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¿Cómo crecemos?

Unos pensamientos
del discipulado cristiano

 

Literatura usada en la preparación de este folleto

Attridge, C. (2007) “Think on these things” Nottingham:The Dawn Book Supply.
Barclay, W. (1999) “Comentario al Nuevo Testamento”. Barcelona:Editorial CLIE.
Broker, G. (1978) “Godliness – with Contentment”.
Comentario Biblico Siglo Veintiuno.
Concilio General de las Asambleas de Dios (2007) “La Guía – Tomo 3. Springfield:Gospel Publishing House.
Neighbour, R.W. (2000) “Sígueme Dos”. Tennesse:Life Way Press.
Norris, A. (1989) “Acts and Epistles”. London:Alethia Books.
Warren, R. (2002) “Una Vida con Propósito”. Miami:Editorial Vida.
Whittaker, H. (1987) “Bible Studies”. Cannock:Biblia.

 

Introducción

Después de la confesión de nuestra fe, fuimos bautizados en Cristo. El bautismo es un testimonio de la verdad del proceso en la vida de un creyente que “la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). El bautismo quiere decir simbólicamente morir y resucitar. Morimos de una clase de vida y resucitamos a otra; morimos para la vieja vida del pecado, y resucitamos a la nueva vida de la gracia.

La persona que inicia el camino cristiano se compromete a una clase de vida diferente. Por eso hablamos de una nueva vida en Cristo. Pero hay más que un cambio de conducta en la vida. Hay una verdadera identificación con Jesús. Llegamos a ser sus discípulos. Él claramente establece principios y prioridades que son radicalmente distintos de los que acostumbraba seguir.

Este punto, o meta del discipulado, es por lo menos triple.

  • Lo primero es que los discípulos desarrollan en sí un carácter semejante al de Cristo. Para ser cada vez más semejantes a su Maestro.
  • Lo segundo es la madurez espiritual. Es el discípulo maduro aquel que presenta a Jesús a otras personas, persevera en el esfuerzo por conocerlo mejor.
  • Lo tercero es el desarrollo de un estilo de vida lleno de buenas obras.

Entonces, sabemos que:

  • Somos seres con grandes posibilidades de la espiritualidad – esperamos el futuro con Cristo en el Reino de Dios.
  • Somos intelectuales – podemos pensar, razonar, resolver problemas.
  • Nos relacionamos – podemos dar y recibir amor verdadero.
  • Tenemos una conciencia moral – podemos discernir el bien del mal, lo cual nos hace responsables ante Dios.

La meta final de Dios para nuestra vida no es la comodidad sino el desarrollo de nuestro carácter. Quiere que crezcamos espiritualmente y lleguemos como Cristo. Esto no quiere decir que perdimos nuestra personalidad y que lleguemos a ser un “clon” sin inteligencia. Ser semejante a Cristo significa una transformación en la vida. El Apóstol Pablo describe la transformación en su carta a los Efesios 4:22-24

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Es un error pensar en una nueva vida como si quisiera decir una salud perfecta, un estilo de vida rodeado de comodidades, felicidad permanente, el alivio instantáneo de los problemas mediante la fe y la oración – en pocas palabras esperan que la vida cristiana sea fácil. No es así. Hay que pagar un precio por ser discípulo de Jesucristo. Ser seguidor de Jesús significa ejercer un humilde servicio que busca el bien de los demás. Implica a veces el sacrificio de nuestras propias aspiraciones, y aun tal vez de la propia vida.

La vida del discípulo lo llama al crecimiento en la obediencia y en la gracia. Ese crecimiento se produce cuando hacemos la voluntad del Señor. El discipulado es un viaje. Aunque todos tenemos que realizar paso a paso ese viaje, no hay por qué andar solos. Somos acompañados por los hermanos en la fe y animados por la lectura de la Palabra de Dios y la oración.
Guillermo Rawson (España, 2008)

La versión de la Biblia que utilizamos, salvo en los casos indicados, es la Reina-Valera, revisión de 1995.

Si hay virtud alguna – La piedad y la moral verdadera son inseparables. La piedad es el amor con su rostro hacia Dios; la moral es el amor al dirigirse hacia el prójimo. Que no se desprecie nada que sea bueno en sí; solamente que cada bien conserve su debido lugar.

alguna alabanza – Todo lo que sea loable, digno de alabanza; no que los cristianos debieran hacer de la alabanza del hombre su meta, sino que debieran vivir de tal manera que merezcan su alabanza.

en esto pensad – Tenedlo presente continuamente, a fin de “hacerlo” (v. 9), siempre que la ocasión se presente para ello.
¡Así es la nueva vida en Cristo!

La conclusión

Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. (Filipenses 4:9)

Con esta frase Pablo concluye las exhortaciones. Durante toda la carta la preocupación principal de Pablo es el Evangelio. No es su contenido sino la forma en que los creyentes viven el Evangelio en este mundo.

Los primeros dos verbos, “… que aprendisteis, recibisteis…” reflejan su tradición judía donde lo que es aprendido es por tanto recibido por los estudiantes. En cuanto a la combinación “…oísteis y visteis en mí…” tiene que ver con el sufrimiento experimentado por causa de Jesús y las luchas que eso implica.
Pablo nos llama a que vivamos siguiendo el ejemplo de Jesús y de la cruz. El único modo de vivir realmente aquello que es “verdadero” desde la perspectiva de Pablo es “llegando a ser como Cristo en su muerte.”

Momentos para reflexionar: En Filipenses 4:8 comprendemos el resumen de la vida en Cristo cuanto a los deberes relativos, ya de hijos o de padres, ya de maridos o mujeres, de amigos, vecinos, los hombres en sus relaciones con el mundo:

  • Verdadero – sincero, en palabras.
  • Honesto – sobrio en acciones, serio, digno.
  • Justo – en tratos para con otros.
  • Puro – “casto”, en relación con nosotros mismos.
  • Amable – placentero, agradable (La palabra griega “prosfiles” (pros, hacia; fileo, amar)
  • De buen nombre-se refiere a los ausentes, como lo “amable”, a lo amable cara a cara

Mire como crece

A partir del momento en el que los padres traen a un nuevo bebé del hospital al hogar, observan el progreso del bebe con gran interés, anticipando cada pulgada de crecimiento y cada nuevo desarrollo importante a lo largo de este proceso. Cuando se refiere al crecimiento de un ser humano normalmente se refiere al crecimiento físico a los desarrollos en altura, peso y en otros cambios corporales que ocurren según el niño(a) se hace mayor. El cabello crece; los dientes aparecen, se caen, y vuelven a aparecer; y eventualmente llega la pubertad. Todo ello es parte del proceso del crecimiento.

El primer año de la vida de un infante es el año del cambio impresionante. Durante este período, el bebé crecerá rápidamente. Ningún niño crece a un ritmo perfectamente sostenido a través de este período de la infancia. Semanas y meses de crecimiento lento se alternan con pequeños «arranques de crecimiento».

Añadimos otros ejemplos del crecimiento. Esta vez de la naturaleza:

  • Es a menudo imperceptible. Si vemos una planta todos los días no nos damos cuenta de su crecimiento.
  • Es constante. Noche y día el crecimiento prosigue.
  • Es inevitable. No hay nada tan poderosos como el crecimiento. Un árbol puede quebrar una acera de hormigón con el poder del crecimiento.

Hay cierta relación de semejanza entre esos ejemplos para ayudarnos entender mejor el proceso del necesario crecimiento en Cristo.

 

¿Cómo define su vida?

Cuando uno es joven, el panorama de la vida terrenal parece eterno. Aprovechar el tiempo no parece tener urgencia, por lo tanto, tener metas no es de lo más importante. Acaba de cumplir 45 años, tal vez hemos pasado la mitad de nuestra vida terrenal, tal vez más. Esta realización nos ayuda a enfocar los años que quedan para no malgastar nuestro tiempo.

