La mano negligente empobrece; Mas la mano de los diligentes enriquece.
Proverbios 10: 4
Salomón está hablando de tu mejor Inversión, y no está hablando del dinero. ¿Cómo sabemos? ¿Pues, ¿Cuántas personas conocemos que son muy diligentes, pero que no tienen montones de dinero? Y hablando de dinero, cuando se usa la palabra «inversión», ¿Qué es lo primero que viene a la mente? En términos humanos podríamos hablar de tantos aspectos de invertir nuestro tiempo y esfuerzo en pasar toda la vida estudiando y trabajando o solo tocando el tema de la inversión económica. En contraste a la inversión humana, la que nos ofrece nuestro Padre Celestial es la mejor inversión de todas.
Me pueden decir; que obvio, elijamos el plan de Dios sobre todo. Bueno, si con razón la respuesta en el contexto de una exhortación es bastante evidente, pero el provecho y la exhortación de verdad viene de considerar el contraste y el por qué, con sus detalles. Por mi parte descubrí que aunque la respuesta sea obvia, sin obstáculos sigue que mis acciones la precisión. Y así somos los humanos.
Tomando como analogía la inversión económica, ¿qué son los aspectos de una inversión que todos queremos?
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- Riesgo bajo
- Rentabilidad de la inversión alta
- Tiempo de inversión corto
Al aplicar estos «deseos de la inversión», podemos ver que no se limita a la inversión económica. Podemos invertir nuestro tiempo, bienes o lo que sea, pero estos principios quedan siempre: queremos todo el beneficio posible dentro de muy poco tiempo con nada de riesgo. En el mundo humano de hoy, es imposible. Hay que sacrificar por lo menos un deseo si no hay dos para cumplir con uno.
Hablando de los 3 deseos de la inversión, el riego del mundo brinda incertidumbre, es posible perder toda la inversión y hasta más de lo invertido y eso tiene que ver con muchos factores que uno mismo controla. La rentabilidad de la inversión que ofrece el dinero es: fama, fortuna, reputación, bienes, experiencias, pero; que todo termina en la muerte.¿Y el tiempo pues? Empezamos a preguntarnos, si invierto tanto por tanto tiempo, ¿cuánto tiempo me queda para disfrutar los beneficios?
El plan de inversiones de Dios cambia todo. Del riesgo, no hay riesgos externos sino solo depende de uno mismo. Sabemos que la rentabilidad de la inversión es la vida eterna: nada más y nada menos. ¿Y el tiempo? Pues, al parecer, eternidad, ¿Cómo comparar una pequeña existencia mortal? Dios nos pide toda nuestra vida mortal para recibir una perfeccionada y eterna.
Y estos son los 3 deseos de la inversión. Hay tanta gente en el mundo de hoy que quisiera cumplir con los tres a la vez, pero cuando se presenta el plan de inversión de Dios que si lo hace. no están interesados. No conozco ningún tipo de inversión que brinde lo que Dios ofrece. ¡Pero aún así a veces me hallo pensando más e invirtiendo más en lo que no tiene beneficio eterno! Hasta la mejor inversión que uno puede hacer en este mundo y aunque tuvo los 3 deseos de la inversión, no se compara porque no es eterna. No estoy diciendo que no vale hacer inversiones de ningún tipo en el mundo.De hecho, puede ser un aspecto muy sabio de manejar bien la casa de uno, pero cuando cuentos inversiones se hacen nuestra ocupación constante y nuestra confianza, ya estamos atrás del plan de inversión con Dios.
Salmos 15, nos da un buen resumen del plan de inversión de Dios en pocos versículos:
1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
2 El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón.
3 El que no calumnia con su lengua,
Ni hace mal a su prójimo,
Ni admite reproche alguno contra su vecino.
4 Aquel a nuestros ojos el vil es menospreciado,
Pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
5 Quien su dinero no dio a usura,
Ni contra el inocente admitió cohecho.
El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
Aunque en forma de pregunta, el primer versículo nos da la rentabilidad de la inversión: viviendo con Dios. Y para explicarnos quiénes son y cómo son los que viven con Dios, los siguientes versículos presentan la inversión que debemos hacer: el desarrollo de las características que forman el carácter de uno. Dicho de otra forma, es dedicado a los principios de Dios, mostrando qué principios en realidad son los que nos dirigen cada día.
