Dios o azar
¿Qué tipo de cause necesitarías para causar un universo? Primero, la causa deberá ser externa, muy probablemente una sobrenatural como ya hemos visto – algo fuera de la naturaleza que pueda crear todo el asunto. Si estamos en un universo el cuál opera de acuerdo con leyes y lógica, un universo que es más predecible que caótico, entonces esto sugiera algo acerca del tipo de causa que lo trajo a la existencia y nos apunto en dirección a la inteligencia en vez de una fuerza puramente impersonal. Necesitaríamos un hacedor de leyes con inteligencia para explicar el origen de esa racionalidad.
Los creyentes son a menudo criticados por ser creyentes de un “Dios de los huecos” – gente crédula que permite que la ciencia explique hasta donde más pueda, y luego le llaman Dios a donde se quedan atorados. Pero esta crítica esta mal. Es el mero hecho de que podamos entender tanto – la racionalidad y lógica del universo – ¡lo que requiere una explicación! Si el mundo es solo una fortuna ciega, ¿por qué debería tener tanto orden y significado en vez de tender al caos? Es la mera inteligibilidad del mundo la que habla sobre una inteligencia superior detrás d el. ¿Por qué? Por que las cosas que son inteligibles son producto de la inteligencia. Mil changos sentados en máquinas de escribir presionando las teclas al azar no reproducen las Obras Completas Shakespeare sin importar que les des toda la eternidad para lograrlo. La inteligibilidad en el universo (el hecho de que podemos entenderlo hasta cierta medida) surge porque hay inteligencia detrás de el. Si no hubiera un Dios, entonces en el extremadamente poco probable caso de que no hubiera absolutamente nada, no seríamos capaces de apenas comprenderlo en la hermosa forma en la que podemos.
Signos de la mente
Hay otros rastros de evidencia que sugieren una inteligencia o una mente sobrenatural detrás del universo. Podemos pensar, por ejemplo, acerca de la información en nuestro ADN , los datos que especifican a otras creaturas y los parámetros de la naturaleza. Si tengo una memoria USB o un disco duro con datos en el, los datos llegaron ahí porque yo (o alguien) los puso ahí; no se generó espontáneamente a si mismo. Por qué, entonces, ¿deberíamos aceptar esto para los datos en nuestro ADN? Estos datos no son al azar (Las pruebas que los científicos han planteado como criterio para poder identificar potencialmente inteligencia extraterrestre), por lo tanto, es poco probable que se haya autogenerado de la nada espontáneamente. ¿Acaso no necesitamos una inteligencia para explicarlo?
Cuando pensamos en seres humanos se vuelve incluso más aparente que su causa debe ser algo más que una fuerza impersonal y en cambio debe contar con los atributos de mente y personalidad. Estamos naturalmente impresionados por el tamaño del universo por el número de estrellas y cosas así – pero el milagro más grande puede estar en nosotros. Un cerebro humano tiene más conexiones en sus neuronas que estrellas en la galaxia. Tenemos un set completo de capacidades (estéticas, emocionales, psicológicas, espirituales, intelectuales y racionales) que nos distinguen por completo de otras formas de vida. ¿por qué tendría que ser esto? ¿Es realmente solo un accidente o podría ser que tenemos estas capacidades porque reflejamos a nuestro Creador? La mejor explicación de mente y personalidad (la cosa más interesante en el universo, seguramente) es que hay una Mente y Persona más grandes que reflejan.
Esto también explicaría por que la gente busca (y a menudo encuentra) un sentido de propósito, significado y moralidad en el mundo. Buscan esto y los encuentran en cierta medida porque corresponden a una necesidad real que tenemos como seres humanos, una necesidad que puede encontrar su solución en Aquél que no creó. Explicaría por qué tenemos un sentido estético y relacional y cualidades espirituales que trascienden lo meramente material. Es por esto por lo que la música nos hace bailar o porque el arte alcanza el impacto estético o emocional que está diseñado para provocar. No necesitamos estas cosas para sobrevivir; las necesitamos porque fuimos destinados a aspirar a ser como nuestro Creador.
Expectativas
Concluyendo estos capítulos sobre la existencia de Dios es un ejercicio interesante voltear la pregunta de cabeza. Lo que hemos hecho hasta ahora es empezar con nuestro mundo y pensar en las posibilidades de donde pudo haber venido, argumentando que la existencia de Dios es la explicación más probable. Otro enfoque sería empezar con el Dios descrito en la Biblia – la mente sobrenatural sobre la que hemos estado hablando: pero además misericordioso, creativo y artístico, moral y bondadoso, todo poderoso y sabio y además supremamente amoroso. Un Dios que anhela obediencia y adoración y sin embargo da libre voluntad porque El no quiere una adoración obligada. Un Dios que busca armonía y reconciliación en el mundo, y anhela estar en una profunda y satisfactoria relación con el. Podemos entonces preguntar, si tal Dios existiera ¿Qué tipo de mundo esperaríamos ver? Podemos pensar en esto en forma de lista:
Hay una notable correspondencia entre el mundo que esperaríamos encontrar bajo las suposiciones de la Biblia y el mundo que actualmente encontramos. En pocas palabras, encaja.
En contraste, si empezamos con la suposición de que la naturaleza es todo lo que hay, la mutación y selección natural es “todo el show” y que nuestra existencia es, como C. S. Lewis alguna vez dijo, “una contorción sin sentido sobre la faz de la tierra de materia idiota”, entonces no esperaríamos encontrar ninguna de estas cosas: orden, belleza, escala, propósito, moral, música, arte, religión, sociedad, humanos, creaturas, vida, planetas, universo. Nada. Es imposible que el asombroso “algo” del que somos parte sea realmente nada (que no tenga significado y vaya hacía ninguna parte mas que a un final pegajoso cuando el sol se acabe). Es posible creer que esta gran “nada enmascarada de algo” viniera de la nada. Pero parece difícil de imaginar una explicación menos convincente.
Mucho mejor que concluir, como la mayoría de las personas en efecto, que de hecho hay un Dios, una inteligencia guiadora superior, una mente creativa que es responsable por todos nosotros y en quien tenemos nuestro origen y nuestra mayor meta, nuestro inicio y nuestro destino. Esto, entonces, sería nuestra solución a la pregunta “¿De dónde vendo? – vengo de El y estoy aquí para cualquier propósito para el que El me haya hecho. Adelantémonos, por lo tanto y descubramos cuál es ese propósito.