Nuestra manera de ver las cosas influirá en cómo empleamos nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestros talentos y cómo valoramos nuestras relaciones. Hay tantas respuestas diferentes como tantas sean las personas a las que les preguntamos: “¿Cómo define su vida?” Warren1 ofrece unas respuestas interesantes. Escribe: “Me han dicho que la vida es como un circo, un campo de minas, una montaña rusa, un rompecabezas, una sinfonía, un viaje y un baile… La vida es un carrusel. Unas veces estás arriba y otras abajo y a veces das vueltas y vueltas. La vida es una bicicleta de diez velocidades, y algunas nunca las usamos…”

Aquí está mi perspectiva de mi vida…

Mi perspectiva de mi vida determina…

Mis expectativas

Mis valores

Mis relaciones

Mis metas

Mis prioridades

 

  • Hay que examinar lo que entra en nuestra mente a través de la televisión, los libros, la conversación, las películas y las revistas.
  • Hay que sustituir los materiales dañinos con materiales útiles.
  • Sobre todo, hay que leer la Palabra de Dios y orar.

Pedimos a Dios que nos ayude a concentrarnos en lo que es bueno y puro. El versículo 8 es un resumen de las cualidades que deberían caracterizar al cristiano en su vida pensativo.

 

La exhortación, literalmente, es: “continuar pensando en estas cosas” Escriba en lo que esta pensando al lado de cada una de las buenas cosas.

todo lo que es verdadero

todo lo honesto

todo lo justo

todo lo puro

todo lo amable

todo lo que es de buen nombre

 

Esta fórmula implica que el mejor camino para sacar pensamientos pecaminosos y cosas que estorban la paz interna es concentrarse en buenas cosas. Tantos problemas espirituales y de salud mental se resolverían en los cristianos si solamente quisieran seguir las exhortaciones de los versículos 4 a 8. La propia situación penosa de Pablo de ser un prisionero le proporcionó una base adecuada sobre la que presentar su exhortación. Si Pablo podía experimentar la paz de Dios como prisionero, ¿cuánto más nosotros en nuestra libertad?

En el contexto de la petición, se añade “con acción de gracias”. La gratitud es un reconocimiento explícito de que somos criaturas y que dependemos de nuestro Creador. La falta de gratitud es el primer paso hacia la idolatría.

Debemos notar que el lugar de paz es Cristo Jesús. La falta de paz mental y espiritual arrastra a muchas personas al psicólogo y al psiquiatra, pero no hay mejor antídoto para la mente y el corazón sincera y constante delante de Dios. La unión con Cristo garantiza la paz en el corazón del cristiano, pero a cambio a eso el creyente debe dirigir sus pensamientos y actividades en cosas dignas del nombre de Cristo.

Según Pablo, el gozo, la oración, la acción de gracias, la paz son virtudes que describen la espiritualidad. La clave para una evangelización eficaz es la espiritualidad. El camino a la paz consiste en confiarnos a nosotros mismos y todo lo que nos es querido en las amorosas manos de Dios.

 

¿Cuáles son las lecciones para el creyente en Mateo 6:25-34?

 

La regla de oro

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. (Filipenses 4:8)

Una ley de vida es: “Si uno piensa en algo con suficiente frecuencia e intensidad llegará al punto en que no pueda dejar de pensar en ello.” Lo que dejamos entrar en nuestras mentes determina lo que expresamos con las palabras y acciones. Pablo nos dice que llenemos nuestras mentes con pensamientos verdaderos, honesto, justos, puros, amables, de buen nombre, virtud, dignidad y alabanza.

¿Tenemos problema con pensamientos impuros y sueños ilusorios?

 

Desear crecer

La primera carta de Pedro pudo haberse escrito sobre todo para los nuevos cristianos y para los que planeaban bautizarse. Debía advertírseles acerca de lo que tenían por delante y requerían las palabras de aliento para ayudarles a enfrentar dicha experiencia.

Esta carta es todavía de ayuda para los cristianos que enfrenten pruebas en el siglo XXI. Nadie está libre de catástrofe, dolor, enfermedad y muerte, pruebas que, como la persecución, nos hacen depender por completo de la gracia de Dios. Para los lectores de hoy, como también para los lectores originales de Pedro, el tema de esta carta es la esperanza. Pedro animó a sus lectores mediante la firme declaración de que ellos habían sido escogidos por Dios.
Vamos a ver lo que dice Pedro:

“Desechad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias y toda maledicencia, y desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, ya que habéis gustado la bondad del Señor.” (1 Pedro 2:1-3)

Se nota la repetición de “todo…todo…todo…”

Pedro exhorta a los suyos a romper con todo lo malo y afirmar el corazón en todo lo que puede alimentar de veras la vida espiritual. Desear la leche es un instinto natural de una criatura; y una señal de desear el alimento espiritual que nos llevará a crecer. Cuando nacemos de nuevo, llegamos a ser niños espirituales. Si disfrutamos de salud anhelaremos crecer. Cuán triste es cuando alguien nunca crece.

¿Qué significa la referencia a “la leche espiritual”? Parece referirse a Cristo, como fuente de crecimiento espiritual (v.3). Otra posible traducción: leche de la palabra, nos dirige al mensaje de la salvación en 1 Pedro 1:23.

La Palabra – el alimento espiritual

El Espíritu de Dios utiliza la Palabra de Dios para hacernos hijos de Dios. La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Es mucho más que una guía doctrinal. Genera vida, crea fe, produce cambios, realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, imparte alegría, supera la adversidad, derrota la tentación …

La Palabra de Dios es el alimento espiritual que debemos tener para cumplir los propósitos de Dios en nosotros. Por eso dice Pablo “desead” (griego: “desead ardientemente”, o “anhelad”). Es el impulso natural de los regenerados, “porque como no se necesita enseñar a los recién nacidos qué alimento tomar, sabiendo que una mesa le está aparejada en el seno materno”, así el creyente de suyo tiene sed de la palabra de Dios.

Aquí están dos ideas. Lea esos versículos. Escribe qué le corresponde a usted.

La Palabra

El alimento

Salmo 119:11

Salmo 119:103

Juan 6:63

Juan 6:35

Juan 17:17

Hechos 14:17

Hechos 7:38

1 Corintios 11:28

2 Timoteo 3:15

Hebreos 5:12

Hebreos 4:12

1 Pedro 2:2

Este alimento de la Palabra no está “adulterado” dice Pedro. Es decir no tiene ni la más ligera mezcla de nada malo. La palabra griega en la frase: “la leche espiritual no adulterada” es un término para describir el grano totalmente limpio de polvo y paja o cualquier cosa que lo pueda dañar. En toda sabiduría humana hay algo de mezcla de cosas inútiles o dañinas. Sólo la Palabra de Dios es totalmente buena.

con amor como esperamos que Dios nos trate.

El gozo cristiano no es de tipo temporal, que va y viene según las circunstancias de cada uno; al contrario, se basa en la relación con el Señor y por tanto, es una cualidad perdurable y espiritual. Su expresión externa es “regocijarse”, que no es una opción cristiana, sino un imperativo.

El término traducido “gentileza”, admite otras traducciones: “amabilidad”, “bondad”, “mesura” y “cortesía” en otras versiones. De estas diversas traducciones podemos obtener la idea subyacente. La cercanía al Señor que motiva esta calidad espiritual podría significar su cercanía al creyente en todo tiempo, la cercanía de su regreso, o ambas cosas.