¿Y el riesgo? Viene al final del versículo 5
El que hace estas cosas no resbalará jamás
Es decir, no hay riesgo para los que se dedican por completo. Pues el único que arriesga mi rentabilidad de la inversión, soy yo, porque soy el único que controla si me dedico o no. Y esto es muy diferente a las inversiones del mundo con tantos factores fuera de nuestro control.
No es solo en Salmo 15 que encontramos este plan de inversión, sino también en la:
2da. Carta de Pedro capítulo 1: 5-11
5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;
6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;
7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraterno, amor.
8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque estas cosas no caen jamás.
11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Pedro explica a los creyentes el plan de inversión de Dios en términos de hacerse un discípulo. La rentabilidad de la Inversión viene en el versículo 11 -donde claramente habla de la eternidad. La inversión desde v5 al v9, es una inversión que tiene que durar toda la vida. No dura toda la vida solo porque Dios quiere nuestras vidas, sino porque nos quiere enseñar que estas cualidades son las que nos llenan de gozo y alegría. Además, son cualidades eternas. Eso nos deja con v10 para el riesgo: «no caeréis jamás» , pero con la frase «haciendo estas cosas» . En otras palabras si practicamos (o nos dedicamos) a estas cualidades, nunca caeremos.Y nos dice váyanse y sean pacientes un día, tengan dominio otro día y ya cumplieron los requisitos de la entrada a la vida eterna. ¿Se acuerdan de una palabra en Proverbios 10: 4? Diligencia . De esta inversión estaba hablando Salomón: de las riquezas de invertir uno mismo en el plan de inversión de Dios.
Quizás se están preguntando: pero ¿qué pasa con la rentabilidad de la inversión, sino que puedo mantener bien la inversión de mi carácter a Dios, al 100% todos los días, siempre completamente dedicado? ¿Qué pasa si Fallo?
Todos fallamos. Todos vamos a fallar. Pero no todos hacen la inversión.
Vamos a Mateo 25: 14-30 y recomiendo leer todo esta parte de la parábola de Jesús de los 3 siervos y los talentos que les fueron dados. Si tenemos miedo de invertir a causa de nuestras debilidades, esta parábola nos enseña que no temamos.
Todos somos diferentes y todo se nos da según nuestras capacidades (v15), Pero a veces vemos como resumen de la parábola algo así:
Siervo Talento Dado Rendimiento de la Inversión
1 5 200%
2 2 200%
3 1 (-) 100%
Veamos lo que han tenido estos siervos, Al recibir los talentos el siervo 1 y el siervo 2 de igual manera tomaron acción y pusieron a trabajar sus talentos El tercer siervo salió y escondió su talento. En v.28 vemos que el tercer siervo perdió lo que pensaba que había preservado. Aunque todos los siervos conocían a su maestro, ¿qué les motivó más? ¿Dejamos que el miedo nos controle? El maestro no les pidió más de lo que sabía que cada uno podría dar según sus capacidades.
A veces nuestro enfoque queda con el tercer siervo, por su miedo, y vemos lo imposible de ganar la eternidad por nosotros mismos. Pero el consuelo es que Dios nos da todos lo necesario a cada uno de nosotros para que podamos hacer la buena inversión. No hay que ver tanto los talentos. Y los talentos fueron la inversión y no el rendimiento de la inversión.
Rendimiento de la Inversión Mat. 25: 21-23 Gozo del maestro
(Eternidad con Dios)
La Inversión Mateo 25:15 Talentos según capacidades
El Riesgo Mateo 25: 29-30 Ninguno (para los dedicados)
Los siervos 1 y 2 vieron el gozo. En la parábola de Jesús, también vemos cómo vivían sus palabras todos los días y de esto nos habla
Hebreos 12: 1-3
1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y el consumidor de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se envió a la diestra del trono de Dios.
3 Considere a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Hoy recordamos a Jesucristo quien hizo posible esta inversión tan hermosa. Pues no hay nada físico que ocupe Dios de nosotros. No podemos obtener algo que no le pertenece a nuestro Creador. Lo que si le podemos dar, es decir «invertir», es nuestro espíritu y mente y toda nuestra confianza, como nos enseña:
Isaías 66: 1-2
1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pasteles ¿Dónde está la casa que me habrán edificado, y dónde está el lugar de mi reposo?
2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Nosotros somos la casa. Es una casa hecha de personas, no una casa de ladrillos o cemento y mucho menos de oro. Somos nosotros el tabernáculo donde Dios quiere morar y vivir para siempre con sus hijos e hijas. Dios está invertido en su familia espiritual. ¿Estamos invirtiendo? o ¿dispuestos a invertir?