge Pazmiño de la iglesia cristadelfiana, Quito, Ecuador. Por eso les presentamos esta pequeña ofrenda como un apoyo para poner en práctica las palabras de nuestro Salvador Jesucristo: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.” (Mateo 24:42)
Hermano Guillermo Rawson (España, enero 2008)