 

Lea Lucas 15:11-32 “La parábola de los hijos pródigos. Identifique donde está la evidencia de “gozo” y “gentileza” en la parábola

Gozo

Gentileza

 

La paz de la oración

Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)

Ahora Pablo se centra en la segunda consecuencia del hecho de que el Señor está “cerca”. Los verdaderos creyentes deben vivir sin afán. La vida del incrédulo está caracterizada por el miedo y la aprensión. Por el contrario Pablo exhorta a los hermanos entregar todo a Dios en oración.

“En esto pensad”

La ciudad de Filipos fue la primera en Europa que recibió el Evangelio. El capítulo 17 de los Hechos nos relata la historia conmovedora de aquel momento. Estas experiencias vividas por el apóstol Pablo en su primera visita a Filipos dejaron un fundamento sólido para la obra del evangelio en aquel lugar. Cuando Pablo escribió su epístola a los filipenses estaba confinado en la cárcel en Roma.

Hay varios temas que resaltan en la carta a los Filipenses.

  • Hay énfasis en la gratitud;
  • Trata de la unidad entre los creyentes;
  • Habla de los falsos obreros y maestros;
  • Manifiesta una intimidad más profunda hacia los hermanos.

Pablo pide a sus amados hermanos que se mantengan unidos en el Señor. ¿Es nuestro deseo también? Pablo pide que sus amados depongan todo tipo de orgullo. ¿Es nuestro deseo también? Pablo pide que se unan en oración. ¿Es nuestro deseo también? Exhorta a sus amados a practicar las virtudes que aprendieron de él. Pablo abre su corazón para poner de manifiesto la ternura, la compasión y la gratitud que deben ser imitados por todo siervo de Dios.

Estudiar la Biblia no debe ser un mero ejercicio intelectual sino una actividad transformadora. La epístola a los Filipenses enseña la importancia de poner en práctica el amor fraternal en todos los niveles de la vida de la comunidad. Pablo tiene sus ojos puestos en Cristo. La madurez cristiana debe conducirnos a practicar un estilo de vida para movernos a practicar la unidad espiritual y el gozo constante.

Las marcas de la vida cristiana

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. (Filipenses 4:4-5)

Pablo propone a nosotros dos grandes cualidades de la vida cristiana:

  • El gozo
  • La gentileza

¿Por qué hemos de ser así? Pablo nos da la respuesta: “El Señor está cerca.” Si esperamos la segunda venida triunfal de Cristo, no podemos perder nunca la esperanza ni el gozo. Por eso recordamos que debemos tratar a los demás

La perspectiva de Dios

La Biblia nos ofrece tres enfoques que nos enseñan qué es la vida desde la perspectiva de Dios:

  • Es una prueba. Dios prueba una y otra vez el carácter, la fe, la obediencia, el amor, la integridad y la lealtad de las personas. El carácter se desarrolla por medio de las pruebas.
  • Es una herencia. Nuestro tiempo en la tierra, inteligencia, oportunidades, relaciones recursos son todos dones que Dios nos ha confiado para cuidar y administrar.
  • Es una asignación temporal. La Biblia compara la vida en la tierra con vivir en un país extranjero. Nuestra esperanza está en el establecimiento de Reino de Dios.

Por eso, cuando la vida se pone difícil, cuando nos embarga la duda o cuando nos cuestionamos si vale la pena sacrificarnos viviendo para Cristo hay que recordar estos tres enfoques. El apóstol Pedro nos da un ejemplo de la manera en que debemos pensar por medio de una cita del Salmo 34:8 en la referencia de su carta 1 Pedro 2:1-3. ¿Por qué fue escrita la carta?

Pedro ve que los cristianos están en peligro de persecución (1:6) y que no están preparados para ello (4:12). A la luz de esto intenta dos cosas: alentarlos y testificar de la verdadera gracia de Dios (5:12), urgiendo a sus lectores a mantenerse firmes. Estos dos propósitos están entrelazados dado que Pedro da aliento declarando los actos bondadosos de Dios en Cristo, que han sido conocidos y mediados por su Espíritu.

Podemos hacer la lista de los estímulos de esta manera en su primera carta:

1:3-9

1:10-12

1:18-21

1:22-25

2:4-10

2:22-25

3:18-22

4:17-19

5:10-11

 

Tales alientos y tal afirmación de la gracia de Dios ofrecen un fundamento igualmente firme para los creyentes cristianos que enfrentan cualquier cosa que les pueda traer el siglo XXI después de Cristo. El deseo ardientemente mencionado en 1 Pedro 2:2 puede ser evidencia de que ha probado que el Señor es bondadoso. Podemos depender de Él.

 

Salmo 34 – un “ABC” para la crisis

La cita del Salmo 34 en 1 Pedro 2:3 nos abre con un estudio muy interesante con respecto de nuestro crecimiento en la fe. El título ubica al Salmo en 1 Samuel 21:10–15. Huyendo de Saúl, David buscó refugio con el rey filisteo de Gat, llamado por su nombre personal, Aquis, pero en este salmo por el título de los reyes filisteos, Abimelec (Génesis 20:2; 21:22; 26:8). Pero pronto su seguridad se convirtió en detención (1 Samuel 21:13) porque habían reconocido a David y sabían qué rehén tan valioso tenían. Pretendiendo demencia, David consiguió su libertad y escapó.

Las dificultades de la vida no pueden ser completamente catalogadas, no vemos todo el patrón. Pero hasta donde se puede contar toda la historia, aquí tenemos un ABC para los momentos de crisis. Este poema llamado “acróstico” se aplica a poemas alfabéticos o «abecedarios». En este tipo de poesía los versos, estrofas o coplas sucesivas se forman empezando con el orden de las letras del alfabeto hebreo. El Salmo 119 es el bien conocido de los salmos llamados “acrósticos”.

El hombre en su naturaleza meramente terrena: “todo hombre es hierba”. Dicha gloria del hombre la comprenden la sabiduría, la potencia, las riquezas, el honor, la hermosura, arte, virtud y justicia del hombre natural (sinónimo de “la carne”), todo transitorio (Juan 3:6), pero no absolutamente, pues la gloria del hombre, en su verdadero ideal realizado en Cristo, es eterna.

 

Momentos para reflexionar: Un auténtico carácter cristiano

El carácter cristiano además de llevar fruto del Espíritu, se distingue por tener una posición firme en cuanto a:

a) Temor de Dios:
“Así que, recibiendo nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor.” (Hebreos 12:28-29)
Esto significa alabanza, adoración, oración, reverencia a Dios en su palabra.

b) Conocimiento de Dios:
“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.” (Filipenses 3:8)
Este conocimiento de Dios es también saber de su verdad, de su palabra, de sus leyes, de su voluntad y de su amor para nosotros.

c) Amor a Dios:
”¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada?…ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Romanos 8:35-39)

En Mateo 22:37-38: «Jesús les dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.». Dios desea ser tratado como el Dios vivo, todo poder, toda misericordia, todo amor, todo en todo, y siempre en prioridad ante cualquier cosa en la vida de los humanos.

Cuando Dios no es tratado en este sentido, entonces el sistema moral del hombre se convierte en un instrumento de manipulación, de distorsión de la sociedad; al servicio de las apariencias, de los prejuicios, de las idolatrías, de las vanidades, del materialismo, de las desigualdades y de las injusticias sociales.

 

Unas características de la vida llena de Cristo

En el primer capítulo de la primera carta de Pedro nos encontramos enseñanzas del lugar de la obediencia en la vida cristiana. Como una respuesta a la proclamación y el oír de la verdad, tiene un doble efecto:

  • purifica de los pecados del pasado y
  • desarrolla un amor genuino por otros creyentes.

Tal amor es provocado por el hecho de que los cristianos comparten un nuevo nacimiento hecho accesible por medio de la palabra de Dios que vive y permanece.

 

Lea 1 Pedro 1:14-25 y señale algunas características de una vida santa.

