EcastPuede haber momentos ocasionales cuando el niño necesita disciplina pública, pero golpear un niño en el supermercado o en la calle es inapropiado y desagradable.
Un autor hizo algunas observaciones útiles sobre la disciplina de los niños:
«Los niños indisciplinados han sido privados de uno de los más importantes aspectos del buen carácter: el dominio de sí mismos. Apetitos desenfrenados, accesos descontrolados de cólera, el derroche de dinero, el descuido en la higiene personal, la obstinación, la arrogancia y el desorden en el cuidado de las posesiones personales, todas son características desagradables que demandan corrección. «La perseverancia es también enseñada por medio de la disciplina. El trabajo incompleto en el hogar y en la escuela fácilmente se convierte en hábito durante la niñez. El padre debe insistir en que su hijo termine cualquier tarea que haya comenzado. La disciplina es control y entrenamiento; es la restricción y el refrenamiento de una voluntad que de otra manera quedaría intratable. «La vida es disciplina. Nadie puede escapar a la disciplina en la escuela o en el mundo de los negocios. Una rutina cuidadosamente planeada en el hogar ayudará a su hijo a adaptarse primero a la vida escolar y más tarde a su ambiente económico y social. Cada tarea implica disciplina. El matrimonio con sus responsabilidades implícitas necesita disciplina. Nuestro éxito o fracaso en el mundo adulto es frecuentemente determinado por la forma en que hemos sido entrenados para enfrentar y vencer las dificultades en casa.» (Pensamientos Para Madres Jóvenes por Elsie D. Holsinger)
Es obvio que el castigo físico no es el único medio para disciplinar los niños. Haga que el castigo esté acorde con la falta cometida. Si el niño ama su cuarto y pasa muchas horas en él, el enviarlo allí no representará para él ningún castigo. El lavar el carro de la familia o limpiar las ventanas de la casa puede ser un recordatorio mucho más efectivo de su mala conducta.
«Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta.» (Proverbios 20:11)
Evite las amenazas vanas e insensatas. Advierta al niño cómo será castigado y aplique el castigo cuando sea necesario. Si Ud. advierte a un niño, debe cumplir el castigo porque de otra manera su niño lo considererá como inconstante y lo tratará como tal. Absténgase de gritar y vociferar, porque nada se logra por medio de voces alzadas excepto contagiar a los niños con esta forma de histeria. Nunca discuta con su hijo. Es bueno conversar con él, pero no altercar. Mantenga la calidad de sus relaciones suficientemente alta para que si surgen discusiones, el niño no pierda el respeto a los padres.
Absténgase de ser confianzudo con sus hijos. No permita que sean insolentes y descarados con Ud. Los padres y los niños pueden tener una relación maravillosa y pueden seguir siendo amigos y compañeros por toda la vida, pero deben quedar intactos el nivel y rango de cada uno. Si el amor a Dios es el resultado natural de una actitud filial amorosa y respetuosa, nos corresponde a nosotros entrenar a nuestros hijos a vivir correctamente, de modo que las actitudes buenas y santas puedan ser transferidas de los padres terrenales al Padre celestial. Por consiguiente, hacemos verdaderamente un gran favor a nuestros hijos si les enseñamos los atributos de la obediencia.
~ Ellen Styles
Traducido por Nehemías Chávez Zelaya
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