El desafío de discipulado - en el partimiento del pan

‘Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.’ 1 Corintios 11: 23 – 25

Enfocar nuestras mentes en el partimiento del pan es simplemente una de las tareas más difíciles para muchos de nosotros. Nuestras vidas en si interfieren en esos momentos tan importantes, y el simple hecho de recordar lo que ha sido logrado para nosotros y su maravilloso trabajo puede ser un desafío muy grande para nosotros y lo único que el nuestro Señor nos pide es recordar.

Acordarse, es un tema maravilloso en la Biblia, y la primera vez que la palabra es usada, es en Génesis 8:1: ‘Y se acordó Dios de Noé.’ Aquí hay un hombre en la Biblia que se distinguió del resto de su generación. Él tuvo un carácter del cual se pudo escribir, quién: ‘con Dios caminó’, quien fue justo, sin culpa y ‘halló gracia ante los ojos de Jehová,’ una personalidad que todos nosotros en nuestras vidas deberíamos tener, el deseo de ser diferentes en este tiempo donde hay un pequeño o ningún respeto por Dios. Pero Noé había construido el arca, él había actuado de acuerdo a su fe, recogiendo a los animales, predicándole a esos que escuchaban y entonces, se había pacientemente sentado en el arca por más de un año, mientras esperaba que las aguas bajaran a un nivel normal. Así es que la pregunta para nosotros mientras comparamos nuestras vidas con la de Noé seria, queremos que el Señor Dios, y el Señor Jesucristo, nos recuerden cuando el reino de Dios sea establecido? Y entonces las cosas simples, las cuáles Noé hizo en su vida, son dignas de considerar en nuestras vidas, de servicio a Dios.

La idea de acordarse continuamente esta en Levíticos 26:2-4 cuando Dios le habla a su pueblo:

‘Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová. Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol de el campo dará su fruto.’

Así la idea de acordarse se extendió a toda la nación de Israel, cuando caminaron hacia la tierra prometida – si recordasen a Dios, pues las necesidades materiales, automáticamente seguirían. Pero Dios continúa en versículo 42:

‘Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra.’

Y estas palabras se relacionan con los seguidores del Señor Jesucristo. Las promesas a Abraham y sus descendientes son accesibles, a través del bautismo en el nombre del Señor Jesucristo, y no termina con cosas simples, como campos dando frutos, por último quiere decir la esperanza de vida eterna en el Reino de Dios, y el Señor Dios lo está haciendo claro, su relación recíproca con su creación. Acuérdese de mí y me acordaré de usted.

Entonces, de muchas formas el desafío para recordar al Señor Jesús a través de los emblemas, es despejar nuestras mentes, enfocar la atención en el pan y el vino y absorber la seriedad de su trabajo, lo cual se ha hecho y se ha logrado para nuestra salvación. Nuestro trabajo semanal, escuela, comida, vacaciones y nuestras tareas serviles deberían ser secundarios y acordarse de nuestro Señor y las promesas que él nos ha dado es lo primero.

Otro ejemplo es el de Samuel y su madre Ana. Ana no podía tener hijos y el estigma social que con hecho conllevaba, es difícil de entender. En el Nuevo Testamento, se ve claro que ellos pensaban que esta condición era por causa de una vida pecaminosa. Pero Ana es un carácter que todos nosotros deberíamos recordar, ella fue una persona devota 1 Samuel 1:11 – y esta oración fue contestada en versículo 19 con las palabras: ‘Y Jehová se acordó de ella.’ El impacto, en el hecho que ella tuviera una familia, enmendó muchos años de pena y odio entre otros miembros de su familia, y ahora, con su hijo Samuel, el cual ella da a Dios como una forma de agradecimiento, demuestra que la oración, ciertamente, se oye y que nosotros, también, seremos escuchados en nuestras peticiones.

Esto nos lleva al Nuevo Testamento y el hecho de que Jesús no usa la palabra ‘recordar’ mucho. Quizá él estaba entusiasmado en que la gente pensara acerca del nuevo pacto que él estaba estableciendo. Así es que cuando él les pide a sus discípulos que recuerden, es más bien un contexto extraño.

Mateo 16:6-9: ‘Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, y cuántas cestas recogisteis?’

Aquí los fariseos habían estado pidiendo una señal para demostrar que Jesús era el Hijo de Dios, una prueba de que él era alguien especial que necesitaban escuchar. Pero el Señor Jesús no les da una señal. En lugar de eso, él les pidió a sus discípulos que recuerden que más de 9,000 personas habían sido milagrosamente alimentadas. Que habían recibido comida espiritual a través de sus palabras, entonces tenían comida correcta para llenar sus estómagos.

Y lo mismo es para nosotros hoy en día. En un mundo que no cree o reconoce el poder del Señor Dios y su Hijo, que tiende a pedir una señal similar, probar que Dios existe – en vez de creer en el poder de su palabra.

El hecho que, en el partimiento del pan, se nos pide recordar de la señal más asombrosa dado al género humano, de que un hombre sacrificó su vida, para que otros a través de las edades puedan tener acceso al perdón y promesas maravillosas de Dios. Y si la señal de un hombre colgando, moribundo en una cruz no nos mueve a responder, entonces nada nos conmoverá.

La otra ocasión que Jesús le pide a sus discípulos que recuerde es en Lucas 17:32: ‘Acordaos de la mujer de Lot’. Aquí estaba el Señor Jesús, otra vez contendiendo con los líderes judíos, y él está hablando de la segunda venida del Hijo del Hombre. Esencialmente, él les pide a sus discípulos que estén atentos de los acontecimientos, los cuáles son las señales que sirven de guía para la segunda venida – y el peligro de seguir el camino de esta vida presente y no esperar con anticipación las recompensas del reino. La esposa de Lot se volvió para mirar hacia una vida que no fue alineada con Dios, ella quiso permanecer en sus viejos caminos y no cambiar para lo mejor y salvarse. Entonces, se nos pide hacer lo mismo – dejar nuestros viejos caminos y las vidas que nos pueden prevenir de una relación cercana con Dios, y caminar hacia el reino de Dios.

Judas versículos 17-21:

‘los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.’

Así es que el partimiento del pan realmente es un desafío para cada uno de nosotros. No es solamente sobre recordar las promesas de Dios, no solamente acerca de ser devoto, o recordar la muerte y la resurrección del Señor Jesús, o aun recordarnos que deberíamos dejar atrás el mundo de hoy y pensar acerca de la vida y el futuro mundo prometió. Es TODO esto junto – en los pocos minutos que tenemos para comer el pan y tomar el vino.

Es emocionante, cerrar nuestros pensamientos y pensar en el desafío del discipulado, regresando a la cruz de Cristo. El ladrón, quien se estaba muriendo al lado del Señor Jesús, supo que era su fin – y su vida brillo intermitentemente delante de él, aun él vio la luz. El hombre muriendo al lado de él fue el Hijo de Dios, y él se eleva a la altura del desafío de enfrentar a la humanidad y reconocer el trabajo del Señor Jesús. Lucas 23:4 «Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”

Recordemos entonces que en estos emblemas estas simples palabras son las que deberíamos de recordar este simple pensamientos es suficientemente poderoso para llevarnos a través de otra semana sirviendo al Señor Dios y Su Hijo.

~ Hermano Ben Willey – Finsbury Park, London

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