 

La cita de Isaías 40:6–8 subraya la cualidad perdurable y dinámica de la palabra de Dios. Pedro les recuerda a los creyentes que todo en esta vida —bienes, logros, personas— finalmente se marchitará y desaparecerá. Solo son permanentes la voluntad de Dios, su Palabra y su obra. Debemos evitar la codicia de lo temporal y hemos de concentrar nuestro tiempo, dinero y energías en lo permanente: la Palabra de Dios y nuestra vida eterna en Cristo.

El Salmo 34 consta de dos partes: vs. 1–10, las lecciones de la experiencia, principalmente el testimonio del propio David con sus debidas conclusiones; vs. 11–22, la enseñanza de la verdad, cómo encarar la vida y enfrentar las crisis. Se nota en la mitad del salmo una pregunta (v.12): “¿Quién es el hombre que desea vida?”

 

Escribe la respuesta a la pregunta en el v.12:

V. 2

V.6

V.7

V.8

Vs.9-10

.

V.11

V.12

V.15

V.18

V.22

 

Una vez que vemos nuestra necesidad de la Palabra de Dios y empezamos a hallar nutrición en Cristo, nuestro apetito espiritual aumentará y empezaremos a madurar. El nuevo cristiano necesita crecer espiritualmente tal como un bebé recién nacido necesita crecer físicamente.

 

¿Cuán intenso es su deseo por la Palabra de Dios? Identifique como se aplica en práctica ese deseo.

 

Permanece en la Palabra

Y decía Jesús a los judíos que le habían creído en él: “Si vosotros permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.” (Juan 8:31)

La impresión producida por estas palabras de nuestro Señor, tal vez se había hecho visible por algún movimiento decisivo, y aquí se aprovecha de él para impresionar en ellos la “continuación” en la fe, puesto que sólo entonces serían ellos “sus discípulos verdaderos”.

En la vida diaria, permanecer en la Palabra de Dios implica tres acciones:

  • Debemos aceptar su autoridad.
  • Debemos asimilar su verdad.
  • Debemos aplicar sus principios.

Momentos para reflexionar: ¿Qué es lo que Dios me ha dicho en Su Palabra que todavía me hace falta de “permanecer”?

 

Lea Juan 15:1-17. Identifique las cosas esenciales para mantenernos en Cristo.

versículo

Las cosas para las que Jesús nos ha escogido y llamado

 

El poder de la Palabra

La gente de todos los tiempos ha estado preocupada por elevar su calidad de vida; esto significa vivir mejor, alimentarse mejor, mejor educación, mejor vivienda, mejores servicios públicos; más participación y vida social, más cultura y satisfacciones humanísticas; mejores empleos, mejores vestidos; mejores oportunidades, mas reconocimientos personales. Todas estas expectativas de buscar mejores formas de vida, no son malas o indebidas, siempre que la posición de Dios frente al ser humano no se pone en un lugar inferior.

La Biblia enfatiza el “poder” de la Palabra para producir “fruto” en la vida de un creyente.

Salmo 119:9, 11, 93

Juan 6:63-64

Juan 8:31-32

Juan 15:3

Juan 17:17

Templanza

La traducción preferible: “dominio propio”. Es el espíritu que ha dominado sus deseos y la búsqueda del placer.

El símbolo de la vid fructífera

Cuando el fruto mora en el individuo, este se practica en la vida diaria, y quien lo posee, tiene esa generosa dadiva para compartir, como Jesús dice (Juan 15:1-2,7-8):

  • Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador.
  • Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto…
  • Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.
  • En esto es glorificado mi Padre: en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.

Cada individuo portador del fruto del Espíritu se convierte en un manantial de vida cristiana. La vida cristiana significa la actitud de seguir a Jesucristo como modelo de acción en todos los aspectos de la vida. Es la dinámica del amor de Dios en nosotros.

Ahora bien, estilo de vida cristiana es la forma de vivir rectamente; en el pensar, en el hablar, en el actuar, siempre con amor delante de Dios y de los hombres. Ahí está la diferencia, y la razón de por que, los valores morales de la sociedad sucumben, no tienen permanencia ni continuidad en el individuo, más bien son intermitentes, porque provienen del hombre y no de Dios.

El carácter cristiano en cambio, tiene los rasgos y las particularidades que nos identifica, y nos hace santos, repujados, tallados, y diferentes a las gentes del mundo. Esos rasgos que forman nuestro temperamento y nuestra personalidad son el fruto del Espíritu. Provienen de Él, de Su trabajo eficaz en nosotros.

 

Creado para ser como Cristo

Los creyentes en Cristo en la era apostólica eran bautizados por inmersión total en agua. De esta forma ellos eran «sepultados con él en el bautismo» (Colosenses 2:12); morían en forma simbólica, y así como Cristo resucitó de la muerte a vida eterna, los creyentes salían de las aguas del bautismo a una nueva vida. El requisito del bautismo sigue en vigor para los creyentes de hoy. Ninguna autoridad ha surgido desde los días de los apóstoles con el derecho de cambiarlo.

En su gracia y misericordia Dios está dispuesto a aceptar a aquellos que adoptan esta actitud, perdonando sus pecados y trayéndolos a comunión con Él. Así, después de estar separados de Dios por el pecado, los creyentes sinceros se convierten en hijos e hijas por su fe y obediencia. Llegan a ser herederos de la vida eterna de acuerdo a las promesas de Dios. Aunque la muerte les llegara, morirán con la esperanza segura de resucitar cuando Jesús regrese para establecer el Reino de Dios en la Tierra.

Después del bautismo nos comprometemos a una vida en la que vemos las cosas desde la perspectiva celestial de Dios, pensando en las cosas celestiales (es decir, espirituales) cambiando nuestra ambición mundana por una ambición de sobreponernos a nuestras tendencias carnales y de ese modo entrar al reino de Dios. Somos nuevas criaturas.

Conforme a la imagen de su Hijo

Un triunfante resumen de todo el argumento de la nueva vida en Cristo se encuentra en Romanos 6:5-9. Pablo dice:

“Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, porque, el que ha muerto ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él.

Sabemos que nuestro carácter antiguo, representa nuestra vieja naturaleza y manera de vivir, la vieja naturaleza representa el sistema del mundo. Sin embargo somos nuevas criaturas en Cristo, la escritura dice “pues ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi” (Gálatas 2:20). Lo que pasa es que muchas veces no queremos cambiar de manera de ser, de pensar, de hablar y de vivir. No queremos despojarnos de la pasada manera de vivir.

Aun en las dificultades y el sufrimiento, aun en la más amarga desilusión, aun cuando maltratados, los cristianos deben saber que Dios obra en medio de esas situaciones; para que se cumplan sus buenos propósitos en Sus hijos. Puede que Dios cambie o no la situación directamente, pero aun si se mantiene difícil, Dios garantiza buenos resultados al final, inclusive una mayor madurez a quienes conforme a su propósito son llamados. ¿Es muy difícil aceptar estos sentimientos?

En la cita de la carta de Pablo a los creyentes en Galacia, Pablo habla desde las profundidades de la experiencia personal. Para él, el regresar a toda la fábrica de la Ley habría sido cometer un suicidio espiritual. Habla de la pasada manera de vivir. Había probado el camino de la Ley. Había intentado, con toda la terrible intensidad, ponerse en relación con Dios mediante una vida que buscaba obedecer cada pequeña detalle de esa Ley.

Tan grande había sido el cambio en la vida de Pablo que la única manera en que podía describirle era diciendo que había sido crucificado con Cristo para que muera el hombre que había sido. El poder en nuestro interior ahora era Cristo mismo.

 

Tómese un momento para identificar lo que piense de su vida después de leer la última frase: “…era diciendo que había sido crucificado con Cristo para que muera el hombre que había sido. El poder en nuestro interior ahora era Cristo mismo.”

 

Paz

Esta palabra tiene dos usos interesantes: (1) la serenidad que disfruta un país bajo el gobierno justo y benéfico de un buen emperador. (2) del buen orden de un pueblo o aldea. La palabra corresponde en el Nuevo Testamento a la palabra hebrea “shalom” en el Antiguo Testamento que quiere decir, no solamente ausencia de problemas y de guerra, sino todo lo que contribuye al mayor bienestar humano.

Dios desarrolla la paz verdadera dentro de nosotros no haciendo que las cosas vayan de la manera en que lo habíamos planeado, sino permitiendo tiempos de caos y confusión. Aprendemos la paz cuando escogemos confiar en Dios a pesar de las circunstancias.

Paciencia

Lo que más esclarece el sentido de esta palabra es que es la que se usa en el Nuevo Testamento acerca de la actitud de Dios para con los humanos. En nuestras relaciones con nuestros semejantes debemos reproducir esa actitud amable, doliente, perdonara y paciente de Dios para con nosotros. La paciencia se desarrolla en las circunstancias que nos obligan a esperar, cuando estamos tentados a enfadarnos o a punto de explotar.

Benignidad

Es la benevolencia en la acción, dulzura de disposición, gentileza en el trato con otros, afabilidad. La palabra describe la habilidad de actuar para el bienestar de quienes abusan de su paciencia.

Bondad

Se define como las cualidades más firmes en cuanto que hacer el bien a otros no lo es necesariamente por medios suaves. Puede y debe reprender y disciplinar.

Fe (NVI; La Biblia de Jerusalén: “Fidelidad”)

Esta palabra es con el sentido de “ser digno de confianza”. Es la característica de la persona que es de fiar.

Bondad

Se dice que es una palabra difícil de traducir. En el Nuevo testamento tiene tres sentidos diferentes; (1) sumiso a la voluntad de Dios; (2) dócil, acepta la enseñanza y la disciplina; (3) es el de considerado. Es el dominio propio que solo Cristo puede dar.

Las cualidades del fruto

Con respecto del “fruto”, se dice lo siguiente:

  • Las primeras tres conciernen a nuestra actitud hacia Dios,
  • La segunda triada tiene que ver con nuestras relaciones sociales, y
  • El tercer grupo describe los principios que guían la conducta cristiana.

Aquí está un breve resumen del fruto:

Amor:
En griego hay cuatro palabras para amor

  • (1) Erós – Es un amor que incluye pasión. No aparece nunca en el Nuevo Testamento.
  • (2) Filía – Es algo del corazón, el amor cálido que sentimos hacia nuestros seres queridos.
  • (3) Storguė –Quiere decir más bien afecto y se usa del amor entre
    padres e hijos.
  • (4) Agapė – Quiere decir una benevolencia sin límites. Es la palabra que se encuentra en Gálatas 5:22.

No requiere fuerza de voluntad para amar a las personas que son encantadoras y amorosas con nosotros. Describe el esfuerzo deliberado de no buscar nada más que lo mejor para los demás. No importa lo que una persona nos pueda hacer.

Gozo
Esta palabra describe el gozo que procede de una experiencia espiritual (Salmo 30:11). No es la alegría que nos producen las cosas materiales como el triunfar sobre otros en una competición. Es el gozo cuyo fundamento está en Dios.

Nuestro Padre celestial nos enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza cuando nos volvemos a El. La felicidad depende de las circunstancias externas, pero el gozo está basado en nuestra relación con Dios.

 

Un hecho racional

La ciencia de la psicología dice que el carácter de las personas esta dividida en cuatro tipos, los cuales son:

  • El carácter colérico: significa, violento, furioso, rabioso, irritado, enojado, disgustado, indignado, exasperación, enfadado
  • El carácter flemático: persona tranquila, calma, lenta, no activa, no es dinámica, tonta, también es moderada y prudente.
  • El carácter sanguíneo: persona que es pacifica, casi nunca se enoja.
  • El carácter melancólico: persona, con gran tristeza, abatimiento, languidez, decaimiento, con gran pena y aflicción extrema, que de todo llora, de todo se aflige, persona muy sensible alas malas noticias.

Estos representan el carácter del mundo y no el de Dios. El Señor no quiere que seamos así, o que vivamos bajo este sistema. Dios quiere que tengamos el carácter de Su Hijo. Ya que, en Cristo, no tenemos que vivir confesando, yo soy colérico, yo soy flemático, soy sanguíneo o yo soy melancólico.

 

Identifique referencias en los Evangelios del carácter de Jesús.

 

En Romanos 12, Pablo dice que convertirse en un sacrificio vivo es un acto racional. Quiere decir: ¡Tiene sentido! Vale la pena poner atención a lo que dice en los primeros dos versículos del mismo capítulo:

“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Aquí tenemos un hecho muy significativo: el verdadero culto es ofrecerle a Dios nuestro cuerpo y todo lo que hacemos con él todos los días. No es simplementeofrecerle un ritual una vez cada semana: “Voy a la iglesia a dar culto a Dios.” El verdadero culto es ofrecerle a Dios nuestra vida cotidiana. Exige un cambio radical. Es decir, adquirir una nueva manera de vivir. “Sí, sí, sí,” respondemos y continuamos: “Pero…” ¿Es demasiado radical? Lo que se requiere es nada menos que una transformación total de nuestra manera de ver el mundo.

La palabra griega que usa para “conforméis” quiere decir “forma exterior”. Esta forma exterior no es el mismo cuando tiene 17 años que cuando tiene 70 ni cuando sale del trabajo que cuando está en fiesta. Está cambiando constantemente. Es transitorio, mutable, inestable.

La palabra que usa para “transformaos” es la palabra griega “metamorfústhai” que quiere decir la “naturaleza esencial”. Para dar culto y servir a Dios tenemos que experimentar un cambio, no de aspecto (“forma exterior”). (La palabra griega “transformaos” es la misma que se traduce “transfigurarse” en Mateo 17:2.) La verdadera transformación es presentar el cuerpo, la mente y la voluntad a Dios, día tras día. Es someterle el cuerpo, tener la mente renovada por la Palabra y rendirle la voluntad por medio de la oración y la obediencia, cada día. El creyente verdadero ahora vive, no una vida ego-céntrico, sino Cristo-céntrico. Esto debe ocurrir, dice Pablo, por la “renovación” de nuestro entendimiento.

La metamorfosis de las mariposas: Cuando nacen, los insectos tienen una forma muy diferente de la que será su forma adulta. Su tipo de desarrollo se llama metamorfosis, y tiene las siguientes fases:

  • Primero, del huevo sale una larva, con forma de gusano. Esta se alimenta y crece mucho, hasta que llega un momento en que su actividad se detiene.
  • A continuación, pasa al estado de pupa. Su piel se endurece y en su interior se producen muchos cambios. A veces se encierra en el interior de un capullo o crisálida.
  • Por último, la pupa se abre y de ella sale un insecto adulto.

 

Entonces está el contraste:

  • Alguien que se conforma, viviendo por y como el mundo, o
  • Alguien transformado, que llega a ser cada vez más semejante a Cristo.

 

¡Qué contraste entre las “obras” y el “fruto”!

El cristianismo no es una religión ni una filosofía sino una relación y un estilo de vida, la vida de Jesucristo. Esta vida es caracterizada como fruto, en contraste con las obras. Otro contraste es que, aun cuando las obras de la carne aparecen en plural, el fruto del Espíritu es uno solo e indivisible.

El fruto es un conjunto de gracias, virtudes, o bendiciones que deben estar presentes como cuerpo o carácter, o sello intangible pero perceptible y visible espiritualmente; en toda persona regenerada o nacida de nuevo, y como testimonio al mundo de haberse además bautizado en agua en Jesucristo. Están señalados los valores o virtudes espirituales, es decir, el fruto del Espíritu que llena y equipa espiritualmente al siervo de Dios.

“La carne” se refiere a la naturaleza humana que persiste en el creyente. El cuerpo en sí mismo no es pecaminoso; los apetitos no son necesariamente pecaminosos, pero las tendencias de la vieja naturaleza van a surgir.

 

Prepare una lista de las “obras” mencionadas en las siguientes referencias.

Marcos 7:20-23

1 Corintios 6:9-10

Efesios 5:3-5

 

Las cosas malas y las cosas hermosas

 

Manifiestas son las obras de la carne, que son:, Pero el fruto del Espíritu es:

adulterio

amor

fornicación

gozo

inmundicia

paz

lujuria,

paciencia

idolatría

benignidad

hechicerías

bondad

enemistades

fe (fidelidad)

pleitos

mansedumbre

celos

templanza

iras,

…contra tales cosas no hay ley

contiendas

divisiones

herejías

envidias.

homicidios

borracheras

orgías

y cosas semejantes a estas

En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No busquemos la vanagloria, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

 

Momentos para reflexionar: ¿Cuál “transformación” ha notado en su vida en Cristo?

Una marca en la vida

Según El Diccionario Real Academia Español “Carácter” significa “Conjunto de cualidades de una persona que determinan su conducta y la distinguen de las demás.” La palabra “carácter” proviene de una palabra griega que significa: “marca”; una marca en la vida que define a los sujetos que la poseen. El carácter es el resultado de costumbres, actitudes, hábitos, que vamos formando en la vida. Se dice: “Siembra una acción y recogerás un hábito, siembra un hábito y recogerás un carácter.”

A pesar de las tergiversaciones del término, “una persona de carácter” significa que tiene:

  • a) fidelidad a sí mismo;
  • b) firmeza en esa fidelidad;
  • c) una sola dirección en la vida.

De allí tenemos que “carácter cristiano” signifique:

  • a) fidelidad a Cristo que vive en mí;
  • b) firmeza en esa fidelidad;
  • c) una sola dirección en la vida.

En suma: “Vivir para Jesucristo” significa “Cristo formado en mí.” (Gálatas 4:19).

Una manera de pensar

Detrás de todo que hacemos hay pensamientos. Toda conducta es motivada por una creencia y toda acción es incitada por una actitud. El primer paso en el crecimiento espiritual es empezar por cambiar la manera de pensar. Por eso el cambio comienza en la mente.

¿Por qué nos interesan los pensamientos? Dios reveló la respuesta de esta pregunta en Proverbios 4:23:

“Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.”

En las notas al pie de la página 984 de la Nueva Versión Internacional aparece lo siguiente: “Como asiento de los pensamientos, sentimiento y voluntad, el corazón o interioridad humana juega un papel fundamental en la vida.” El corazón alude a lo más profundo del ser humano, al asiento tanto de la mente como de los sentimientos (Salmo 4:7; 9:1; Proverbios 2:2, 10: Mateo 5:8, 28; Efesios 1:18; 5:19). Si no está en comunión con Dios, el corazón es pecaminoso y necesita ser purificado.

La manera en que pensamos determinará como nos sentimos, y cómo nos sentimos influirá en cómo actuamos. El Nuevo Testamento llama un cambio mental “arrepentimiento” que, en griego, literalmente significa “cambiar de opinión o el propósito” e involucra siempre un cambio a mejor, una enmienda.

Calculando el costo

 

Lea Lucas 14:25-27 ¿Qué significa esto?

 

¿Parece muy duro, verdad? Cuando Jesús dijo esto iba por camino de Jerusalén. Sabía que le esperaba la muerte; pero la gente es posible que creyera que iba a ocupar el trono. No debemos tomar sus palabras con un literalismo frío. Cuando Jesús nos dice que tenemos que aborrecer a nuestros seres más queridos, quiere decir que ningún amor de este mundo puede compararse con el amor que le debemos tener a Él. Es decir, que no se nos manda aborrecer (odiar) literalmente a nuestros familiares, sino a amara a Cristo tan profundamente, que en comparación, nuestro amor por la familia parezca odio.

¿Y, qué de llevar la cruz? De la manera más clara posible Jesús les dijo que el que le siguiera no iba camino de la gloria y el poder terrenales, sino que tenía que estar dispuesto a sacrificar lo que más quisiera en la vida, y abrazar un sufrimiento que sólo se podía comparar con la agonía de un crucificado.

El Fruto del Espíritu

El discipulado no es un simple programa. Es un proceso con muchas metas que son definibles y de fácil evaluación. Hemos examinado varias señales que indican el grado de progreso de una persona hacia el discipulado. La meta de nuestro Padre celestial es que maduremos y desarrollemos las características de Jesucristo.

Lamentablemente millones de los seres humanos envejecen pero nunca maduran. Cada año se gastan millones de “dólares” para hacer más lento el proceso de envejecimiento, disimularlo o tratar de darle marcha atrás. Sin embargo, hay que aceptar que el envejecimiento es parte de nuestro ciclo vital. No vamos a ser desanimado. La vida es un regalo de Dios y gozamos con el conocimiento de Su Hijo, Jesucristo. Ahora vamos a estudiar el proceso de crecimiento no al envejecimiento sino a una vida hermosa convertida más semejante a la vida de Cristo. ¿Cómo es posible? Pablo nos explica en su carta a los creyentes en Galacia 5:16-26. Dice:

”…Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la Ley.”

Para Pablo era esencial el que la libertad cristiana no se tomara como libertad para complacer a la parte inferior de la naturaleza humana sino para conducirnos en la vida del Espíritu. Primeramente traza una lista de las malas cualidades que caracterizan a la vida sin Cristo. Cada una de las palabras que usa nos presenta todo un cuadro. Luego traza la de las cualidades positivas, que son el fruto del Espíritu.

 

1. Refrena la lengua
La boca del obrero de Dios debería echar agua dulce y viva. El debe proclamar la Palabra de Dios. No podemos usar el mismo balde para llevar agua para cocinar y agua para limpiar los baños. Se pone en peligro la salud de los seres humanos. ¿No es una enorme responsabilidad que la Palabra de Dios sea hablada a través de nosotros? Nuestra boca está santificada como vaso santo para el servicio de Señor. No podemos dejarla sin control. Una palabra no se termina cuando se la ha pronunciado. Su eco se extiende. No podemos borrar la palabra que hemos pronunciado, aunque queremos.

Si siempre hablamos a la ligera, no podemos percibir la exactitud de la palabra de Dios. Una disposición descuidada hace que pensemos en forma poca precisa. Dios habla siempre con solidez. Cada palabra suya es sustancial e inamovible. Aprendemos delante de Dios a sujetar nuestra lengua para no hacer “ruido” no contender impetuosamente. Esperamos que todos los que sirven al Señor sean más sensibles, tiernos y amables hacia los demás. Hablamos honestamente.

Jesús, nuestro ejemplo – Mateo 5:37 “Sí, sí y No, no”

Momentos para reflexionar: ¿Cómo voy a poner en práctica esta característica de “refrenar la lengua”?

Cuando alguien lleva una cruz sabe que va a morir, hay tres cosas que son ciertas:

  • Que nunca volverá al lugar de donde vino.
  • Que ya no tiene planes a largo plazo.
  • Que sus posesiones ya no significan nada para esa persona.

La meta suprema de Dios en cuanto a nosotros es hacernos semejantes a Cristo (1 Juan 3.2). Estas personas tienen una nueva perspectiva, una nueva mentalidad en la vida.

  • Confían en Dios, no en los tesoros de la vida;
  • Buscan su seguridad guardado en el cielo, no en la tierra;
  • Aprenden a aceptar el dolor y la persecución, no a lamentarlos, porque Dios está con ellos.

Momentos para reflexionar: ¿Soy totalmente comprometido con Dios?

 

¿Crecemos en los valores cristianos?

Un valor es algo que tiene mucha importancia para nosotros. Cuando eramos niño o niña, observabamos a nuestro alrededor y seleccionabamos lo que parecía ser valiosos. Y así fue guardando muchas cosas en nuestro “cofre” de tesoros. Es lo mismo para los adultos también. Guardamos muchas cosas “utiles” y de valor como madera, metal, tejido, libros…

Comenzamos a seleccionar valores mucho antes de nuestra nueva vida en Cristo. Identificamos las cualidades de las personas o cosas por la que nos considera buena, útil o digna de interés. Muchos de esos valores no tienen nada que ver con nuestra fe en Cristo como Señor y Salvador. Simplemente se fueron agregando mientras transcurría nuestra vida. Sus preciados valores se habían convertido en nosotros y nosotros se había convertido en aquello que valorabamos. A menos que sucediera algo inesperado seguiría viviendo como prisionario voluntario de nuestros propios valores por el resto de nuestra vida.

Los antiguos valores

 

Apunte unos valores guardados antes de su nueva vida en Cristo
¿Qué valores específicos adquirió de sus padres y familia?
¿Cuáles son los valores que adoptó de sus amigos?
¿Cuáles valores adquirió de la sociedad?

 

1.

2. Someter su cuerpo
En 1 Corintios 9: 22-27 Pablo usa el deporte competitivo del atletismo como ejemplo, Los siervos de Dios que trabajan y sirven son como atletas que corren una carrera. Todos corren, ninguno queda afuera. En una carrera deportiva solo una persona recibe el premio, pero en la carrera espiritual que nosotros corremos, todos y cada uno tienen la oportunidad de ganar el premio. Lo que Pablo enfatiza es que para ganar los juegos el atleta debe disciplinarse y ejercer el autocontrol en todas las cosas. Los atletas corren en una pista de carrera, mientras que nuestra pista es el mundo.

El cuerpo tiene algunas demandas muy definidas. Por ejemplo: comer y beber, descansar, dormir, estar cómodo, vestirse, ser cuidado en tiempos de enfermedad. “Someter el cuerpo” significa que a través de la disciplina diaria podemos hacer que nos respondamos cuando llegue el momento de trabajo o correr. Es necesario un largo periodo de entrenamiento para que el cuerpo responda.

Jesús, nuestro ejemplo – Mateo 26:36-46 “La noche fatídica del Getsemaní”

Momentos para reflexionar: ¿Cómo voy a poner en práctica esta característica de “someter mi cuerpo”?

3. Ser diligente, no perezoso
Servir a Dios no es algo fácil. Miremos una nueva cualidad del carácter del obrero: es decir la de ser diligentes. En Mateo 25:18-30 Jesús señala claramente las dos fallas fundamentales en el carácter de este siervo: es “malo” y “negligente”. Es “malo” porque acusa a su señor de ser un hombre duro. Lo que el corazón medita es malo pero lo que su mano hace es “negligente”. La persona perezosa no se busca trabajo para hacer.

En el griego hay tres palabras que pueden traducirse como “perezoso”: (1) “argos” – inactivo, improductivo, lento (2) “notaros” – indolente, lento, holgazán (3) “okneros” molesto, que se hecha atrás. La implicación central del significado de pereza es posponer algo lo más posible o hacerlo tan lentamente como se pueda. Una persona que verdaderamente desee servir al Señor debería sentir la magnitud de su responsabilidad, la urgencia de las necesidades externas, así como la brevedad de su tiempo y lo limitada que es la duración de su vida.

Jesús, nuestro ejemplo – Juan 5:17 “Yo trabajo”

Momentos para reflexionar: ¿Cómo voy a poner en práctica esta característica de “ser diligente”?

Aquí están unas características fundamentales:

1. Saber escuchar
El que hace la obra del Señor debe poseer en su vida personal el hábito de ser un buen oyente. Nadie puede hacer una buena obra si siempre está hablando y nunca escucha.

Mientras la persona habla, debes poder descifrar tres clases diferentes de palabras:
(1) Las palabras que habla – Escuchar no es fácil. Hay que descubrir el verdadero tema de lo que han escuchado.
(2) Las palabras que no habla – Cuando una persona habla, generalmente dice la mitad y deja la otra mitad sin decir. En ese caso el obrero debe discernir.
(3) Las palabras escondidas – Muchas personas hablan de una forma pero sus “vidas interiores” están en otras condiciones. Sin embargo, ¡la boca de una persona no puede esconder su verdadero “interior”, “espíritu”, “intenciones”, “manera de vivir!.

Jesús, nuestro ejemplo – Juan 4 “La mujer samaritano”

Momentos para reflexionar: ¿Cómo voy a poner en práctica esta característica de “escuchar”?

2. Amar a toda la humanidad
Otro elemento básico para la formación del carácter de un obrero de Dios es que se interesa por todas las personas. Sin embargo, esto no sugiere que pueda elegir por qué personas se interesará que considerará solo a una o varias personas que le parezcan interesantes y dignas de ser amadas. Debe tener amor por la humanidad en general. En Jesucristo tenemos el Hombre Modelo, el Hombre Representante en quien reposaran todos los propósitos de Su Padre Celestial. “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir.” (Mateo 20:28).

Cuando nos movemos entre la gente, no podemos predicar el sacrifico y futuro Reino de Jesucristo si no tenemos amor. Nuestro Señor primero sirvió y dispensó gracia a los hombres antes de morir por ellos.

Jesús, nuestro ejemplo – Mateo 20:20-28 “La petición de Santiago y Juan”

Momentos para reflexionar: ¿Cómo voy a poner en práctica esta característica de “amar a toda la humanidad”?

Queremos considerar los antiguos valores que tenemos guardados como tesoros en nuestro “cofre”. Los examinará y los comparará con los nuevos que nuestro Padre Celestial nos está poniendo en nuestro “cofre”.

Considere nuevamente las listas que elaboró de los valores y encierre en un círculo los valores que le parecen cuestionables.

Los hijos de Adán sienten que el valor más importante de sus vidas es ganarse su valía, llegar a ser alguien. Cada persona quiere dejar su huella en el mundo. Este valor esclaviza a las personas que no sienten y la libertad de ser quienes Dios las hizo ser. La significación es siempre una meta que nunca se alcanza. No importa cuánto logre una persona, no importa cuánto dinero gane, no importa cuánto poder obtenga, nunca es suficiente.

¿Cómo se mide la significación?

Aquellos que buscan significación a través de sus logros personales necesitan de personas especiales que los confirman. A través de la historia, las personas se han clasificado unas a otras como importantes o insignificantes. Aquellos a quienes es necesario impresionar son los de nuestra clase Los que pertenecen a una clase menos importante no cuentan y los que pertenecen a una clase más importante posiblemente no se interesan por lo que somos o no somos

Sí que desde una edad temprana todos aprendemos primero elegimos algo que nos dé importancia, y luego seleccionamos la clase de personas que serán nuestros admiradores. Como miembro del cuerpo de Cristo, dejamos atrás la necesidad de adquirir importancia y asimismo la necesidad de tener personas que lo reafirman. Tenemos comunión constante con el Hijo y Su Padre Celestial..

¿Nos resulta dificil aceptar el hecho de que nosotros no tenemos que hacer nada para ser importante a los ojos de Dios?

Momentos para reflexionar: ¿Soy tentado buscar la importancia en mi vida?

El apóstol Pablo habla de sus valores

La madurez espiritual no es algo que podamos desarrollar por nuestra propia cuenta. Nos va llegando a diario, conforme nos asemejamos más a Cristo. Es importante que comprendamos que esta madurez, así como las demás características deseables, es parte de un proceso. Exige tiempo, conciencia y a veces implica también fracasos. Vamos a considerar lo que Pablo dice a los creyentes en Filipos.

Lea Filipenses 3:1-14. Señala la enseñanza de Pablo…

…de las cosas inútiles

…de las cosas de valor

 

Pablo sostiene en el mismo contexto (vs.4-6) que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos. Él enumera una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto, pensaba que le daban crédito para con Dios. Identifica siete cosas que consideraba como ganancia en la vida profundamente religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús.

(i) Fue circuncidado al octavo día;
(ii) Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo de Dios;
(iii) Podía nombrar su tribu (Benjamín);
(iv) No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, hijo de padres hebreos;
(v) Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto;
(vi) Su celo religioso quedó evidenciado en que persiguió a los cristianos.

Pablo consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida. Había llegado a considerarlas como una base de confianza falsa y aun un obstáculo porque había encontrado el camino de aceptación con Dios en Cristo. Ahora, su

Identifica unos aspectos útiles de los hábitos

¿Cómo adquirimos un hábito?

Recordemos que la meta de la nueva vida en Cristo es, siempre, seguir el ejemplo de Jesucristo. Hemos nacido con naturaleza con tendencia pecaminosa y en un mundo pecaminoso. Hemos formado:

 

Hábitos neutros, amorales, que nada tiene que ver con el pecado

Hábitos pecaminosos, producto de nuestra naturaleza y del sistema en que vivimos

manejar la cuchara, el tenedor…

contestar mal cuando nos hablan mal

abrochar una camisa

dejar que el instinto egoísta desarrolle hábitos que buscan siempre mi interés por sobre el del prójimo,

encender la luz

en lugar de tener sed de justicia desarrollar sed de venganza

leer

llegar tarde al trabajo y las reuniones

escribir

tener hábitos viciosos….

 

En la formación de un carácter cristiano debemos trabajar para cambiar nuestros hábitos negativos por otros positivos. Cambiar un hábito neutro y mecánico es difícil, aunque no tanto. El verdadero trabajo consiste en cambiar aquellos hábitos que tienen que ver con sentimientos, o con la personalidad. Cambiar es difícil, pero es posible en Cristo.

El carácter de un obrero de Dios

Mucho tiempo y esfuerzo empleará Dios en la capacitación de un obrero apto para el uso de Jesucristo. Básicamente la capacitación se produce más en el área del carácter que en sus habilidades. Solo una nueva criatura puede ser de utilidad para Dios. En cuanto a su posición “si alguna está en Cristo, nueva criatura es” (2 Corintios 5:17), debe despejarse de los viejos hábitos y formar nuevos hábitos en su vida a través de las enseñanzas y ejemplo de Jesucristo.

La forma en que un creyente responde en una situación dada, revela mucho de su madurez espiritual. Todos los días nos enfrentamos a desafíos y cuestiones que exigen algún tipo de actuación y no siempre tenemos tiempo de pensar en nuestra forma de responder. La madurez espiritual nos ayuda a responder de una forma positiva que promueva la causa de Cristo.

En 2 Corintios 5:20, Pablo explica la importancia de la madurez espiritual, afirmando que los cristianos son embajadores o representantes de Cristo en el mundo.

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
Esto es una verdadera honra, pero también conlleva una gran responsabilidad. Todo el tiempo los creyentes en Jesucristo están en servicio activo. Cuanto hagan, positivo o negativo, afecta a la causa de Cristo.

Una mirada a nuestros hábitos

Todo hábito es la costumbre adquirida por la repetición de un acto. También se lo define como una habilidad adquirida para obrar con facilidad. Una acción bien hecha se produce con mayor facilidad al ser repetida. Los hábitos ya formados sólo necesitan ponerse en movimiento por el ejercicio de la voluntad, sin necesidad de ocuparse demasiado acerca de su funcionamiento. Por otra parte, son de suma utilidad para la eficiencia personal.

deseo es ser aceptado sobre la base de la justicia que es de Dios, ofrecida sobre la condición de creer (Romanos 3:21–4:25; Gálatas 2:15–3:29; Efesios 2:4–9). En Filipenses 3:10, Pablo señala dos realidades que deben siempre pertenecer juntas en toda vida genuina en Cristo:

  • “el poder de su resurrección” y
  • “participar en sus padecimientos”.

Esta forma de vivir implica la muerte de una vida egocéntrica que, para nosotros, es natural y estar dispuesto a encarar la dificultad y padecimiento que el evangelio de salvación pueda acarrear. Por eso “la madurez” o “perfección” (es esencialmente la misma palabra en el griego original) tiene que ver con la manera de pensar en la forma con la que Pablo ha estado hablando.

Analicemos el estilo de vida de un siervo de Dios

Lea cada una de las características ideales de un siervo totalmente comprometido. Dentro de las escalas, encierre en un circulo el número que representa el lugar en que usted se encuentra dentro de su capacitación para el servicio.

A. La condición de siervo da por finalizada la búsqueda de significación (1 Corintios 4:1). Esta persona es libre para hacer uso de cada capacidad, sin necesidad de probar su valía personal al hacerlo
Seguro de su significación debido a su relación con Dios

Muy seguro Muy inseguro
1 2 3 4 5

B. La tarea asignada al siervo es hacer el trabajo de un administrador (1 Corintios 4:1-2) que supervisa el manejo de las propiedades y la casa de su Señor
Sirve a otros con buena disposición y con gozo

Constantemente Rara vez
1 2 3 4 5

C. El corazón de este siervo es intransigente (2 Corintios 4:1-2 Considere la lista de valores antiguos que ha desechados Este siervo es totalmente comprometido con Dios
Comprometido en el servicio a Dios

Totalmente Apenas
1 2 3 4 5

D. Hay en él una compasión especial por aquellos que están ciegos (2 Corintios 4:3-6). Jesus dijo que su misión era dar “vista a los ciegos” (Lucas 4:18)
Lleno de compasión e interesado en los que no conocen a Cristo

Constantemente Rara vez
1 2 3 4 5

 

Una de las imágenes más hermosas y descriptivas de la Biblia es la que usa Pablo en 2 Corintios 4:7

“Tenemos este tesoro en vasos de barro”

En la antiguidad los manuscritos se conservaban en vasos de arcilla con la tapa sellada para evitar que la humidad detoriorara ;los documentos. El siervo de Dios se presenta aquí como uno de esos vasos de barro.

 

¿Estimamos una buena relación con los miembros de la iglesia?

Apenas uno pasa a formar parte de la familia de la fe, ¿descubrimos que los cristianos están lejos de ser perfectos? En ninguna parte de la Biblia se nos promete que los cristianos serán perfectos sino hasta la venida venidera de Nuestro Salvador, Jesucristo.

Cada uno de nosotros necesita a los miembros del cuerpo de Cristo. Dios usa su relación con otros cristianos para modelar y refinar su vida. Usted es un instrumento de El para bendecir y modelar las vidas de ellos.

  • La primera relación necesaria en nuestra vida es con nuestro Creador y Su Hijo, Jesucristo.
  • La segunda es con el Cuerpo de Cristo. Nuestros hermanos en Cristo necesitan ser advertidos, exhortados, animados, sostendidos, ayudados y guiados. Necesitan acciones positivas, llevados a cabo en un espíritu de paciencia y a partir de un deseo de hacerle bien a la persona.
  • La tercera es una relación especial con los hijos de Adán. Aquellos que todavía no han llegado a ser cristianos.

Momentos para reflexionar: ¿Cuáles son los valores que va a revisar?